GOTAS DE AGUA De MIGUEL ÁNGEL GARCÍA (Reseña)
Una vez más me encuentro ante uno de los trabajos de Miguel Ángel.
El último de ellos y más reciente, Gotas de Agua.
Gotas de agua es un libro cristalino, lleno de rincones inexplorados que con anterioridad no hemos leído de su autor.
De lenguaje sencillo, fresco y relajado con más soltura en sus manos a la hora de compartirnos sus vivencias y convertirlas en poesía.
Gotas de agua te lleva de la mano a todo tipo de humedades. Dividido en tres partes, (Condensación, Precipitaciones y freático) Gotas de Agua, nos ofrece un viaje interno a su autor en hechos simples y cotidianos con los que muchas veces nos identificamos todos en algún momento.
Es inevitable ver la lluvia desde los ojos de Miguel Ángel. Conocer de su mano que nos guía suavemente su forma de ver el mundo. Cómo lo aprecian sus ojos en un día a día que va cambiando hasta que finalmente cierra los ojos y sueña.
Sus reflexiones internas son constantes sobre asuntos del mundo que nos atraviesan a cada uno de nosotros en algún momento hasta desembocar en el caudal de las despedidas con olor a nuevos comienzos.
Un libro dividido en tres partes que cierra un ciclo acuoso, desbordado que comienza tímido y termina hasta inundarlo todo.
Miguel Ángel nos trae un abrazo que toma forma de libro con Gotas de Agua. Un abrazo que podemos llevar a todas partes. Un poemario de bolsillo que nos acompaña una tarde de café y en muchos días con lluvia. Un libro para llevar de viaje y sentir que vamos acompañados de un abrazo que guarda silencio hasta que abrimos nuevamente sus páginas.
No pude evitar sentir sus manos abrazando mi espalda suavemente cuando me recomendó directamente algunos textos específicos.
No solo me ofreció el consuelo que necesitaba en esos momentos que coincidía su reseña con una pérdida personal, sino que sus palabras llegaron a ese sitio que tenemos en el corazón cuando aun sabiendo las respuestas, sentimos la necesidad de escucharlas de otra boca, con otras palabras para aceptarlas y darles un cierre en forma de despedida.
Miguel logra eso y solo por ese simple hecho el libro vale mucho, cuando necesitamos soltar y leer palabras que nos permitan continuar con una herida restaurada sin morirnos mientras nos logramos poner de pie nuevamente.
Aunque somos viejos conocidos, lo cierto es que a pesar de nacer en la misma ciudad, la vida nos llevó por senderos muy distintos y colores muy diferentes a lo largo de la vida. Miguel salva la poesía y se permite no soltarla porque ella misma lo salva todas las veces que necesita respuestas como todos los que entendemos que las únicas respuestas que deseamos leer son las propias.
Las que salen de nuestras manos cuando ellas parecen saber qué decirnos cuando el corazón está demasiado herido para hablar o demasiado confundido para entender qué pasa.
Un libro único, recomendable. Lleno de agua y palabras que te acarician los ojos y algunas veces se derraman por tus mejillas en forma de lluvia sin que lo notes hasta que la humedad llega a tus labios o se te anudan en la garganta para no salir y desbordarse.
<< Cuando te acuerdes de mí, cierra esos ojos que tanto besé; antes de que muera el verso, vuélveme nostalgia y vuélveme a leer.>>
<< Todos necesitamos reflejarnos en otros ojos, encontrarnos en otras manos, caer con la seguridad de que alguien habrá de levantarnos.>>