Avatar

I'll be right home to you

@airmanpuckermxn-blog / airmanpuckermxn-blog.tumblr.com

Puckerman ♔ Fuerza Aérea
Noah Puckerman,pero puedes llamarme Puck. 27 años. Soy un aviador del ejército y salvo al país con mis súper maravillosos poderes de vuelo. Actualmente estabilizado en Nuava York con mi hija Beth Puckerman y mi novia Quinn Fabray, aún adaptándonos a convivir como una familia a pesar de tantas dificultades. Actualmente la familia se encuentra en crecimiento por la espera de otro bebé Puckerman-Fabray AU- Quick 1x1 Activo desde Febrero 2015
Avatar

Slow down, you crazy child.

Se suponía que irían a ver a Quinn en unas horas para ver el estado de esta y de pequeño Chris, pero las cosas no pasaron así. Se quedó dormida bajo su cama, con aquel reconfortante calor antinatural que su frazada tenía. 

Cuando despertó ya era bastante tarde como para salir. De hecho, ni siquiera sintió como cayó la noche tan rápida como imposible. Al abrir sus ojos no sabía si estaba cansada o si volvía a sentir aquel resguardo de Morfeo nuevamente la abrazaba como un simple encanto. Iba a bajar al baño cuando el sonido de las teclas del piano comenzaron a sonar. No había escuchado música hogareña desde hace meses. Muchos para ser honesta.

Volvió a la habitación por su frazada peluda y bajó silenciosamente. Debía admitirlo. Sentir la voz de Noah era un privilegio. Era como volver al pasado y recordar a aquella mujer que tanto amaba. A la única que la hacía sentir que las cosas estarían bien, que no había nada de qué preocuparse, que detrás de las tormentas siempre salía el sol. La quería ahí, pero no estaba. Un par de hojas la cubrían y un montón de memorias también. Se sentó frente al sofá cuando el moreno iba en mitad de la canción. Miró cabiz baja mientras tapaba todo su cuerpo para que no se viera. 

La pasión por la melodía que Noah emitía permitió que gran parte de su pena se escabullera en aquellas frases tan suaves. Se recostó hacia un lado y, permitiendo que el silencio la pudiera dominar aguardó lentamente hasta que terminara. 

“¿Podrías tocar otra?” le susurró desde su posición, pasando inadvertida. Era como si el eco de la casa vacía dominara el lugar. “Por favor” pidió nuevamente. Su corazón estaba acelerado. El cobijo se alejaba a medida que el silencio dominaba. Necesitaba oír algo aunque fuera. 

Puck no esperaba tener público alguno luego de su interpretación personal de la canción “Vienna” por Billy Joel, uno de sus cantantes judíos favoritos, la canción perfectamente se asentaba a esas palabras que la rebeldía de su pequeña hija no le permitía transmitir. Fue en ese entonces cuando finalizó el último acorde de la canción cuando esa suave y aguda voz interrumpieron sus pensamientos, inmediatamente giró su mirada hacia donde la niña se encontraba ubicada. Una leve sonrisa se dibujó en sus labios y él asintió suavemente, no sin antes hacer un gesto con su mano para que la niña se acercara a él.

Extendió su mano para que la niña la tomara y luego sentarla sobre sus piernas. “¿Alguna vez te hablé de las veces en que tu mamá me dejaba cuidarte?” No necesitaba alguna aclaratoria para que la niña entendiera que se refería a Shelby y no a Quinn, Puck entendía que la relación entre la mujer y la niña era más estrecha de lo que él esperaba, jamás podría cambiar eso y de alguna manera tenía que aprender a estar de acuerdo con eso.

“Eras tan solo una bebé, tenías un año, quizás menos.” Empezó a relatar una vez que Beth aseguró que no conocía esa historia. “Tu mamá trabajó unos meses siendo directora de The Troubletones, un Club Glee de chicas en McKinley. Como sea, iba a visitarla muy seguido y normalmente le costaba mucho lograr que te durmieras o hacerte dejar de llorar.” Sonrió de costado mirando a Beth, por más que el tiempo había pasado, él seguía viéndola como esa pequeña bebé. “Uno de esos días llevé mi guitarra y sólo empecé a tocarla, bastó con eso para que te calmaras. No te había visto desde el día en que naciste pero bastó con que me escucharas para que te calmaras. Era como si supieras quién era.” Al finalizar sus palabras comenzó a tocar las notas para iniciar la melodía de “I’ve been waiting for a girl like you.” esa misma canción que él solía cantarle a Beth durante ese recuerdo que estaba compartiendo.

Avatar

Slow down, you crazy child.

Últimamente, Puck no hacía más que sentirse impotente ante todas y cada una de las circunstancias en las que se encontraba. Por una parte estaba su carrera, las cosas debían ser distintas, incluso a este momento desconocía su estatus dentro de la fuerza aérea ya que la última vez que estuvo en su base, tuvo que abandonar todo por el nacimiento prematuro de su hijo. Por otra parte, el hecho de que Christopher, su pequeño bebé hubiese nacido bajo esas circunstancias extraordinarias hacía que su corazòn se acelerara con cierto aire de temor por solo pensar en todo lo que el pobre bebé había pasado desde su llegada al mundo y Quinn, quien aparentaba mantenerse fuerte ante todos, Puck la conocía lo suficiente como para saber que en estos momentos ella se encontraba tan frágil como el pequeño bebé a quien apenas había podido sujetar en sus brazos.

Pero irónicamente, la mayor preocupación de Noah era Beth, esa niña quien en un principio parecía ser tan dulce pero últimamente parecía tener un escudo que le impedía expresar alguna emoción hacia él o cualquier otro integrante de su familia biológica, su única familia. Por más que él quería pasar esto por alto, simplemente no podía. Por más que intentaba hablar con la niña, cada vez esa relación padre-hija que Noah tanto añoraba tener con la pequeña, parecía alejarse cada vez más, al punto que él se sentía tan mal padre como el suyo propio.

Una de esas largas noches en las que Puck no podía dormir, como ya era costumbre desde todos estos acontecimientos, con su cabeza revuelta entre pensamientos del qué hacer, Puck bajó por las escaleras en búsqueda de un vaso de agua pero una vez en el estar se detuvo, sentándose en frente al piano que reposaba en la esquina del living, y recordando las palabras que años atrás repetía sin parar el Sr. Shuester, sintió esa necesidad de cantar esas palabras que se reprimía o esas que no podía decir a Beth o incluso a Quinn, necesitaba desahogarse de alguna manera y para Puck, en ese momento, comenzar a tocar unas notas en ese no tan viejo piano era lo más indicado.

Slow down, you crazy child You're so ambitious for a juvenile But then if you're so smart, then tell me Why are you still so afraid? Where's the fire, what's the hurry about? You'd better cool it off before you burn it out You've got so much to do And only so many hours in a day

De alguna manera, mientras Puck cantaba para si mismo, en la soledad de ese salon vacío, podía visualizarse a sí mismo aconsejando a su pequeña hija, aunque en esa imagen en su mente no era la casi-adolescente que vivía con él y Quinn, sino a esa bebé de apenas un año al quien solía visitar durante la estadía de Shelby en Lima, esa tierna niña que tan solo con escuchar la voz de su padre con su guitarra lo observaba como si fuese la persona más importante del mundo. Puck definitivamente extrañaba eso.

But you know that when the truth is told That you can get what you want or you get old You're gonna kick off before you even Get halfway through When will you realize, Vienna waits for you

Más recuerdos rondaban en la mente de Puck, esta vez no sólo con Beth, sino con Quinn, desde que comenzaron a coquetear a los 15 años el uno con el otro a escondidas de Finn, de esas largas sesiones de besos que tenían en la habitación del conserje de McKinley y el dulce sabor a mango del labial que Quinn utilizaba a esa edad. Si, podría decirse que extrañaba esos días también, se suponía que su vida juntos sería más fácil pero cada día que pasaba parecía un desafío.

Slow down, you're doing fine You can't be everything you want to be Before your time Although it's so romantic on the borderline tonight Tonight, Too bad but it's the life you lead You're so ahead of yourself that you forgot what you need Though you can see when you're wrong, you know You can't always see when you're right. you're right
You've got your passion, you've got your pride But don't you know that only fools are satisfied? Dream on, but don't imagine they'll all come true When will you realize, Vienna waits for you?

Las palabras de la suave melodía salían de su boca con ese sentimiento tan particular que caracterizaba a Puck cuando dedicaba una canción, no tenía idea si seguía solo en la habitación pero algo si era cierto, esa impotencia que sentía desde hace días, al menos durante ese par de minutos, había desaparecido.

Avatar

MMS; Puck

Quinn: Mira quién vino a ver a mamá airmanpuckermxn

Puck: ¡Mi campeón está creciendo! Por qué es que lo dejan salir cuando dejo el hospital :( Voy a pensar que tienes algo que ver en eso, Fabray.

Quinn: Ríe chinito, se ríe y yo lloro porque el chino ríe sin mi (8). No, no tengo nada que ver. Salió la casualidad de que estaba mejor y me lo trajeron nada más. Es una preciosura, Noah. 

Puck: ¿Ves? Tenemos un talento, Fabray. Creamos niños perfectos, no podemos desperdiciar eso ;) Sólo trata de que se quede ahí hasta que llegue, ¿Por favor? 

Avatar

☏ Southland School.

Beth: Con sus pies puesto sobre el marco del auto y con sus brazos cruzados, no podía hacer nada más que pensar en silencio. ¿Qué le diría a Quinn una vez que volvieran al hospital? ¿Noah haría algo al respecto? ¿Qué le dirán sus compañeros mañana por la mañana? Pensar... pensar y debatir. Escuchó a Noah hablar cuando detuvo el auto. sintió un golpe en el pecho cuando el hombre empezaba a emitir las primeras. Creyó que comenzaría a retarla, a decirle cosas que simplemente tendrían un repudio en la pequeña rubia. Adempero, cruzó sus brazos y relajó un poco su mirada al escuchar las oraciones que Noah hilvanaba una y otra vez. Quizás tenía razón en lo que decía, pero simplemente habia algo que corroía todo aquel "sentimiento" propio que existía en ella. Quizás era su orgullo, pero extrañaba a su madre en sobremanera y no había nadie que supliera las reprimendas y palabras suaves que ella le decía una y otra vez. No era lo mismo, pero de cierto modo le tranquilizó hasta un limite que podía dejar de exagerar. Si bien no había sido su intención iniciar la disputa entre su compañera y ella, las cosas se habían ido a trasmano. Lógicamente defender su orgullo era aún más importante que golpear de hecho a trecho a la niña. Volvió a ponerse recta una vez que el moreno le comparó. "Yo no soy como tú" le repitió sacando su cabello detrás de su oreja. "Nunca me compares contigo" volvió a decir con angustia. Sentía que aquella similitud le volvía ante una diferencia parcial. Sí, había empezado aquella disputa pero ella no siempre peleaba. Shelby la había criado muy bien como para no seguir los pasos de sus progenitores "No porque esté con ustedes ahora podrás sentirte cercano a mi, Puckerman. Soy Corcoran; no con tu apellido" repitió nuevamente. Quería dejar en visto que aún mantenía el nombre de pila de su madre adoptiva y era algo que simplemente no podía olvidar. Buscó entre sus cosas un par de audífonos y lo enchufó en su teléfono. Se puso a escuchar música - "A escuchar música"; porque no estaba funcionando. Solo quería que el morocho se quedara en silencio ante tanta utopía.
Puck: Él no esperaba una respuesta receptiva por parte de la niña, en realidad. Puck a su edad habría dicho cosas peores, por más que la niña afirmaba cada vez lo contrario, sus rasgos de Puckerman eran cada vez más evidente pero tenía esa combinación con el caracter de su madre y su habilidad para lastimar con las palabras, lo que la hacía incluso peor. Puck suspiró profundamente, era lo único que podía hacer, no tenía intenciones de gritarle a Beth, amaba mucho a su hija como para que ella recibiera malos tratos de parte de su padre. Padre. Puck aún se sentía extraño utilizando esa palabra, incluso siendo para si mismo. Nunca tuvo un buen ejemplo como esa figura y su mayor temor era fallarle a sus hijos de la misma manera en que su padre le falló a él. "Tienes razón." Dijo luego de un rato, al poner el auto en marcha. "Y agradezco mucho que no seas como yo, Bee." Dijo Puck con cierta melancolía y sacudió levemente el cabello amarillo de la pequeña. No dijo más nada, no tenía sentido discutir con su hija, no cuando ella no entendía nada sobre las circunstancias actuales o al menos no parecía entender todo lo que había sucedido en los últimos meses desde la muerte de Shelby. Muchas veces deseaba que Shelby jamás se hubiera ido, no solo por el "aprecio" que sentía con ella pero también porque Beth estaba mejor con ella, era a ella a la única que reconocía como su madre, después de todo. Luego de sus palabras, el resto del camino a casa fue silencioso. Puck no tenía ánimos de seguir recibiendo reproches de Beth, tenía también a Quinn y al bebé por quienes preocuparse y no creía poder soportar más problema en su mente. Al llegar, estacionó el auto frente a su hogar y bajó del auto, acomodando en su hombro la pequeña mochila color rosa de la niña y abrió su puerta para que ella saliera del auto. "Ve a cambiarte, tenemos que ir con tu madre en un rato, seguro querrá verte." Dijo Puck una vez dentro de la casa, caminando hacia la cocina para buscar hacer un café o conseguirse con una cerveza, probablemente la segunda opciòn.
Avatar

MMS; Puck

Quinn: Mira quién vino a ver a mamá airmanpuckermxn

Puck: ¡Mi campeón está creciendo! Por qué es que lo dejan salir cuando dejo el hospital :( Voy a pensar que tienes algo que ver en eso, Fabray.

Avatar

☏ Southland School.

Beth: La niña estaba desanimada. Claro, había pasado por un momento donde sus emociones parecieron una especie de montaña rusa. Ahora estaba arrepentida, tenía miedo, sentía inseguridad, pero a la vez la rabia la contenía. Era un tanto difícil manejar tantos, pero tantos sentimientos. Un gran nudo inexplicable estaba en su garganta. Sentía la presión crecer en ella a medida que Puck osaba en hacerle preguntas. Asintió cuando le preguntó si estaba bien. Fue un meneo suave, sinuoso. Negó a la segunda. Obviamente no quería que luego del suceso su padre se metiera. Era un problema de ella y de seguro alguien más pagaría por el hecho, pero no. Volvió a negar. No quería hacer nada. Solo estar en la casa y cobijarse en su cama con sus enormes frazadas. "Vámonos" le dijo mientras caminaba cabiz baja y a paso lento. Empujó la puerta del baño y agradecía que todos sus compañeros no estuvieran ahí para objetar la presencia de la niña. Estaban en clases. Caminó sin parar hasta que por fin llegó a la salida. No quiso esperar a Puck, no quería esperar a nadie. Llegó al auto y, apoyada en la puerta trasera, rompió en un llanto silencioso. Ahí, en ese minuto de reposo donde nadie la vería, con su cabello sobre su rostro, unas lagrimitas suaves vagaban por su mejilla.
Puck: Una vez en el auto, Puck se aseguró de que Beth llevara su cinturón puesto y puso en marcha el auto camino a su casa, mientras se adentraba a la carretera, la miró de reojo, por más que todos, incluyendo sus familiares y amigos más cercanos, decían que Beth era idéntica a Quinn, en ese momento, Puck sólo veía un reflejo de él mismo, era como un Déja Vú de todas esas veces cuando su madre iba a buscarlo en la dirección por problemas con los otros niños. Entendía completamente lo que Beth pensaba y también el rechazo que sentía hacia sus padre, era exactamente lo mismo que él hacía. "Bee. Te diré algo y te prometo no hablar más nunca al respecto si no quieres hacerlo." Dijo Puck deteniendo el auto unas cuadras más adelante de la escuela, teniendo así total privacidad con su hija. "Lo que hiciste hoy con esa niña, muchos van a decirte que estuvo mal, que no debiste responder con violencia, que debes comportarte y todas esas cosas que los adultos debemos decir porque es como siempre nos educan pero... ¡Al diablo eso! Ella se lo buscó, no debió molestarte. A tu edad, fue cuando empecé a tirar a los demás en los basureros. Se burlaban porque no tenía un padre como los demás o porque era judío, obviamente no iba a permitirlo. Era de esos chicos que los demás lo ven y piensan que les robará el dinero del almuerzo.. Como sea, pasé probablemente todo mi tiempo en la escuela siendo ese sujeto, ¿Y sabes qué? Pensaba que ser así era genial, me hacía más atractivo a las mujeres y me hacía un Badass. Pero, ¿De qué me sirvió? Nada bueno, no fue hasta que tu Tío Finn murió cuando entendí que la vida es muy corta como para perder los buenos momentos intentando ser algo que realmente no era." Puck intentó explicarle a la niña. "Lo que intento decir es que... Puedes expresarte como quieras, ya eres casi una adolescente, pequeña. Pero tienes una gran ventaja que tu madre y yo nunca tuvimos a tu edad, ni en mucho tiempo, tienes una familia que se preocupa por ti y que estará ahí a tu lado a pesar de todo, incluso si tu no lo quieres así. Los últimos meses han sido difíciles para ti, lo entiendo, yo probablemente habría reaccionado peor, sólo digo que no siempre tienes que ser esa chica ruda de la escuela, aveces está bien llorar, demostrar sentimientos hacia alguien, hacia tus padres, tu hermano, nada de eso te hará menos que nadie y mucho menos te hará sentirte menos, muchas veces por siempre estar a la defensiva y ser esos Badass perdemos muchos momentos importantes, ¿Sabes?" Explicó mirando a la niña a los ojos y acomodando detrás de su oreja el cabello desordenado que caía sobre su mejilla, esperando lograr tener receptividad por parte de la niña.
Avatar

☏ Southland School.

Beth: Al ver que su padre venía -entre reojo, porque no levantaría su rostro; ante muerta que sencilla- sintió un aire de seguridad que muy pocas veces sentía al tenerlos presente. Le pasaba muy seguido cuando era Shelby quien venía por ella cuando algo ocurría, por lo tanto, estaba un tanto indecisa. Sabía que quería tirarse a sus brazos y romper en llanto, pero entendía que no podía. Había algo en ella que lo impedía. Quería ver a Quinn y eso tampoco ocurría normalmente. Menos ahora. No obstante, sentía esa ira incontenible en su cuerpo, esas ganas de seguir golpeando y protestando. Era indescriptible. Miró al muchacho con un simple gesto y volvió a guardar su rostro entre sus piernas. "Vamos" le dijo. Pero no se movió. Le pegó hasta un manotazo leve, pero fue de forma inerte. No quería que nadie la viera llorar, especialmente afuera y menos su compañeros. Salir de ahí, con los ojos rojos y su nariz también, significaba un hecho a demanda de molestia. Mañana o al día siguiente, habría un grupo de molestosos detrás de ella. O quizás no. Todo dependía de lo que pasara a tras manos. Miró los zapatos del moreno y se levantó del suelo, pero sin emitir contacto alguno con él. Tenía su cabello desordenado y todo desnivelado. Era una de las cosas que más le molestaban. La enfermera, había traído las pertenencias de la niña e inclusive su mochila y cuadernos. Estaba lista, pero aún así, no podía moverse.
Puck: Ver a Beth, su pequeña hija, en ese estado hacía que Puck se sintiera aún más impotente, ya con tener a Quinn y a Chris en un hospital era suficiente pero el hecho de que también Beth estuviese sintiéndose mal, lo hacía sentir como un completo fracaso como padre y futuro esposo. Necesitaba que su familia regresara a casa completamente y que todos olvidaran todo ese sufrimiento de los últimos días. El hecho de ver a Beth así, lo deprimía tanto como ver a Christopher en su encubadora, ¿Era que acaso la había descuidado? Pensó Puck. Sentándose a su lado con el pequeño bulto rosa de la niña a su hombro, cuando quedaron ellos dos ahí solos, Puck con gentileza, alzó el rostro de la pequeña niña para verla a los ojos. Beth era una persona difícil, quizás más que su propia madre, por lo que muchas veces Puck no sabía cómo actuar o qué hacer para complacerla. "Bee... Si no quieres hablar sobre esto, lo entiendo porque a tu edad tampoco habría querido hacer eso pero..." Puck suspiró. "¿Estás bien, nena? ¿Quieres que lastime a alguien? Puedo hacerlo, normalmente a los niños los asusta ver a un sujeto como yo en uniforme de militar. Sabes que haría cualquier cosa por ti, ¿Verdad?" Expresó Puck con una tonalidad suave, intentando animar a su hija. "O, si quieres ignorar todo lo que acabo de decir, podemos salir de aquí, ir por algo de Pizza con Tocino, qué sé que te encanta tanto como a Quinn y luego pasar un rato los dos, ya sabes como antes, jugando videojuegos o cualquier otra cosa que prefieras. ¿Qué dices, Monkeyface?"
Avatar

☏ Southland School.

Inspector: "Lo estaremos esperando, General" le dijo el hombre ya perturbado. Objetivamente el hecho de que el moreno viniera y no Quinn como estaba acostumbrado, le ponía nervioso. Tal vez el padre de su alumna estaría aún más molesto por el hecho de que no tuvieran la precaución de haber separado a las niñas en cuanto notaron que las cosas se volvían difíciles. Pero casi nunca les ocurría algo como eso. Solo con los niños. En cambio, ellos peleaban y al rato estaban siendo los mejores amigos por siempre. Aquí no ocurría. La amiga de Beth se había escapado. Quizás dónde estaría escondida. A la rubia menor la habían encerrado y todo era imposible. Al momento en que Noah llega, al inspector le sudaban las manos a gota gorda. "Señor, Puckerman, esto no pasa muy seguido. La culpa es de las niñitas, pero le prometemos que eso no va a volver a pasar. Tenemos que hacer una investigación interna sobre lo que sucedió y de ahí vamos a sacar conclusiones" Le decía el hombre mientras caminaba a paso rápido como si alguien lo estuviera persiguiendo. Ahí, en el baño de mujeres del primer piso, un grupo de alumnos se había aglomerado para saber qué pasaba. La inspectora general intentaba buscar entre todas las llaves algo que pudiera servirles, pero no había caso. Cuando llegaron al lugar, los espectadores se fueron a sus respectivas salas y dejaron que los tres quedaran a disposición. Beth ya no se escuchaba. Lógicamente la primera hora gritaba porque alguien le abriera la puerta, pero ya todo parecía imposible. No se veía porque estaba apoyada en la pared de la puerta y sus lágrimas caían como dos gotas que al pasar de rato dejaron su carita roja y su nariz también. Tenía su brazo morado, un labio semi partido, pero lo que era peor para ella, su corte de pelo. Había un mechón que no cuadraba y fue este el que dominó toda su ira. La compañera había quedado peor, logicamente. Su molestia hizo que le doblara por completo el brazo y le mordiera con tanta fuerza una parte del mismo. Abrazada a sus piernas, esperaba como una princesa a que alguien concuerriera a su ayuda. Solo pedía que no la tapizaran a preguntas.
Puck: Caminando a un lado del sujeto, casi corriendo, Puck tuvo que contenerse, tenía ganas de romperle el mismo la boca a el inspector por dejar que Beth pasara por esto bajo su supervisión, pero Noah estaba consciente que debía controlarse. Por muy complicadas que fuesen las cosas. "Luego conversaré con usted. Pero creo que a este tiempo ya han conocido el carácter de mi hija, no es la primera vez que sucede. Ella... Es reactiva, su madre y yo lo somos. Ella también debía serlo. Como sea, hablare con usted después. Primero iré con ella." Entre un suspiro, después de que el resto se alejo, el se fue acercando a la niña. Al verla ahí llorando, con los golpes causados por la otra niña, tuvo esa misma sensación que sentía cada vez que podía ver a Chris, ese instinto protector parecía despertarse una vez mas. Suspiró, mientras también pasaba por su mente que definitivamente, Quinn no podía ver a Beth en este estado, al menos no ahora mismo. "Hey, Bee. Estoy aquí." Se acercó Puck lentamente, aún le era complicado tratar con la niña, ella tenía esa personalidad terca de Quinn, solo que un poco mas, por lo que contentarla no era trabajo fácil. "¿Quieres irte a casa? No tienes que quedarte aquí, nena. Podemos regresar a casa y ya sabes, pasar allá un rato de padre e hija." Puck se sentó a un lado de ella, en el suelo y levantó la carita de la niña para secar sus lagrimas. "¿O prefieres que hagamos otra cosa?" Insistió, necesitaba obtener una respuesta de la niña, o al menos una señal de receptividad, tal como Quinn, tenía presente que Beth no hablaría al respecto de lo sucedido, solo debía esperar que ella misma quisiera mencionar las cosas. Por ahora lo importante era sacarla de ahí, y en eso era que Puck se enfocaría.
Avatar

☏ Southland School.

Inspector: Estaba tan aturdido que escuchar que le corregían era algo inesperado. – Pero hablo con...¿Noah Puckerman? – volvió a decir mientras pasaba sus manos por su rostro. La auxiliar todavía no llegaba y la niña todavía estaba en el baño, encerrada. Quizás con cuantos golpes habían sido los que acareaba. La otra estudiante se había escondido porque sabía que si Beth la encontraba, volvería a romperle un hueso como ya lo había hecho. De hecho, la rubia estaba segura que su compañera estaría llorando por todo lo que le había hecho. Si bien la niña había empezado, Beth no dudó en seguir la pelea. –Necesitamos que alguien de la familia de Beth Corcoran venga por ella. Estamos intentando sacarla del baño por más de dos horas y requerimos que venga alguien. No sé, algún tío, familiar– decía el hombre un tanto incómodo. Nunca le había tocado ver tanta furia en los ojos de las niñas, objetivamente en Corcoran, quien siempre fue un tanto desordenada, pero excelente alumna.
Puck: "Si, si. Soy yo." Contestó Puck desinteresado, no tenía idea que se tratara de algún problema y mucho menos con su hija, ya con todo lo que pasaba por su cabeza era mas que suficiente como para agregar mas preocupaciones, en ese momento, Puck sentía que sus ojos estaban por cerrarse solos, pero en el preciso momento en que sintió que su cuerpo no podía seguir manteniéndose despierto, el nombre de su hija vino a la conversación, lo cual le implicó el mismo efecto que le haría una taza cargada de café. Se levanto de golpe y restregó sus ojos con la mano que no sostenía su teléfono. "Su nombre es Beth Puckerman." Corrigió, quizás lo dijo porque no tenía más palabras que decir sobre el comportamiento de la niña, el estaba consciente que ella se estaba comportando de manera extraña desde que el bebé nació pero teniendo tanta cosas pasando, Puck no le había prestado mucha atención, catalogando sus acciones como otra de sus malcriadeces. Un audible suspiro se escapo de sus labios y negó con la cabeza. Fue en ese preciso momento también cuando finalmente entendió Puck cada uno de los sermones que su madre solía decirle luego de sus miles de detenciones, dentro y fuera de la escuela. Ser padre no era nada fácil. "Voy saliendo a la escuela." Informó, no era como si Puck tuviera otra opción. Normalmente, Quinn era quien sabia lidiar con esas situaciones pero ella aun no estaba en condiciones. Además que tampoco quería preocuparla por una simple pelea de Beth en la escuela, ya Quinn también tenía muchas cosas encima como para agregar otro problema mas. Dicho esto, Puck guardo su celular en su bolsillo y tomo las llaves de su auto para dirigirse a la escuela de la niña, no sin antes recoger otro café para así tener completa atención no solo en su hija sino también para evitar dormirse en la carretera. Al llegar al lugar, Noah estaciono su vehículo, y camino a la oficina del director. No era la primera vez que recibía ese tipo de llamadas por lo que ya era un lugar frecuentable para el. "Sr. Inspector." Saludo al sujeto con un apretón de manos. "Noah Puckerman. Soy el padre de Beth." Le indicó, esperando que el sujeto lo guiara con su hija.
Avatar

☏ Southland School.

Inspector: Reiteradas ocasiones el encargado de la inspectoría había intentado abrir el baño de niñas. No obstante, estaba cerrado y la única llave la tenía la auxiliar que hoy se había justificado. Todos murmuraban que algo había pasado, pero nadie sabía qué. Solo entendían que Beth y otra compañera más había peleado "hasta la muerte" y dejaron un concepto marcado de la discriminación escolar. Como la rubia tenía una sangre aguerrida, no se dio por vencida y dio trinchera. Fue ahí donde no pudo más y su amiga -o la que consideraba una- la dejó encerrada ahí. El inspector daba vueltas llamando a la madre de la rubia, pero la cosa parecía imposible. Noah era el único aplicable para la situación. Esperando al tanto del teléfono, logró comunicarse –¿Aló? ¿Señor Puckerman? – preguntó
Puck: Luego del repentino nacimiento de Christopher, Puck apenas podía recordar la última vez que él había descansado propiamente, tener a su bebé y su /esposa/ aún en el hospital ya era algo difícil pero también debía hacerse cargo de la pequeña Beth, quien a pesar de que su madre y su hermano continuaban sin poder regresar a casa, debía seguir con su vida cotidiana, por lo que Puck intentaba también dedicarle parte del tiempo a la pequeña, a pesar de que durante los últimos días se había quedado con Rachel y Jesse. Su rutina consistía en amanecer en el hospital en esas incómodas sillas de acompañantes, ver un par de veces a Christopher, o al menos cada vez que las enfermeras lo permitían, asegurarse de que Quinn se mantuviera estable y saludable para darle fuerzas tanto a ella como al bebé y claro, debía salir corriendo a buscar a Beth a las horas de entrada y salida en la escuela, pasando así al menos un par de horas, escuchando las cosas de la pequeña, quien intentaba actuar como si las cosas dentro de su familia siguieran con total normalidad. Al momento de recibir la llamada, Puck estaba a punto de cerrar sus ojos, el joven necesitaba con desespero regresar a su hogar, a su propia cama y retomar las horas perdidas de sueño durante los últimos días. "Sargento Puckerman." Corrigió a la voz desconocida, lo último que esperaba era recibir alguna queja de su hija, su mente realmente no tenía espacio para alguna otra preocupación, no mientras su bebé permanecía delicado de salud.
Avatar

where's my baby? | quicketh s

Quinn: "No me interesa verlo" respondió con cierta altanería. Detrás de ese sentimiento, ocultaba su verdadera preocupación. Le importaba tanto su hermanito como la salud de su madre, pero se había mantenido realmente atenta a todas las noticias y a lo menos, durmió unas cinco horas preguntándole a Rachel a qué hora irían a ver a Quinn. Al llegar donde Quinn, se recostó a su lado de una vez, sin siquiera pedirlo. Rachel las observaba con cierta melancolía. Por más que Beth quisiera ocultarlo, estaba ahí, a su lado. Como la rubia comía su "almuerzo" nutritivo, la menor aprovechó el momento para también hacerlo. Fue Beth quien se comió el plato de fondo de su madre y se quejó además de la falta de sal. Las cosas eran diferentes con Judy. Ella, mantenía su postura social por delante de la salud de su hija. Para ella era algo totalmente inepto al hecho de que Noah se quedara porque sabía "según su pensamiento" de que sus "mujeres" estarían mejor sin un hombre. Al terminar de escuchar todo lo que Noah le decía, se sintió ofendida. "Otro Puckerman en la familia" repitió como si se tratase de lo más atroz del mundo. Era como si la especie o su vida dependiera de ellos. "No creo que sea tan así, Noah" le repitió como si supiera de bebés. "Si no nace en sus treinta y tantas semanas, será un retardado como el hijo de mi amiga Kate" repitió para así terminar hablando casi sola una vez que Noah se alejó de ella. Se acercó al mesón de informaciones de la maternidad para preguntar si en el casino vendían un poco de trago. Así era Judy. Un tanto estrafalaria y especial. Algunas cosas como vivir en Ohio a pesar de tener todas las oportunidades de salir de ahí, eran las situaciones que la aproblemaban. Y he el dicho que aunque a la mona la vistan de seda, mona queda. En la habitación, en cambio, Beth continuaba en la cama de su madre, conversando con Rachel y musitando de la modesta realidad.
Puck: Por más que él conocía lo suficiente a su hija como para saber que sólo estaba haciéndose la dura al mostrar desinterés por el bebé, le molestaba que ella dijera cosas como esa, más al tener en cuenta que el niño aún estaba delicado de salud. No obstante, para completar, tenía que también lidiar con los comentarios tan apáticos de Judy Fabray, los cuales eran peores, considerando que era una mujer y no una niña de 11 años. Todo ese progreso que Judy había tenido desde haber sacado a Quinn de su casa, desde que volvió a dejar que se mudara hasta volver a convertirse como en esa madre que ella no había sido antes, parecía desmoronarse en ese preciso momento. Al escuchar la palabra "retardado", Puck sintió una ira enorme por todo su cuerpo, tanta que si Judy hubiese sido un hombre, ya estaría en el suelo golpeándola, pero el caso era distinto y debía controlarse. Dando unos pasos hacia la habitación de Quinn, se detuvo donde un par de militares razos cumplían con su guardia. "Saquen a esa mujer de aquí. No la quiero cerca a mi familia. Háganlo y me encargaré que sus superiores los recompensen, sino haré lo contrario." Ordenó con cautela. Siendo esos militares poco diestros en sus campos, aceptaron en cumplir la petición de Puck. Al regresar a la habitación, una sonrisa se dibujó en el rostro de Puck, Quinn definitivamente tenía otro semblante, la visita de Beth parecía ayudarla más que su misma presencia. "Me estaba aburriendo allá afuera... Además, prefiero pasar un rato más con mis chicas favoritas." Dijo con una sonrisa la cual terminó con un largo bostezo. Desde que Quinn había entrado en trabajo de parto, Puck había sido una roca, no se había movido del hospital, no había descansado a tal punto que ni siquiera podía contar las horas que llevaba despierto, las que sea tenían que ser una especie de récord. Sus ojeras colgaban bajo sus ojos, su barba comenzaba a crecer por no afeitarla en los últimos días y la única comida en su estómago eran esas golosinas de esa máquina en el pasillo de la sala de espera a la cual acudía al menos tres o cuatro veces al día.
Avatar

where's my baby? | quicketh s

Quinn: Le sonrió de lado al ver que intentaba alimentarla. Definitivamente la comida del hospital no era lo mismo que las ingestas que cocinaba Noah o ella. Pero debía aceptar aunque fuera la ensalada. Una vez que el moreno le dio la primera probada, sintió que un peso volvía a caer encima "Dios, a esto le falta mucho aliño" exclamó volviendo a mirar al muchacho con la nariz arrugada. Lamentablemente las cosas eran así "Desearía comer un pan con lomito, unas papas fritas y nuggets" bromeó nuevamente, recostándose un poco hacia atrás y volver a beber del jugo que tenía a un lado. Sonrió de lado al escuchar que su pequeña estaba preocupada por ella. Aquellas acciones no se veían en ella o tal vez no estaban acostumbrados a presenciarlas. Al ver que su padre volvía, la niña se levantó del asiento con toda la rapidez de mundo para tirarse sobre sus brazos. La presencia de la madre de Quinn no había sido un buen indicador para ella y de seguro no lo serían para la rubia mayor. "¿Está bien?" preguntó la rubia pequeña por su madre, quien merecía la atención en ese momento. "¿De veras puedo ir a verla?" preguntó con una sonrisa, buscando a Rachel para poder entrar. La morena tomó su mano y partió junto a ella. Jesse se quedó afuera con el pequeño de ambos, para así evitar problemas pequeños como los ruidos y molestias. Una vez que llegaron a la habitación correspondiente, Beth entró apresurada hacia la rubia. "Hey" exclamó la mayor abriendo sus brazos para recibirla. En menos de dos minutos, Beth estaba encaramada en la misma cama y la abrazaba con fuerza. Rachel y Quinn conversaban sobre lo agradecida que estaba por haber presenciado todo y compartido con ella momentos tan indispensables. La rubia le mostraba las fotografías del pequeño Chris mientras que Beth se hacía la desinteresada. No era que no le importara, pero él había sido el culpable de que su madre quizás se muriera y le aplicaba cierta melancolía al asunto, aunque internamente, se moría de ganas por sostener al pequeño. Mientras, afuera, Judy observaba a Noah con los brazos cruzados "¿Cómo se te ocurre haberte quedado aquí y no irte con tus amiguitos de los militares?" le dijo casi en un tono seguro "Yo habría podido con esto sola, Noah" continúo con su pesadez "La abríamos llevado a un hospital muy muy bueno alla en New York donde tiene atención las 24 horas. Supongo que aquí solo conseguirá unas .. ¿7? " preguntó con altanería. "¿Cuándo la podré ver? -ugh, se debe de ver tan mal" exclamó "La última vez que cayó en cama se veía terrible. Estaba toda despeinada y no tenía ni su ropa, no me imagino lo desaliñada que debe de estar" perseveró la mayor, moviendo sus orbes de un lado a otro como si la apariencia de su hija fuera más importante que su salud. Ni siquiera había preguntado por el bebé. Lo daba por fallecido. Por esas razones, Quinn nunca se había llevado tan bien con Judy y esperaba que alguna vez por todas, el morocho lo entendiera.
Puck: Con una vaga sonrisa, Puck observó a Quinn en cuanto probó la ensalada y asinti{o. "Si, bueno. La comida de los hospitales es terrible, debe ser algo universal." Acordó con la rubia y antes de salir besó su mano. "Al menos estás recuperando el apetito, eso es bueno. Regreso en un minuto, nena." Puck salió de la habitación cuando informó a los demás, se aseguró de susurrarle a Beth al oído. "Se buena con tu mamá, okay. Aún no puedes ver a tu hermano pero está mejorando." Explicó a la niña, Puck ya la conocía lo suficiente como para entender que aunque ella no lo demostrara, había estado tan preocupada como todos los que ahí estaban. Esperó que Rachel y Beth entraran a la habitación de Quinn y fue en ese entonces cuando se giró hacia Judy. No esperaba escucharla siento tan... ¿Superficial? Se suponía que debía preocuparse por el bienestar de su hija y su bebé, no por el aspecto que la rubia llevaba. Su reacción inicial fue girar sus ojos, las últimas veces que había hablado con Judy, incluso durante su última visita a Lima y los últimos años de la secundaria, ella parecía haber cambiado y mejorado esa amarga relación con Quinn, después de todo, Puck siempre aseguró que el único patán en la familia Fabray era Russell. "Me quedé aquí porque es donde mi familia me necesita, Judy." Contestó con autoridad. "Y no es que lo hayas preguntado, pero Quinn llegó grave al hospital, si hubiesen esperado un tiempo más para sacar al bebé quizás ninguno lo habría logrado. Y aunque tampoco parecía interesarte, tienes un nieto que está luchando por su vida y está haciendo un gran esfuerzo por recuperarse." Continuó, sintiéndose indignado por el comportamiento de su suegra. "Así que felicidades, abuela. Tu nieto probablemente tenga una gran oportunidad de crecer como cualquier otro niño que haya nacido a término." Dicho esto, Puck se dio la media vuelta para regresar con Quinn.
Avatar

where's my baby? | quicketh s

Quinn: El hecho de tener a Chris en sus brazos, hacia que el tiempo fuera lento y provechoso. Era algo maravilloso, aunque podía desear que el pequeño no se encontrará en aquella situación. No obstante, al separarse de él, sintió esa necesidad de sostenerlo en todo momento. No quería dejarlo ahí, postrado a la extraña varité de la vida, pero también estaba la niña afuera. No quiso tampoco hacer algún comentario sobre lo que había pasado anteriormente, seria una estupidez si decidiera emitir algún comentario. Aun cargaba con la pesada mochila de la modesta realidad donde ella era la culpable en todo momento. Como estaba en la silla de ruedas, era dependiente de alguien al 80%. Por lo tengo, una vez que Chris pasó a la incubadora, volvieron a la habitación. En ese minuto, entró la auxiliar encargada del almuerzo, se llevó el desayuno que Quinn no había tocado y dejó un almuerzo suave. Puré con carne al jugo, unas cuantas ensaladas y un postre suave de pudín. Lógicamente no iba a servirlo. No tenía apetito y de seguro se deshidrataría por eso. Pero era todo producto de las hormonas y nauseas extrañas. Se recostó como pudo y, arregló la cama para mirar a Noah, quien la ayudó en todo momento "¿Beth está afuera? " preguntó con una sonrisa "Podrías traerla un rato para acá. Necesito de esos abrazos fuertes" musitó, buscando el jugo de la bandeja para así tomar un poco de ello. En la sala de espera, estaba Judy. Nadie sabia cómo y cuándo había llegado, pero su presencia se sentía en el ambiente, inclusive con Beth quien, sentada en el lugar, estaba callada, intimidada pues la mujer alegaba sobre lo pequeño y descolorado que era el lugar. Se sentía la tensión desde fuera.
Puck: Una vez en la habitación de Quinn, Puck la ayudó a regresar a la cama y besó su frente luego de acomodarla ahí, después de ver al pequeño Chris, lo último que quería era volver a incomodar a Quinn, ya ambos tendrían suficiente tiempo para discutir, ahora lo importante era que tanto el bebé como ella se mejoraran para que salieran de ese lugar. "Si, iré por ella. Pero..." Se detuvo, tomando la bandeja junto a la cama de Quinn para acomodarla sobre sus piernas. "Debes comer, nena. Sé que no quieres pero debes mantenerte alimentada, ya sabes, por Chris y eso... Necesitas comer algo." Acercó con un tenedor la ensalada para llevarlo a la boca de Quinn. "Vamos, sólo esto. Te hará bien, nena." Volvió a dejar el recipiente con la ensalada sobre la bandeja, acomodándola sobre el regazo de Quinn para que ella misma pudiera proseguir. "Iré por Beth y mejor prepárate porque no creo que quiera soltarte en un buen rato. Nunca la había visto tan preocupada." Admitió Puck entre un suspiro y se retiró de la habitación sin antes verificar si Quinn intentaba comer. "Hey, Monkeyface. Tu mamá quiere verte." Dijo esto tomándola en brazos. "También pueden ir ustedes a verla, chicos. Le hará bien verlos." Les indicó a Rachel y Jesse pero su mayor sorpresa fue ver a Judy, ¡Claro! Puck lo había olvidado por completo, Judy se suponía que llegaría a la ciudad para acompañar a Quinn durante su ausencia. "Bee, ve con Rachel. Ella te llevará con tu mamá." Bajó a la niña de sus brazos y se acercó a su suegra. "Judy." La saludó. "Lamento no avisarte de lo que pasó pero... Ya sabes, todo fue tan imprevisto. La buena noticia es que Quinn está mejorando, igual el bebé."
Avatar

where's my baby? | quicketh s

Quinn: Estaba tan concentrada en el pequeño, que en ninguna instancia sintió cansancio. A pesar de tener unas ojeras de mil metros, de estar practicamente a instancia de la vida, no se sentía mal. Estaba contenta de poder tener en sus brazos esos cuarenta centímetros de puro amor. "Solo que a veces se podrá poner celosa" continuó con la introducción acerca de Beth "y es un tanto pesadita y ruidosa" perseveró hablándole al bebé como si este entendiera todo lo que le decían. "Pero se llevarán bien" musitó nuevamente, arreglando una pequeña polerita que le entregaba la enfermera en ese momento para que le pusieran luego. Se abría a los lados, por lo tanto, no había problema con la máquina de oxígeno. Sin embargo, al escuchar las palabras del moreno, lo miró mordiendo suavemente sus labios. Si bien lo sabía, era hora de que se lo dijera. Estaba tan sensible que cualquier cosa, inclusive una mariposa podía hacerla sentir sentimental, pero no quería que todo fuera tan traumático. La misma mujer que los había llamado, traía la leche del bebé en un envase pequeño. Lo aplicó al suero y comenzó a alimentarse sin mayor problema. De vez en cuando movía su boquita suavemente, pero permanecía dormido sin abrir aún sus ojitos. Quinn volvió a mirar al moreno y con una sonrisa, devolvió su cariño. "También yo" respondió sin mas, acariciando levemente la piernita del bebé.
Puck: "Perdón por ser un imbécil." Susurró una vez más, besando la frente de su prometida pero manteniendo la mirada en el pequeño Chris. Sus manos eran diminutas al igual que el resto de su cuerpo, era mucho más pequeño de lo que Beth lo fue cuando nació pero aún así, estaba agradecido de tener a su hijo y a su futura esposa sanos y salvos. Le causaba curiosidad observar cómo se alimentaba el niño sin los métodos tradicionales, al ver esa sonda por la que pasaba su alimento, fue cuando Puck volvió a la realidad en la que el pequeño bebé se veía tan frágil como ese tipo de cosas que su mamá nunca lo dejaba tocar cuando aún era un chico problemático. "¿Crees que le duela?" Le preguntó a Quinn, observando los suaves movimientos del bebé mientras se alimentaba. Minutos después, cuando ya el bebé se había quedado dormido, reposando en la incubadora en donde permanecía, la enfermera les explicó brevemente de su progreso más sin embargo, no cambiaba el hecho que aún necesitaba que sus pulmones maduraran completamente y que creciera al menos unos centímetros más. Puck rodeaba a Quinn con sus brazos, escuchando con atención y a la misma vez con cierto temor cada palabra que la enfermera decía. Finalizada esa explicación, les pidió a ambos padres que ya era hora de retirarse. "¿No podemos pasar otros dos minutos con Chris? Apenas nos conoce." Refutó Noah pero sin obtener respuesta positiva, fue en ese instante cuando recordó que debía mantenerse fuerte por Quinn, quien físicamente estaba más afectada de lo que él podría estarlo. "Regresaremos más tarde, nena. Él necesita descansar y tu también. Además, seguramente Bee está muriendo por verte. Y ya sabes como es, no le gusta esperar tanto." Dicho esto, acercó la silla de ruedas para ser él mismo quien la llevara hasta su habitación.
Avatar

where's my baby? | quicketh s

Quinn: En un comienzo, cuando entró Noah por la puerta, sintió esas enormes ganas de salir. Pero no podía, estaba embobada con el bebé sobre su piel. Y además él estaba muy tranquilo. La enfermera le había mencionado que era bastante inquieto y que le costaba ponerle los tubos de tanto que se movía. Con un dedo, acariciaba la espaldita del pequeño con movimientos suaves y calmados. La rubia asintió cuando el muchacho habló. Definitivamente era el más lindo y el que estaba en mejor estado, pero no podía ser egoísta en esos minutos, el bebé que era más prematuro de ahí, seguía luchando en su soledad. Chris estiró la mano a la que Noah acariciaba y adjuntó un pequeño suspiro para volver a empuñarla y acomodarse suavemente a la posición en la que estaba. Quinn continuaba con sus caricias leves por sobre el pelito del niño y, notablemente uno podía percatarse de que el pequeño saldría adelante. Era más grande de lo que se esperaba y era aún más bello de lo que creía. La rubia miró al moreno por unos segundos para luego sonreir por lo bajo, fue ahí cuando nuevamente el pequeño se movió con fuerza para acomodar su cabecita y dejar un leve gesto similar a una sonrisa. Quinn soltó una también y le susurró "¿De qué te ríes?" le preguntó con ese tono maternal que venía de sus entrañas "¿Te ries porque tu papá es un bobo, verdad?" le preguntó despacio y él enarcó sus "cejas" o lo que se notaba de ellas. "¿Lo vas a tomar?" le preguntó Q al muchacho, continuando con los besos y caricias al pequeño. "¿Ya llegó Bee?" preguntó para continuar un tema porque fuera como fuera, los bebés perciben las situaciones y contextos.
Puck: De alguna manera, Puck se encontraba embobado con su hijo. En ese breve momento, el bebé no parecía prematuro y los cables que lo ayudaban a respirar eran fáciles de ignorar, ver a su hijo ahí junto con ellos era lo único que importaba, y sin prestar atención a las razones negativas, la mirada de su bebé era lo más importante en la habitación, él y Quinn en realidad. A ella la miraba con esa mirada que sólo había utilizado una sola vez en su vida: El día en que nació Beth. Puck con cuidado de no lastimarla, la rodeó con su brazo cuando ella finalizó de hablar con el pequeño y plantó otro beso en la frente de la rubia. "No." Contestó ahora con la mirada fija en el pequeño bebé, era imposible de explicar como un bebé tan pequeño e indefenso, con tan solo apretar su dedo con su diminuta manito, hacía que el mundo se detuviera haciendo que sintiera un amor tan grande hacia él que era inexplicable. "No quiero lastimarlo. Estoy bien aquí donde estoy." Dijo con una tonalidad suave, ver a su bebé claramente le cambió la perspectiva, incluyendo en cuanto a esa discusión que ahora parecía no tener sentido. Ahora lo único que importaba era su familia. "Tiene tu sonrisa, Q." Dijo Puck al ver como el niño encorbaba sus labios, simulando una sonrisa al escuchar la voz de su madre, la cual parecía reconocer. "Chris, no soy un bobo pero si soy tu papá. Voy a consentirte tanto que seguramente verás a tu mamá discutiendo por eso en unos años." Le dijo al niño acariciando con tan solo su dedo índice, la mejilla del bebé. "Beth está afuera con Rachel. Quiere verte. Y a ti también, Chris. Tienes la mejor hermana mayor que podrías pedir. Te consentirá quizás más que tu mamá y que yo. La verás apenas salgas de aquí, campeón." Lentamente, giró la mirada hacia Quinn notando esa mirada tan tierna en ella, algo que hizo que prácticamente estas palabras salieran por si solas de los labios de Puck. "Te amo." Le susurró al oido. "Especialmente ahora."
Avatar

INSTAGRAM: @airmanpuckermxn uploaded a photo I’m in love with this little guy. Christopher Finn Puckerman-Fabray, Stay strong, baby. We’re here for you. 50 LIKES, 45 COMMENTS: view all 45 comments

Avatar

where's my baby? | quicketh s

Quinn: Al mantener esa buena relación con la enfermera, pudo ser capaz de olvidar, por unos segundos la conversación con Noah. Estaba molesta consigo misma y más encima, el iba y volvía con sus comentarios poco efectivo.¿Qué quería? La estaban apurando, su médico le había dicho que todo lo que sentiría con los Braxton Hicks serían normales y no dañinos, pero luego todo se había ido a la mierda. Inclusive su cariño hacia el moreno. No quería verlo, estar junto a él ni menos escucharlo. Sus orbes pesaban, pero se mantenía en aquella silla de rueda atenta a todo lo que su matrona de cabecera le decía. Agradeció eternamente que su cuerpo reaccionara tan bien ante tanta catarsis y produjera la leche que Chris necesitaba. Como no tenía el reflejo de succión, que aparece recién a las 32 y 34 semanas y se coordina entre la 36 y 38, tomaba leche con una sonda que llegaba hasta su estómago. Al sacar una cantidad necesaria -que serían 1 cc- La enfermera le preguntó a Quinn si quería verlo comer. La rubia asintió de inmediato, daba igual si su pecho goteaba la ropa, conocería a su pequeño bebé. En el mismo transporte, Quinn debió lavarse las manos con gel y colocarse una bata abierta solo por precaución. La llevó a la sala de maternidad, en el interior de cuidados intensivos. Dentro, la realidad era otra. Habían bebés bajo una intensa luz para que la Ictericia se eliminara, otros que eran aún más pequeño que su propio hijo. Había un bebé de tan solo 20 semanas. Era una cosita del porte de un calcetín. Su madre no lo visitaba por miedo; estaba completamente solo. Antes de llegar donde estaba su hijo, la enfermera se preocupó de enseñarle a Quinn cómo tomarlo y qué hacer con él. Al llegar, la rubia sintió que se desmoronaba. Chris era un bebé indefenso, pero según lo que decía su matrona, le habían sacado la cápsula de la cabeza porque ya no la necesitaba. Había reaccionado super bien desde el último proceso de la noche y tenía todo bien formado. Era pequeñito sí, pero... era perfecto. La rubia se levantó despacio de su silla para dirigirse a la incubadora. El estaba ahí, acostado de estómago con los brazos a un lado. Tenía piernas largas y su test estaba blanquita. Se notaba que tendría un cabello entre café oscuro o negro. Pero todas sus facciones se notaban. Cuando la rubia se acercó, metió su mano por una de las aperturas y acarició los deditos del pequeño. La mujer que la guiaba, le indicó que hacer contacto físico siempre era importante. Despacio y privados de que algo ocurriría, la mujer tomó a Chris para ponerlo rapidamente sobre el pecho despejado de su madre. No era para que amamantara, no, porque era imposible. Era para que establecieran un vínculo de apego, de calor y de calidad. Fue ahí cuando empezaron a bombear la leche que Quinn había traído. El niño se mantenía con su maquina de oxígeno en su nariz y la que llegaba directo al estómago por su traquea. "¿Podría entrar el padre del niño?" preguntó la rubia sin tapujo. La enfermera dijo que sí, pero que debía hacer el mismo proceso que Quinn. La mujer salió rapidamente para gritar el nombre del moreno. Al encontrarlo, esperó a que estuvieran solo los dos para acercarlo como si le pidiera un favor. "Uno, no la exaltes. Será peor, sus puntos se abrirán, se le cortará la leche y las cosas no funcionarán bien. No fue su culpa, fue compartida. Nadie sabía que esto ocurriría. Solo pasó. Así llegan los bebés al mundo. Nunca se sabe. Además ella tenía un historial de parto prematuro y su médico le aconsejó que todo estaría bien. Segundo" dijo sin parar "Irás a ver a tu hijo. El está bien, avanza súper bien, le acabamos de sacar el aparato de la cabeza y ahora está haciendo apego con su madre. Es pequeño, sí, pero no tan indefenso. Subió de peso, no lo perdió y gestua. Si seguimos así, tendrás un campeón en casa en menos de lo que canta un gallo. Si no pueden controlar el comportamiento, no hay devoluciones, ¿entendido?" le habló con tono paramilitar. Llevaba diez años trabajando ahí y conocía cómo tratar a los hombres de ese nivel. Le habían llegado miles en el transcurso. Lo guió hasta la sala de cuidados intensivos y le dijo. "Lávate las manos con alcohol y ponte este traje verde. Cuando estés listo, me avisas" le dijo sin más.
Puck: Aún en la sala de espera con Beth sobre sus piernas, haciendo miles de preguntas sobre el estado de su madre y su pequeño hermano, y sobre qué tan pronto ella podría verlos. Puck le explicaba que podría ver a Quinn en poco tiempo pero no estaba tan seguro sobre cuanto más debía esperar para ver al pequeño Chris. Fue en ese momento cuando él escuchó que la enfermera decía su propio nombre. Le tomó a Puck un par de segundos para reaccionar, no podían ser malas noticias, no soportaría otra de esas. Afortunadamente, no lo eran. "Espera aquí, pequeña." Le informó a Beth, besando su frente y dejándola sentada en la silla que él ocupaba. Se aproximó a la enfermera, quien no paraba de hablar y por más que él tenía mil cosas que decirle cómo que no debía opinar en cosas que no le correspondían, esa autoridad que la mujer demostraba, lo hacían sentir cómo cuando el General Peterson le gritaba en una de sus asignaciones. Cuando la mujer finalizó, Puck sólo asintió. "¿Entonces, puedo ver a mi hijo?" Preguntó con una sonrisa en su rostro, al esperar la afirmación de la mujer, Puck fue por esa bata que debía colocar sobre su ropa y los demás implementos requeridos. Una vez listo, Puck volvió a unirse a la enfermera quien lo guió hacia el paradero del pequeño bebé. Habían varios prematuros, muchos se veían en no muy buenas condiciones y Puck sólo deseaba que su hijo no fuese uno de ellos, no fue sino hasta que vio el cabello rubio de Quinn cuando se dio cuenta de cuál era su pequeño. Puck sentía que su corazón se saldría de su pecho, en ese momento, sus discusiones con Quinn no importaban, sólo sabía que apesar de todo lo que había pasado, una vez más, ellos habían creado un niño tan perfecto, a pesar de que era tan pequeño, Puck lo veía mejor que a cualquier otro bebé en el lugar. Dando un par de pasos hacia Quinn, Puck mantenía su mirada en el bebé en los brazos de su madre y por más que el bebé parecía frágil, era esa una de las imágenes que quería ver desde que supo que Quinn estaba en trabajo de parto. "Es tan pequeño." Susurró, estando a un lado de Quinn, acariciando con su dedo índice una de las manitos del bebé. "Aún así, es el más lindo del lugar, ¿No crees?" Le susurró a su novia, besando su sien. Aunque él lo negaría más tarde, habían lágrimas corriendo por sus ojos. "Lamento todo lo que dije... Yo... Estaba asustado." Admitió, ver al pequeño Chris lo hizo pensar que no valía la pena molestarse con Quinn, no cuando ambos tenían a ese bebé tan pequeño por quién preocuparse. Puck mantenía su mirada fija en Chris, su mirada expresaba una ternura indescriptible, él quería sostenerlo pero temía lastimarlo si lo hacía, era preferible que por ahora sólo él se mantuviera en las manos delicadas de su madre.
You are using an unsupported browser and things might not work as intended. Please make sure you're using the latest version of Chrome, Firefox, Safari, or Edge.