Sistema antirrobo
— ¿Cómo te va?
— Bien vale, no puedo quejarme.
— Se ve que te está yendo del carajo.
— Tengo un negocio que me está dando plata que jode. En cantidades industriales.
— ¿Qué estás haciendo?
— Inventé un sistema anti-robo arrechísimo. Con señuelos.
— ¿Señuelos?
— Sí. Un señuelo. Imagínate que tú contratas nuestros servicios.
— Ajá.
— Mi empresa te asigna a dos agentes como señuelos, que van a andar contigo para arriba y para abajo, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, ofreciéndote una protección garantizada contra el robo.
— ¡Ah, unos escoltas!
— No, nada que ver. Al contrario: si tú mides, digamos, un metro setenta, los señuelos que te asigno van a ser más chiquitos y flaquitos. Y hasta con cara de huevones, si estás dispuesto a pagar un poquito más.
— No entiendo.
— La idea es que mis señuelos siempre estén al lado tuyo, incitando al ladrón a que los robe a ellos. Si un choro llega a verte usando tu celular, por ejemplo, los agentes de inmediato sacarán uno último modelo. Conversando a todo volumen, para que el ladrón desista de robarte a ti.
— ¡Qué vaina tan loca!
— Por ejemplo, si tienes que movilizarte de un sitio a otro, mis agentes siempre van a estar en el carro al lado tuyo, con los vidrios abiertos, luciendo completa y absolutamente robables. Dos pajaritos dispuestos a caer en cualquier trampa. Haciendo todo lo posible para llamar la atención del primer delincuente que pase y se enamore de ti.
— Okey…
— ¿Vienes de noche y tienes que abrir la puerta del estacionamiento? No hay rollo: le das una vuelta a la cuadra mientras mis agentes se estacionan enfrente de tu edificio a despedirse, como si fueran dos novios haciendo cebo. ¡Zuas! Les llegan los choros a robarlos, y ahí tú aprovechas, abres tu reja y entras con tu carro. Tranquilazo.
— O sea, la idea es que el malandro nunca lo vea a uno como víctima, sino a ellos. A tus señuelos.
— Exacto. La gente me paga millones.
— Bien.
— Pero eso no es todo: para aquellos que paguen el paquete VIP, nuestros señuelos incluso opondrán resistencia y se dejarán pegar un tiro, para garantizarle al cliente tener el chance de escapar ileso en las situaciones más complicadas.
— Suena bien, pero… ¿de pana consigues gente dispuesta a eso? ¿A dejarse meter un tiro por un cliente?
— En este país, y con esta peladera de bola, hay para todo. Créeme.
— ¿Y qué pasa si el ladrón los roba a ellos y después insiste en robarme a mí?
— Imposible. Los ladrones también trabajan con mi empresa. No hay caída, garantizado.
(Inspirado en un chat en el que @andreinaborges me contaba su intento de robo de hoy)
2 Notes/ Hide
- eliocasale posted this