Centro de Investigación y Tratamiento Oncológico (Villaviciosa de Odón)
El 20 de mayo de 1999 la entonces alcaldesa de la localidad madrileña de Villaviciosa de Odón, Pilar Martínez, colocaba la primera piedra del Centro de Investigación y Tratamiento Oncológico (CITO) en una parcela de 50.000 m² junto a la M-506, afirmando que con él la ciudad pretendía «ponerse a la altura de los mejores del mundo en tratamiento del cáncer». El CITO debía ser un centro especializado en la investigación y el tratamiento del cáncer, con los mejores especialistas y más de 200 camas para los pacientes. Un año después el presidente de CITO, Antonio Torres, declaraba su intención de «ser centro de referencia, tanto nacional como internacional, en la lucha contra el cáncer, mostrándolo como alternativa real a los centros oncológicos de Estados Unidos». Javier Torres, consejero delegado, recalcaba que no pretendían montar solo un hospital «sino un hotel que albergará a los pacientes desplazados de otros lugares, así como a los familiares de pacientes ingresados, y más adelante, un centro de ocio que ayude a todos los implicados a sobreponerse a la enfermedad».
Las obras comenzaron en junio de 2000, con Siemens como socio proveedor de infraestructuras tecnológicas y Ferrovial Agroman como constructora, financiando el Banco Popular con un préstamo con garantía hipotecaria constituida sobre la finca por un importe de unos 27 millones de euros. El centro debía inaugurarse en 2001 pero las obras quedaron paralizadas tras construirse el 40% del proyecto (se había terminado la estructura del edificio y levantado gran parte de sus paredes exteriores) y haberse dispuesto 15 millones de euros del crédito hipotecario, al paralizar el banco la cuenta donde estaban depositados los fondos del crédito a causa de discrepancias con el CITO. La empresa promotora, Gorsan Proyectos Inmobiliarios S.L., entró en concurso de acreedores en 2006.
El Ayuntamiento instaló una valla para intentar protegerlo el edificio de robos y vandalismo y para evitar posibles accidentes, pero acabó declarándolo en situación de ruina. En octubre de 2014 el Supremo condenó a 3 años de cárcel y 36.000€ de multa por delito de apropiación indebida a Francisco Javier Santos Gugel, administrador de Gorsan. Se le condenó a devolver 176.000€ a la sociedad gestora del CITO y se le absolvió de los delitos de estafa e insolvencia punible. La Fiscalía siempre sostuvo que la quiebra del CITO no fue la falta de financiación ni la inviabilidad del proyecto ni los actos de Javier Santos, sino la imposibilidad de obtener el crédito comprometido del Banco Popular.
En enero de 2018, antes de que venciese el plazo de 20 años pactado en la escritura de compraventa, el pleno del Ayuntamiento ejerció el derecho de adquisición preferente y depositó en el juzgado los 322.466,55€ correspondientes al precio actualizado de la parcela, solicitando su adjudicación, a lo que se opusieron los administradores concursales y el Banco Popular, que en su día concedió una hipoteca para su construcción. En agosto de ese mismo año un grupo de inversores privados bajo el nombre de Ciudad de la Salud de Villaviciosa de Odón S.L., sociedad constituida en mayo de 2017 con un capital inicial de 3000€, ofreció comprar la parcela por 2,4 millones de euros para finalizar el hospital y ponerlo en marcha. A finales de 2019 un juzgado autorizaba la inscripción registral a nombre del Ayuntamiento.
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