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                  ❛ Oh————— if the sky comes  falling  down                                             for you                                           there’s NOTHING in this world I wouldn’t do. ❜
                              ( start. )     ( mssg. )     ( discl. )
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«- -»✖ ☠ ✖«- -»

Nunca entendemos   la importancia que tiene el hecho de subestimar a un pirata hasta que      nos encontramos perdidos entre el filo de una espada y el calor de una piel a punto de sucumbir ante esta..

                                      ”Dame una razon para                                       permitir que sigas con vida” 

Y ademas esta decir que asumir de un pirata que la palabra         piedad cabe dentro de su vocabulario  no podria ser considerado como sabiduria  sino como una completa imprudencia                                                             

                                       ”No te permitas    siquiera                                        pensar que no      acabare                                        contigo porque   la verdad                                        no estoy   de buen humor                                        si tienes algo     que decir                                        dilo antes de que esto sea                                        totalmente     irremediable”

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genjou-destruction ha dicho:pero si te lanzas vas a acabar oliendo a caca :c (???????) ok no sorry xD, animo mija :c

me siento como caca así que sería muy accurate:( iiih thanks dude! <3 *le lanza amors*

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¿Tiene miedo que se homosexualice la vida? Y no hablo de meterlo y sacarlo Y sacarlo y meterlo solamente Hablo de ternura compañero Usted no sabe Cómo cuesta encontrar el amor En estas condiciones Usted no sabe Qué es cargar con esta lepra La gente guarda distancias La gente comprende y dice: Es marica pero escribe bien Es marica pero es buen amigo Súper buena-onda Yo no soy buena onda Yo acepto al mundo Sin pedirle esa buena onda Pero igual se ríen Tengo cicatrices de risas en la espalda

Pedro Lemebel (via misantropas)

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“Nadie puede decirnos que no. Nadie puede detenernos. Nos hemos elegido el uno al otro y el resto del mundo se puede ir a la mierda.”

—— { ♠ }: Hacía tiempo que no sentía que algo extraño ocurriría. Desde que murió mi padre, viví en una monotonía, en una rutina, de la cual no decidí salir porque era algo que conocía. Siempre he tenido miedo. Siempre le he tenido pánico a los cambios. Por ejemplo, mi padre siempre se había comportado controlado, como si él manejara el mundo en vez del tipo de arriba, ese que dice tener el control. Pero llegó ese día, y gritó, y pataleó, y lloró, y se ahorcó. Y se mató. Y se suicidó. Entonces entendí que nada era para siempre, que la felicidad es realmente ficción, y que el amor no vale la pena. Lo malo, es que contrario a mis pensamientos, perpetuamente escucho voces que me dicen lo opuesto. Que ciertamente, lo único que me falta es eso. Cariño, afecto, apego, ternura, pasión, adoración… amor. Pero sigo teniendo miedo. Me aterra no saber lo que podría suceder. Me espanta que me ocurra lo mismo que a mi padre. Que un ‘Para siempre’ se me prometa, y entonces… todo desaparezca, las promesas, los juramentos, y se vaya todo lo que alguna vez creí mío. Porque, confesándome, siempre he sido muy posesivo. Recuerdo cuando era pequeño, tenía una mascota; un perro, siendo específico. Y Anna, mi ‘madre’, decía que era suya. Entonces, yo le contestaba a gritos que era mía. Y que siempre lo sería. Que yo le había puesto nombre, que yo la cuidaba, que simplemente era mía. Mi padre me calmaba afirmándome lo que yo decía. Y mi madre se cruzaba de brazos, negaba con su cabeza, y se iba a trabajar. De todas maneras, como decía; vivir una vida basada en el pánico de… vivir, tomando todo el sentido de palabra, es horrible. Pero no puedo hacer nada. O eso pensaba hasta el día de hoy. Desperté creyendo que era más. Que era suficiente. Y eso, diferente a lo que siempre he pensado, es muy extraño. Siempre me he tenido por el suelo. No valgo nada. Sino, ¿por qué mi padre me dejó solo en el mundo?… La cosa, es que hoy día no fue así. Me sentí bien. Y además, como dato extra, la noche anterior no había tenido pesadillas. No había soñado con ese líquido carmesí, y yo riendo y disfrutando entre el. Sin lugar a dudas, era un día de esos que no entiendes, pero quieres disfrutar. Aún así, no me sentía yo. Era como si otra persona se hubiera metido en mi cuerpo, y me lo hubiera arrebatado, y mi alma estuviese vagando por algún lugar remoto. Así mismo me fui al instituto. 

Pero todo cambió cuando la vi. Estaba ahí, parada, silenciosa, preciosa. Yo sostenía mi mochila, y como si nada la dejé caer. Su presencia me llegó tan fuerte que me dejó en una parálisis. ¿Qué debía hacer? ‘Lo de siempre’, me dijo la razón. Pero una voz, que no era la mía, sino la que me susurraba las estupideces antes relatadas, me decía que no apartara los sentimientos y tan solo los… sintiera. Y por raro que sea, obedecí a la segunda voz. Me permití sentir. De repente el mundo no parecía mundo. De repente me sentí flotando. De repente, me sentí libre. ¿Escapaba o procedía? Procedí. Tomé mi mochila del suelo y caminé hacia ella. Su cabello caía por su espalda, con gracia y elegancia. Desde este punto, se veía negro. Pero yo sabía que era castaño oscuro. Estaba de espaldas. Curiosamente, también supe que al momento en que ella se diera vuelta, me perdería en sus ojos, y no querría salir más de ellos. Y ahí sí que se me iría el mundo. El corazón me golpeaba el pecho hasta el punto de que me dolía. Todo ardía, todo latía. Además, me sentí con el derecho de decir que ella sería y era mía

Entonces, me acerqué, y ella justo cometió el acto de moverse hacia adelante, así que por alguna causa, le agarré la muñeca, impidiéndole moverse un paso más.

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Electricidad, temblores y fuego. Todo al mismo tiempo. Se me hizo un nudo en la garganta, y la solté al instante. Recurrí a lo único que mi mente pudo procesar lo suficientemente rápido, y hablé. “Soy Kenneth. Hola.”

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Everything is a process.

Palabras: 3.755. Música: Songs that will not mend your heartbreak.

                                                                                     Ocho. 8. XVII.

A James nunca le había gustado el número ocho. Como nunca le había gustado el dos o el sesenta y el setenta. Es que no comprendía cuán aburrido podía ser el primero, cuán medroso podía ser el segundo y cuán confundibles podían ser los últimos. Simplemente le molestaban.

Ese día, 8 de septiembre de 1977, estaba nublado y no hacía frío ni calor. El clima no decidía todavía su estado de ánimo. El pelinegro despertó con los gritos de Sirius estallando en su oído izquierdo, y cuando quiso saltar de la cama para pegarle, se dio de bruces contra el piso. Luego Remus alegó que eran unos inmaduros revoltosos—pero se rió, el muy desgraciado, aún así se rió; y Peter… Peter no estaba. No tenía ni la menor idea del porqué, pero el pequeño regordete se encontraba distante. O le hallaban en la biblioteca leyendo algún libro (demasiado extraño), o simplemente cuando se reunían para ir a dormir en su respectiva habitación. Él se despedía con un estoico (e inseguro, la voz de Colagusano nunca perdería esa entonación de incertidumbre recelosa; una inestabilidad que, a su parecer, no tenía fundamentos. Porque esa ratita los tenía a ellos, y a Peter nunca le pasaría nada si James lo rodeaba por los hombros, Sirius le hacía zancadillas y Remus le daba consejos) “buenas noches”. 

Se vistió refunfuñando, buscó sus lentes durante unos veinte minutos, se trató de arreglar el cabello y, por más sorprendente que suene lo siguiente, se ordenó. O por lo menos, un poco.

Tal vez ese había sido el momento perfecto para detenerse y pensar: «Este va a ser un día de mierda».

                                                                                                     ⊰  ⊱

¿Cómo describir la sensación que recorrió sus venas y apretó su corazón? Era demasiado fuerte. Sentía que el mundo lo había aprisionado en una caja y no quería que saliera de ahí. No habían más caminos, no más salidas. ¿Habrían probado con los médicos muggles? Quizás su madre se había rehusado— y qué estúpido suena eso. Su madre seguramente ya había agotado todas las opciones, las que siempre habían tenido y la que nunca se habían imaginado. 

Definitivamente, que Remus estuviera a su lado ayudó un poquito a que su corazón no se destrozara por completo. El “¿Qué ocurre?” que salió de sus labios lupinos se convirtió en unos pequeños lazos, lazos que intentaron resguardar el pedacito de alma que quería desaparecer de su cuerpo. Pero bastó con una mirada más a las palabras escritas en tinta verde, dos semanas;y construyó un muro, un muro fuerte y violento, hecho de furia e injusticia, que no permitió que los ojos de Lupin le traspasaran todo lo que sentía por James: infinito amor e infinito apoyo.

Negó al aire un par de veces, quizás para su acompañante quizás para la vida, pero se alejó del lugar con la mente en blanco y las manos convertidas en puños. Las lágrimas que amenazaban salir de sus ojos, le nublaban la vista y le empañaban los lentes. Un rugido de tremenda tristeza nació de sus entrañas, y comenzó a caminar tan rápido, que de repente sus piernas creyeron estar en una maratón, y corrió veloz, tan veloz… pero a ninguna parte. Es difícil averiguar lo que pasa por tu mente en esos momentos. ¿Cómo lo asumes? ¿Cómo lo aceptas? “¿Se irá y ya?” No. James podía luchar, ¿cierto? Necesitaba luchar contra alguna cosa. Incluso si tenía la oportunidad de luchar contra la Muerte… lo haría. Y es que era su padre, joder. Merecía muchos años más, merecía morir al mismo tiempo que su madre. Él sabía que ese era su sueño. Su último deseo. Y es aquí dónde entra la injusticia: ¿Por qué él y por qué ahora? Traga fuerte el nudo que desafía con romper su máscara de aguante, pero sabe que si no llega a algún lugar rápido se derrumbará ahí mismo. Se saca los lentes y pasa bruscamente el dorso de su mano derecha por sus ojos, tratando de arrancar las lágrimas a la fuerza. Se limpia sus anteojos con un ademán raudo y los acomoda bien en el puente de su nariz. Su velocidad ya ha amenizado la potencia, y sus pasos se convierten en endebles intentos de fuerza perdida. Alcanza a llegar a una estatua conocida. Extiende la mano y toca la nariz de la dichosa piedra mágica. La estatua ríe y abre un pasadizo secreto. James hace un esfuerzo y entra, se acomoda en el pequeño y húmedo lugar, y siente como el conocido tintineo del espejo que solo Sirius y él tienen suena. No sabe si quiere cogerlo y ver el rostro destrozado de su mejor amigo, de su hermano. Porque seguramente ya lo sabe. Y es aún peor la idea de él decírselo, silo anterior no es el caso. Lo ignora y se sume en una oscuridad completa cuando la vaga estatua por fin se cierra sobre la pared.

             Oscuridad que entra por sus poros.                Oscuridad que le roba la voz.                  Oscuridad que se cierne sobre su corazón.

Y es que está tan enojado. ¿Será ese el sentimiento común para toda la gente? … Es que no quiere llorar. Entre la furia y la tristeza, sabe cuál prefiere. No quiere llorar, no todavía… no sabe cuándo, tampoco.

                                                                                                     ⊰  ⊱

Pasa una semana envuelto en un remolino demasiado grande de emociones. Le ha rehuido las conversaciones a todos sus amigos. Incluso a Sirius. Lo ve igual de devastado que él, y tan solo tiene ganas de abrazarlo. Pero el muro que construyó el día de la noticia no se lo permite. No sabe cómo derribarlo. Y todavía está muy enojado.

Camina por los pasillos de Hogwarts con la cabeza gacha, ya no siente eso de tener todo el mundo a sus pies. Más bien, es como si el mundo estuviera sentado encima de él.

Vislumbra una cabellera roja a su lado, y sabe que esos ojos verdes están clavados en él. La fuerza es tremenda. Es como si Evans le brindara algo, pero ni él ni ella saben qué. No es como si tuviera ganas de averiguarlo, tampoco. No le devuelve la mirada por temor a que note sus ojos rojos. La rutina de esa semana había sido llorar silenciosamente todas las noches. Pero era un llanto que no le permitía saciarse al completo de todos los sentimientos. Porque existía uno que te daba la salida y de repente tu cuerpo ya no era más una reclusión de mierda emocional. James todavía no podía llegar a ese.

Le duele mucho, muchísimo, estar con sus amigos. Porque es como si él no estuviese. Quizás hubiese sido preferible que lo golpearan y le gritaran “¡LLORA!”. Pero no… no querría hacerlo. Lo único que deseaba es que por fin le dieran el permiso solicitado por su madre para ir a casa. Había llegado otra lechuza (la leve y muy efímera esperanza de buenas noticias) y esta vez rezaba que su padre lo quería a su lado a todo momento, en un pequeño viaje que le tenía preparado.

Fue en esa misma tarde cuando Dumbledore lo llamó a su despacho y le concedió polvos flú. La mirada del anciano sobre sus ojos le comunicaban miles de palabras. El magistral mago le dio un abrazo y le susurró “Tranquilo, hijo. Déjate llevar” y sabe que en ese momento su rostro tomó un semblante de confusión. ¿Con qué debía relacionar eso? Asintió con un carraspeo y luego lanzó los polvos al fuego, fuego que de repente se convirtió en los ojos de Lily. Nació un pensamiento rápido en su mente, que desapareció apenas mencionó en voz alta ¡Valle de Godric!: «¿Cómo sería que Evans lo abrazara?»

                                                                                                     ⊰  ⊱

El olor a galletas reinó sus sentidos y una imperceptible sonrisa dominó sus labios. Por unos segundos todo parecía bien. Volvía de Hogwarts a su casa, pronto Sirius lo empujaría y su madre lo retaría, él se reiría y le tiraría algo, entonces aparecería su padre y lo miraría alzando una ceja— tragó fuerte. Abrió sus ojos y se dio cuenta de cómo afecta el transcurso de la vida. La alfombra de color rojo pareció perder color. El sillón de su padre se veía como nuevo, sin esa hendidura que había tenido siempre. Los libros que su madre siempre tenía desparramados estaban ordenados. Alzó la vista y en el umbral de la puerta estaba la mujer más hermosa de su vida. Su madre lo miraba con el corazón roto. El ojicafé corrió hacia ella y la atrapó en un abrazo. Tenía muchas, muchas ganas de llorar. Pero debía ser fuerte por ella. Le besó múltiples veces su frente, le murmuró múltiples veces lo siento, y encontró en ella un poco de fuerza para demoler el muro de furia e injusticia, pero no la suficiente. 

Sintió las lágrimas de su madre mojar su polera.

—  Shh, mamá, shh… —le traspasó todo su amor bajo el umbral de la cocina. Bajo el olor de galletas que lo había acompañado toda su vida, que le traía tan solo buenos recuerdos—.

— Ya, James. Es suficiente —dijo su madre separándose de él. Ella fijo sus ojos avellanas sobre su más grande orgullo. Estaban muy rojos—. Charlus te está esperando —y ella alzó su mano hacia su mejilla, que acarició con infinita ternura. El capitán de Gryffindor cerró sus ojos y suspiró suavemente. Asintió frágil y besó por última vez a su madre. No le dirigió otra mirada porque no quería contemplar más el alma de su madre incompleta—.

Subió las escaleras en busca de su padre muy lentamente. Trataba de atrasar el momento. Ahora no te ves muy valiente, ¿eh, león? parecía decirle una pintura que siempre le había parecido muy graciosa. Pero la verdad es que el señor de la pintura lo miraba con infinita tristeza, y James ya no le encontraba gracia alguna. Unos pasos más y estaría frente a la habitación matrimonial de sus padres. Se quedó congelado en el pasillo. ¿Qué vería allí? En el inicio de curso ya sabía que su padre estaba un poco enfermo, pero habían dicho que era un virus de temporada. Su padre había incluso bromeado con que era de acero. Con esos pensamientos en mente, reunió energía y tomó el pomo de la puerta, luego lo giró y abrió. 

El dormitorio parecía estar lleno de luz. Por un momento tuvo que cerrar los ojos ante la fuerza luminosa. Abrió uno y observó con dificultad que la ventana estaba abierta y había un sol muy bizarro alumbrando la estancia. Qué ironía. ¿No se supone debería estar lloviendo? Ya acostumbrándose a la luz, miró hacia la cama de colores rojos. Su padre lo observaba con una sonrisa del más puro amor. ¿Alguna vez tendría la oportunidad de regalar una así, también?

Fue en ese instante donde el muro se destruyó, como si del más frágil vidrio se tratase. James comenzó a llorar de una manera tan horrible, que su visión se nubló y caminó a ciegas a la cama de su padre. Cayó de rodillas a su lado y tomó la mano de su viejo, y con el miedo de romperla, la llenó de besos y dejó que sus lágrimas la bañasen entera. Capaz y en su vida anterior había sido un fénix. Tal vez podía sanarlo de esa manera. Escuchó los sollozos de su padre y sintió las manos acariciándole el cabello. “Tranquiló, Jamie, todavía no me muero” con un tono de triste bromista. James dejó salir una risa quebrada, y apretó la mano de su padre. Su progenitor le quitó los lentes y los dejó en algún lugar de la cama. James observó con dificultad y pasaron unos minutos para que su pecho encontrara un poco de tranquilidad. Su padre le limpió las lágrimas dulcemente, y James se dejó. Porque volvía a ser un niño pequeño y no quería que su padre se fuera al trabajo. 

— Hey —lo llamó el anciano con una voz que no denotaba fragilidad para nada. Era un tono que siempre tendría un tinte de autoridad, algo que en el Ministerio de Magia todos adoraban—.

— ¿Mhh? —murmuró James, esta vez sentándose en la cama—.

— ¿Ya te dijo tu madre que quiero que viajemos? Por unos días, tan solo para que hablemos de unas pocas cosas —y le alcanzó los lentes al final de la frase. James asiente, poniéndoselos—. ¿Y bien?

— No es como si pudiera negarme —rodó los ojos. Era la primera vez en todos estos días que podía bromear un poquito. Su padre sonrió ampliamente—.

— Así está mejor, campeón. ¿Y los chicos? —James le rehuye la mirada—. ¿Qué pasó? ¿Algún problema?

— Pues, verás… —se desordena el cabello, un ademán ya muy conocido por su familia— sinceramente, no supe cómo… llevar… todo esto —su voz bajó varias escalas. Ahora analizaba sus días pasados y se sentía un total idiota. Tuvo la peor de las reacciones, por Merlín. ¿No hubiera sido mejor, no sé, comportarse como siempre? (Imposible, por supuesto).

— Está bien, hijo —le sonrió nuevamente—. Es un proceso —agregó luego dudosamente—.

James apartó su mirada de la piel que su padre, que lucía como si se fuera a desvanecer, y la posó en los ojos contrarios. ¿Un proceso? Sí, lo era. Horriblemente, lo era.

                                                                                                       ⊰  ⊱ 

Los días pasan y James y su padre se ausentan en largas caminatas bajo cielos despejados y estrellados.

Los términos de los días consisten en cenas muy provechosas, y risas que esconden todo lo próximo que se viene. Su madre hace que los tres se sienten en el largo sofá de su sala de estar, y vean televisión muggle. Hay un canal que especialmente fascina a su padre, sobre autos antiguos. James y él lo ven asombrados, su madre leyendo un libro. Los libros volvían a estar desparramados. Pero el sillón de su padre todavía lucía como nuevo.

Entonces, un día en especial, pasan un especial de motocicletas. James inevitablemente recuerda a su hermano, a su mejor amigo, al compañero de compañeros, Sirius (en realidad se ha acordado de él a todo momento, como también de Remus y Peter, pero por muy extraño que suene, tiene miedo de la indiferencia que les regaló la semana pasada) y se decide a enviar una lechuza al colegio para pedir la presencia de sus amigos en su casa. Ese mismo día su padre se pone muy mal. Terminaron las caminatas. Debe permanecer en cama.

En la noche analiza silenciosamente todo lo que le ha dicho su padre. Se duerme con un orden nuevo en su mente. Pero por más que quiera evitar otros pensamientos, sabe que el final de todo el acto está cerca.

Al siguiente día sus tres mejores amigos están en la cocina. Los siente hablando animadamente, Sirius con unas bromas para animar el ambiente, Remus preguntándole cosas varias a su padre y Pet recibiendo mimos de su madre.

Se viste lentamente y baja las escaleras aún más lento. Cuando su figura por fin aparece en la cocina, todos se quedan callados. Se acomoda los lentes y levanta la mirada con extraña vergüenza (no, no vergüenza, pero algo incómodo y desconocido). Sirius entonces dice “Eh, Cornamenta. Tienes la almohada pegada a tu cabeza” y sonríe perrunamente. Vislumbra también la sonrisa tranquila de Remus y la ansiosa de Peter. Él también sonríe, sonríe ampliamente. El final nunca antes se había visto tan agradablemente.

                                                                                                     ⊰  ⊱

Siente en sus entrañas que ya es el último día. Se prepara y se pone el traje que su madre ya le ha comprado. Se desordena el cabello. Se mira al espejo y observa sus nuevas ojeras con una mueca de incomodidad. Sirius se asoma por detrás, vestido de la misma manera que él. Sabe que ha estado llorando. Se da media vuelta y lo abraza en un arrebate de miedo. Canuto se afirma de él con el mismo terror. Sabe que sus mentes van en la misma línea de pensamientos: ¿Y ahora qué? Luego otro abrazo los rodea, y es Remus. Él es Remus, y él es James y él es Sirius. Y los tres se aman lo suficientemente como para entender todo, todo lo que pasa en sus entrañas. Un abrazo más pequeño y lleno de dudas se cierne sobre los tres. Y James siente que puede llorar de nuevo, que ya es hora de sacarlo todo, todo de su cuerpo. Que es el último día y ya no queda nada más que afrontar a la vida. Peter le regala unas caricias en su espalda y susurra palabras suaves a todos. James apreta su amarre a todos. Los siente tan cerca. Los tres están grabados en su corazón tan fuertemente.

No hay James Potter sin Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew.

Eso lo descubre en ese momento.

                                                                                                      ⊰  ⊱

Está todo listo. Ya ha pasado el momento. El funeral está programado para el mismo día. Por eso los trajes y todo. Las últimas palabras ya fueron dichas.

Su padre se tomó un tiempo con exactamente todos los que estaban en el Valle de Godric. Primero su madre. Desde afuera, esperando su turno, vio como se daban un beso bañado en lágrimas. Su padre la tomaba por la cintura y su madre lo tenía tomado de la cara, abrazándola y besándolo por todas partes. Amor más fuerte que ese James no había conocido nunca. Era un suertudo de mierda. Tenía la vida más jodidamente genial de todo el mundo. Sus padres se amaban como si se les fuera la vida en ello. Y la vida de su padre se estaba yendo, pero el amor que sentía por su esposa la rodeaba y la atraía a él. Los unía, inevitablemente. James veía y sentía como un aura rodeaba a su madre. Un aura de protección e ilimitado amor.

Luego fue el turno de James. El joven de anteojos lo abrazó y él le dedicó las últimas palabras más bellas del mundo. La mente del ojicafé ya estaba ordenada de una nueva manera, pero eso le ayudó a ver el mundo con un poco más de lucidez. Su padre le sonrió amplio y le juró que había estado orgulloso de él apenas lo vio en los brazos de su madre. “Fuiste un héroe desde pequeño, y serás un héroe hasta siempre”. Y él tuvo razón. 

Entonces vino Sirius, Remus, Peter y una acalorada Marlene al último. James la miró con una sonrisa frágil y le dijo que todavía estaba a tiempo. 

La que repitió turno fue su madre. Ella fue la que les comunicó a todos el fin, con un simple “Ya está”.

                                                                                                     ⊰  ⊱

James puede asegurar que el peor momento de toda la situación fue el funeral. Habían muchas caras conocidas. Y todos lo miraban a él y a su madre con lástima. Pero fue entre medio de todo el publico donde encontró algo que le brindó la paz necesaria para dar esas típicas palabras. Pelirroja, ojiverde y hermosa. Oh, James. No es buen momento para sorprenderte de lo colado que estás por ella. Pero es que sus ojos no ayudaban, de todas maneras. Sentía que Lily tenía tantas cosas por darle. Ella buscaba su mirada y él se le daba. Pudo sentir como el alivio inundó su mente, y Lily se veía tan preciosa. No era el momento, Evans, no era el momento para prometerle tanto a James sin saber que lo hacías. Joder, es que está tan enamorado. Muy, muy colado. Demasiado. 

Se subió al escenario improvisado con nerviosismo. Todavía sentía el fuego verde sobre él. Pero entonces a su campo de visión entró el ataúd y su mente sí que se fue a blanco. ¿Qué se supone debía decir? Oh, fue una persona genial, ¿espero que esté bien donde sea que esté? No, por Merlín. Su padre no se merecía algo tan normal.

— Ustedes no saben la rabia que sentía —sus manos se convierten en puños—. Porque joder, la vida es una injusticia. ¿Por qué, exactamente, mi padre? ¡Si era lo más de lo más! —y alza la voz, impulsivamente. Busca con vigor los ojos verdes en el público y los encuentra. Se tranquiliza—. Entonces, durante estos días, por más rabia e injusticia que sintiese, aunque mi padre tuviera sueños y yo no pudiese ayudarlo a cumplirlos —se le quebra la voz, pero carraspea y sigue hablando—, es un proceso. Todo esto es un proceso —dice bajito. Su madre sonríe despacio. Sirius asiente y dirige su mirada a Dorea. Los ojos de James también están sobre ella. Los dos tienen el mismo miedo en el mismo momento. ¿Qué sucederá ahora? Remus, que está al lado de su madre, le dice algo a ella. Y su madre atrapa al hombre lobo en un abrazo. Lupin abre los ojos y su boca queda abierta de la sorpresa. James sonríe un poquito—. Al final todo es un proceso —se encoge de hombros y baja del escenario.

                                                                                                     ⊰  ⊱ 

El día termina con sus mejores amigos en la sala de estar. Marlene está hablando con Peter sobre algo sin sentido, Sirius y Remus toman cerveza de mantequilla, y él juega con la snitch de juguete que su padre le regaló cuando era pequeño. En la cocina se encuentra su madre y los Mckinnon hablando sobre algo que él no desea saber. La conversación no tiene pinta de ser feliz. En realidad, piensa ir y salvar a su bella madre.

Entonces suena la puerta y James se levanta para ver quién es. Son cuatro chicas muy conocidas: Lily, Alice, Dorcas y Hestia. James las observa primero con sorpresa y luego su semblante se resume en una sonrisa pequeña. Alice abalanza su pequeño cuerpecito contra él y lo atrapa en un abrazo muy imperioso. James la abraza con ganas, pero su mirada está atrapada en los ojos verdes de Lily. Luego Dorcas y Hestia repiten la misma acción. Detrás de Lily siente la voz de Frank buscando a Alice. O lo hace ahora, o no lo hace nunca. 

Es él quien atrae a la pelirroja a su cuerpo y busca lo único que le ha faltado en todo este llamado proceso: el aroma de Lily Evans cerniéndose sobre el suyo. La abraza por la cintura y se aferra a ella como si no hubiera lugar en el mundo más perfecto que ese.

Y no lo hay, sinceramente.

No lo hay.

Porque al final eso era lo que sucedería. Sucedería que la vida seguiría y ese recuerdo quedaría ahí. Más grabado en el corazón de algunos que de otros.

Entonces, su padre tenía razón.

                                                                Todo era un proceso.

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Bienvenida seas a Hogwarts, Chubi. Has sido seleccionada para el rol de James Potter. Tienes 48 horas para mandar tu cuenta e incorporarte al roleplay. Esperamos que te diviertas y cualquier duda, acude al ask. ¡Gracias por unirte!

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— Moony.

* NOTA: Me temo que el cambio de FC no será posible. ¿Por qué? Bueno, personalmente nunca me ha gustado Aaron como James, dejé que aquí se usara por un largo tiempo por varios users, sí, pero pensé que este sería un buen momento para cambiar el FC al que era originalmente y me gustaba. Siento que no se pueda el cambio, pero si en verdad te incomoda mucho, mucho, mucho, al punto que no puedes rolear, podemos cambiarlo, sólo inténtalo ¿sí?  

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logré reservar a James. repito, logré reservar a James.
                                 POR FIN PODRÉ ROLEAR A                                     JAMES EN EL GOLDEN                                   SAFJKLSJFKLSDJSKLFJSK.
en otras noticias, he avanzado un poquito mis drafts. just that.
                                          see'ya!
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¡Mi tag no funciona! ¿Qué hago? ¿Por qué sucede esto?

¿Te ha pasado alguna vez que aparece una publicación nueva en tu tag, pero cuando vas a revisar, no hay nada? Es posible que alguien (sin malas intenciones, por supuesto) lo haya roto temporalmente. La solución es muy simple: Lo único que debes hacer es publicar algo nuevo con el tag de tu blog. Por ejemplo:

¡Y listo! Pero, ¿cómo podemos evitar romper el tag de otra persona? Hasta el momento solo conozco unos pocos motivos y los explicaré a continuación:

  • La publicación fue hecha por un blog con menos de dos días de antigüedad y poca actividad (no ha seguido otros blogs, no ha reblogueado nada, etc). Lo mejor siempre es esperar a que los tags funcionen antes de interactuar con otros. Asegúrate de activar tu cuenta, seguir un par de blogs, rebloguear una foto, texto, etc. y, algo que me ha funcionado bien por el momento, mientras haces otras cosas, deja una publicación aleatoria en tu blog con tags que nadie revisa (incluso #asjdsdsdfd te podría servir).
  • No todo el mundo lo sabe, pero tumblr solo reconoce los primeros cinco tags de una publicación. Es decir, si en un starter tu colocas los siguientes tags: #rp independiente, #rp en español, #rp indie, #indie rp, #rol independiente, #urldealguienaqui, la publicación no aparecerá en el tag de dicha persona y es posible que lo rompa. Si vas a taggear a alguien (aunque en estos días, siempre es más conveniente usar el @), hazlo dentro de los primeros cinco tags. Y nunca uses más de cinco, es perdida de tiempo.
  • Si publicas algo con determinados tags y lo borras de inmediato, es posible que alguno de esos tags se arruine, así que te recomiendo evitarlo.
  • De este no estoy muy segura, pero si publicas múltiples cosas en un tag, es probable que se trabe o que no todas esas publicaciones aparezcan allí.

¿Ves? ¡Simple! Si te quedó alguna duda o conoces otra forma para evitar “romper” un tag, comunícamelo vía askbox.

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