Janet and I have a thing with coffee. We’ve been sharing coffees since long ago, even before we started dating. We used to have our “free” coffees in her office when we were short of time, or the “paid” ones in a lousy coffee shop down in our office building -Janet’s office was on the seventh floor, mine was on the ninth.
Ever since we’re living together our morning coffee is one of our daily rituals. We enjoy the aroma, the taste, the foamy texture of a fine capuccino. So four of our friends gave us a magnificent DeLonghi espresso machine as a wedding present. It’s one of the best presents I’ve got in my entire life. I love our Alessi La Cupola coffee maker, but we rarely use it now. I can’t even picture our place without the DeLonghi!
We don’t use the steamy thing in the espresso machine to prepare our coffees; we have a beautiful Bodum milk frother that works wonders and creates a glorious texture. And then, of course, comes the coffee itself. We’re kinda picky selecting it because we have great coffee in Venezuela. We love Illy but we don’t buy it because it’s quite expensive; we’d rather have the Lavazza Qualitá Rossa, which has a strong ending and a rich aroma, and it’s in the mid-range price in supermarkets.
Now, what’s next? Well, the next step to have the perfectly designed coffee experience is purely aesthetic: creating hearts and other shapes using the steamed milk. Any advice on how can I become a great barista to serve a heart-shaped latte to my wife?
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Janet y yo tenemos un idilio con el café. Hemos compartido cafés desde hace mucho, incluso antes de que empezáramos a salir. Nos tomábamos los free en su oficina cuando teníamos poco tiempo, o los paids en una cafetería espantosa abajo de nuestra oficina -la oficina de Jan estaba en el piso siete, la mía en el nueve.
Desde que vivimos juntos el café de la mañana es uno de nuestros multiples rituales. Disfrutamos el aroma, el sabor, la textura espumosa de un capuccino bien servido. Quizás por eso cuatro amigas nos dieron una máquina DeLonghi como regalo de matrimonio, sin duda uno de los mejores regalos que me han hecho en mi vida. Sigo idolatrando nuestra greca Alessi La Cupola, pero la verdad es que casi no la usamos hoy en día. ¡Es que ya no me imagino esta casa sin nuestra DeLonghi!
Nunca usamos el brazo para evaporar la leche de la máquina, en su lugar usamos un sencillo batidor de leche Bodum que le da una textura gloriosa a la leche. Por ultimo, por supuesto, está el grano de café. Jan y yo somos un poco necios escogiendo café porque estamos acostumbrados al buen grano que tenemos en Venezuela. Acá nos encanta el Illy pero no lo compramos porque es extremadamente costoso. Preferimos el Lavazza Qualitá Rossa, que tiene un final fuerte y un aroma de dioses en las alturas olímpicas. Y no es demasiado caro en el supermercado.
Tenemos la máquina, el batidor y un buen grano. ¿Qué más podemos pedir? La verdad es que para disfrutar una experiencia cafetera diseñada a la perfección lo único que falta es hacer figuras con la leche evaporada. ¿Alguien sabe como puedo hacer para empezar a dibujar corazones en el café de mi esposa?
4 Notes/ Hide
- laguiadelperro answered: No sé cómo se hacen! Pero cuando domines los corazones puedes pasar a otras figuras: bit.ly/I9gMzZ :)
- heladamadrina answered: youtube.com/watch?v…
- roastproject liked this
- amimebusta posted this