Y otro:
¿Me tengo que sentir bien porque los vecinos aún no me han intentado echar del bloque?, ¿O tengo que deducir lo obvio, que ni intuyen mínimamente que soy médico? No sé Rick, pero ante la duda, los seguiré manteniendo en la desinformación, no vaya a ser que un día no me dejen entrar ni en mi puta casa.
Nunca creí que me fuera a sentir como Batman. Ayuda al prójimo, pero oye, que nadie se entere, no vaya a ser que te linchen. Absurdo, complemente absurdo. Sigue siendo el bien en la sombra.
La última ilustración, que por el estilo diría que es de Luis Quiles, un artistazo que ilustra como el mejor la hipocresía del mundo, no ha podido describir mejor lo que siento cada vez que escucho el aplauso de los cojones.
Hipocresía niveles enfermizos, tendría para escribir varios tratados del tema, pero sería dejar que me invadiera la bilis y eso no es bueno para mi propia salud mental. Así que mejor no.
Sigamos en la sombra.
