Es difícil decirte qué es para mí Pilar [del Río]. No es mi secretaria; me ayuda en lo que necesito y en lo que puede, pero eso no la convierte en mi secretaria. Y tampoco me gustaría que mi mujer fuera mi secretaria. Yo diría que he vivido para llegar a ella. Pilar me dio todo aquello que ya no esperaba tener. La conocí en 1986 y ya vamos de camino a siete años de auténtica felicidad. Cuando vuelvo la vista a lo que viví antes, veo todo aquello como una larga preparación para llegar a ella. Por tanto, decirte que es mi mujer, mi amante, mi compañera, mi amiga, todo eso son sólo intentos de decir lo que es, y nada más. Nuestra relación es otra cosa, no cabe en esas categorías.
José Saramago