Membrillo, aeropuerto, cerveza...

       Como no podía ser de otra manera, detrás de esta receta también hay una historia, o mejor dicho, dos historias que se cruzan para dar lugar a una tercera que ya conocéis

Todo empieza con una llamada de teléfono. 

"Pablo, soy tu madre..." -con voz agitada, poco usual en la reina de la tranquilidad-

"Si, ya se mamá, tu nombre me sale en el teléfono. ¿Que pasa?..."

"Pasa que me han vuelto a perder la maleta, pero no la de la ropa, la buena, con todos los quesos, fabes y 2Kg de membrillos del huerto de tu primo. Los quesos y las fabes...bueno, pero los membrillos eran los últimos, los mejores del año...seguro que los confunden con peras duras y los tiran a la basura"

"Vamos por partes, ¿tu no llegabas mañana?..."

"No, si llegara mañana no te estaría llamando desde el aeropuerto hijo... Hoy es 22"

Como siempre, tenia razón. Era 22 y yo me había olvidado. Para colmo de males en 3 horas había quedado con Andrés para dar una vuelta por el bosque y grabar algo...

"Bueno, espérame en la cafetería que voy a buscarte"

"Ya sabes que por mi es igual hijo, voy en tren, autobús o lo que sea, pero es que los membrillos..."

"No te preocupes voy para allí"

Y es cierto, mi madre nunca me deja que la vaya a buscar, le encanta venir cargada de comida, regalos para Teo y mil cosas...Su felicidad es directamente proporcional al numero de medios de transporte que se tenga que pillar para llegar a mi casa. Pero esta vez los membrillos mandaban.

Veinte minutos de coche. Me encuentro con mi madre. Había puesto en jaque a medio aeropuerto por los dichosos membrillos -y digo dichosos por la dicha de tener una cuidadora tan fiel y abnegada...-. Su versión de cara a la galeria distaba mucho de la realidad sin ser del todo mentira. Palabras textuales: "la maleta estaba llena de regalos de gran valor emocional y económico". No pude evitar reírme mientras lo escuchaba, a lo que mi madre respondió con voz pícara: "ssshhhhh!! no te rias, que si les digo que hay fruta y queso no la buscan ni de coña". Volvia a tener razón. Ultimo cartucho, si no estaba allí podíamos darla por perdida. Había conseguido que un policía me acompañara a una sala llena de maletas y paquetes para ver si estaba requisada por error, con tanta suerte, que el policía era Toto, un antiguo compadre de correrías nocturnas de mis primeros años en Barcelona, un perla de los que entran pocos en un kilo. Encuentro tipico de dos truhanes que hace bastantes mas de 300 noches que no perrean juntos. Recuerdo de batallitas, que si estas mas delgado, que sabes de este y del otro...un poco de puesta al dia, y zasca!!, la pregunta del millón: “¿aun no te has cansado del pueblo, no echas de menos Barcelona?”. Os voy a evitar la respuesta. Como de costumbre, nada de lo que dije pareció convencerlo.

Llegamos a la sala en cuestión. Un Everest de bultos, y justo al pie de la montaña... La maleta de "mater" con 100 vueltas de plastico y su inconfundible banderita de Asturias colgando. "Tengo que revisarla antes que te la lleves, es el "procedimiento"...ya sabes". Me hubiera sonado mas propio de Toto un "a medias con lo que haya compadre?", pero las cosas cambian, la gente cambia y algunos hábitos si que hacen monjes. Abrimos la maleta, y ahi estaba el tremendo alijo coronado por la "dichosa" fruta. "Ostia, membrillos!!" dijo Toto. "Desde que murió mi abuela que no veia uno. Preparaba un dulce con cerveza que era bestial para la resaca...". Como no, le tiré de la lengua. Me contó que su abuela, de origen alemán preparaba el dulce de membrillo con cerveza tostada. No recordaba bien como lo hacía -ni bien ni mal diría yo. Estoy seguro que mientras su abuela lo cocinaba el estaba durmiendo la mona- pero le atribuía propiedades milagrosas contra el mal beber, o mejor dicho, contra el mal despertar después del mucho beber, sobre todo si aun estaba caliente. No doy mucho crédito a su teoría. La creo mas producto del efecto placebo de una buena comida de la abuela que de lo terapéutico del dulce.

Ya de camino a casa, con el botín a buen recaudo, le pedí a mi madre que me contara como cocinaba mi abuela el dulce de membrillo.

A la receta de mi abuela -a base de cítricos, canela, membrillo y azúcar- le faltaba gracia, y el dulce de la abuela de Toto, tenia gracia pero le faltaba la receta. Era fantástico!. Andrés me estaba esperando con los trastos de grabar en el bosque, y yo acababa de descubrir un tesoro entre la aduana del aeropuerto y mi camino a casa. 

El resultado impecable, y el tema de la resaca lo dejo en vuestras manos. El que tenga valor o ganas, que se la agarre bien gorda y haga la prueba. Eso si, a condición de contarlo todo con pelos y señales. Aquí os dejo la receta:

Pela y saca el corazón de 1 Kg de membrillos. Reserva las pieles y los corazones en la nevera. Mezcla la carne de membrillo, con el zumo de la naranja y el limon, sus cascaras y el azúcar.. Esto lo vas a tener que dejar reposar a temperatura ambiente durante al menos 12 horas. Si lo haces en un bote de cristal, podras disfrutar de la geología del proceso... si no es así, pierde romanticismo, pero el resultado no varía.

Al día siguiente, te lo cargas todo en la mochila y agarras el camping gas. Busca un lugar tranquilo y alejado de ciudades y coches. Al igual que con el tema bote de cristal, no es imprescindible para que salga un buen dulce, pero ayuda ser feliz. 

Comprobarás que el bote se ha llenado de liquido, eso esta realmente bien, si no fuera así, probablemente la hayas cagado con la espera. Menos de 12 horas, NO.

Vuelca todo el contenido en una olla alta, ponlo a fuego fuerte. Cuando tome vida y arranque a hervir, le echas las peladuras y los corazones -van a ser los responsables de que el dulce quede compacto- y la rama de canela.

A partir de aqui, paciencia. El membrillo empezará a cocinarse, y, poco a poco, el liquido se irá espesando hasta convertirse en algo muy oscuro y denso. Es el momento de la cerveza. Vuelve a subir el fuego y cocínalo rabioso hasta que vuelva otra vez a la textura densa. Si ves que el membrillo esta suave ya lo tienes.

Mi abuela lo pasaba todo por el pasa purés (retirando solamente naranja, limón y canela). La ventajas de este método?: no necesito enchufe y puedo pasarlo todo junto sin retirar las pieles ni los corazones. La textura es mas basta, pero el brillo y el sabor son incomparables. Importante pasarlo en caliente, si se enfría estas en problemas.

Si lo vas a hacer con turmix, te recomiendo que a demás de retirar los cítricos y la canela, saques las pieles y los corazones. Este método es mas rápido, la textura mas delicada, y aunque pierde brillo el sabor es bueno.

Tuesta una rebanada de pan, un chorro de aceite de oliva y unta el dulce. Si el cielo existe debe oler parecido...

Para 1 Kg de membrillos:

- 700gr de azúcar moreno. Mas de esto me empalaga, menos, a gusto. 

- 1 naranja.

- 1 limon

- 1/2 cerveza tostada

- 1 rama de canela

- Una hogaza de pan y café o té para acompañar.

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