¡Hey! ¡Estoy de regreso y he llegado para quedarrrrme!

Nah, mentira. Estoy subiendo los icons que tan celosamente me reservé toda mi estancia en tumblr. Por quien desee estar pendiente:

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Hagan bonitos OCs con ellos, ¿bien?

@xbluememories

Está saliendo conmigo, largo de aquí.

Pros of shipping with me: I will give our verse a dumb, probably sappy name, I will make random starters and send memes constantly, we will have about 3,572,957 threads, I will talk to you out of character all of the time about our babies, I might write you drabbles and/or make us graphics for/about our characters

Cons of shipping with me: Everything listed above, plus 96% of our stuff is angsty.

Kise se vio embargado por una risa que, aunque parecía, no tenía ninguna intención de restarle importancia a las palabras de Aomine. Todo lo contrario: realmente le hacía feliz que le dijera esas cosas.

– ¿Desde cuándo te comportas un buen novio? –Se abrazó con todavía más fuerza, hundiendo el rostro en su cuello y dejando salir un par más de risas amortiguadas.

El moreno arqueó una ceja, una mueca se adhirió a sus labios y no respondió, ¿un buen novio? debía estar bromeando. Ni él mismo podría llegar a considerarse algo así, sin embargo, algo era seguro, adoraba a Kise. 

–Tsk, cállate ya. –En nada se había atrevido a morder con suavidad una de sus mejillas. –Quédate en mi casa hoy. –

Por cuestión de fracción de segundos Kise puso los ojos como platos; había algo en lo que recién había escuchado que logró que su corazón palpitara a una velocidad inusitada. No sabía si era el tono de voz o las palabras empleadas, como sea, Kise jamás se había quedado en su casa... Y la simple idea le hacía sentir inquieto.

-- Ah... ¡Qué rápido Aominecci! ¡Llevándome a su casa! Rápido e impaciente. Como siempre --cambió su faceta de perplejidad por una bromita con la cual se ayudó para esconder su nerviosismo. Hasta ahora no habían hecho nada como las que hacían las parejas normales; no se tomaban de mano, no se besaban, no se decían “mi amor”, “osito”, “cariño”... ¡Y estaba bien! Al rubio le gustaban las cosas lentas. No con cualquiera sino con él; aquel hombre que tanto poder tenía sobre sus pensamientos. De lo contrario, de las cosas iban demasiado rápido, corría peligro de que su cabeza hiciese corto circuito--. Recuerda prepararme una noche romántica, con velas y rosas~.

Aún cuando ofreció su queja, le alegró que terminara cediendo. Mientras le veía acercarse Julian registró en el bolsillo de su pantalón, de modo que una vez lo tuvo sobre su regazo se acercó a su cuello para atarle una gargantilla con un cascabel y una plaquita (Esta decía “Julian’s proprety”)–. Te luce… –Y ladeó su cabeza, examinándole.

Liam analizó el “obsequio” con cuidado, mantuvo sellada su boca con una expresión ilegible, sin embargo, rápidamente todo fue reemplazado por una ladina sonrisa. .–Creo que te tomas muy en serio que sea tu “mascota” – Sus antebrazos descansaron en sus hombros, acortó distancias. –No temas, la correa que me pusiste anteriormente me impide huir. – Jugó, depositando un beso en la comisura de sus labios. 

Julian no estaba seguro de si explicarle que no se trataba de atarlo, remarcar que era su propiedad o cualquiera de esas cosas. Era más sobre el simple hecho de la estética de la gargantilla. Tal y como había dicho: Le lucía, y muy bien. Tanto que la simple imagen le excitaba, forman debajo de sus pantalones una tenue protuberancia. Digamos que aquel era un kink más.

-- No sé qué te hace pensar que se trata de eso, sé que no huirás --Recibió el beso sin siquiera cerrar los ojos. Simplemente se limitó a acariciar la textura del collar y la marcada diferencia entre él y la piel de su cuello.

Cuando sus dedos alcanzaron su cabeza Kise dejó de moverse tan desesperadamente. Cada uno de sus movimientos murió y la voz en su garganta no tardó en unirse al luto parcial. Aunque sus palabras eran toscas, la forma en que le acariciaba decía otras cosas–. Mnhh… –Su cabeza cayó hasta apoyarse en el hombro del otro–. Me hiciste falta –dijo bajito, más que todo para si mismo. Esa, damas y caballeros, era la mejor forma de disculparse que se le ocurrió.

Fueron movimientos pequeños, pero rápidos, donde tomaron el cuerpo del modelo para prensarlo con sus brazos. No era bueno con las palabras, eso estaba claro, por lo tanto sus acciones revelaban, también cuanta falta le había hecho. 

–Idiota.. –Susurró. Inhalando su fragancia, nuevamente quedaba cautivado. – Será mejor que no lo vuelvas a hacer. – 

Kise se vio embargado por una risa que, aunque parecía, no tenía ninguna intención de restarle importancia a las palabras de Aomine. Todo lo contrario: realmente le hacía feliz que le dijera esas cosas.

-- ¿Desde cuándo te comportas un buen novio? --Se abrazó con todavía más fuerza, hundiendo el rostro en su cuello y dejando salir un par más de risas amortiguadas.

Aún cuando ofreció su queja, le alegró que terminara cediendo. Mientras le veía acercarse Julian registró en el bolsillo de su pantalón, de modo que una vez lo tuvo sobre su regazo se acercó a su cuello para atarle una gargantilla con un cascabel y una plaquita (Esta decía “Julian’s proprety”)--. Te luce... --Y ladeó su cabeza, examinándole.