DISCURSO. Ferrater Mora - Diccionario de Filosofía página 471
DISCURSO. Estudiamos en este artículo (1) la noción de discurso como traducción de dianoia (discursus)en la filosofía griega y medieval, yen parte en la filosofía moderna; (II) la noción de discurso como traducción de logos (oratio) en la lógica aristotélico-escolástica, y (III) la noción de discurso en la semiótica contemporánea.
I. El discurso como dianoia (discursus). Se contrapone en este caso el discurso a la intuición ( noh/sij ) (véase INTUICIÓN). Esto ocurre en Platón, en Aristóteles, en Plotino, en Santo Tomás y —en parte— en Descartes, Kant y otros autores modernos. La contraposición no equivale, sin embargo, a la completa exclusión de un término en favor del otro. Lo normal es considerar el proceso discursivo como un pensar que se apoya últimamente en un pensar intuitivo. Éste proporciona el contenido de la verdad; aquél, la forma. Casi ninguno de los grandes filósofos del pasado ha admitido la posibilidad de un conocimiento enteramente discursivo; en cambio, se ha estimado posible lo que algunos escolásticos (Santo Tomás) llamaban cognitio sine diseur-su, y algunos modernos (Descartes) simplex mentis inspectio. La tendencia a subrayar la importancia de uno u otro aspecto del conocimiento ha determinado en gran medida las correspondientes filosofías. Así, puede decirse grosso modo que hay insistencia en el conocimiento simplici in-tuitu en Platón, Plotino, Descartes y Spinoza, mientras que hay insistencia en el conocimientodiscursivo en Aristóteles y Santo Tomás. El clásico debate entre platónicos y aristotélicos puede examinarse desde este punto de vista. En el sentido anterior, el discursus alude al hecho del curso (cursus) de un término a otro ( o de una proposición a la otra) en el proceso de un razonamiento (VÉASE), de tal suerte que el discurso se detiene cuando se pasa a una proposición considerada como “evidente por sí misma" (o, mejor, "evidente para nosotros”). En la escolástica es frecuente entender tal razonamiento como paso de la causa a lo causado: cursus causae incausatum.
II. El discurso como traducción de λόγος (oratio). En De int., 16 b 26-17 a 7, Aristóteles definió el discurso (oración, locución, frase) como un sonido vocal o una serie de sonidos vocales, ϕωνή σημαντική (lo que los escolásticos llamaron vox), que posee una significación convencional, y cada una de cuyas partes, tomada por separado, tiene un significado como dicción, mas no como afirmación y negación. Si decimos ‘hombre’, decimos algo, pero no decimos si existe o no. Aunque Aristóteles comenzaba por referirse al sonido vocal el discurso ha sido entendido también, y sobre todo, como un conjunto de signos escritos que poseen las condiciones antes mentadas. La primera división del discurso es, pues, ésta: discurso oral y discursoescrito. El discurso en el sentido anterior tiene que ser enunciativo. Una plegaria no es un discurso. Pero el discurso enunciativo puede ser objeto no sólo de la lógica, sino también de otras disciplinas. En Aristóteles son la retórica (VÉASE) y la poética. Nosotros estudiaremos solamente el sentido lógico. No toda combinación de vocablos basta para constituir un discurso. Siguiendo al Estagirita los escolásticos distinguieron por ello entre el término complejo y el discurso. Έl hombre bueno' es un término complejo; “el hombre bueno es generoso' es un discurso. El discurso se compone de conceptos o de términos concatenados en tal forma, que dicen algo acerca de algo. La definición del discurso se parece, pues. a la de la proposición (VÉASE). Sin embargo, no coincide enteramente con ella, pues, según hemos indicado, los discursos pueden estudiarse también desde otros puntos de vista además del lógico, en tanto que la proposición como tal es exclusivamente asunto de la lógica. Por lo tanto, la "confusión" que algunos han rastreado en la definición escolástica de 'discurso’ ('oratio’) se desvanece cuando se analiza el problema en forma adecuada. La lógica clásica estudia principalmente un tipo de discurso, pero los escolásticos advirtieron que hay límites difíciles de precisar entre "lógica" y "gramática”. La lógica actual, en cambio, no prescinde de tratar lógicamente discursos no propiamente enunciativos. Puedehablarse, en efecto, de una “lógica de los discursos imperativos”, de una "lógica de los discursos dubitativos", etc. Los escolásticos han dividido el discurso en perfecto e imperfecto. En la definición dada por Santo Tomás en In Perih, I lect. 7 n. 4, el discurso perfecto es el que completa la sentencia, es decir, el que proporciona a la inteligencia un significado completo ('el hombre bueno es generoso’). El discurso imperfecto es el que no completa la sentencia ('el hombre bueno’). Parece que hay identidad entre discurso imperfecto y término complejo. Pero se trata de una identidad meramente verbal. Atendiendo a su significación, 'el hombre bueno' es un discurso imperfecto si se considera como un todo, como si no hubiese otros elementos en la oración; el mismo ejemplo es un término complejo si es estimado como parte de una proposición. El discurso imperfecto es de varios tipos. Los más importantes lógicamente son la definición y la división (VÉANSE). El discurso perfecto tiene tres tipos: el discurso enunciativo, el discurso argumentativo y el discurso ordenativo. El primero expresa el juicio de la mente; el segundo, el razonamiento de la mente; el tercero, el propósito práctico. La lógica clásica se ocupa sólo de los dos primeros tipos. El discurso ordenativo o práctico es subdivido por los escolásticos en vocativo, interrogativo, imperativo e imprecativo. No consideramos necesario definir cada uno de ellos por ser conocidos del lector familiarizado con la gramática clásica elemental.
III. El discurso en la semiótica contemporánea. Se entiende en ella por 'discurso' un complejo de signos que pueden tener diversos modos de significación y ser usados con diversos propósitos. Según los modos y los propósitos, los discursos se dividen en varios tipos. Ogden y Richards establecieron en The Meaning of Meaning (1923) una división que tuvo gran resonancia: los discursos pueden ser simbólicos (o referenciales) y emotivos (o expresivos). Los discursos simbólicos son los que comunican referentes; los discursos emotivos, los que expresan sentimientos y actitudes (op. cit., Cap. VII). Esta clasificación es análoga a varias otras elaboradas por diversos autores contemporáneos: discurso científico y discurso lírico (P. Servien), discurso reversible y discurso irreversible (J. Piaget); a ellas nos hemos referido en otros artículos (véase, por ejemplo, LENGUAJE, OBRA LITERARIA).
Con frecuencia ha sido considerada como excesivamente simplista. Se ha advertido (Cassirer, Urban) que las fronteras entre lo simbólico-referencial y lo emotivo-expresivo (y lo mismo cabría decir de las antes citadas) son difíciles de trazar, y que, además, hay otros tipos de discursos posibles. Sin embargo, no puede acusarse enteramente a Ogden y Richards de ignorancia de la complejidad del asunto. La división en cuestión fue propuesta por ellos como una división primitiva que debía ser refinada por otra exhaustiva. Esta última está contenida en el Cap. X de la misma obra, en donde se presentan cinco funciones del lenguaje y, por lo tanto, cinco tipos de discursos. Tales funciones son: (1) la simbolización de referentes; (2) la expresión de actitudes ante oyentes; (3) la expresión de actitudes ante referentes; (4) la promoción de efectos propuestos por el que usa los signos y (5) el soporte de referentes. En cuanto a la distinción entre discurso científico (reversible) y discurso lírico (irreversible), las objeciones contra ella pierden gran parte de su valor si tales discursos se conciben —como nosotros tendemos a hacerlo— como conceptos-límites. Más completa es la clasificación propuesta por Charles Morris. Según este autor, las distinciones entre varios tipos de discursos pueden establecerse (a) a base de los modos de significar, (b) a base de los distintos usos de los complejos de signos y © a base de modos y usos al mismo tiempo. Morris se apoya principalmente en ©. Señalamos a continuación los tipos de discursos resultantes de su análisis. Según el uso, el discurso puede ser informativo, valorativo, incitativo y sistémico (systemic). El discurso es informativo (o los signos del discurso son usados informativamente) cuando se producen los signos en tal forma, que son causa de que alguien actúe como si algo hubiera tenido, tuviera o fuera a tener ciertas características. El discurso es valorativo cuando se usan los signos de modo que causen un comportamiento preferencial en alguien. El discurso es incitativo cuando se producen los signos de suerte que se susciten modos más o menos específicos de responder a algo. El discurso es sistémico cuando se producen los signos para organizar una conducta que otros signos tienden a provocar. Cuando los signos de los cuatro tipos son adecuados se llaman respectivamente convincentes (no forzosamente verdaderos), efectivos, persuasivos y correctos. Según el modo de significar, el discurso puede ser designativo, apreciativo, prescriptivo y formativo. Los signos que significan en esos modos son llamados designadores, apreciadores, prescriptores y formadores. Un designador es un signo que significa características o propiedades-estímulos de objetos-estímulos. Un apreciador es un signo que significa como si poseyera un status preferencial para la conducta. Un prescriptor es un signo que significa la exigencia de ciertas respuestas-secuencias. Un formador es un signo que significa cómo algo es significado en un ascriptor (el llamado ascriptor es un signo complejo o combinación de signos complejos mediante el cual algo es significado en el modo identificativo de significar y en algún otromodo).La clasificación de Morris se funda en un complejo análisis de los signos que no podemos resumir aquí. Advertiremos solamente que, no obstante su apariencia, la teoría semiótica de Morris no depende de una psicología behaviorista. No depende tampoco de una psicología introspectiva. Ambas psicologías son interpretaciones posteriores a la semiótica, la cual proporciona la base de cada interpretación y no a la inversa. Así, la división resultante de los tipos de discurso debe ser concebida exclusivamente en términos semióticos. La combinación de los cuatro modos con los cuatro usos da lugar a dieciséis tipos de discurso que Morris llama mayores (a diferencia de los tipos de discurso formados a base de la introducción de otros distintos signos). Reproducimos en esta página la tabla que incluye el mencionado autor en su Signs, Language, and Behavior, 1946, pág. 125. Dos observaciones sobre esta tabla. La primera es que el discurso metafísico tiene un puesto en la clasificación. Es un discurso formativo y sistémico, lo cual significa que tiene como estructura la referencia al todo y como función la formación u orientación. Pertenece, pues, al nivel que Kant llamaba regulativo, y solamente carece de significación cuando pretende sustituir a otras formas de discurso (especialmente al designativo-informativo, propio de la ciencia). La filosofía no está incluida en el cuadro, pero ello se debe, según Morris, a que el discurso filosófico com prende todos los tipos de discurso dominados por el uso sistemático de los signos en su comprehensión máxima, lo cual es propio no sólo de la metafísica, sino también de otros discursos. La segunda es que los discursos mencionados son únicamente ejemplos (aunque, ciertamente, los más importantes) y que, además, representan tipos ideales. La clasificaciónes, en efecto, sistemática y no histórica. En realidad, los tipos de discurso efectivamente usados son muchas veces combinaciones de los diferentes "tipos ideales.“