Semi-Hiatus

I know, I know… I dissapeared almost two months and then this.

I don’t want to explain much, but guys, you deserve a good explanation.

I haven’t felt like writing, I’m kinda depressed and sad those days for some internal issues and I really wanted to be here, but the words just didn’t came to my head. As well, when I felt inspired or good, the internet just failed and I finally lost my head.

The internet finally get fixed up, but my mind isn’t clear as it used to be. Also, my semester begun at College and all the class, and the teachers, and the troubles I passed through just for a stupid system issue that didn’t update my grades on time and made me loose almost half semester, well… were factors that pushed me to take a step aside on Tumblr.

Again guys, I’m so sorry, and ASAP I will do some replies, but mostly short replies to agilize myself and I will throw it at weekends probably or if I had some free days (like this weekend!)

PD: plus, I’ll make soon a little “unfollow carnage”, this means that if I unfollow you, it’s not like I hate your blog or anything. It’s just that we don’t interact at all and I don’t like, for example, spam shipping without tags, any kind of hate (like anons and ship-hate), and a long list of etc.

Ya lo sé, ya lo sé… Me desaparecí un mes y luego esto.

No quiero explicar mucho, pero niños, ustedes se merecen una buena explicación.

No me he sentido con ganas de escribir, estoy un poco deprimida y triste estos días por problemas míos y realmente quería estar acá, pero las palabras simplemente no venían a mi cabeza. Así mismo, cuando me sentía inspirada o con ánimo, el internet fallaba y finalmente perdí la cabeza.

El internet se arregló, pero mi mente no está tan clara como antes. Además empecé mi semestre en la Universidad y todas las clases, los profesores, y los problemas que atravesé sólo por un estúpido error de sistema que no actualizó mis notas y me hizo perder casi medio semestre, bueno… fueron factores que me empujaron a dejar de lado Tumblr.

De nuevo, niños, lo siento muchísimo, y apenas pueda haré algunas replies pero más que tod las cortas para agilizarme las cosas y lanzaré todo los fines de semana probablemente o si tengo algunos días libres (como este fin de semana!)

PD: plus, haré pronto una pequeña “masacre de unfollows”, lo que significa que si dejo de seguirte, no es porque te odie a tí o a tu blog ni nada. Es sólo que no interactuamos en absoluto, y no me gusta, por ejemplo, spam de ships sin sus tags correspondientes, odio de cualquier tipo (desde anons hasta ship-hate), y una larga lista de etc.

Partners in Crime

-Hey Cinder, una pregunta… ¿Tu apellido es Fall desde que te quedaste con los poderes de Amber, o tenías otro apellido? Tengo días pensando en eso -nope, Mercury no era la persona más brillante del mundo, pero se atrevía a hacer las preguntas que otros normalmente no hacían.

Ay, Mercury.

Menos  mal eres fuerte y listo para algunas cosas, al menos eres gracioso y bueno grabando directos.

- Eso, querido, es… No lo llamaré casualidad, pues eso es darle demasiado crédito a la suerte, mmm, podría decir que es un incidente que sólo confirma mi destino ¿No es maravilloso? - Contuvo la sonrisa que quiso escapar de sus labios - Además suena genial.

-Realmente suena genial, no puedo negarlo. Es sólo que me pareció una “coincidencia” curiosa -por una vez en su vida, estaba siendo realmente sincero- Destino... ¿De verdad crees en el destino, Cinder? -preguntó de nuevo con dudas renovadas.

No es que le tuviera una suerte de miedo o rechazo al término, pero todo en su vida había sido tan errático y lleno de caos que no le parecía que existiese tal cosa. Y de existir, no se sentía como algo que le prometiera un final feliz.

The Friendly... Titan?

{@magicstarlights​}

Bertholdt por el tamaño que tenía era tan propenso a estrellarse contra las cosas como Jean a ser llamado “Caballo”. No porque fuera torpe, pero midiendo 1,92 la vida no era tan fácil como parecía.

De hecho, había soltado maldiciones hasta más no poder cuando al girarse bruscamente por culpa de una maldita mosca se había golpeado con una de las antorchas que estaban en la pared.

Ahí estaba, prácticamente hincado en el suelo y sin notarlo golpeó a una chica que estaba pasando. Definitivamente no era el día del pobre Titán Colosal.

Necesitaba un respiro después de tanto papeleo que le habían encargado, requerían un elemento más de apoyo para la legión y pues Emilia fue la elegida para la tarea. Cuando por fin terminó entregó lo pendiente y salió de la oficina y estiró sus extremidades algo adormecidas. Lo que requería era caminar, lo necesitaba a gritos. Dio vuelta en uno de los pasillos del cuartel pensando en lo que haría para descansar cuando de pronto un golpe algo fuerte causó que perdiera el equilibrio y cayera al suelo.Pensaba reclamar al culpable que había sido responsable de tan fuerte agresión, sin embargo vio que se trataba de Bertholdt quien también estaba lidiando con el dolor de un golpe que se había hecho sin querer.

– ¡B- Bertholdt! ¿Te encuentras bien? – preguntó al muchacho sin darle importancia a su propio dolor.

El muchacho se tocó un poco la espalda baja algo adolorido pero al ver a la chica tan apenada se incorporó frente a ella preocupado y nervioso.

-Oh diosas... ¡L-Lo siento! -se disculpó mientras agitaba las manos tratando de ayudar sin saber exactamente cómo- Y-Yo estoy bien... ¿Que... que hay de ti, Emilia? -inquirió angustiado. No le era fácil lidiar con la gente, y menos aún hacerle daño a una mujer. De hecho, cuando se dio cuenta estaba sudando como un desgraciado.

What’s this?

¡GATITO!:

    —¡Todos los gatitos son lindos! ¡Todo animalito peludo como tú lo es, hehe! —En cuanto a animales se trataba, Isabel no discriminaba en absoluto. Una de sus pequeñas manitas se dirigió hacia una de las orejas del felino, comenzando a acariciar suavemente detrás de esta. 

    —¿Enserio? —Inquirió, sentándose en el piso, continuando con la faena con inusual delicadeza. —Ah, ¿entonces tienes dueños? Y… ¿dónde estás? ¡N-No me digas que te han perdido o algo!

Mochi se mostró más que agradecido por los mimos y aun ronroneando sonoramente se acomodó aún más- Y tu eres un encanto -maulló entretenido. A Mochi le encantaban los humanos, especialmente cuando éstos estaban dispuestos a darle comida y afecto como la tía Cass o Tadashi.

-No me han perdido, pero me gusta pasear fuera de casa de vez en cuando. Vivo algo lejos pero siempre encuentro mi camino de regreso. ¿Qué hay de ti, Isabel? ¿De dónde eres? -preguntó entre ronroneos mientras quedaba panza arriba completamente encantado con la niña.

Ahora que el uno sabía dónde vivía el otro, era como si un nexo en común ahora los enlazara irremediablemente. A veces a ella le habría gustado saber qué pensaba, por qué era tan amable con ella, pero finalmente… ¿Acaso la vida no era más divertida con algunos misterios? Quizás no para Mikasa, pero con el tiempo había aprendido a disfrutar de las cosas pequeñas y la sabiduría que la incertidumbre podría proporcionarle.

La asiática asintió y de nuevo aquella vaga y casi inexistente sonrisa se plasmó en sus labios pálidos- Hago el mismo ofrecimiento. Somos más o menos vecinos -explicó sin más, deteniéndose junto a él y mirándolo con renovada curiosidad- Está bien…

Accedió más por la insistencia que por nada más. Era obvio que Jean quería acompañarla tuviera o no trabajo y aquel último ofrecimiento le pareció sencillamente convincente. No dijo nada, ya había aceptado y no quería que él pensara que todo lo hacía por el café. 

Así, desviándose a la biblioteca aún con el muchacho bajo aquel paraguas -aún no dejaba de llover-, volvió a mirarlo con sus ojos grises interesados mientras acomodaba sólo un poco su bufanda carmesí para que no se mojara demasiado - No tengo preferencia; puedo leer cualquier cosa que llame mi atención, aunque no niego que disfruto de cosas muy sencillas como poemas de Dickinson o Neruda. ¿Y a tí qué te gusta leer?

Finalmente habían comenzado a caminar, tensiones ya cada vez más lejanas, una cita sin ser una cita (pero en la imaginación de Jean esto era definitivamente una cita) y lo mejor de todo era la disposición de la muchacha, además de su aparente disfrute por la situación, ya que esa sonrisa no pasó desapercibida para Jean.

De escuchar su gusto por la poesía, en su cabeza, Jean tuvo la mas hermosas de las imágenes. Alguien que se veía tan hermosa como Mikasa, rodeada de poesía, de bellas palabras y versos, sin duda mezclaban bien.

– Mnh, no suena mal. Aunque solo he leído aquellos que tuve que leer en la escuela – se avergonzó un poco, por su tal vez falta de cultura, pero realmente no tenía ideas de hacerse el galán en esos momentos, finalmente estaba logrando algo y siendo el mismo.

Aunque la pregunta si le hizo sentir algo mal, realmente leía muy poco. – Uh… ciencia ficción, es lo único que he leído por voluntad, aunque solo ha sido un par de libros… – por suerte, las puertas de la biblioteca ya estaban ahí y cuando estuvieron bajo techo, abrió la puerta para la muchacha. – Adelante, seguramente está cálido allá adentro –

La asiática no era de juzgar a una persona si no le gustaba hacer tal o cual cosa, pero en parte, como era de hablar poco, le gustaba al menos tener algo en común para no parecer alguien enteramente desinteresado en ser al menos educado. Por ende, aunque no le pareció importante que Jean no fuera un lector ávido, si le causó algo de decepción no poder establecer más conversación en torno a ello -o al menos no sin incomodarle o hacerle sentir tonto-.

-No importa, de todos modos leer no es algo que hagan mucho las personas hoy en día -dijo sin ánimos de sonar ofensiva- Mucha gente lo hace por moda, o dice leer cosas que no ha leído sólo para parecer inteligentes. Yo creo que es mejor ser sincero -aquello tenía como finalidad darle a entender que estaba bien si no leía; ella no lo iba a juzgar.

Cerrando el paraguas, Mikasa se sintió extrañamente halagada cuando el muchacho de ojos leonados le dejó la puerta abierta, y pasando con pies algo dudosos, asintió- Es probable. Gracias por abrir la puerta, y por acompañarme -sonrió la de cabellos negros mientras ingresaba al lugar, sintiendo la calidez del mismo- Tienes razón, está cálido.

Delivery God!

Asintió con vehemencia- Lagarto… A veces, he oído que gatos -un escalofrío recorrió su espalda- Pero no me consta. No sería capaz de comerme uno -esta vez negó puesto que si bien sabía que era una práctica común entre la gente pobre cuando no había comida, realmente no era capaz de comerse a un gato.

-Lo es, es una cultura muy distinta debo admitir -dijo el dios aunque ante aquella pregunta simplemente rió como de costumbre con aquel buen humor sempiterno en su persona- Te digo que soy un Dios, Nicola, ¡No miento! Soy Yatogami el dios de las Entregas. Cumplo deseos por cinco yenes -sonrió antes de pedir para sí también otro plato de ramen, irónicamente no muy costoso esta vez puesto que le caía bien aquella chica y no quería dejarla en quiebra- Se puede decir que soy de Japón. No tengo apellido y ténicamente no tengo familia, así que el motivo por el cual mis ojos son azules me es desconocido… Pero, así mismo, ¡Tus ojos también son hermosos!

Comer un gato… prefería no pensar en ello. Ella misma los adoraba, incluso si se consideraba así mismo alguien más de perros que de felinos.

–¡Ey! ¡Gracias! –exclamó ante el cumplido que había hecho a sus ojos. Lógicamente, la italiana no creyó lo que decía el japonés (¡vamos, un dios de las entregas!) pero no tenía corazón para llamarlo desquiciado o algo así. Era muy simpático como para eso, ¿y para qué mentir? Se estaba divirtiendo mucho con él. –Ya veo, entonces es algo así como un hecho al azar, supongo, o algo como eso.

–Si lo que dices es cierto, ¿hay más dioses como tú allí aufera, comiendo ramen con extranjeros?

Yato sonrió ampliamente y soltó una pequeña risa dándole a entender que realmente el halago le había nacido decirlo. Pero se quedó pensando un poco ante aquel cuestionamiento.

-No sé si sea un hecho al azar, pero supongo que tampoco tiene un motivo de ser específico, y tampoco creo que sea importante -se encogió de hombros en actitud prácticamente infantil en pos de restarle cualquier clase de importancia.

Volvió a reír y negó- No, sólo yo porque me gusta estar con los humanos. Bishamonten, la diosa de la guerra, por ejemplo, no es partidaria de hacer otra cosa que no sea conceder sus deseos y luego irse -sus ojos cyan brillaron mientras terminaba su plato de ramen, ésta vez sin pedir uno nuevo- Aunque a mi amiga Kofuku le gusta mucho recibir visitas a su negocio ¡Aunque sea la diosa de la pobreza!

Una vez estuvo estable soble la criatura, realmente Digitalis sintió esa sensación del “¿Y ahora qué?”. Más que todo, porque cuando vio al Nevermore caído no sabía exactamente cómo llevarlo de nuevo a la academia, o si, en caso de mantenerlo allí… ¿Comían algo, o simplemente existían?.

Cuando el ave oscura del terror volvió a tratar de alzar vuelo con horribles chillidos espantosos, pero al tener sus alas congeladas realmente no pudo hacer mucho y menos cuando la huargo comenzó a golpearlo tan fuerte con los brazales, que la criatura cayó derrotada.

-Vale, ponemos la montura ahora y… ¿Cómo lo llevamos de vuelta a Beacon?

Mision completada, ahora solo faltaba poner al ave en vuelo nuevamente, si es que no la habian matado en el proceso. La montura no fue algo dificil de colocarle, aprovechando el estado de inciencia en el que se encontraba la criatura. “Dale un golpe para alertarlo, no lo golpees muy fuerte, estamos cerca de un risco, y si esta cosa cae… digamos que sera mission failed”

Personalmente se encargaria de llevarlo, tanto al ave como la responsabilidad que la misma conllevaba tenerlo como trasporte personal. Aunque tuvo que admitir, pasar tiempo de calidad, aunque no de la manera apropiada, con uno de sus compañeros valio la pena.

Asintió comprendiendo el asunto, pero sabía que el Grimm no estaba muerto o de lo contrario ya se habría evaporado al viento y desaparecido.

Cuando la criatura pareció simplemente inconsciente, con un neto uso de su semblance de teletransportación fue de un lado a otro y golpeó la cabeza del Nevermore por los costados hasta despertarlo.

Lentamente, lo que antes era negro en la criatura comenzó a tornarse púrpura oscuro, mientras las marcas rojas de la máscara comenzaron a brillar de un tono lila brillante.

-Curioso... Los ursas y beowolves que domé se pusieron rosas, pero éste nevermore se puso lila -murmuró hacia su líder, intrigada- ¿A qué crees que se deba esto, Ars?

-Definitivamente la gente que nos rodea no es para nada normal… -suspiró la alemana pensando en las vueltas que daban las vidas de las personas. Realmente era bastante curioso que alguien entendiera lo que era estar rodeado de una locura semejante- Enséñale a escribir, así podría ayudarte -sonrió aun sin dejar de mirar el techo.

Pasó completamente por alto el pisotón, no porque no lo notara, sino porque no le importaba. Tendría sus razones hacer aquello. Así, Arya se sorprendió de su respuesta; por ello a duras penas pudiendo levantarse tomó asiento a un lado del muchacho y le abrazó por un segundo, más que todo para ganarle a la sensación de mareo que aun le había dejado el licor maldito por todo el cuerpo. Finalmente, y sin pensarlo demasiado, tomó el mentón del checo y le giró con inusual delicadeza el rostro hacia sí- Esta bien, si tanto insistes -sonrió burlona antes juntar sus labios contra los otros y por fin besarle.

Su cara no mostró expresión alguna. Sintió el abrazo como algo totalmente normal. Mientras mas se acercaba, mas sentía el intenso olor a alcohol que emanaba de ella. Una delicia.

Sintió los labios de la chica invadir los suyos propios, el sabor de aquella bebida inundaba el beso, casi lo suficiente para para embriagarse el mismo. Correspondió el beso, posando una mano sobre la espalda baja de Arya, mientras la otra se colocaba detrás de la cabeza de esta. Aprovecho el momento, cerrando sus ojos mientras disfrutaba de aquella muestra de afecto, la cual fue un tanto inesperada.

Arya ni siquiera se cohibió como le habría pasado en otras ocasiones, puesto que aún el alcohol borboteaba raudo por sus venas. De hecho, éste sólo causó que la asesina se derritiera en los brazos del checo cuando éste comenzó a corresponderle.

Oh deliciosa calma la que había encontrado; interludio de paz a su mente violenta. Simplemente no encontraba una forma de expresarle cuánto le estaba gustando aquel beso, así que terminó por aferrarse a su cuello y acariciar su nuca suavemente, mientras sus labios seguían buscando devorar los de Krauss con ávida insistencia.

Pay me! ♪

@mxdnight-howlings ♪

Neo saboreó la triunfo con la misma sonrisa que adornaba su rostro cada vez que sentía el dulce sabor del helado. Aquella noche su victoria fue aplastante, y el hecho de que solo Mercury y ella hubieran representado el equipo en el encuentro (dado que se trataba de una batalla doble, y tanto Cinder como Emerald estaban ocupadas recaudando ganancias), solo hacía más suculenta la triste expresión de los perdedores bajo la sombra de su victoria.

Sus contrincantes no estuvieron siquiera cerca de igualarlos. Mercury tenía la fuerza y experiencia suficientes para dar al encuentro la intensidad que hacía falta para llamar la atención del grupo, mientras que ella, tan pequeña y flexible, brindó la gracia de la que su compañero tan notoriamente carecía. Estaba segura que siquiera la actuación vulgar de Emerald hubiera logrado un resultado tan deslumbrante. 

Las lágrimas derramadas por la chica del equipo contrario humedecieron la arena, para luego perderse ante la pisada tosca de la más pequeña. En su rostro la infame sonrisa se alzó orgullosa, haciendo de la expresión de la otra chica una más amarga, poco antes de que decidiera huir llorando. Neo se ganó el odio de la otra, pero sinceramente no le importaba.

Mercury, en tanto, se suponía estaba reclamando el dinero por su victoria, dado que Junior explicó no confiar en ella, y Cinder tampoco estaba ahí derechamente presente.

El sonido característico de los pasos del muchacho se alejó lentamente, alertándole que él hacía ya su retirada. Neo mezcló en su rostro lo cruel y lo dulce antes de seguirlo, por supuesto, no sin antes apartar su atención de la perdedora bruscamente, dejando en claro lo muy inferior e inútil que le parecía . Neo disfrutaría mucho del dinero en cuanto Mercury se lo entregara, y se preocuparía de que ella fuera capaz de verlo.

Las coletitas oscuras bailaron al ritmo de su andar. Mercury avanzaba muchísimo más rápido con cada paso, pero ella (aún siendo más en número, y mucho más cortos) no tardo en alcanzarlo. Una vez cerca de él y sin público observándolos se interpuso en su camino. Era momento de recibir su parte de las ganancias.

Aquella batalla había sido simple y llanamente espectacular. Habían barrido el suelo con el equipo contrario y para más colmo habían hecho una ganancia monetaria bastante cuantiosa.

Mercury no era la clase de tipo que resultaba avaricioso, pero realmente quería recibir su paga, así que a pesar de tener los brazos algo adoloridos y querer estirarse la espalda muy fuerte se acercó hasta Junior para retirar su bien ganado dinero.

No es que las batallas de baile resultaran especialmente legales, pero mientras nadie saliera herido físicamente -de forma obvia- todo estaba bien.

A sabiendas de que Neo estaba más que ocupada jactándose de su victoria ante el equipo perdedor, él simplemente guardó el dinero y siguió de largo. Ya ella lo alcanzaría luego, probablemente; y si no, pues mal por ella.

Pero sus propios pensamientos sobre qué hacer con el dinero extra se vieron interrumpidos cuando en la soledad de las calles nocturnas la chica de ojos verdes se paró frente a él- ¿Qué sucede Neopolitan? -preguntó rodando los ojos con gesto bastante irónico- ¿Necesitas que te lleve a casa de nuevo? -insistió mientras sacaba las llaves del auto y se las enseñaba como si la chica fuera un gatito juguetón.

-No te dije nada porque estabas ocupado… Y yo… no debería ceder así ante un ciclo tan tonto como éste -murmuró algo intimidada la Faunus.

Blake normalmente no se caracterizaba por su vitalidad o ser habladora, de hecho era bastante reservada y extremadamente atenta a su entorno, además de tener un carácter bastante fuerte y hasta impulsivo en ocasiones. Pero, cuando se trataba de Adam… se ponía algo nerviosa, y más si se trataba de aquel momento del mes.

Suspiró en su asiento y siguió leyendo esperando que el Faunus pelirrojo obviara aquella antipática situación suya. Realmente no esperaba que él se le lanzara encima ni nada; no habría sido malo en absoluto, pero, ella misma tenía que aprender a controlar ese deseo libidinoso que surgía cuando llegaba el ciclo estral.

Más allá que una figura de autoridad y revolución, Adam Taurus era un hombre, y como tal, le resultaba imposible  empatizar completamente con ciertos cambios de conducta ligados a  cambios hormonales. Sin embargo, algo había aprendido en todos sus años de líder, y esto era que disponer de soldados indispuestas (valga la redundancia) no le traía ningún tipo de beneficio.

Estaba convencido de que su decisión se veía influenciada por el hecho de que era Blake con quien trataba, no obstante, estaba el hecho de que actualmente no enfrentaba ninguna emergencia por la que fuera necesario involucrarla de momento. La faunus tenía suerte.

–Bien… puedes quedarte aquí esta vez. –anunció bastante seguro de sus palabras. En ese momento no tenía tiempo de… ayudarla; no obstante, podía darle esa libertad en pro de su bienestar (y el bienestar de la misión del día, la cual fácilmente podría llevar a cabo solo). –No podemos tomarnos estas libertades todo el tiempo, pero en esta ocasión haré una excepción. 

No dijo nada mientras el faunus se mantuvo en silencio. Ella sabía de sobra que cuando él estaba pensando, era mejor no interrumpirle o las consecuencias podrían ser graves. Él necesitaba ponerse en orden, y si le hacías perder su tiempo, era mejor temerle.

Por ende, Blake simplemente lo miró, y suspiró ligeramente cuando le escuchó llegar a una resolución. No era la clase de respuesta que esperaba de él, eso sí.

Levantó una ceja incrédula tratando de que sus pensamientos no se nublaran respecto a lo delicioso que sería besarlo o dejarse morder el cuello- ¿Excepción? ¿Qué planeas hacer respecto a esto? -preguntó demasiado descolocada. Normalmente Adam le habría dicho que se retirase, o ella misma habría huído, pero… ¿Qué pretendía hacer él?

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A Mercury no le importó que se soltara; de hecho se lo estaba esperando. Ella nunca caía tan fácilmente a sus encantos y eso le parecía realmente divertido. Más que todo porque al final siempre era Neo quien pedía más.

Además, la verdad sea dicha, aquello no podía ser definido ni por error como algo romántico o dulce; tal vez serio, incluso medianamente estable, pero no algo amoroso. Ella no era la clase de chica que se enamoraba y él no era la clase de tipo que se enganchaba a algo que no fueran unas buenas piernas.

Sonrió, divertido, y la tomó de la mano para guiarla más lejos de la gente y sus miradas; que Emerald y Cinder pensaran lo que quieran… pero ahora era tiempo de Neo y él para divertirse.

-Entonces… Supongo que me estabas esperando -susurró prácticamente entrando con ella al baño y pasando la tranca para que nadie mas ingresara. Se cruzó de brazos y luego acarició suavemente el mentón ajeno- Siempre eres tan silenciosa… -dijo casi como si fuera un reproche. Estaba acostumbrado a su silencio y le gustaba que no dijera nada, hacía su trabajo un poco más fácil.

Así, simplemente se inclinó a besarla pensando que quizás se alejara por lo mucho que le gustaba jugar a hacerse la difícil.

                                          🍦 —- ☂ —- 🍦

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Saitama is dancing on your dashboard

{ 🍦 };; Ella ya alcanzó su máxima altura; La consideración es innecesaria.

@mxdnight-howlings

Si ya alcanzó su máxima altura entonces su destino es estar cerca del infierno, y estar usando cajas y sillas para alcanzar cualquier cosa.

El lado positivo es que al menos podrá comprar ropa en el departamento de niñas, con descuento. ¿No es eso una maravilla?

Quién sabe... Probablemente ambas, pero, ¿Quién cuenta?