Luego de todo el caos en Beacon, le sorprendía que Sun le hubiera encontrado. Aunque sospechaba que quizás Ruby había tenido algo que ver en ello... Antes de abandonarle también.
En fin. Desde entonces, el chico le visitaba casi cada día, incluso aunque Yang apenas le dirigió la palabra durante sus primera visitas, aún afectada por las acciones de su hermana menor.
Eventualmente la presencia del rubio empezó a mejorar levemente su humor, casi llegando a actuar como la chica que era antes del incidente. Hablando, bromeando, e incluso riendo un poco. Aunque su nueva debilidad siempre estaba ahí presente.
Es imposible ignorar la falta de tu mano dominante, después de todo. Y la rubia volvía a sumirse en su frustración cada que volvía a quedarse sola. Y volvía a actuar cuando el llegaba, volviéndose un ciclo repetitivo que duró algunos días.
Ese día su padre había decidido que el faunus era de suficiente confianza como para dejarlos por su cuenta, mientras el iba en busca de provisiones y de cualquier información sobre el paradero de su hija menor. El comentario había salido casi de forma automática, dirigida por esa parte de ella que casi se sentía normal cuando estaba con él. Pero la respuesta del rubio le hizo volver a ser cien por ciento consciente de su situación, y la chica desvió su mirada hacia la ventana.
-- ... Hey, Sun. -- Le llamó en voz baja luego de unos segundos de silencio, sin dirigirle la mirada, su mano izquierda alzándose hasta lo que quedaba de su brazo derecho, sus dedos cerrándose con fuerza alrededor de la tela de su chaqueta.
@bulletrampage