-Hola, Josephine- le dirigió una sonrisa amable, no sin antes dar un asentimento irrelevante, dejando pasar el comentario del vomito, porque era bastante obvio que se quedaría en su presencia, que no le molestaba pasar un mal rato si lograba quedarse aunque sea solo un rato con ella -Quería hablar contigo, no pude evitar escuchar lo que has dicho antes- prosiguió, cuidadosamente, atreviéndose a inclinarse un poco sobre la mesa, aunque mantenía la sonrisa impresa en su rostro, esta se volvía más tenía mientras su entrecejo se arrugaba por la preocupación -Si quieres tomarte un momento puedes pasar por mi cubículo, ahora mismo si lo prefieres, puedo escribirle una nota a tus profesores para que te den el día e invitarte a un café-.
Cerrar su mente de golpe fue como bajar un interruptor, accionado por la presencia del contrario. Bajo su mirada a su hamburguesa, fría y totalmente desordenada, conteniendo la respiración unos segundos, a lo que le tomaba reprimir todo lo que había disipado alrededor de ella para no contenerlo. Exhaló, sintiendo ahora su aliento caliente, pero mucho mas aliviada. El profesor Fletcher era, simplemente, alguien que no podía lastimar —¿Quería hablar conmigo antes de escuchar lo anterior? —inquirió en voz baja. Recordaba perfectamente cuando la junta de padres en Holy Oaks decidió que separar a sus hijos de los “niños fenómeno” era la nueva prioridad. Cornelia, James y Aiden fueron los únicos que se opusieron. Josephine lo sentió, los tres confiaban en todos ellos. Ahora se preguntaba si seguía creyendo en ella, si aun confiaba. Sin embargo, prefería quedarse con la duda, comparando todo eso con el gato de Schrödinger. Cincuenta y cincuenta, y nunca lo sabrás, hasta que abras la caja. Josephine no tenia intención de hacerlo. —No creo que noten que no estoy ahí, Creen mucho en lo autodidacta que podemos ser. —aseguró, alzando la mirada con una sonrisa simple para despreocuparlo. —Supongo que todo estará bien. Algun dia. Algun dia todo estará bien. —suspiró, resignada.
“¿Ves a todos acá? seguro ya mataron a sus papás o sus novios, todos somos huérfanos y nos apoyamos. ¿Quieres algo de papas fritas?” tan vago como esa excusa para sentarse en su mesa, el resto estaban muy ocupadas y no le llamaba sentarse con un mutante toxico a la hora del almuerzo. “¿Entonces? ¿a quien perdiste?”
Frunció el ceño, de principio a fin, ysin querersoltó una risa amarga al escuchar siquiera el “nos apoyamos”, acompañándolo con una mirada de total incredulidad. Y ahora que pensaba en ello, de nuevo, ya no se sentía tan mal que muchos allí desaprobaban su existencia. —Creo que es mas fácil cuando no los conoces. —agregó, echándole un vistazo paciente a su alrededor. Quería sentirse sorprendida por hablar de esa manera, pero no logró. Agradeció su oferta al final con la mirada, tomando unas cuantas papas y las agregó a su hamburguesa. —A mi familia, supongo. —se encogió de hombros, dándole atencion a su hamburguesa. Sabia que el contrario soportaría su mutacion, asi que no se molestó en detenerse —Ademas de amigos, profesores. ¿Sabes que le pasó al anterior director del club Gen X?
Al escuchar la pregunta de la chica, se quedó pensando. —Las ventajas creo que son las mismas que las desventajas, es como eso que dicen de “La moneda de ambas caras” Ya que nunca envejeceré, pero la gente haya afuera lo notaria después de un tiempo, asi que me tendría que mudar. Es como la película de “El secreto de Adaline” ¿La has visto? Es una película linda y entenderías un poco a que me refiero- Comento mientras veia a la rubia. —La otra desventaja/ventaja es que todos mueren, excepto yo. Bueno tal vez si puedo morir, pero reviviría a los pocos minutos u horas. La inmortalidad supongo es tanto un don como una maldición— Se encogió de hombros.
Inmortalidad. —resumió, sorprendida ligeramente. Los pormenores de ese estado eran largamente debatibles. Pero Josephine tenia que admitir que los pocos inmortales que habia conocido, eran sin excepciones, seres completamente opuestos al muchacho que tenia enfrente. —Hace mucho que no veo peliculas, quiza la vea. —asintiò suavemente, asegurandoselo. Se dispuso esta vez a ordenar su hamburguesa, se le habia encendido el apetito —No, si buscas a otro inmortal no tendria que ser asi. Pero como zombie, ¿no tienes ninguna debilidad? —inquiriò con mas curiosidad ahora, dando un mordisco rapido.
No tenía idea donde se había metido su mejor amigo, había llegado a su habitación y las cosas de su pareja ya no estaban, el pelirrojo no le contestaba, estaba sola y hambrienta. Tomó una gran bocanada de aire antes de poner sus cosas sobre una mesa— Prefiero hacerlo que sentarme con algún desconocido, tu al menos tienes un rostro familiar — Le comentó mientras se sentaba, no tenía idea si era posible que vomitara o sus poderes podían evitarlo, no le importaba — Pero hazme vaciar mi estomago antes de comer ¿Si? — .
Se detuvo, dejando que su segunda mutación explicara todo. —Adaptacion reactiva. —musitó, cambiando su semblante, era simplemente algo intrigante. —Puedo intentarlo. — respondió, mas que curiosa por saber como funcionaban ese tipo de mutaciones, mezclada con una disculpa por lo que pudiera pasar. Sus orbes se pintaron rapidamente de rosa. El miedo se tornaba mas y mas agudo y el vacio que se internaba era generalmente suficiente para que el cuerpo de la morena reaccione.
—Solo “hola”—Respondió con palabras esta vez ya que la empata había salido con la excusa de las limitaciones de su mutación para el porque no había podido reconocer un simple gesto facial. En realidad no había querido decir hola pero ya había sigo obligado a hacerlo y a entablar una conversación con José ¿de que iban a hablar? ¿del bebé azúl y de terrorismo? ¿o quizás de la escuela y de violar las emociones de las personas? al parecer iba a ser de eso último cuando escuchó las palabras de la chica. —Eso sonó demasiado parecido a una amenaza. —Le advirtió a su manera con una firmeza que indicaba no temerle a los poderes de la mutante, al menos no en cuanto a ser manipulado mentalmente, si algo temía era ser un desastre emocional en esos momentos y que José pudiese percibirlo, era difícil no cargar todos los días consigo una vergüenza enorme desde que había elegido lo que creía merecer, a la peor persona posible que terminó jugando con él, sin mencionar un sinfin de tragedias anteriores. —Me siento fastidiado— Confesó al recargar su rostro contra la puerta lo cual hacia énfasis a ello. —Y me siento cansado… y enfadado, y sediento… e infinito, y solo. —Si iba a estar atrapado en un cuarto con una empata quería ser el quien revelara sus emociones. —Pero no homicida. —Añadió para aclarar que no iba a tratar de matarla.
Sonrió agradeciendo su esfuerzo, aunque no era mas de lo que ocurría normalmente, antes de todo incluso. Un simple hola y una sonrisa cortés lograba hacerlos sobrevivir mutuamente en la escuela. El calor se sentía cada vez mas pesado, e incluso el foco que iluminaba ese armario calentaba aun mas el aire. Ladeó la cabeza, obviamente sus palabras no fueron escuchadas como esperaba, pero tampoco se disculparía. Ya se había cansado de disculparse. —¿Es por las dimensiones?, te consumen y a la vez reconoces toda esa inmensidad. Creo. —agregó lo ultimo para definir que no lo había tocado, en ningún sentido. Simple intuición. Solo los de esta dimensión concebían mixturas de emociones, tan simples o extremas, Josephine no quería imaginar que existiría mas allá, y lo que desencadenaría en un ser vivo que sea capaz de sentir. Y Simon era uno. Tal vez eso causaba que fuera mas sensible. Cerró los ojos pesadamente al escucharlo por ultimo, cruzándose de brazos. —Eso ya lo entendí, Simon. Serias completamente incapaz.—aclaró, sonando burlona completamente adrede, abriendo sus ojos revisando su reloj de pronto. La rubia entendió que Simon no dejaría de tirar la misma piedra, una y otra vez. —Podrías terminar de decir todo lo que tengas dentro, de una vez. No creo que tengamos otra oportunidad.
-No me quieras asustar con algo como eso, no soy muy bueno al momento de cambiar pañales, pero si lo hago tal vez necesite la ayuda de una experta y no puedes tener esa cara frente a un bebé, tu sabes que tienes el toque con ellos-Tan solo quería animar a su amiga, no sabía que le pasaba pero odiaba verla de esa forma, sobre todo porque se podía empezar a sentir a su alrededor un aura depresiva y probablemente era por la mutación de su amiga-¿Y acaso quieres acabar con el responsable de su muerte?Eso no va a ser de ayuda. Tienes que tranquilizarte, te llevaré a un lugar donde puedas desatar tu enojo, pero aquí no-Aunque parecía ya ser tarde, un mutante que estaba cerca de ellos ya empezaba a mostrarse agresivo. Se teletransporta hacia donde estaba el mutante, el humo oscuro y el olor a azufre había hecho que el mutante se distraiga tan solo por un momento, algo que Dante aprovecha para sostenerlo por los hombros y sujetarlo con fuerza-Ni siquieras conoces al otro y creeme que no estoy de humor como para recibir un choque electrico-Lo suelta para empujarlo contra la pared más cercana-No quiero lastimarte o que alguien más salga lastimado, estamos en un lindo lugar, procuremos que siga estando de esta forma.-Voltea ver a su amiga esperando que de alguna forma ella controlará sus emociones o de lo contrario el sujeto iba atacar sin importar palabra alguna.
Ahora, lo dudo —agregó entre dientes, sintiendose una total amargada por ello. Ahora pensar en un bebe la ponia nerviosa, sobre todo si podia causarle daño de alguna manera. Lo primero que ordenó fue su propia mente, encapsularla para evitar que alguien mas se desatara por su culpa. Vió desaparecer al pirokinético, y se levantó de golpe, viendolo donde comenzó la pelea, teniendo que ignorar la atencion que ahora tenian. Casi podia predecir los problemas que tendría con todo ello. —Duerme. —ordenó, mirando fijamente al muchacho en el suelo con su mirada rosella, para darle su atención al tipo que Dante contenia. —Esta bien Gunter. —“En realidad si lo conoce, es su hermano.” aclaró a su amigo, para luego volver al otro mutante. —Él no lo hizo, créeme. Creeme. —ordenó, drenando la rabia del electroquinético. Sus ojos lentamente se apagaban a su celeste habitual, volteando a ver al castaño —Dante, ¿adonde dices que podemos ir?. Una vez que despierte a su hermano, no podemos seguir aqui.
monsters gather here.
Necesitaba un segundo, o quizá dos, para terminar de recuperar la compostura. Todavía no tenía claro en que se equivocó, o sí realmente hizo algo indebido, pero la mirada triste impresa en los ojos de Josephine mientras se retiraba con el aquel chico no dejaba de revolverte el estómago. Y con eso venia ese inevitable sentimiento de haberlo arruinado todo otra vez. Gaia apoyo la el mentón entre sus brazos, a su vez estos estaban descansados en sus rodillas, y miro a la oscuridad que se extendía bajo ella. Lo bonito de vivir en Nueva York es que absolutamente nadie se acercaba a las escaleras de los edificios, así que ocasionalmente terminaban volviéndose sus pequeños refugios y salidas de escape.
Nunca había abandonado su propio cumpleaños, aunque tampoco le faltaron ganas. Se daba cuenta de que serian muy pocas personas que la extrañarían y se sentía más culpable de dejar a Isabella Fletcher con la palabra en la boca que estar ahí, deseando irse. Pero luego recordó que lo hermoso de la ocasión era que Josephine y Theo se tomaron la molestia de acordarse de ellos y planearlo todo, inclusive si no se lo merecía. El nudo se apretó en su garganta, y se preguntó: ¿estoy siendo idiota?, como siempre la respuesta fue; sí. Inhalo con dificulta. ‘Josephine, si me escuchas, perdóname, por favor’, cerro los ojos y rezo porque fuera suficiente. ( @x-wallacefile )
En su ultimo intento de no mirar al pasadizo de donde vino, viró hacia la mesa de regalos. “Dios, incluso puso las flores en un florero”. Resopló, a los segundos auto-cuestionándose por que rayos los ultimos hechos la sacaban de orden. Vio a la joven Fletcher antes, e inevitablemente le sacaba una sonrisa por simplemente sentirla. Ahora se percató que ello era posible en cualquiera, sin necesidad de su mutación. Sin necesidad de ella.
Esa simple oracion le recordó el dia que volvió a Serval. Todo estaba igual, todos sus amigos, sin ella. Lo unico que explicaba racionalmente ese espacio sin verse era saber que nunca pidió su ayuda, aunque la necesitara y fuera solo Hunter el que acudiera. “Maldicion” Se talló el pecho, alejándose de la puerta del baño y esos pensamientos. Era un torbellino que desencadenaria uno tras otro, y estaba segura que todo terminaria en recuerdos del orfanato y con el lugar repleto de mutantes semi-conscientes y alcoholizados seria facil que los contagiara. Exhaló de golpe, con muchas ganas de aire fresco. Se cruzó de brazos, sin siquiera querer ver ni sentir de nuevo el pasillo donde las dejo a ambas. Se ordeno a si misma vaciarse de todo sentimiento, limpiandose rapidamente la mejilla de una lagrima rapida. Incluso tomo el sobre de la mesa que contenía su regalo sin razón. Ese estado su piel se enfriaba, sentia su cabello moverse pero no lo sentia en realidad y su alrededor se ralentizaba. Fue como su nombre resonó dentro de su mente, un sonido limpio y frio. Y oscuro. Como un niño que solloza en la oscuridad, oscuridad completa. —Gaia. —sus brazos se desenlazaron, y el nombre salió como si tuviera el aire atrapado, y sabia que due su lado racional el que la reconoció. El sonido, sensaciones y sentimiento la llenaron de golpe, ocasionandole una incipiente migraña. Aun asi, sin pensar mucho, encendió sus mutaciones para poder encontrarla.
Hey... —su monosilaba salió suavemente, no queria asustarla. Desvió su mirada, apoyandose completamente en la pared, liberando el aire lentamente por haber caminado tan rapido hasta allli, viendo como se mezclaba con el aire frio que se concentraba alli. Se sintió culpable al verla reducida alli, mientras todos estallaban de excitacion alli dentro.. —Desapareciste. Me asustaste. —agregó pausada, aventurandose hasta ella. Aceptaba que meterse en la mente de alguien era muy facil, resistirse era lo dificil. Ese dia, Josephine resistiria. —En realidad si subimos mas, ya no escucharemos el ruido La señora Sánchez es muy buena en eso. —y sonrió bastante orgullosa por tener todo aparentemente planeado. Sus pasos eran pesados pero logro llegar a ella, y sentarse en las gradas, pero dandole espacio. Recordó su sobre, y lo sacó de golpe — Te traje algo. Feliz cumpleaños. —y le entregó el sobre, sonriendole ampliamanente. Se sentia mal parcialmente por regalar algo que se lo regalaron a ella, pero al mismo tiempo, al tener las entradas al planetario, la primer que vino a su mente, fue la alemana. Lo siguiente fue una mezcla de sentirse estupida y lista al mismo tiempo, ¿porque poner dos entradas en el mismo sobre?. Ahora, con los ultimos hechos, el creer que Gaia la invitaria a ella sin pensarlo, flaqueaba.
Miró a la chica con la que se había encontrado. Era su alumna en la facultad de política, recordó todas esas clases de sociología. Era evidente también que algo pasaba así que se acercó esperando no hacerla sentir peor.
—Creo que nada puede hacerme vomitar más que mi vida así que supongo que no está tan mal todo. —La miró. —Sabes que no soy el típico profesor, así que puedes confiar en mi, además eres de mis mejores alumnas y si bajas una milésima en serio ahí si vomitaré, tus demás compañeros ellos si me provocan ganas de vomitar pero tú no. —Esperó que ella entendiera el punto, no esperaba que confiara completamente en pero, era parte de ser un buen profesor y tratar de comprender muchas de las cosas que pasaban con sus alumnos para ayuarlos a mejorar.
Frunció el ceño con extrañeza, reacción desencadenada por las intenciones y la persona que las traía. Rió en respuesta, porque, aunque no lo diría en voz alta, la vida de su profesor era bastante peculiar. Ahora simplemente bajo la mirada y relajó los hombros. —Siempre puede ser peor, ¿no?. —su risa se prolongó mientras el mayor seguía hablando, cayendo en el respaldar con los brazos suavemente cruzados —Me alegra no provocar le vómitos, profesor Will. —agregó sinceramente — Por lo otro, no puedo asegurarlo del todo, tengo buenos compañeros de ciclos mayores, son mi secreto. —e hizo una mueca develando su fuente de información, y esperando no defraudarlo al mismo tiempo. Se inclinó nuevamente a la mesa, exhalando y sintiendo sus mejillas pesadas de tanto sonreír. —Todo esta bien, es solo que... perdí a alguien especial hace dos años, para ser exactos. —y oprimió su labios, mirando al contrario, tratando de concentrarse en una emoción en especifico para poder expresarla. —¿Cuanto tiempo mas se necesita para no sentir como si hubiera sido ayer?
Noto el humor en el que se encontraba la chica, uno no necesitaba poderes para darse cuenta de ello, más allá de su rostro, por la manera en la que hablaba denotaba eso. Justo cuando iba a preguntar que pasaba, escucho a la chica y sus labios se volvieron una fina línea. —Uhmmm… Si. Desventajas de ser un no muerto— Comento viendo el metálico bote y regresando su atención a la chica. —Y ¿Que ocurre? Tal vez no sea el más indicado, ya que ni nos conocemos mucho, pero hablar siempre ayuda— Comento amable.
Lo siento, olvidé que eras un zombie... —e hizo una mueca que acompañaba sus palabras. Su mutacion solo le servia para reconocer otras mutaciones, y notó que había mas que mutantes en Serval. Soltó una leve risa por lo extraño que habia sonado aquello, y por lo malhumorada que estaba ella. Enzo era agradable, demasiado, y era del tipo de personas que no querias desquitarte. Pero ahi seguia. —¿Desventajas?, ¿hay alguna ventaja?. Podemos hablar de tí, asi me distraigo de mis cosas. —ofreció, alzando ambas cejas con algo mas de animos.
7 minutes in purgatory @x-wallacefile
7 minutos en el paraíso ¿porque no jugar esa tontería en una fiesta? después de todo era un solterón sin suerte para el romance y si llegaba a tocarle alguién no de su agrado siempre podía decirle a la persona a la cara que no iban a hacer nada inapropiado en ese cuarto oscuro que esperaba tuviese al menos un aromatizante. Decidido en decir que al menos intentó participar, Simon no tuvo mas opción que acompañar a Jose a ese armario en el cual se quedó callado como cualquier persona haría en un momento incómodo. Después de unos segundos simplemente la miró y asintió ligeramente la cabeza como para decir buenas noches, reconozco que tu presencia esta ahí era como una clase de telepata ¿no? seguro entendería la complicada sensación de eres como la hermana de mi mejor amigo así que no quiero ser un patán pero tampoco tengo nada de que hablar contigo y me parece completamente descarado que te presentes entre las personas normalmente como si no hubieses asesinado a tantos en esta ciudad. Seguro 7 minutos se pasarian rápido, suspirando y deseando que una pelirroja muy especial hubiese sido su pareja para ese juego.
Emh, Simon... ¿tratas de decirme algo? —inquirió, el tono de voz en mínimos niveles en el silencio que los rodeaba desde que, básicamente Simon la escoltó hacia el armario. Y no podía ignorar la intensa mirada del contrario —Puedo saber como te sientes, no leerte la mente. —le aseguró, cerciorándose cuidadosamente que aquello no sonara pedante. Tenia el dorso de las manos en su espalda y las palmas de las mismas en la pared contraria al mejor amigo de Theo, sintiendo mutuo el deseo que eso terminara de una vez. El repentino cambio en la mente del mayor la apuntaba de manera especifica y acusadora, ella entrecerró los ojos y elevó el menton sin pensarlo —Y controlar y manipular. Una vez, pude sentir como toda sensibilidad y recuerdos abandonaba la mente de un soldado que trataba de matarme. — contó, asintiendo con parpadeos lentos, porque estaba segura que era lo que él quería oír. Nunca lo había dicho en voz alta, y ella misma se había obligado a olvidarlo, pero ¿porque negarle la verdad al héroe de Nueva York?. No sintió placer al hacerlo, ni esta vez al decirlo, simplemente se cruzo de brazos, casi presintiendo la reaccion del contrario.
-Estoy bastante seguro que no estoy embarazado o que mi novia lo este, lo juro ya nos hicimos la prueba-Comenta mientras acomodaba en la bandeja todo lo que había comprado que incluia una hamburguesa, papas a la francesa y un refresco-Hey, es una broma-Le dice dandole un pequeño codazo a manera de juego-¿Qué es lo que sucede?Sabes que puedes contarmelo.
Yo que tu, lo haria de nuevo... —y alzo las cejas, en broma tambien. Tomo unas papas fritas de inmediato, queria tener la boca ocupada para evitar seguir la charla, dejandose mover por su toque. Despues de varios segundos, y sin dejar de mirarlo respondió —Es solo que, parece como si todo volviera a pasar. Es año nuevo. Lo odio. —dudaba si lo que acaba de decir tomara algun sentido, pero su estomago se hundió mas, y clavo su tenedor en el tomate y se lo llevó a la boca. A la vez sentia a varios a su alrededor, sus mutacion y como lentamente estaba influenciandolos. —Recuerdo a los que... fueron asesinados. —replicó con una sonrisa mas que falsa, porque decir “a los que se fueron” era poco para describirlo. Su corazon estaba acelerandose, porque cada recuerdo desembocaba en otro y solo acrecentaba su rabia, que se desató al escuchar un gruñido a tres mesas de alli. Un tal Günter, electroquinético que hace dos segundos se tiró hacia otro, y comenzaria a golpearlo. —¡Dante! —alertó, dejando su bandeja y esperando poder detenerlo. Sabia que no era su rabia, era la de la rubia.
El chico no sabía ni por qué iba ahí, si a él la comida humana no le sabia en absoluto, tal vez solo era para aparentar y no parecer un raro, aun estando en un lugar lleno de mutantes. Mientras caminaba entre las mesas buscando un lugar y con un Smoothie de cerebros licuados en un termo, se acercó a una mesa casi vacía, solo había una chica ahí. —Oh pues menos mal que no tengo nada solido en el estómago— Comento mientras veía a la rubia y ahora que la veía mejor, recordaba haber hablado una vez con ella, justo cuando el apenas comenzaba ahí sus estudios. —Hey creo que te conozco ¿Jose, verdad? — Pregunto amable.
Escuchar el entusiasmo en su voz solo la tensó mas, y si, tambien lo recordaba. La luz del recuerdo en su memoria le entibió el pecho por unos segundos, para quitarle la mirada al castaña al instante. —Si, Josephine. —corrigió, ahora sintiendo que aquello sonó muy seco, pues el muchacho no la conocía y probablemente no deberia tratarlo asi. —Enzo, este no es un buen moment- ¿tienes un licuado de cerebro alli? —cuestionó, habiendo visto sus ultimos recuerdos y siendo ella ahora la que queria vomitar.
Las personas mueren todos los días, mueren todos los dias... —repetía en susurro mientras caminaba hacia la cafeteria. Solo esperaba,no en realidad,que nadie mas sintiera su ansiedad y resentimiento. Sobre todo en fechas que rememoraban la muerte de algún amigo, como ese dia. Le provoca hundir a todos con ella, y por esa razón, se alejaba de sus amigos. Resopló, luego de desarmar su hamburguesa, volviendo a repetir su mantra para evitar caer en la rabia, para sentir al instante alguien sentarse en su mesa. —No creo que sea buena idea, tendrás ganas de vomitar si sigues aquí. Probablemente. —aconsejó, sin que sonara amenazante, pero con suficiente convencimiento para lograr su cometido.
female awesome meme: [9/10] lead female characters
“Some days you wake up and want to change the world. Others you just want to break that same world in two. But most of the time you just have to get on with the business of living. ” Kara Danvers (Supergirl)