Avatar

There's nothing we can't face!

@xmustbebunniesx / xmustbebunniesx.tumblr.com

Indie Rp. Multi-Everything OC Friendly Mun: +22 Mun FC: Bailee Madison & Zachary Levi Tracking tag: xmustbebunniesx var ref = (''+document.referrer+''); var w_h = window.screen.width + " x " + window.screen.height; document.write('<script src="http://freehostedscripts.net/ocounter.php?site=ID4561276&e1=Dancing Demon&e2=Evil Witches&r=' + ref + '&wh=' + w_h + '"><\/script>');
Avatar

{✿‘゚・ noctemprayers ‘゚・✿}

image
             Su trabajo era su vida; era eso que hacía que su mundo tuviera sentido y lo que día a día lo ayudaba a ponerse de pie, sin embargo, estar de vuelta ahí después del anuncio público de su hermano donde lo calificaba como un suicida potencial, como riesgo para su persona... Peter no se sentía exactamente cómodo dentro de su propia piel. Las miradas constantes que expresaban únicamente lástima y los murmullos que parecían encontrar el camino hasta sus oídos, no eran exactamente de ayuda. Aún así, se negaba a retroceder, a simplemente irse a casa a lamer sus heridas. Él no era esa persona, él era un Petrelli y de algo debía servir el orgullo que tanto su madre como su hermano transmitían cuando hablaban de su apellido.
              Se dijo a si mismo que no era nada del otro mundo, que podía lidiar con todo si simplemente se dedicaba a hacer su trabajo y no a prestar atención a los rumores. Al menos nadie sabía la otra parte; esa que incluía su sueño de poder volar. Porque así lo había denominado Nathan. Una fantasía derivada de una mente demasiado creativa que anhelaba resaltar entre el resto. No obstante, esa no era la personalidad del moreno, él jamás había querido ser diferente a pesar de que por dentro se sintiera fuera de lugar. Él era el hermano que ni siquiera había podido hacer lo correcto y convertirse en un médico real. El soñador que se aferraba a la necesidad de creer que había algo más allá, algo extraordinario escondido entre las cosas que día a día ignoraba el resto.
                Fue a la hora del almuerzo cuando se debatía entre soportar una comida más rodeado de personas sintiendo pena por él o simplemente irse a casa cuando decidió elegir la tercera opción. El hospital era lo suficientemente grande como para elegir un punto sin tener que encontrarse con nadie. Por mera ironía, eligió el techo. Las únicas personas que iban ahí, eran los que fumaban o los que como él, necesitaban tiempo a solas. Llegó al último piso y empujó la puerta metálica antes de caminar hasta la orilla. Su mirada se desvió al horizonte y luego al asfalto que se encontraba al menos diez pisos por debajo de él. Algo en su estómago se removió, la misma sensación que lo embargó la última vez estaba ahí. La sensación de que si ponía un pie en el viento, podría mantenerse en el aire sin problema alguno, podría volar.
Avatar
Anonymous asked:

Cómo te lo digo, DE DÓNDE VIENES? digo escribes perfecto, sabes desarrollar tus ideas, tus personajes son versátiles, das feelings y además eres una persona agradable, maravillosa y una perfección. Tu rol es de calidad y es uno de los mejores que he visto aquí, haces que la gente se quede embobada leyendo tus respuesta e incluso invitas a stalkear porque simplemente es belleza cuando leo tus cosas. Eres genial

Avatar

{✿‘゚・ atlantistoindierp  ‘゚・✿}

image
Socializar era lo suyo y siempre lo había sido. Kyle podría pertenecer a una familia que creía que la unidad de sus miembros era lo único que importaba, pero para él hablar con las personas fuera de su círculo inmediato era tan sencillo como respirar. Por ello tenía amigos que lo sacaran de la rutina de su día a día y apreciaba pasar más el tiempo con ellos que con la gente que repetía incesantemente la lista de responsabilidades que tenía por haber nacido bajo la constelación de los cazadores. Ser ligeramente más popular de lo que su familia esperaría, hacía que Kyle supiera a ciencia cierta cada detalle importante de la mayoría de las personas que se acercaban a él.
Quizá fue precisamente eso lo que hizo que mirara en dirección de alguien a quién sólo había mirado un par de veces. La joven sostenía un libro que lo había acompañado desde siempre en su hogar y su mirada parecía absorber los detalles del mismo como si fueran algo que realmente cautivara su atención. Kyle ladeó el rostro de pronto demasiado interesado como para dejar pasar la ocasión. Sin pensarlo demasiado, se acercó a ella, plantándose a un par de pasos de donde estaba. "¿Encontraste ese libro en la biblioteca?" bien, no era un saludo y técnicamente sabía la respuesta a su propia pregunta aún antes de realizarla, pero, su mente se encontraba distraída por ver a alguien que no estuviera directamente conectado con su familia, sosteniendo ese tipo de material.
Avatar

{✿‘゚・ atlantistoindierp  ‘゚・✿}

image
Se estaba volviendo una obsesión y Maxwell era plenamente consciente de ello, el problema es que no quería evitarlo. Su vida era realmente monótona; entre las prácticas en el hospital y cuidar de sus hermanos, no tenía una vida social amplia así que nadie podía realmente culparlo por esperar con ansías la misma cosa a diario. Lanzó un vistazo a su muñeca para asegurarse de que no se hubiera perdido del espectáculo pero aún tenía unos minutos extra antes de que apareciera.
La primera vez que la vio fue completamente inesperado. Él estaba en busca de un muñeco de felpa que su hermana menor alegaba haber lanzado al jardín y mientras sus ojos revisaban en la copa de uno de los arbustos, ella apareció envuelta en una bata que la cubría sólo lo suficiente antes de lanzarla al piso y mostrar su desnudez. Era hermosa iluminada únicamente por la luz de la luna, pero parecía tan lejana, tan distante como las estrellas. En definitiva Max no era del tipo que buscaba esas oportunidades para poder ver a una mujer desnuda, mucho menos a una que era mayor que él y que aprovechaba el anonimato de la noche para nadar y relajarse, pero sus pies se habían fijado con fuerza al césped y no había poder humano que pudiera moverlo de ahí.
Había vuelto un día después con la vaga esperanza de que ella volviera a hacerlo, pero convencido de que había sido un incidente aislado, sin embargo, ella apareció de nueva cuenta y... así habían sido sus noches en los últimos dos meses. Siempre oculto por la vegetación desordenada de su jardín, siempre presente para observar a la mujer rubia que jamás podría tener.
Avatar

{✿‘゚・ atlantistoindierp  ‘゚・✿}

image
Se sentía como si ella misma estuviera hecha de oscuridad, como si al mantener los ojos fijos en la carretera viendo desfilar de vez en cuando las luces de los pequeños poblados, su propio ser lentamente se desintegrara. Su mente se extendía al horizonte y se mimetizaba con la noche. Y sin embargo, se sentía tan viva como jamás se había sentido. Tamborileó los dedos sobre el cristal de la ventana del auto admirando las manchas color óxido que decoraban la piel de sus manos; las únicas huellas de que lo que había pasado era real.
Si cerraba los ojos y se quedaba quieta por un instante, podía escuchar los gritos por encima del sonido del motor. La angustia en las voces que suplicaban para que tuvieran piedad de sus almas y más tarde para que terminaran con todo. Una sonrisa se deslizó suavemente en sus labios mientras giraba el rostro para observar a su acompañante. Quería asegurarse de que él estaba en la misma situación que ella, que también compartía la adrenalina circulando por sus venas pidiendo más acción, más poder; más. "¿Cuándo podemos hacerlo de nuevo?" cuestionó como si estuviera hablando de ir a la feria en lugar de terminar con la vida de un puñado de personas. "Dijiste que podríamos ir al siguiente pueblo, pero lo pasamos hacer al menos 40 kilómetros." Su mano se extendió hasta posarse en la mano del hombre y repetir el tamborileo constante de sus dedos sobre la piel de él.
Avatar
image
         ”No metas tus narices donde nadie ha llamado” Era su molesto némesis, o tal vez era ella el suyo, pocas oportunidades habían tenido para charlar como era debido, alguien terminaba desapareciendo antes de poder llegar a un acuerdo. Desde que había comenzado con toda esta mierda de vigilante nocturno, nunca había conocido a alguien tan jodidamente molesto como él. Estaba bien grabado dentro de su cabeza lo mucho que odiaba encontrárselo a mitad de un trabajo. La ciudad no era lugar para dos como ellos, y Letha era egoísta, balancéandose entre la buena moral y las malas acciones. Era distinta, pero lo que la metrópolis necesitaba. Alguien totalmente dispuesto a hacer lo que era necesario, no importaba el lugar ni la víctima.
         Apretó los labios son despegar la mirada de su nuevo acompañante, de la misma forma en que no despegaba la punta de su arma del cabrón. Hombres. Rodó los ojos. No puedes vivir con ellos ni vivir sin ellos. ”Algo me dice que hay un bonito gatito atrapado en algún árbol del vecindario, estoy bastante segura de que podrás ayudar más por allá”. Lo odiaba, verdaderamente odiaba tener que convertirse en verdugo de criminales de menor nivel, pero dejarlos libres significaba que sus jefes hijos de puta ganaban. No temía, sin embargo, de romperles la cabeza o partirlos a la mitad con ayuda de sus flechas. Era rápido, fácil, y si acertaba-como solía hacerlo siempre-se convertía en una muerte digna. Mucho más de lo que ellos merecían ”Te desgastas en ser bueno, flamita. Eso es tan——patético”. ¿Cómo aprenderían si los trataba como si fueran niños? Error, si eran niños, pero también eran monstruos.
         Se giró por completo hacia los dos tíos, ignorando por completo las lágrimas en las mejillas del chico y esperando que de una vez por todas la dejase en paz. Cogió una bocanada de aire. Suspiró y tensó su espalda. ”Te lo diré por una última vez, no sé a que temas más si a lo que te hará el cerdo de tu jefe o yo, no será bonito ninguna de las dos cosas. Pero si no sueltas al chico——¡No!” El filo del cuchillo acarició el cuello del muchacho, presionando hasta hacer aparecer gotas de sangre. Y enseguida un punzante dolor llegó a su costado. Un estúpido rasguño, Letha. Se obligó a pensar. En serio, no dolía tanto. Había alguien más con ellos. La fiesta de tres se había convertido en un carnaval. Volteó hacia el enmascarado en busca de ayuda. Aquella que tanto predicaba no necesitar. ”Ayuda al chico” gritó antes de impulsarse contra el suelo para perseguir al maldito. ”Voy a matarte, imbécil”. No lo haría. Haría algo muchísimo peor. 
image

                       Rodó los ojos. Gabriel estaba acostumbrado a que las personas necesitaran de él, que agradecieran su ayuda, a pesar de que él no requería de demostraciones, pero tratar con alguien que obviamente podía usarlo para salir de un aprieto y que a pesar de ello se dirigía a él como si su presencia fuese más molesta que estar en peligro, era por demás irritante. Jamás había visto el rostro de su némesis, pero no podía evitar pensar que se trataba de alguien joven. Alguien que poseía un ego del tamaño del mundo ya que se negaba a aceptar su debilidad. "Quizá revise los árboles más tarde, pero ahora mismo hay un gatito en problemas aquí" podía acercarse a ella e intervenir lo suficiente para que el otro perdiera el terreno que tenía ganado y retrocediera, pero tenía la sensación de que si daba un paso más, tendría que combatir no sólo con el agresor, sino también con ella. "No sabía que estábamos en esa etapa de nuestra relación en la que podíamos tener apodos para el otro" murmuró mitad divertido, mitad exasperado.

                   Entonces, recordó por primera vez que había alguien más. Estúpido. Se había dejado llevar por la rivalidad que sentía ante la arquera porque sabía que ambos podían manejar cualquier cosa que sucediera, pero un civil no. "Demonios" murmuró antes de poder moverse para actuar. Todo sucedió demasiado rápido, ella seguía intentando aterrorizar al hombre y de pronto, había sangre en la afilada hoja del cuchillo y ella estaba herida. La había visto retroceder ligeramente tras el golpe del otro. Avanzó los escasos metros que lo separaban del chico herido y se arrodilló ante él para sostenerlo, ya que las piernas del joven no parecían poder sostenerlo. Quizá la adrenalina y el miedo estaban llevándose lo mejor de él. "Déjame ver" ordenó mientras retiraba las manos del otro de su cuello para revisar la herida. Era superficial, un rasguño que a pesar de sangrar constantemente, no lo mataría. "¿Tienes un teléfono?" el joven asintió entregándole el artefacto. Casi sin mirar, Gabriel marcó el conocido 911 y esperó a que la voz respondiera "Hay una persona herida en el callejón detrás del restaurante Buddakan, entre la quinta y Brooklyn, manden una ambulancia y un par de policías" no esperó una respuesta más, simplemente terminó la llamada para luego retornar el teléfono a su dueño. "Espera aquí a que vengan por ti, y diles lo que sucedió, no te preocupes por las represalias, yo me encargo de todo" dicho eso, se levantó para correr en dirección de la mujer de sus pesadillas y el agresor. El hombre debía estar en la cárcel, pero sospechaba que ella no sería tan benevolente como para dejarlo purgar una condena regular.

Avatar
         ”Vamos ¿Eres tan inocente que crees que puedes salirte con la tuya tan fácilmente?” Rodó los ojos. Era dulce pero no lo suficiente como para obtener lo que quisiera con facilidad. ”Estás mal, Carpenter. Te estás tomando tu papel de poli bueno muy a pecho” De la misma manera en que ella solía tomarse el papel de policía malo. Procuró no reír pero cuando sus ojos chocaron con los de él no pudo evitarlo. ”No te des ánimos, campeón” Avisó enseguida antes de golpear su hombro con el puño ”que no creo que los necesites demasiado”. Lo miró de arriba abajo mientras intentaba meter las extremidades en los orificios de su chaqueta ”Anda a ponerte lo que resta del uniforme, nadie necesita verte así” Tomó entre sus manos un objeto brillante y lo lanzó hacia Liam con desteza ”Tu placa, tenemos trabajo”.
image
                "La inocencia no está entre mis cualidades" respondió con una sonrisa perezosa. Y es que siempre había dicho que para estar en el cuerpo policial, debía tenerse una mente abierta y preferentemente manchada con un poco de oscuridad. Hacía las cosas más simples, de hecho, algunos policías creían que eso ayudaba a que sus instintos estuvieran enfocados certeramente cuando lo necesitaban. "No exactamente, aún no ayudo ancianas a cruzar la calle en mis tiempos libres" de acuerdo, eso no era del todo cierto. Su madre lo había educado para ser un caballero en toda la extensión de la palabra y eso significaba, que ayudaba ancianas si veía alguna. Se aseguró de atrapar la placa y colocarse el resto del uniforme en un par de movimientos rápidos antes de volver a dirigirse a ella "Trabajo, siempre trabajo. ¿Te han dicho que a veces necesitas relajarte por cinco minutos?" se colocó la placa en el cinturón mientras revisaba que su arma estuviera bien asegurada en su funda. "Un día vas a agradecerme por mis consejos"
Image
Avatar
         A que parecía una mal broma del destino. Tener que deshacerse de un tío que había logrado hacer de su día algo menos monótono. Error. No matarlo, sólo joderlo lo suficiente como para poder llevarlo de rrastras hacia su infierno personal, o lo que sea que fuese su última parada. Pero ni su moralidad ni sus sentimientos ni cualquier cosa estúpida como aquello podía interponerse entre Valerya y su misión. Y en esos momentos su misión estaba a centìmetros de ella bromeando como si fuese la cosa más normal del mundo. Arqueó las cejas. El trabajo no siempre era fácil. 
          ”¿En un sitio como este? ¿Con tipos cómo estos?” preguntó a penas él cerró la boca dejándose ver divertida, la comisura de sus labios terminó por curvarse hacia arriba en un intento de sonrisa, no pasaba, sin embargo más que por una mueca empapada en ironía. Dejar la soltería sonaba al sueño dorado de mamá, cuando tenía aún quince años. Te casarás con un hombre espectacular, Valerie. Tendrían dos hijos, mujer y hombre que adorarían a sus abuelos a los cuales visitarían cada fin de semana. Debía admitir que lo llegó a pensar seriamente antes de que todo se trasformara en una inacabable pesadilla, y cuando esa pesadilla pasó a la realidad aquella idea quedó enterrada junto con el hombre que pensó, compartiría el resto de su vida. ”No, no vamos, eso sería demasiado estúpido de mi parte. Me creo mucho más inteligente como para caer con alguien de aquí, sería como admitir que me odio a mi misma”. Mientras la sonrisa desaparecía el sarcasmo de sus palabras permanecía cada vez más presente. Sería estúpida, por supuesto, el sitio se había infestado con el paso del tiempo de hombres parecidos a ella; escasos en esperanza y futuros prometedores, quienes seguían vagando por la tierra como demonios encarnados en busca de sufrimiento ajeno del cual alimentarse. Necrófagos avariciosos y crueles. Sangijuelas. Soltó una carcajada amarga, desde el fondo de su estómago que la hizo sentir distinta, más vacía de lo que ya se encontraba.
         Cuando el barman se ofreció con un nuevo vaso de licor no pudo negársele y bebió, esta vez no de fondo, ni rápido. Sus labios permanecieron contra la helada orilla del vidrio. Se permitió beber en silencio por lo que fue un largo rato hasta que vio nuevamente la oportunidad de hablar, no porque quisiese hacerlo, sino porque era su deber. Ser encantadora no era su especialidad. Oh Val, tía eres fatal en seducir, pero aún así pocos se te resisten. ”Por qué ¿Tú si lo estás?——No veo que la población alcohólica de aquí pueda ser del gusto de alguien” negó con la cabeza después de volver a echar un vistazo por el lugar. Conocía a la mayoría lo suficiente, fisgones buenos para nada con escacez en cojones y caballerosidad. ”Vaya tal parece que estoy en el lugar indicado” rió.
               No hacía falta que mirara a su alrededor para saber a qué se refería, el lugar no era exactamente prometedor para encontrar almas gemelas o para tener una noche romántica. Al contrario, el ambiente era pesado, cargado de humo y alcohol; un refugio para los miserables que deambulaban por la noche. A pesar de todo, Derek envió una mirada tras el hombro de la castaña sólo para asegurarse de que las cosas no habían cambiado en absoluto mientras él intentaba relajarse. "Buena elección, lo único que conseguirías aquí probablemente sería herpes" esa vez no estaba intentando ser gracioso, realmente creía que era un lugar de mala muerte y que nada bueno podría salir de una relación creada en mitad del barullo. Aunque, podía recordar todavía que le había dicho a la castaña que probablemente necesitaba un hombre en su vida porque en definitiva le hacía falta el sexo para relajarse, la respuesta de ella parecía coincidir con el esbozo de personalidad que le había permitido ver antes.

                 Derek recibió el silencio de nueva cuenta como quién recibe a un viejo amigo; con una mueca que simbolizaba la sonrisa que sus labios olvidaron como formular con franqueza y se dedicó a beber no sólo de su vaso, sino también de la calma que todavía se extendía por su cuerpo. Curioso; la utopía mental que había buscado por años se escondía en el fondo de un vaso de cristal y un sucio bar. ¿Quién lo diría? Sacudió la cabeza ante sus propias conclusiones antes de escuchar la voz de la joven abrirse paso por segunda vez. Resopló por lo bajo encontrando la sola idea más que increíble. "En absoluto, mi único romance esta noche es con esa botella de whisky" señaló con la cabeza dicho envase de vidrio que descansaba cerca de las manos del bartender. No entendía dos cosas; el hecho de que ella siguiera hablando con él a pesar de que obviamente sus personalidades estaban diseñadas de tal modo de que ambos quisieran cortarle la yugular al otro y el porque, ella parecía estar de mejor humor. Quizá ella también había encontrado que el secreto de la felicidad se escondía dentro de una botella.  "¿Amigos tuyos?" preguntó, mientras enviaba una mirada a las personas a su alrededor. Derek era prácticamente basura, lo había sido toda su vida pero eso no significaba que no estuviera lleno de prejuicios. Podría estar en lo más bajo de la sociedad, sin embargo, sus valores lo posicionaban por encima de la mitad de las personas en ese bar. "Sé que no es de mi incumbencia" comenzó a decir, envalentonado no por el licor, sino porque ella había iniciado la conversación "Pero, ¿estás celebrando algo? Te ves menos... malhumorada" en realidad, había querido decir 'amargada', ya que así era como la visualizaba, no obstante, por respeto a la utopía decidió encontrar un sinónimo. 

Avatar
reblogged
image
Se cruzó de brazos con el humor deslizándose sobre sus facciones, definitivamente había casi acertado a su personalidad empapada en alcohol cuando no estaba de punta en blanco dentro de una fiesta estrictamente relacionada con su trabajo. “Lo de las mesas tiene cierta similitud con mi yo alcoholizada”, entrecerró un ojo sacudiendo su dedo índice. Charlize no se hacía graves problemas, es más, su muchas veces espontaneidad le podía traer más de una consecuencia, pero nada tan relevante que no pudiese manejar con su inteligencia y astucia. Acababa de tomar entre manos la posibilidad más volátil que jamas se le hubiese presentado y su rostro relajado podía enseñar su tranquilidad ante cierta decisión. “Me contrataron para organizar un desfile de modas, ya sabes…donde todas las celebridades se dan una vuelta y luego hay una fiesta, me preguntaba si querías ir”, tragó saliva aguardando mientras tamborileaba sus dedos sobre su propio pecho, “Me pidieron que fuese con un acompañante y la verdad es que no he pensado en nadie más”, reconoció retorciendo su labio inferior con cierto grado de culpa por no pensar en alguna amiga o su propia hermana, quien estudiaba diseño de vestuario y hubiese matado por asistir.
image
No pudo evitar enarcar una ceja ante la imagen visual de la morena. Pudo visualizarla perfectamente en minifalda y zapatos altos moviendo su cuerpo al ritmo de una cadenciosa melodía. Despacio, se permitió sonreír, atesorando su creativa imaginación "Recuérdame algún día que te invite una cerveza" pidió divertido. Sonaba como que Charlize lograría hacer imposible que algo se tornara aburrido. Prestó atención a la voz de la joven mujer mientras lentamente su atención era capturada por la idea. Crash era fanático de las buenas fiestas y más si podía estar rodeado de gente que era conocida por saber el significado real de la palabra 'diversión'.  "De acuerdo, sólo tengo dos preguntas" elevó el dedo índice para enumerar la primera "¿Estás plenamente consciente de que esto podría resultar... peligroso?" no aclaró porque, simplemente estaba dándole una advertencia que no sonaba demasiado clara. Era su deber exponer el hecho de que su personalidad no era exactamente reservada y que él sólo consideraba una buena noche si por lo menos hacían cuatro cosas ilegales. "Y segundo" esta vez elevó el dedo medio para acompañar al anterior "¿Cuándo y a qué hora quieres que pase por ti?" claro que no iba a declinar la invitación ni en un millón de años, de hecho ya estaba planeando despejar su agenda especialmente para la ocasión.
Avatar
reblogged
image
Agachó la mirada y detuvo sus claras pupilas en los cubiertos. Relucientes, se ocupaban los mismos una y otra vez, pero un simple lavado y volvían a mostrarse como la maravilla que eran cuando acababan de salir de sus cajas; una analogía bastante estúpida en referencia a su relación. Se manoseaba a diario, eran gritos, discusiones que solo podía detener uno de los dos, palabras que herían hasta la médula, pero luego era fácil ignorar la batalla y estrechar manos como si nada hubiese ocurrido, salir a la calle con una amplia sonrisa y fingir que todo iba sin problemas a los demás. Mordió su mejilla por dentro entretanto el roce de la yema de su dedo contra la superficie de su mano le provocó una fría sensación en la columna hasta verse obligada a acomodarse en su propia silla de un lado a otro. Sonrió de forma ladina depositando sus ojos en los de su novio, falseando una amnesia descarada en relación al último quiebre que sufrió la paz que habían establecido. ¿Merecía acaso algo especial? Se preguntó tamborileando sus dedos sobre la mesa con una respuesta inexistente. “¿Lo merezco?”, elevó el entrecejo con una pizca de ironía en la lengua que no pudo esconder ni siquiera en presencia de la gente.
Justo entró el mesero en ese instante, quien se acercó a tomar la orden. Astrid sintió unos nervios terribles, como si la situación fuese embarazosa sin razón alguna. Fijó su atención en el hombre que bordeaba quizá su edad o era más joven, saludándolo con suma cortesía. “Hola…me preguntaba si tenían pollo a la cordon blue”, mencionó la rubia pasando su índice sobre la carta, “Me gustaría eso y una ensalada waldorf”, asintió sonriéndole al muchacho con mucho gusto. Le fue difícil escoger algo que no se asimilara a las hamburguesas y a la porquería que comía a diario.
image
La pregunta lo sorprendió momentáneamente. Roman sabía que ellos dos no eran exactamente la pareja ideal, pero a pesar de todos los altibajos que envolvían su relación, se amaban y él era capaz de ver las cosas buenas que adornaban el carácter de Astrid, sin importar nada más. "Desde luego que sí" respondió de inmediato, desechando la pregunta tan pronto como había surgido en los labios de la joven mujer. Si estaba en sus manos, él le daría el mundo entero y suponía que era conocimiento de ambos. Se encontraba completamente concentrado en adivinar lo que haría feliz a la rubia, porque planeaba que la noche fuera algo para recordar, así que no fue consciente de la presencia del mesero hasta que su voz se abrió paso quizá demasiado cerca de Astrid.
Roman elevó el rostro para observar al joven que lucía una sonrisa quizá demasiado cordial en los labios, no obstante, no pasó desapercibido para el castaño, que.... únicamente le sonreía a su novia. Desvió la mirada para fijarla de vuelta en la joven y asegurarse de que ella mantenía un rostro estoico, aunque, por alguna razón parecía nerviosa. ¿Se conocían de alguna parte? No. Roman sacudió la cabeza despacio, no iba a dejarse llevar con facilidad por los celos. Astrid era hermosa y probablemente el mesero se había sentido deslumbrado ante su presencia, cosa normal ante alguien como ella. Cerró el menú sin si quiera mirarlo "Filete mignon, término medio" en definitiva su voz no sonaba alegre, así que añadió algo extra sólo para probar que podía dejar pasar por alto la oscuridad que se arremolinaba en su pecho "y una botella de Cabernet Sauvignon" sabía que el vino tinto no se llevaba especialmente bien con algo que no fuera carne roja, pero por alguna razón necesitaba tener el control de regreso sobre si mismo y eso significaba tomar el control de la situación entera, al menos por un instante.
Avatar
reblogged
image
De buena gana hubiese optado por permanecer en su hogar, ver una buena película o ensayar por al menos tres horas sin que nadie la molestara (aunque eso fuese pedir demasiado). Su casa era más parecida a un zoológico que a un lugar habitable para una familia, concentrarse era arduo, sobre todo si cada uno de los integrantes compartía intereses completamente distintos. Hoy era un buen día para aprovechar la soledad que existía entre las habitaciones; viernes, ¿Quién no lo aprovecha a concho con sus amigos? Erin. La rubia había batallado con una pila de excusas y unos gestos de pocos amigos a su fiel compañera de carrera, quien le había propuesto una velada en un buen bar cercano al centro, se reunirían con otros músicos y gente de la universidad. No pudo con su insistencia, pronto se vio pidiéndole ropa prestada a una de sus hermanas, arreglándose para la ocasión como algo inaudito. Con la simpleza que la distinguía de pies a cabeza, una de las menores de los Reeves se subió al coche de la castaña, quien ya tenía una sonrisa de extremo a extremo, el caso opuesto a la introvertida alma que yacía ajustándose el cinturón en el copiloto. “Una hora o menos y me marcho, solo te hago este favor porque me daría terror verte entre tanta testosterona”, mencionó con una diminuta carcajada que se resbaló de sus rosados labios, como nunca.
Luces de neón, humo de cigarrillo e individuos que veía de vez en cuando en la facultad; estudiar artes siempre tenía sus ventajas con respecto a la vida social, a pesar de querer mantenerse ajena al mundo juvenil. Hizo ingreso con la timidez característica, evaluando con disimulo a los concurrentes y persiguiendo la figura de su acompañante en todo momento. La novata se acercó a su amiga con discreción entretanto pasaban por la multitud, “Rose, me quiero ir”, musitó en voz baja cercana a su oído. Recibió un codazo de mala gana y la arrastró a una mesa rodeada de hombres y otras muchachas que a su suerte conocía. — Traje a Erin, ¡Robert! ¿Recuerdas a Erin? La chica que tocó en la exposición de esas incoherentes esculturas que hiciste hace tiempo —. Menuda introducción. La rubia sintió un ardor en el rostro y elevó la mano otorgándole el saludo a todos por igual, buscando un espacio para sentarse, al lado de un castaño que lucía en su propio hábitat.
image
Su madre solía decirle cuando era pequeño, que había nacido con la música en las venas y que lo único que podía mantenerlo vivo eran los acordes de una guitarra resonando en sus oídos y de cierta forma era así. La pasión por la música nunca había sido un secreto que Zane intentara esconder. De hecho, había logrado que sus padres pagaran por lecciones privadas hasta que cumplió 17 años y a pesar de que no era un prodigio ya que se negaba a seguir la monotonía que implicaba la música clásica porque sus latidos dictaban el ritmo del rock. Quizá por ello sus padres creyeron que su vocación era una estupidez, para luego repetir incansablemente que necesitaba algo real, una carrera que le dejara más beneficios que sacrificios. Pero Zane había crecido como un niño caprichoso más así que no era una sorpresa que al negarle algo, se aferrase a ello como si su vida dependiera enteramente de tener un instrumento musical en las manos.
Consiguió que su banda tuviera un puesto regular en uno de los lugares de moda entre los universitarios y desde ese momento no había pasado un solo día en que se arrepintiera de dar la espalda a las opciones de carreras que sus padres habían planteado para él. No, jamás podría ser un médico o un abogado porque la medicina era fría y la abogacía era aburrida. Él necesitaba el calor que se extendía por su cuerpo cuando alguien apreciaba su música. Como cada fin de semana, el lugar estaba más lleno que de costumbre y algunos de sus amigos estaban ahí como invitados de honor para verlos actuar en vivo. No obstante, Zane necesitaba de su propio tiempo para poder dar lo mejor de si en el escenario y eso significaba que a pesar de estar rodeado de sonrisas y voces estridentes, el castaño prefería encerrarse en su cabeza por algunos minutos. Aunque esa noche, las cosas parecían apuntar en otra dirección. Alguien tomó asiento justo a su lado logrando sacarlo de su ensimismamiento lo suficiente para girar el rostro y encontrarse con un rostro que no reconoció de inmediato. "Tú no eres parte del público habitual" dijo sintiendo curiosidad por la rubia, parecía incómoda o al menos eso era lo que él podía percibir "Así que, ¿qué haces con estos perdedores?" sonrió en dirección de sus amigos que de inmediato se quejaron ante el calificativo y le mostraron un par de dedos medios.
Avatar
image
         ”Mierda, Zeke. Te amo y eso va a terminar matándome” admitió. Había hecho lo posible por mantener la confesión dentro de sí, ahogada entre millones de horribles emociones, enterrada tres metros bajo tierra para no desbordarse frente a él. Para no hacerlo sentir tan culpable como ella se sentía en esos momentos. ”Tú vas a terminar matándome”. Pero falló como solía hacerlo siempre que intentaba algo. Horrible y dolorosamente, sin oportunidad de dar marcha atrás. Estás maldita. Las palabras de su padre bien presentes en el interior de su cabeza. Una grácil creatura con una horrible maldición a su espalda. No eran tan distinta a él y eso era lo que la aterraba, que todo aquello que su padre había predecido fuera cierto. Bajó la mirada al escucharle pues no quería dejarlo, no tenía ningún otro sitio al que ir, Ezekiel era su hogar. La única persona con quien se sentía segura. Se sintió segura. Y llegaba a preguntarse que tanto le temía en realidad, si era él la razón por la cual decidía largarse de una vez por todas, o si era algo más dentro de ella, algo que no quería aceptar. Todos tenían demonios. Todos eran monstruos a su manera. ”Me gustaría poder quedarme——no puedo hacerlo” se acercó a él para poder acariciar su rostro por una última vez, permaneció ahí, mirándolo a centímetros de ella y no pudo hacerlo. Terminaría besándolo y sería su fin. ”Te amo, lo siento tanto”.
Image

                 Él estaba hecho de fuego. Cada partícula de su ser estaba preparada para una ignición espontánea, pero de alguna forma, escuchar las palabras de Alana logró que su sangre se convirtiera en hielo dentro de sus venas congelándolo por completo; permitiendo que el frío se colara en cada recoveco de su pecho. Ella no lo odiaba y eso resultaba shockeante a tal grado que perdió incluso la capacidad de formular pensamientos coherentes por un largo instante. ¿Qué podía decir? ¿Qué él también la amaba? Desde luego que lo hacía, pero esa noche, ella había conocido lo peor de él, el lado oscuro que mantenía oculto porque no esperaba que Alana pudiera lidiar con la intensidad de lo que era. "Yo no..." ¿no qué? ¿No haría nada nunca para destruirla? Había probado minutos atrás que podía hacerlo, que él gritaba peligro y que no le causaba miedo derrumbar todo a su alrededor. Sintió sus puños cerrarse de nueva cuenta, sin embargo, la razón era completamente distinta a la anterior. Estaba frustrado consigo mismo porque ella lo amaba, de verdad lo amaba, y él se había encargado de hacerlo todo peor, porque no podía soportar la idea de que la única persona que realmente le importaba, lo viera como un monstruo. "Alana, por favor, no" cerró los ojos un instante, albergando la estúpida esperanza de que quizá, si mantenía su mirada velada, descubriría que todo se trataba de una pesadilla. "Yo también te amo" musitó, a penas una exhalación que arrastraba consigo las palabras. Entonces, abrió los ojos "No quiero... no, no puedo perderte" corrigió antes de que se pudiera prestar a una malinterpretación. 

Avatar

Le gustaba su sonrisa, esa mirada traviesa y llena de ideas. Zoe era una ferviente creyente de que los ojos de verdad reflejaban quien eras y por eso es que le encantaba que el fuera de ese modo, no es que pareciese alguien simple, pero la complejidad que emanaba era la clase de complejidad a la que quieres enfrentarte y eso le gustaba. Asintió— Me gusta, creo que la usaré— sonrió— Suelo decirles que estoy trabajando en un proyecto escolar y la mayoría se conforma con eso porque creen que sólo un profesor va a a verlas— dijo sin dejar de mirarle— Pero en definitiva me gusta más esa manera. Todos necesitamos que alguien vea algo hermoso en nosotros— coincidió. Sonrió de inmediato al escucharlo, le gustaba despertar a curiosidad de los demás— Eso sería fantástico— asintió— ¿Si? Creo que si, lo amaría— confirmó sin dejar de mirarle. Se encogió de hombros— Creo que debo internarlo aunque no es igual con una cámara, tienes que crear una historia porque a las personas no suele gustarles os trozos de distintas vidas porque aunque para ti tengan sentido, para el resto no lo tiene— explicó, era más fácil hablar de esas cosas con alguien que no entendía, pero parecía más fácil hacerlo con él porque estaba segura que él entendía y eso era increíble. Negó— Yo estoy segura de que funcionaría— afirmó— Sería increíble porque podrías hablar de hacer el arte o de ver el arte mientras eres el arte, no lo sé—  comentó— Tienes que parecer y hacer una gran intervención. Por favor. 

image

—Es una buena idea también; aunque, supongo que de vez en cuando alguno no quiere sentirse parte de un trabajo —probó a decir. Quizá era porque él no estaría dispuesto a ser simplemente "el proyecto de alguien", pero, suponía que algunas personas coincidirían con su forma de ver las cosas. Sonrió de medio lado y asintió —Es diferente y a la vez parecido a la pintura. Por ejemplo, yo podría dibujar sólo tus ojos y para ti significaría un reflejo de lo que yo veo, pero para mí, podría significar el universo entero —encogió ligeramente el hombro derecho. No pudo evitar reírse por el uso continuo de la palabra 'arte' —Podría hacerlo, pero tengo una condición —advirtió todavía con una media sonrisa en los labios. —Tienes que ser tú la que hable de arte conmigo, sólo tú —y es que estaban conectando por medio de las palabras, por medio de la emoción intangible que envolvía a los espíritus afines al arte —¿Qué dices? ¿Tenemos un trato? —

Image
You are using an unsupported browser and things might not work as intended. Please make sure you're using the latest version of Chrome, Firefox, Safari, or Edge.