Tristeza, rabia, incredulidad, nostalgia, cariño, agradecimiento, hoy amanecimos con la noticia de que David Bowie regresó de vuelta a su galaxia. Nos queremos despedir de él, hacerle un homenaje, un memorial musical, darle espacio en la calle a los sentimientos colectivos; qué tal que nos juntamos y nos abrazamos mientras lo escuchamos cantar.
Hoy lunes 11 de enero 8pm en la Estela de Luz vamos a tener al Arqueólogo del Rock haciéndonos una curaduría musical para deleitarnos, puedes hacer tu solicitud a @betterthingmala (o escríbelo aquí en los comentarios). Los viniles salen a la calle :3
No vamos a ahondar en el tema de por qué Bowie, mejor lean el artículo de Chimps en Más de 131. Las redes se inundaron de una especie de furor, o sentimiento global, o tema de moda, o todas juntas; Mariana lo definiría muy bien cuando dijo: ya me dio hueva el bluff, tenemos que saber diferenciar entre lo masivo y los sentimientos colectivos.
La intervención nació como una necesidad entre un grupo de amigxs, había que liberar las emociones que nos causó la muerte de Bowie, era una sensación pesada, una sensación de vacío, Chimpa y Bosque de plano consideraban que era día de parar labores. -¿por qué no lo escuchamos juntxs y nos abrazamos?- -¡chí!- -oigan, ha de haber más gente con esta necesidad, ¿por qué no lo hacemos público?- -va, va, va- -¿cuándo?- -pues hoy en la noche- -¡venga!-.
La Estela de Luz
Una pregunta básica era ¿dónde? Pero fue innecesario darle vueltas al asunto, desde mayo del 2012 con #YoSoy132, la Estela de Luz se convirtió para nosotrxs en un espacio íntimo. Un monumento a la corrupción convertido en la sala de nuestra casa, ahí donde vivimos momentos de esperanza efusiva, donde nos reunimos por primera vez muchxs de quienes hoy somos familia y salimos y tomamos la calle cada vez que podemos. ¿Qué mejor espacio reapropiado que este? ¿Dónde más podríamos compartir con extraños un abrazo colectivo?
Los viniles a la calle (formato, tono, forma)
Chimpa alias Israel alias Dr. Chispita alias Tranficante de Discos alias Arqueólogo del Rock, pues sí le sabe a la música ¿veá? la premisa era sencilla, que se armara una selección musical de despedida para convertir la banqueta en un espacio íntimo de memoria compartida.
No estaba complicado pero convocamos con 6 horas de anticipación. El asunto de conseguir luz, un equipo de sonido, todos los vinilies de Bowie en unas horas, resultó más bien una serie encadenada de favores de la banda, gracias diosas de la internet. El cartel corrió en las redes, mencionaron el evento en el radio y la verdad es que funcionó, la gente llegó poco a poco, contamos varias decenas de personas, pero como dijo Mariana, lo importante no era lo masivo sino lo colectivo y comunitario. El equipo de sonido era bueno pero de wataje limitado, eso ayudó a que todxs se juntaran y se sentaran pegaditxs para poder deleitarse con la música de vinil. Y así fue que una limitación técnica generó un ambiente de intimidad que no habíamos contemplado y funcionaba mejor que la idea de concierto masivo. Fue emotivo, la gente coreaba, se acurrucaba en el piso cobijada por una nostalgia compartida, alguien trajo unas flores blancas y las puso al lado de un letrero que otra persona más improvisó con cinta de aislar negra “Black Star”, decía. Poco a poco la gente se fue retirando como quien se retira de una reunión con amigxs, despidiéndose de lxs demás y agradeciéndole a Chimpa por la música, por un par de horas de abrazos musicales en esa noche de estrellas negras.
Repliquémoslo
Un lugar en la calle para los sentimientos colectivos.
Materiales:
-Un cartel para el evento
-Extensiones largas
-Un equipo modular de sonido
-Viniles
-Un o una Arqueóloga del Rock ;)
Notas/Menciones: Más de 131, Proceso, Radio Fórmula, SDP Noticias.
Fotografías cortesía de Más de 131 por Lalo y Nora.
Caminar la ciudad es el principio mínimo para generar espacio colectivo, cuando la tendencia del “espacio público” es privatizar, vigilar, acotar, nuestros pies desgastando las suelas sobre el asfalto pueden ser un acto cotidiano de resistencia.
Transitar la ciudad, bici para aquí, bici para allá, se poncha la llanta, intentas arreglarla sin éxito, luego decides regresar caminando a casa.
Vivimos en un tránsito perpetuo, nos trasladamos de un lado a otro, cambiamos todos los días. En este movimiento permanente, aprendimos que no estamos solxs, que en la búsqueda de nuevas formas de vivir, de asimilar el mundo, de ser, de querer, hay quienes nos acompañan y se vuelven parte de quien somos. Sentirse acompañadx en este viaje ha sido esencial para entender que los sueños, los mundos nuevos, los futuros no existen si no se comparten.