El consumo ético

Bono U2

El número de personas que piensan en el impacto que su consumo tiene en el planeta está creciendo.


Comprar con consciencia está de moda. Estrellas del rock como Bono de U2 y Chris Martin de Coldplay promueven el comercio justo y actores como Cameron Díaz y Leonardo Di Caprio ensalzan las ventajas de manejar un Toyota Prius por ser un auto amigable con el medio ambiente. Sin duda, las eco marcas venden moda a través de la consciencia.

Cada vez más aparecen en las tiendas nuevos productos animados por la tendencia a lo orgánico y al comercio justo.

En Gran Bretaña, la cadena de supermercados Sainsbury estima que cada año se incrementa hasta en un 50% la venta de productos que promueven el comercio justo.

Marks & Spencer fue la primera gran minorista en U.K. que comenzó vendiendo ropa hecha con algodón 100% obtenido del comercio justo y que también prohibía el uso de productos químicos que pudieran dañar el ambiente, a los trabajadores y a los clientes en su elaboración y lanzaron una campaña que rezaba: “Mira que hay detrás de la etiqueta”, la cuál promovía ante sus clientes el origen y la forma en la que habían sido elaborados sus productos. A consecuencia del impacto de la campaña, la famosa cadena Inglesa Top Shop le siguió los pasos y se convirtió en la primera cadena de ropa de moda que vendió productos éticos.


El incremento de la consciencia ética está teniendo un notable impacto en las elecciones de los consumidores como lo demuestra el estudio de la firma de investigación de mercados Datamonitor, que descubrió que la fidelidad del consumo de la comida, bebidas y productos de cuidado personal de “marca natural” aumenta cada vez más en Europa y Estados Unidos.

También, la consumición ética ha generado un gran interés en retomar la responsabilidad social corporativa pero a pesar de los esfuerzos de las compañías en demostrar un comportamiento ético, muchos de los consumidores ya no creen en ellos.

Fuente: the slogan magazine http://bit.ly/5KPqMB y túatú http://bit.ly/5TRele por Avelina Frías

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