An-chan! soy la nueva user de Ritsu (Oda), y me encantaría rolear contigo :3
Ricchan ~ bienvenido ♥ ¡Por supuesto que lo haremos! Tu me dices cuando quieres que empecemos ˄˄
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An-chan! soy la nueva user de Ritsu (Oda), y me encantaría rolear contigo :3
Ricchan ~ bienvenido ♥ ¡Por supuesto que lo haremos! Tu me dices cuando quieres que empecemos ˄˄
ESTA ES UNA DE LAS RAZONES POR LA QUE AMAMOS TUMBLR ♥
Bueno, primero quiero disculparme por mi ausencia, han sido días muy agotadores para mi.
Segundo, si bien sigo con tareas pendientes y personales por hacer, en mis ratos libres seguiré publicando y contándoles todas las travesuras que he hecho en mi infancia y adolescencia (¡Ritsu, tu también prepárate para seguir con el rol!)
Y tercero... ¿Se enteraron de los nuevo trabajos de Nakamura? Ah, creo que estamos por tocar el cielo.
Did a quick scanlation of the promo manga Nakamura drew to promote Emerald's publication! Ritsu seems waaaaay too excited at the prospect of having all that BL manga at his fingertips…
Si Takano hubiera sido el responsable de ponerle “Esmeralda” a su revista shojo, casi casi casi apostaría muy segura a que lo hizo por los ojos de Ritsu (Owwwwwww que pishi cursi Takano)
¿Recuerdas aquella vez en la que fui a tu casa por primera vez? Ambos teníamos 6… Lleve mi bolsa con muñecas para jugar pero en un momento de distracción, tu perro me las rompió. Yo quería llorar y me tuviste vigilada todo el día por miedo a que me vengara.
♦ Ese día mis padres dijeron que la señora Onodera vendría por mi el próximo Sábado y me llevaría a su casa que es como un palacio. Se los conté a mis amigos, no lo creyeron; al igual que cuando les conté que el señor que me llevaba y recogía del colegio todo los días no era más que un mayordomo. Para ellos los mayordomos y las ama de llaves existen únicamente en las novelas y películas de misterio. Y además de eso, tenia cocineros, mucamas y un jardinero. Y todo para mí, porque a los dueños (mis padres) le gustaban pasear por Europa. En Europa además de palacios hay castillos. Esa es la diferencia con nosotros, que solamente tenemos palacios. No muchos pero algunos tenemos.
Era una niña feliz con vestido nuevo. Pero mi padre insistía con que el lugar no era más que una casona antigua, muy lujosa, pero no llegaba a palacio.
Ese día mi madre me había llamado para cenar y cuando terminamos me dijo: “Tengo una sorpresa para ti. Pero tendrás que esperar hasta mañana a las 11hs”… ¿Una sorpresa para mi? Escuchar a mi mama decir eso con una sonrisa fue extraño y a la vez aterrador.
Me fui a mi habitación y creí que no dormiría en toda la noche, tenia curiosidad. Elegí uno de los libros aglomerados en mi biblioteca y leí bastante en la cama, pero no tanto como hubiera querido. Me dormí con el velador encendido y el libro fue a parar al piso, ni cuenta me di. Pero con la emoción de la sorpresa, me había despertado más temprano que nunca.
♦ “¡Hola cariño!” Me dijo bien fuerte y me dio un beso con ruido.
Yo me fijo muy bien en la cara de la gente, soy muy observadora. Así que se había tratado de la mujer que había ido a casa varios días atrás y del niño tímido que no quería jugar conmigo.
Eso iba a ser aburrido, así que le pregunte a la señora de una manera dulce (era mi forma de atraer y convencer a las personas) que había en su casa. Me dijo que había pileta de natación, sótano, jardines, sala de juego, muchas escaleras, habitaciones grandes, como 4 baños y no sé que mas. Y que me dejaría hacer lo que quiera allí. Menos mal, porque yo era de distraerme fácil.
Un auto muy lujoso se había estacionado en la entrada de mi casa. Mientras mama estaba despidiéndose de Onodera-san, aproveche y metí mi bolsa con muñecas en el asiento de atrás. Me despedí de mis padres, que me hicieron prometerle veinte veces que me iba a portar bien, que iba a obedecer en todo a la señora Onodera y que no me iba a meter donde nadie me llamaba. Y así me fui a la casona-palacio.
No hubo forma de que se me adelantara nada. Yo pensé que iba a ser un paseo familiar o la edición especial de un libro que desde hace tiempo le he pedido a mi papa. Pero me equivoque.
A la tarde me trajeron la sorpresa a la casa. Yo estaba bajando las escaleras cuando, de repente, oigo la voz de mi mama:
- ¡Ritsu! ¡Sorpreeesa…!
Me detuve en el antepenúltimo escalón. La sorpresa venia de la mano de mi madre, sonreía y llevaba un bolso por donde asomaban las cabezas de un montón de barbies. ¿Eso era una sorpresa?
♦ - Te presento a An-chan ¿Te acuerdas de ella, verdad? Tiene tu edad, así que se van a divertir mucho. Ahora vamos todos a la cocina que he preparado leche y galletas.
Y con una gentil sonrisa, me guió hacia la cocina, no sin antes lanzarte una mirada asesina para indicarte que hicieras lo mismo.
Y dio media vuelta, llevándose a la sorpresa de la mano. De mas esta decir que yo hubiera preferido un libro… cualquier libro.
♦ Y mientras tanto en la cocina...
- ¿Sabes que seria lindo An-chan? Que Ritsu te enseñara cada rincón de la casa y, de paso, te mostrara algunos de sus libros favoritos de la biblioteca. Y si quieres él puede regalarte algunos... ¿Verdad Ritsu?
Tu no la escuchabas, eso era obvio. Estabas tan distraído mojando las galletas sobre la leche y mirando con cara rara mi bolso sobre la mesa, que pasaste por alto los deseos de tu madre.
¿Recuerdas aquella vez en la que fui a tu casa por primera vez? Ambos teníamos 6… Lleve mi bolsa con muñecas para jugar pero en un momento de distracción, tu perro me las rompió. Yo quería llorar y me tuviste vigilada todo el día por miedo a que me vengara.
♦ Ese día mis padres dijeron que la señora Onodera vendría por mi el próximo Sábado y me llevaría a su casa que es como un palacio. Se los conté a mis amigos, no lo creyeron; al igual que cuando les conté que el señor que me llevaba y recogía del colegio todo los días no era más que un mayordomo. Para ellos los mayordomos y las ama de llaves existen únicamente en las novelas y películas de misterio. Y además de eso, tenia cocineros, mucamas y un jardinero. Y todo para mí, porque a los dueños (mis padres) le gustaban pasear por Europa. En Europa además de palacios hay castillos. Esa es la diferencia con nosotros, que solamente tenemos palacios. No muchos pero algunos tenemos.
Era una niña feliz con vestido nuevo. Pero mi padre insistía con que el lugar no era más que una casona antigua, muy lujosa, pero no llegaba a palacio.
Ese día mi madre me había llamado para cenar y cuando terminamos me dijo: “Tengo una sorpresa para ti. Pero tendrás que esperar hasta mañana a las 11hs”… ¿Una sorpresa para mi? Escuchar a mi mama decir eso con una sonrisa fue extraño y a la vez aterrador.
Me fui a mi habitación y creí que no dormiría en toda la noche, tenia curiosidad. Elegí uno de los libros aglomerados en mi biblioteca y leí bastante en la cama, pero no tanto como hubiera querido. Me dormí con el velador encendido y el libro fue a parar al piso, ni cuenta me di. Pero con la emoción de la sorpresa, me había despertado más temprano que nunca.
♦ “¡Hola cariño!” Me dijo bien fuerte y me dio un beso con ruido.
Yo me fijo muy bien en la cara de la gente, soy muy observadora. Así que se había tratado de la mujer que había ido a casa varios días atrás y del niño tímido que no quería jugar conmigo.
Eso iba a ser aburrido, así que le pregunte a la señora de una manera dulce (era mi forma de atraer y convencer a las personas) que había en su casa. Me dijo que había pileta de natación, sótano, jardines, sala de juego, muchas escaleras, habitaciones grandes, como 4 baños y no sé que mas. Y que me dejaría hacer lo que quiera allí. Menos mal, porque yo era de distraerme fácil.
Un auto muy lujoso se había estacionado en la entrada de mi casa. Mientras mama estaba despidiéndose de Onodera-san, aproveche y metí mi bolsa con muñecas en el asiento de atrás. Me despedí de mis padres, que me hicieron prometerle veinte veces que me iba a portar bien, que iba a obedecer en todo a la señora Onodera y que no me iba a meter donde nadie me llamaba. Y así me fui a la casona-palacio.
No hubo forma de que se me adelantara nada. Yo pensé que iba a ser un paseo familiar o la edición especial de un libro que desde hace tiempo le he pedido a mi papa. Pero me equivoque.
A la tarde me trajeron la sorpresa a la casa. Yo estaba bajando las escaleras cuando, de repente, oigo la voz de mi mama:
- ¡Ritsu! ¡Sorpreeesa…!
Me detuve en el antepenúltimo escalón. La sorpresa venia de la mano de mi madre, sonreía y llevaba un bolso por donde asomaban las cabezas de un montón de barbies. ¿Eso era una sorpresa?
♦ - Te presento a An-chan ¿Te acuerdas de ella, verdad? Tiene tu edad, así que se van a divertir mucho. Ahora vamos todos a la cocina que he preparado leche y galletas.
Y con una gentil sonrisa, me guió hacia la cocina, no sin antes lanzarte una mirada asesina para indicarte que hicieras lo mismo.
¿Recuerdas aquella vez en la que fui a tu casa por primera vez? Ambos teníamos 6… Lleve mi bolsa con muñecas para jugar pero en un momento de distracción, tu perro me las rompió. Yo quería llorar y me tuviste vigilada todo el día por miedo a que me vengara.
♦ Ese día mis padres dijeron que la señora Onodera vendría por mi el próximo Sábado y me llevaría a su casa que es como un palacio. Se los conté a mis amigos, no lo creyeron; al igual que cuando les conté que el señor que me llevaba y recogía del colegio todo los días no era más que un mayordomo. Para ellos los mayordomos y las ama de llaves existen únicamente en las novelas y películas de misterio. Y además de eso, tenia cocineros, mucamas y un jardinero. Y todo para mí, porque a los dueños (mis padres) le gustaban pasear por Europa. En Europa además de palacios hay castillos. Esa es la diferencia con nosotros, que solamente tenemos palacios. No muchos pero algunos tenemos.
Era una niña feliz con vestido nuevo. Pero mi padre insistía con que el lugar no era más que una casona antigua, muy lujosa, pero no llegaba a palacio.
Ese día mi madre me había llamado para cenar y cuando terminamos me dijo: “Tengo una sorpresa para ti. Pero tendrás que esperar hasta mañana a las 11hs”… ¿Una sorpresa para mi? Escuchar a mi mama decir eso con una sonrisa fue extraño y a la vez aterrador.
Me fui a mi habitación y creí que no dormiría en toda la noche, tenia curiosidad. Elegí uno de los libros aglomerados en mi biblioteca y leí bastante en la cama, pero no tanto como hubiera querido. Me dormí con el velador encendido y el libro fue a parar al piso, ni cuenta me di. Pero con la emoción de la sorpresa, me había despertado más temprano que nunca.
♦ “¡Hola cariño!” Me dijo bien fuerte y me dio un beso con ruido.
Yo me fijo muy bien en la cara de la gente, soy muy observadora. Así que se había tratado de la mujer que había ido a casa varios días atrás y del niño tímido que no quería jugar conmigo.
Eso iba a ser aburrido, así que le pregunte a la señora de una manera dulce (era mi forma de atraer y convencer a las personas) que había en su casa. Me dijo que había pileta de natación, sótano, jardines, sala de juego, muchas escaleras, habitaciones grandes, como 4 baños y no sé que mas. Y que me dejaría hacer lo que quiera allí. Menos mal, porque yo era de distraerme fácil.
Un auto muy lujoso se había estacionado en la entrada de mi casa. Mientras mama estaba despidiéndose de Onodera-san, aproveche y metí mi bolsa con muñecas en el asiento de atrás. Me despedí de mis padres, que me hicieron prometerle veinte veces que me iba a portar bien, que iba a obedecer en todo a la señora Onodera y que no me iba a meter donde nadie me llamaba. Y así me fui a la casona-palacio.