-¡Tú estás diciendo que están muy ricos y eso q-que no te gustan las cosas dulces! A m-mí sí me gustan… -eso último lo dijo en voz más baja y tratando de tranquilizarse, pero se sentía abochornada y agachó la cabeza para que Akihiko no le viera el rostro.
Momentos después dejó su malteada casi a la mitad.
- Eso es porque soy sincero y digo lo que realmente me gusta. Además, si fuera tan fanático de los dulces como tu, si me llevaría una porción para mi -dijo casi como una verdad absoluta.
-Pero lo que estás diciendo es que estoy gorda -su voz apenas fue audible para su amigo ya que seguía con la cabeza agachada, sin quererlo ver. En su mano aún tenía el tenedor, pero ya no lo estaba utilizando.
- ¡Claro que no estoy diciendo eso! -dijo, un tanto enojado por que lo malinterpretara- No te estaba molestando…
-Dijiste que soy una glotona y e-eso significa que estoy gorda… ¿Sabías que las niñas n-nos sentimos mal si nos dicen eso? Eso no se les dice a las niñas, y menos cuando estamos comiendo -por un momento luchó contra el antojo, pero éste pudo más y terminó comiendo otro bocado del pancake, pero de una manera un tanto agresiva.
- Claro que no significa que estas gorda, y si lo estuvieras, no me importaría, porque no es importante para que seamos amigos… -el también tomo un trozo de postre y lo masco con rabia- ¡Jamás te diría algo para que te sintieras mal! Solo estaba bromeando.
Niños. Nunca había salido a solas con uno, peto estaba comenzando a creer que las cosas que sus amigas le habían dicho eran ciertas.
-Está bien, pero ya no quiero hablar de eso -tomó el tenedor con más firmeza para disponerse a comer lo que quedaba de su pancake. Después se le pasaría lo que estaba sintiendo, o eso esperaba.
- Bueno… -le costo terminar de comer su plato, sobre todo porque al parecer había consumido más azúcar de lo que pensaba que sería, por lo que sintió un poco de dolor de estomago. Por otra parte, no le gustaba que lo malinterpretaran, sobre todo con algo tan serio como burlarse cruelmente de alguien.
Y si era cierto que estaba gorda, no engordaría más por terminarse aquel pancake y su malteada, así que prefirió seguir comiendo como si nada hubiera pasado.
-¿Qué más vas a querer hacer? -preguntó después de dejar el tenedor. Ella no se sentía para nada llena- ¿Ya sabes cuál osito quieres comprar?
- No sé -dijo picando el ultimo trozo de pancake que quedaba en su plato, sabiendo que no podía comer otro bocado, pero aún así no quería dejarlo a medio comer. Toda la felicidad anterior se había esfumado, siendo reemplazada por una postura de desavenencia.
A su boca fue a dar lo último del pancake y tras dejar el tenedor, se ocupó de terminar en completo silencio lo que quedaba de su malteada de fresa.
Era obvio que la atmósfera en aquella mesa había cabiado mientras que los demás clientes seguían tan felices como en un principio.
-¿Estás enojado o triste? -le preguntó a Akihiko cuando ya no hubo más malteada que beber- ¿O las dos cosas?
- Las dos cosas -dijo aún picando en pequeños trozos lo que quedaba de masa.
-¿Pero por qué? -cruzó los brazos frente a su pecho y se quedó mirando el plato que Akihiko tenía frente a él- ¿Mucha azúcar o qué es lo que pasa?
- Pasa que no me gusta que me malinterpreten… Porque cuando lo hacen, las cosas terminan mal -musito.
-¿Y qué es lo que terminó mal? Lo único que se ha terminado… Que yo me terminé -corrigió-, es mi pancake y mi malteada.
- Nada aún, pero puede terminarse nuestra amistad y que tu sigas creyendo que te insulte, cuando solo bromeaba… Y que no entiendas que jamás te diría algo así en serio; no quiero hacerte llorar, quiero que disfrutes conmigo los momentos que no puedo disfrutar con nadie más… -dijo, dejándose escapar un agotado suspiro, sintiendo que sus ojos se llenaban de lagrimas- Mi mamá, mi papá, todos a mi alrededor me malinterpretan… Y estoy cansado de eso. Así que prefiero quedarme callado -confeso- Si tanto te molesto o molestara cualquier cosa que diga, hubiera sido mejor no entablar amistad…
-Oye, oye… -se levantó de su silla, pero sólo para moverla de lugar y hacer que quedara al lado de Akihiko para entonces sentarse- Yo n-no estoy llorando y no me fui, e-estoy aquí, ¿verdad? -intentó controlar todo lo que estaba sintiendo ya que sabía que si comenzaba a llorar, no podría seguir hablando y aclarar las cosas- Yo fui quien insistió en que fuéramos amigos, ¿no? ¿P-por qué iba a querer que ya no lo fuéramos? Y tú también te preocupaste p-por mí cuando… cuando me puse mal -susurró al entrelazar su brazo con el de su amigo- A veces podemos decir cosas y las personas entender algo más, pero por eso se debe hablar, para que n-no haya problemas y todos podamos seguir siendo amigos.
- … -el niño asintió y se restregó con su mano libre los ojos, buscando quitarse las ganas de llorar- S-siento haber dicho eso que te m-molesto…
-No, no pasó nada -estiró la mano para alcanzar una servilleta y dársela a Akihiko por si la necesitaba- Tú n-no hiciste nada… Yo lo siento.
- Pues, los dos nos equivocamos ¿De acuerdo? -dijo con una aún afectada sonrisa.
- M-mira, se me ocurrió algo -acepto lo que le ofrecía la niña y se limpio con la servilleta un par de lagrimas que habían escapado- ¿Que tal si como disculpa uno de otro, tu eliges el osito que yo me llevare y yo elijo el tuyo?
-Sí, está bien. Hagamos eso -no dudó en acceder a la propuesta de su amigo- ¿Pero cualquier osito? ¿El que sea?
- Si, el que sea -respondió emocionado- Que no te preocupe el tamaño o el precio, de eso ultimo me encargo yo.
-¿Y no importa si ya tiene ropita o… o algo más? -preguntó mirando la estantería que estaba cerca de ellos, donde había diferentes modelos de ositos, también de diferentes tamaños.
- No importa, elige el que quieras. Si tiene ropa o no, si es grande pequeño o muy caro, no importa -dijo mientras comía su ultimo trozo de pancake.
-¡De acuerdo! Ya no te puedes arrepentir -dijo sonriendo antes de echar otro vistazo a la estantería. Ya tenía un osito en mente, pero aún no tomaba la decisión de elegir ese- ¿Qué más vas a querer hacer aquí? -no se preocupó por regresar la silla a su lugar, de manera que siguió sentada al lado de su amigo.
- No había pensado en hacer algo más -dijo con sinceridad- ¿Tú si?
-En la parte de arriba tienen más ositos para ver y además, creo que hay uno gigante al que puedes abrazar, hay juegos de ositos… O podemos pedir algo más de comer -bromeó aprovechando que él ya se había terminado su pancake.
- Podríamos ir arriba -dijo decidido- Tengo muchas ganas de abrazar a ese oso gigante. Y después tomar unas malteadas ¿Que te parece?
-¿Seguro que quieres más azúcar? -preguntó un tanto incrédula; no estaba segura de si ella podría beber una malteada más- Pues podemos ir cuando quieras.
- Pues no he bebido ninguna malteada y tal vez me den ganas de probar una más tarde -dijo, no teniendo en cuneta que nunca había consumido tanta azúcar- ¿Quieres ir ahora? -pregunto por su parte.
-Sí, está bien. Vamos ya -retiró un poco la silla para poderse poner de pie y esperó a que Akihiko hiciera lo mismo- Supongo que vas a querer tomarte una foto con el oso, ¿verdad?
- Claro -dijo con una gran sonrisa, retomando su buen humor- Me imagino que tu también ¿No? -pregunto, mientras ambos iban en dirección a las escaleras que llevaban hacia la gran sala del 2do piso.
-Pues sí, ¿por qué no? Aunque nos vamos a tener que esperar un poquito si hay más gente. Muchos se quieren tomar una foto para tenerla de recuerdo -subió las escaleras sin prisa y mirando de vez en cuando dónde pisaba- Es un osito muy famoso.
- No tenia idea de que era famoso -cada peldaño miraba de reojo a su amiga, sabiendo que no debía apresurarse- Entonces vamos a tener que tomarnos unas foto juntos, es decir, que salgamos los tres.
-Sí, lo es. Es un osito muy bonito y además -tomó aire-, ¿a quién no le gustan los osos gigantes? -cuando finalmente llegaron, comprobaron lo que ella había dicho momentos antes. No había mucha gente, pero sí unos cuantos esperando su turno para tomarse una fotografía- Creo que tu idea d-de tomarnos la foto juntos sí es buena. Pero si quieres una sólo con él también te la puedes tomar. Lo haremos rápido.
- Quiero las dos fotos, pero por sobre todo en la que salgamos los dos, para tener más recuerdos juntos -le dedico una gran sonrisa antes de tomarle la mano y guiarla para que se pusieran a la fila.
Le dio un apretón a la mano y mientras esperaron estuvieron hablando y bromeando sobre la pose que tomarían para la fotografía.
-Ese osito debe tener mucho amor -comenró en voz baja, viendo como la niña de enfrente le daba un abrazo después de haberse fotografiado junto a él- Los abrazos tienen amor y a él lo abrazan muchas veces al día.
- ¿Tanto amor como para una ciudad? -dijo también en voz baja.
-Lo más seguro es que sí -dijo convencida- Fíjate, ahorita ya lo han abrazado mucho, en la mañana debió haber sido igual y cuando nos vayamos, alguien más también lo abrazará. Ahora eso multiplícalo y multiplícalo y multiplícalo.
- Eso es mucho amor -asintió varias veces, sorprendido de cuantos abrazos había recibido aquel gran oso- ¿Te imaginas cuantas cosas podriamos hacer con todo ese amor?
-¡Muchas! -dijo antes de darle un rápido abrazo y llevarlo junto al oso ya que había llegado el turno de los dos- Vamos, tú primero. Ponte para que pueda tomar la foto y salgan tú y el osito.
Se sonrojo por un breve momento, pero su pena quedo en segundo plano cuando fue arrastrado junto al gran oso.
- ¿Así esta bien? -pregunto, apoyándose a un costado de oso para abrazarlo.
Miró el celular y después a su amigo y el peluche, revisando que todo estuviera en orden para que la fotografía saliera bien- Ahm… sí. Así está bien. Sólo no te muevas… y… ¡Listo! Ya está -avanzó para mostrarle la foto y que decidiera si esa le parecía bien- ¿Así? ¿Te gustó?
- Si, así esta bien. Ahora ponte tú -se apresuro a ponerse frente al oso y su amiga- Uno, dos y… -su móvil hizo el característico sonido y se acerco a su amiga- ¿Te gusta?
Intentó abarcar todo el oso con sus brazos, sin embargo le resultó imposible; aun así le gustó mucho la fotografía- ¡Sí! Salimos muy bien -dijo riendo antes de volver a tomar a Akihiko de la mano y llevarlo junto al oso- Ahora la foto de los tres juntos.
Con cada uno al lado del muñeco de felpa, Akihiko esturo su brazo lo más que pudo y dijo - Sonríe~ -antes de sacar la foto, en la cual ambos se veían completamente felices y emocionados de tener una foto así juntos.