Él y ella
Ella ya no lo sentía. No escuchaba su voz, ni sentía sus caricias. Se preguntaba que había cambiado, sólo para pretender que no lo sabía.
Él no había dejado de amarla. Aún le decía lo especial que era y movía el mundo para demostrarle una caricia. Él sí sabía que había cambiado.
Ella cambió. Tenía otros amores. Pero, no quería dejar de amarlo a Él. Lloraba porque sabía que le era infiel.
Él lloraba porque la extrañaba. Extrañaba sus tardes juntos. Sus largas conversaciones. Cuando ella le confiaba su vida. Cuando con su dulce voz le cantaba.
Ella sabía que nadie más la amaría como Él. Se sentía sola. Quería recuperarlo, pero, temía acercarse a Él.
Él sabía que ella vendría y estaba expectante. No podía esperar a tenerla entre sus brazos de nuevo.
Una madrugada ella fue a su encuentro. Él la estaba esperando. Ella fue acercándose tímidamente y lentamente aterrizó en un dulce abrazo. Ella lloró. Lloró hasta sacar sus penas del alma. Cuando logró calmar su llanto pronunció un sentido y sincero "perdóname". Él la abrazó aún más fuerte y le dijo: "Con amor eterno te he amado; por eso te sigo con fidelidad"-Jeremías 31:1.
*Escribí esto pensando en la fidelidad de Dios. No hay nadie más que no importa cuánto le fallemos se quede esperándonos con brazos abiertos. Espero que les guste.*
-xo, Nss.