El pianista y el soñador

Con su carpeta de pentagramas bajo el brazo derecho y presionando su sombrero contra su propia cabeza con la mano izquierda, se movia apresuradamente en direccion al bar donde tocaria el piano. Saltaba de lado a lado por la calle empredada sobre los charcos que habia dejado la llovizna de esa tarde. El dueño del bar lo habia citado a las seis y eran las seis y media. Habia planeado llegar a las seis menos cuarto pero perdio la nocion del tiempo y el reloj jugando poker con los amigos de su hermano, a quien seria preciso describir como el violinista del mismo bar, quien iba a escasos pasos detras de el. Corrian desesperadamente, como persiguiendo un sueño.

Si, reinventa la rueda. Aunque todos se opongan a una propuesta sin sentido comun. Si lo comun es una corriente, nada en contra de ella. Instala un motor de conciencia a tu causa y apreta el acelerador a mas no poder. Si, reinventa la rueda. Si la rueda mueve los tanques de guerra, esas fabricas de huerfanos y viudas. Si la rueda es la forma basica de cada engranaje del motor que hace posible el movimiento de un camion que transporta la mezcla para unir las columnas de hierro a los blocks que se posicionan uno encima de otro hasta completar el gran muro que mata la esperanza de los inmigrantes. Reinventa la rueda si decidiste viajar en un carro que te lleva a tu destino a mas de 150 kilometros por hora, en un carro que te hizo perder las maravillas que habian en 150 kilometros en apenas una hora. Si, reinventa la rueda. Volvela cuadrada a modo que el tanque no se mueva y se salve al menos una familia y haya una viuda menos. Volvela cuadrada a modo que se traben los engranajes del camion y el muro nunca se levante y el immigrante encuentre su hogar. Volvela cuadrada a modo que disfrutes de una caminata de 150 kilometros y no te perdas ni un desfile de hormigas ni una brisa del campo. Si, reinventa la rueda y volvela cuadrada. Aunque te digan loco, que los locos son ellos.