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(OisaVoice)

@trotupandyz4 / trotupandyz4.tumblr.com

hoooola lindas personitas de tumblr soy una chica alegre, carismatica y que le gusta el salseo ajajajajaj bueno a quien no? :B el morado y el verde han sido mis colores favoritos mucho antes de conocer wigetta pero ahora, al conocer este hermoso shipp... tengo más motivos para quedar totalmente enamorada de ellos. me gusta dibujar, hacer historias y hacer voces jajaj por eso el OisaVoice xD bueno os quiero :)
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Caso N°777 fanfic wigetta - Capítulo 12

Narra Guillermo:

Todo lo que había sucedido, me daba vueltas en la cabeza, las heridas ya no me daban tanto dolor gracias a los analgésicos que me habían otorgado en la clínica.

Después de ese día, fui escoltado por policías, no me dejaron ni un segundo tranquilo una vez me dieron el alta. Habían pasado cinco días, cinco malditos días donde no me daban noticias de Alex, después de que él distrajo a los hombres de Dalton para que lográramos escapar, no pude volver a verle… ¿se lo habrán llevado detenido? ¿Lo habrán interrogado como a mí?, era lo más probable… solo espero que esté bien.

Unos pasos se aproximaban por los pasillos, yo me encontraba en la comisaría de policía, en la sala de interrogatorios, era una habitación reforzada con poca luz, donde había una silla enfrente de mí y un ventanal oscuro, sabía que por ese ventanal estaba siendo observado, conozco muchas películas policiales como para saber de qué trata el procedimiento, pero solo fingía ignorancia.

Las puertas se abrieron y apareció Frank, el detective que había ido a interrogar a la familia de Alex y el que me ayudó a recibir tratamiento médico una vez que salí de las bodegas.

Él parecía muy desesperado en ese entonces, apenas me vio, preguntó por el policía que me dio la oportunidad de escapar. Le dije que había ido a buscar a Alex y eso lo puso mucho más nervioso, a poco tiempo de aparecer las patrullas, me ayudó a recibir atención para buscar a su compañero lo más pronto posible.

-¿Cómo te encuentras de tus heridas?- dijo acercándose a la silla de enfrente.

-Ahí… recuperándose… creo- la verdad, no me apetecía hablar, por más que me habían interrogado, no era capaz de comentar lo ocurrido con Alex, no quería que sus padres, perdieran la fe en él y lo tratasen como un criminal. Yo… todavía no lo perdonaba del todo, pero de cierta forma, podía entenderlo… al poco tiempo que estuve involucrado, me di cuenta de la presión que genera el salvar tu vida con medidas desesperadas, Alex, trataba de ayudar a su familia, no de la mejor manera, incluso agravó su situación… pero… en el fondo, seguía siendo un buen chico, aún estaba mi amigo dentro de ese complejo de matón.

-Lo bueno fue que no sufriste mayores lesiones… de verdad tuviste suerte… le debes mucho a mi compañero- dijo con una mirada triste.

-¿Qué pasó con Alex?- respondí ya hartado, me parecía tonta esta charla, fingir interés en mi condición para entrar en confianza y soltar todo, yo no era así, yo… necesitaba respuestas también, quería saber lo que en verdad estaba pasando.

El detective no sabía dónde mantener la vista, se frotaba la cabeza con ansiedad y eso me impacientaba aún más.

-No debes porqué ponerte así, por lo menos… finge que mi compañero te importa… no sabes todo el esfuerzo qu-.

-¿Esforzarse? ¿De verdad? Entonces ¿Dónde está Alex?- interrumpí.

Él se quedó callado tras esas preguntas, todo lo que me dijo aquel policía… en el fondo sabía que eran mentiras, solo quería que yo saliese de ese lugar, pero… no pudo hallar a Alex y por eso hasta el día de hoy no ha querido aparecer, ¿un solo policía enfrentándose con un grupo de matones armados?, ¡una coña!, nadie se esforzaría tanto, menos un policía que sigue un procedimiento estricto.

-Nosotros, estamos haciendo todo lo posible para encontrarlo… ahora tenemos presente la amenaza de la banda y habrá mayores medidas de seguridad, ten por seguro que tu amigo no morirá en manos de esos bandidos- respondió.

-Deje de decir tantas falsedades… vosotros, siempre tratan de decir estas cosas para mantenernos calmados, pero jamás hacéis nada respecto a ello… ¿sabes cuántas semanas estuvo Alex desaparecido? todos los días iba a la estación de policía sin tener respuestas, parecía un loco comparado a la calma que ellos se tomaban el caso, ¿y ahora qué?  Tuvo que pasar algo de esta magnitud para poder empezar una verdadera operación, ¿Cómo queréis que confié en vosotros?- estaba enojado, pensaba en lo que me decía Alex respecto a ellos y de verdad me lo creía, jamás he tenido una buena relación con los policías, nadie ya confía en ellos a la hora de aplicar justicia, porque eso se perdió hace muchos años.

-Entiendo tu frustración, pero no hay que generalizar, yo he tenido que lidiar con muchos casos de desaparecidos, créeme que es largo el procedimiento y no todo sale como quieren los familiares, aparecen muertos, enterrados o incluso en prostíbulos de mala clase, no podemos saber qué caso es más importante que el otro porque al fin de cuentas, siempre tenemos presión para que los que están antes en la lista, se lleve a cabo la búsqueda- respondió algo frustrado el detective.

-… mi amigo… realmente se preocupó de este caso, gracias a él pudimos encontrarte a tiempo, ¿crees aún en la incompetencia de nuestro trabajo?- preguntó mientras se acercaba a la silla donde yo me encontraba.

Yo no dije ninguna sola palabra, por una parte tenía razón, ellos me encontraron, pero… no creo que era precisamente por el caso, ¿estaban ahí de casualidad? ¿O será que me estaban vigilando? ¿Por qué de pronto ellos se preocupan por la desaparición de Alex cuando ellos mismos dicen que había más personas adelante en la lista? Era extraño, los policías son interesados, jamás actuarán si no es por prestigio o un caso mayor ¿Qué es lo que ocultan?

-¿Dónde está el policía que me ayudó?- pregunté de forma exigente.

-Él ya no puede venir, ha sido relevado de este caso, yo estoy a cargo de esta investigación ahora… así que si tienes algo que decir, puedes consultarlo conmigo- respondió.

-No quiere darme la cara ¿verdad?- pregunté sin rodeos.

-¿Disculpa?- dijo molesto.

-No está aquí porque no pudo rescatar a Alex como lo prometió ¿no es así? Es más, hasta dudo que lo haya ido a buscar, solo me engañó para que me fuera, porque sabía que yo estaría dispuesto a no regresar sin Alex-.

El detective se acercó con un semblante molesto y me sostuvo de los hombros.

-Será mejor que te retractes, él hizo lo imposible por tratar de hallar a tu amigo, incluso más por sacarte de allí con vida… puedes pensar de los policías como quieras, pero no permitiré que seas desagradecido con mi compañero- podía ver la ira impregnada en sus ojos, mis comentarios hacia su compañero le habían molestado demasiado, por lo que limité mi contestación y solo aparté la vista.

-Vaya chaval… esto no es un juego niñato, tu viste el peligro frente a tus narices, nosotros no estamos para perder el tiempo, necesitamos de tu colaboración, si hablas tanto de justicia… entonces ayúdanos a aplicarla- dijo mientras daba unos pasos hacía atrás para tratar de calmarse.

Como si no me gustase contar todo… en mi situación, no puedo hacer ningún movimiento, ya es un peligro que esté con la policía, Los Sicases... y también Pedraska… tenían sus ojos puestos en mí, tampoco podía arriesgar la vida de Alex… estoy seguro que Dalton lo capturó porque lo necesita con vida para que le diga sobre aquel diamante, pero… ¿Quién me asegura que no lo torturarán? Y ¿su familia? ¿Mis amigos? Era arriesgar demasiada gente, no puedo más que callar…

El detective seguía esperando mi respuesta, pero solo recibía un desprecio y silencio absoluto de mi parte, suspiraba muchas veces con aire pensante y miraba al ventanal oscuro de forma disimulada.

Una llamada de pronto, interrumpe en la sala, Frank saca de su chaqueta su teléfono móvil y contesta.

-Si ¿bueno?- después de un rato, se quedó en silencio escuchando la otra línea del teléfono.

-Pero ¿cómo? ¿Pero qué hace ahí?... es que es… ya voy para allá- suspira nuevamente de forma pesada y me mira disconforme.

-Es todo por ahora, puedes irte a tu casa chaval, sé que tienes que volver a la universidad y no podemos tenerte bajo custodia sin pruebas, pero eso sí…- dijo acercándose hasta estar a un poco distancia y se agachó para verme al rostro.

-No quiero verte en una situación similar... no te salvaras de mis visitas y preguntas constantes, hasta que recapacites que hablar es lo mejor para ti- era fácil decirlo, pero no es tan sencillo como lo plantea, Alex sigue con esos sujetos, Los Pedraska no estarán contentos sin las joyas… también, no puedo contar que Alex es un mafioso.

El detective retrocedió hacia la puerta y se fue de forma apresurada, unos guardias de policía entraron y me escoltaron fuera de la sala de interrogatorios, salí de la jefatura y corrí hasta llegar lo más pronto a mi casa, estaba paranoico mirando a todos lados por si alguien me estaba siguiendo, desde que los policías han estado pendientes de mí, no he recibido ninguna llamada de los hombres de Pedraska, me gustaría pensar que se ha olvidado de mí, pero no podía engañarme, sé que tendré que asumir las consecuencias tarde o temprano.

Llegué a mi apartamento y lo primero que hice, fue asegurar con pestillo y correr las cortinas, me senté exhausto en el sofá y encendí la televisión para tratar de distraerme un poco.

Hace dos días, se dio la noticia del incendio de las bodegas, la policía no dio declaración, solo dieron a entender que todo estaba bajo control y que había estallado una bomba de gas que se encontraba mal cerrada.

Me parecía extraño porque los policías escondían tanta información, lo de las joyas… y también sobre los Sicases, ¿será una forma de evitar el pánico? O simplemente no pueden dar testimonios incompletos para no quedar como incompetentes.

Rato después, me preparé algo para cenar y me puse al día con los proyectos de la universidad, los policías habían contactado con rectoría para excusar mi falta a clases, por lo que no recibiría ninguna sanción y tampoco tendría problemas con trabajos atrasados.

Al ver que era tarde, me di un pequeño baño para irme a la cama, estaba mi cuerpo agotado, tanto física como psicológicamente, ya no recordaba cuándo fue que no tenía que lidiar con preocupaciones o problemas, era un sinfín de preocupaciones.

Me tumbé en la cama pensando en todo lo que había pasado estos días, esos diamantes fueron la causa de que mi vida se transformara en un infierno, más bien… por Alex, él me metió en semejante lío y ahora no puedo salir sin que los dos recuperemos esas joyas para Pedraska…

¿Qué le ve a ese tío? Hasta lo que se, es un asesino que no tiene compasión con los suyos, Alex logró robar a un grupo de alta seguridad, abandonó a su familia para unirse a él… y por solo un error, ¿lo matará? ¿Por qué le tendrías tanta fidelidad a un sujeto así?

Muchas preguntas pasaban por mi mente, todas ellas evitaron que pudiese descansar esa noche, mañana volvería a clases y eso ameritaba que estaría expuesto, cualquier secuaz, ya sea de Dalton o Pedraska me iba a matar, los nervios hacían que implorara que las horas no pasasen, solo quería quedarme en casa, escondido.

Pero todas esas súplicas no sirvieron para nada, la alarma había sonado y era momento de alistarse para volver a la realidad, una realidad llena de mentiras que debía mantener, realmente irónico.

Una vez tomado el desayuno y haber recargado completamente mi celular, aseguré toda evidencia en mi casa, guardé las cosas de valor solo por si acaso, ya no podía confiar estar seguro en ninguna parte, los hombres de aquellos mafiosos podrían forzar la cerradura y hacer un caos, hasta incluso me esperarían para secuestrarme nuevamente.

Apenas salí del departamento, corrí a toda prisa en dirección a la universidad, algunos de los estudiantes al verme pasar murmuraban cosas aun estando en frente de ellos. Todos se habían enterado que la policía estaba yendo a mi casa, también de que estuve un rato en el hospital, sentía que no tendría paz nunca más, no hasta que todo embrollo termine, posiblemente hasta que esos peces gordos caigan en prisión, pero… ¿cómo podría ser eso sin que nosotros salgamos perjudicados?

-¡Guille! Ostía macho, me habías preocupado- Mangel me sorprendió con su fuerte grito, algunos de la clase se acercaron en círculo para interrogarme sobre la policía, pero solo me limité a responderle a él, estaba tan mareado que lo único que quería hacer era estar dando explicaciones innecesarias.

-lo siento Mangel… todo ha pasado tan deprisa que apenas puedo entenderlo yo- respondí torpemente, era la verdad, sentía que no tenía descanso, esta semana ha sido de horror, ni en la clínica tuve paz con los policías y el detective, ni siquiera sabía qué haría en adelante.

-tranquilo, solo que no sé bien que está ocurriendo, me enteré que tuviste hospitalizado y que los policías han estado visitando tu casa estos días, ¿estás bien?- preguntó preocupado.

Frank me comentó que solucionaría las cosas con mis profesores, para compensar mis faltas, pero nadie me salva de los metiches que algunos alumnos pueden ser, Mangel podía entenderlo, después que se sinceró conmigo y ofreció su ayuda, quedó nuevamente fuera de todo esto.

-Todavía tienes moretones en el rostro macho, ¿te han asaltado? ¿Es eso?- preguntó nuevamente señalando las marcas.

-Si… eran unos sujetos que me tomaron por sorpresa, fue… cuando estaba buscando pistas sobre Alex, por eso los policías han estado yendo a mi casa… ahora, incluso retomarán el caso de Alex con cuidado… bueno es lo que dicen- respondí, ahora estaba dudando de quién era realmente, mentir ya se me estaba volviendo un hábito, lo odiaba, pero ¿qué haría otro en mi lugar?

-¿Enserio van a tomar la desaparición de Alex? Según tengo entendido, habían más personas desaparecidas antes que él, ¿por qué de pronto ese cambio?- ahí está, Mangel no era del todo un tonto, era demasiado extraño, lo único que se me pasaba por la cabeza, era que el detective nos había descubierto y me quiere tener vigilado.

-Bueno, eso no lo sé Mangel, solo espero que cumplan su palabra y puedan rescatar a Alex- dije hartado.

-¿Rescatar? ¿De quién?- preguntó confundido

-Digo… ah… ya sabes… traerlo devuelta- atiné a decir, joder… debo ser más cuidadoso con mis palabras.

-La clase está por comenzar… Después hablaremos Mangel- esquivé las miradas de mis compañeros y me fui a mi lugar, traté de llamar la menor atención posible, así que en las horas de descanso, me iba al baño o la biblioteca donde sabía que nadie podría hablarme.

Se acercaba la última clase y fui a mi casillero para buscar el libro de matemáticas cuando descubro que entre la rejilla, había un pequeño papel sobresaliendo.

-Esto… no estaba aquí antes- pensé en voz alta. Por lo que miré a mí alrededor para averiguar quién podría haber sido, pero aparte de los cahuines que se manifestaban hacia mi persona, nadie parecía ser sospechoso.

Quise ser cuidadoso, así que tomé el papel junto con mi libro y me fui al baño privado que estaba en el mismo piso de mi siguiente clase.

Desenvolví torpemente el papel, para saber su contenido, pero solo pude ver una dirección y una hora.

Estaba jodido, claramente debe ser Pedraska, ¿por qué lo creo?  ¿Acaso Dalton se tomaría la molestia de citarme cuando hace seis días intentamos robarles las joyas? No, claro que no, él solamente me mandaría a matar, tiene a Alex y posiblemente esté negociando su cabeza para que hable.

La hora de mi clase comenzó y yo me senté muy nervioso, miraba por la ventana por si me estaban vigilando, si me mandaron esa nota, significa que la universidad dejó de ser segura para mí.

-Señor Díaz por favor venga a resolver este ejercicio- interrumpió de pronto el maestro.

¿Cómo? Sin darme cuenta la pizarra estaba llena de ejercicios, estaba tan sumergido en mis pensamientos que me estaba afectando en mis estudios.

-si…- me paré lentamente y traté de resolverlo, pero sentía que mi cabeza no funcionaba, estaba atareado, mis manos sudaban temblorosas y el profesor estaba esperando a que yo terminara.

-Creo que ya está- dije retrocediendo del pizarrón y el profesor empezó a revisar mi trabajo.

-¿Crees? Que cosas dices chaval si eres un buen estudiante- dijo dando una risita mientras veía el resultado.

-Bien… puedes regresar a tu puesto- me fui a sentar y note un poco de decepción en la cara del maestro.

-Esa es una forma de llegar a un resultado, pero no es correcto, presten atención para que no cometan errores en el examen- dijo borrando lo que había hecho.

Últimamente mi cabeza está en las nubes, es una lástima por lo que pueda pensar el profesor siendo que nunca tuve algún problema en su clase, pero presentía que esta no sería la única vez que terminaría cometiendo fallos.

La clase concluyó después de unas horas y yo estaba indeciso por si ir al lugar o no, por una parte, lo que más quería era alejarme de todo esto, pero ahora sé que Alex está en peligro, también que moriría si tratase de huir.

Agarré mi mochila y me fui en dirección a la puerta cuando un grito del profesor me detiene.

-Señor Díaz… puedo entender que esté distraído por lo que ha pasado, apenas hace poco viene saliendo del hospital y no ha tenido tiempo de ponerse al tanto con los estudios, solo espero que no se vuelva a repetir, tengo muchas expectativas en usted- dijo mientras ordenaba sus cosas para irse.

-Lo entiendo profesor, pondré más esfuerzo- respondí agachando la cabeza.

Terminada la conversación, me fui apresurado a la puerta de la facultad, miraba a todos lados por si había alguien sospechoso entre la multitud, pero solo estaban mis compañeros de clase reunidos en plena entrada.

Miré con atención el reloj y me dí cuenta que solo faltaba 30 minutos para ir a donde el papel indicaba, por lo que me subí  el cierre de la chaqueta y me camuflé entre la gente para salir sin interrupción alguna.

llegué a una zona un tanto peculiar, había una cafetería cerca y un sector de vivienda de puros edificios antiguos. Sentía que el estar aquí sería un blanco perfecto para ser llevado a uno de ellos y no salir nunca más.

-debo realmente estar loco- pensaba en voz alta. Quedaban solo 2 minutos para reunirme con esta persona misteriosa, pero mi cuerpo tomó la iniciativa de retroceder como si fuese una reacción ante el peligro que se me venía encima.

Me giré para poder irme a casa, cuando siento que un fuerte agarre me impacta contra la pared de un callejón oscuro.

-¡ssshhh!- dijo presionando fuertemente su mano contra mi boca, yo al tan impacto cerré los ojos implorando por mi vida, las piernas me temblaban y podía sentir que en cualquier momento pudiese desplomarme.

-Sígueme…- sin darme cuenta estaba siendo arrastrado hacia uno de los edificios, el paso era brusco y veloz, pero me sostenía del brazo de una forma que me hizo dudar si era un secuaz de Pedraska o de Dalton.

me empujó directamente a un dormitorio oscuro donde se apresuró a cerrar con llave, yo me digné a subir la mirada y pude presenciar la silueta de un hombre, observando por una pequeña ventana al lado de la puerta mientras me daba la espalda.

Por un momento… sentí que podría ser Alex, pero su cuerpo no lo parecía, era más alto y escuché una voz muy ronca cuando me exigió seguirle… diferente a lo que es Alex.

-Veo que nadie te siguió… así que estamos bien…- tras esas palabras volteó para hacerme frente, pero el estar a contraluz, hacía que no pudiera distinguir su rostro.

-¿Quién eres? ¿qué es lo que quieres de mí?- Pregunté impaciente… estaba harto, el ser acosado constantemente, no poder hacer lo que yo quiera por temor a que unos matones pudiesen atentar con mi vida, el no saber de Alex…. todo… me estaba llevando al borde del colapso.

La persona empezó a avanzar de una forma extraña, como si le molestara caminar. se acercó a un brillo metálico que había sido afectado por el rayo del sol que escapaba de un orificio de la ventana, acaso eso eran… ¿muletas?

el hombre se dispuso de ellas y caminó hacia un pequeño espacio que parecía un living.

-arghh… creo que me excedí innecesariamente- dijo quejumbroso cuando llegó al sofá para poder sentarse con dificultad.

De a poco, su rostro empezó a distinguirse entre las sombras, al principio tuve problemas para identificarlo, pero… al reconocerlo, me llevé una gran sorpresa que me dejó totalmente anonadado.

-Pero si tú…. eres…- solté de forma titubeante. la gran figura que había recordado en ese entonces, el que se mostró una vez tan ágil y vivaz… ahora se manifestaba como una figura maltrecha e irreconocible.

-Lamento no haber podido salvar a tu amigo… pero por favor… ayúdame a que esa promesa aún pueda realizarse- dijo seriamente aquella sombra de voz ronca que mantenía su mano en su pierna abultada. Lucía un traje largo y oscuro donde apenas podía mostrar su cuerpo, pero… su rostro… en toda esa oscuridad, me resaltaba los rasgos de aquel policía que me sacó de las bodegas y el cual maldecí en mis pensamientos tras el transcurso de los días en el hospital y la comisaría…

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Después de 3 años... sin acordarme de esta cuenta xD un documento que tenía guardado éste capítulo, me hizo pensar en que todavía no había terminado la historia y lloré :c

ahora en esta época de crisis... en donde pude tal vez haber terminado la labor que dejé plantada por motivos personales, ahora quisiera terminarla... todavía tengo en mi memoria lo que iba a ser de este fanfic, por lo que le quiero dar su final merecido, así que lo volveré a continuar... aunque ya este muerto este shipp jajaja... seguirá en mi corazón esa semilla que han plantado en mi, sus momentos, la iniciativa de imaginar miles de historias... y ahora como willy va a ser padre... esté será mi pequeño gran regalo como despedida :) quién sabe, a lo mejor vuelvo a hacer historias de ellos... pero no quisiera decir algo que posiblemente no continuare en años más adelante... así que viviré el momento y continuaré la historia.

tal vez ya no haya gente que lo lea xD pero bueno jajaja es a lo que e arriesgué en su momento con mi primera historia :) asi que estaré feliz de seguir escribiendo esta hasta darle su gran final y por fin completarla como las otras, jejeje que estén bien personitas

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Time Road fanfic wigetta - CAPÍTULO 13 y Final.

Miércoles 14 de junio del 2017, Madrid, Día del accidente.

Mi cuerpo estaba completamente paralizado, me sentía incapaz de tener el control, estaba sumergido completamente en el sueño gracias al efecto de las pastillas que me había dado mi tía.

El calor de las sabanas cubrían mi piel suavemente, haciendo muy reconfortante la sensación en mi piel, me acurrucaba más en mi acogedor lecho, cuando una voz insistente trataba de llamar mi atención.

-Guille, Guille,… ¡joder ya despierta! ya pasó la hora del desayuno, ¿Cuándo podremos arreglar tu cuarto?- escuchaba con tono molesto la voz de mi hermana.

Tras unos forcejeos a la sabana, me desperté muy adormecido, bostecé y despejé mi rostro para ver a mi hermana que estaba cerca, con un puchero en su rostro.

-¿Qué quieres karol?- alcancé a decir aún somnoliento.

-Has dormido mucho tiempo, mi tío dijo que no te molestara, pero es que ya son las dos de la tarde y tenemos que organizar las cosas…-.

-¡Alto! Dijiste… ¿dos de la tarde?- dije al escuchar la hora.

-Si, por eso vine a despertarte dormilón, venga vamos, a levantarse- dijo mi hermana destapándome completamente para tirarme con fuerza.

¿Dos de la tarde? No, espera… primero debo saber ¿Qué día es? ¿Cuándo iba a ser el accidente? Dios… me he quedado completamente dormido, solo espero tener aún tiempo.

-¡Karol! ¿Qué día es hoy? Por favor contéstame es muy urgente, día y año exacto- dije desesperado.

Mi hermana me quedó viendo de forma extraña, se acercó al celular que estaba en la mesa de noche y me enseñó directamente la pantalla después de hacerle uso.

-Son las 14:08, día Miércoles 14, mes de junio del 2017… acaso, ¿volviste a tener esas premoniciones que mencionaste ayer?- dijo sosteniendo fijamente el celular.

-Ostras… no, no, no, no, ¡No! ¡Es hoy! Tengo que apresurarme- dije levantándome con velocidad al baño para lavarme ligeramente y vestirme con rapidez.

-¿Hermano que sucede?- gritó mi hermana que estaba al otro lado de la puerta del baño.

-Karol, necesito que me prestes tu laptop, tengo que verificar algo, ¿puedes traérmelo rápido? ¡Por favor!-.

No escuché respuesta de parte de mi hermana, acabé de bañarme y me sequé a máxima velocidad, me puse la toalla alrededor de mi cintura y salí del baño, cuando escucho el sonido de mi teléfono.

Revisé el móvil donde marcaba un número desconocido, ¿Quién puede ser? No tengo tiempo ahora, pero… rayos, no puedo pasar hoy ningún detalle al descuido, esto es importante para la vida de Samuel.

-¿Diga?- respondí sujetándome la toalla que todavía tenía amarrada.

-Hola ¿Guillermo? Soy Luis, el dueño de la botillería, pude saber tu número gracias al curriculum que le enviaste a mi primo- contestó.

¿Luis? ¿Por qué me está llamando ahora? No recuerdo no haberle pagado o tener alguna clase de deuda monetaria con él.

Mi hermana llegó al instante con su laptop encendida, quería pasármelo apenas entrara, pero se dio cuenta que estaba al teléfono por lo que me esperó callada en la puerta.

-Si… dime Luis ¿en qué te puedo ser útil?- pregunté mientras trataba de buscar ropa que me quedara en el armario.

-Bueno, ¿te acuerdas que me dijiste que estabas buscando trabajo y te hablé de mi primo? Resulta que vio tu curriculum y le hablé de ti de buena forma para que lo pensara, me dijo que te envió hace unos días un correo, pero no le llegó una respuesta de tu parte ¿sigues interesado en el trabajo?- preguntó Luis.

-¿Trabajo? ¡Sí!, claro, es lo que más necesito, pero… ¿no puedes llamarme más tarde? Estoy algo apresurado- dije ya al ver que no podía tener tanta ropa en mi mano.

-Oh por supuesto, vas a ir hoy a la entrevista con él ¿no? Me comentó que era para hoy, pero si tienes algo que hacer… puedes decirme y yo hablo con él para agendar otro día, que está muy ocupado- respondió.

-¡Espera! ¿Hoy? tu primo, me mandó un correo para citarme a una entrevista de trabajo ¿para hoy?- dije sudando frio.

-Sí, eso creí escuchar, ¿no te llegó el mail?- dijo extrañado.

Le di una señal a mi hermana con la mano y ella se acercó sin hacer ruido y me entregó la laptop, abrí apresuradamente mi correo y empecé a buscar por mi bandeja de entrada todos los correos que tenía sin leer.

Esta semana con los sueños, no he podido estar al tanto de mi realidad actual, de mis cuentas, mensajes o correos, a penas y tenía cabeza para afrontar mis problemas, de que me haya llegado esta propuesta de trabajo así y en especial en este día… me temo que sea la entrevista que yo estoy pensando.

Encontré un correo con el nombre de una empresa que no conocía y le di clic para revisarlo.

“Estimado Guillermo Díaz, Junto con saludar, me presento. Soy el director general de la industria AB Mauri Food S.A., he recibido su Curriculum mediante su correo y también estoy al tanto de su persona gracias a mi Primo Luis, se realizó una gestión de derivación para ofrecerte una hora de atención a una entrevista de trabajo, que se realizaría el día Miércoles 14 a las 16:0 hrs.

Te comento que hemos estado muy cortos de tiempo y también de cupos para integrar nuevo personal, pero he querido hacer una excepción para esta situación.

Agradeceré su contestación en el caso de que usted no pueda venir ese día, para confirmar otra hora para el siguiente mes, ya que lo mencionado anteriormente, nuestra agenta se desocupa hasta el mes entrante. Quedo atento a su correo en caso de cambio de fecha y espero ansioso la entrevista que se efectuará en nuestro establecimiento situado en Av. de Manoteras, 46, 28050, Madrid.

Saluda cordialmente, Emilio Saavedra Mardones, Director general, AB Mauri Food S.A.”

Dios… todo estaba calzando, mis sueños, el accidente, el lugar… ¡La hora!, pero ¿Qué estoy haciendo? No falta mucho para que el suceso ocurra, tengo que darme prisa, tengo que estar en ese lugar para tomar el taxi de Samuel, es la única forma de que el sueño de mi hermoso futuro, no sea destruido.

-Sí, ¡estaré en la entrevista sin falta! Te llamaré más tarde para comentar cómo me fue, gracias por todo Luis- respondí después de haberlo dejado un buen rato al teléfono.

Hice una despedida rápida y comencé a buscar desesperadamente una ropa formal en el armario.

-No, esto tampoco… ¡no recuerdo jamás haber usado ropa formal y hay ropa que ya no me queda!- dije desesperado mientras buscaba entre las prendas.

-Pregúntale a mi tía, seguramente ella sabe donde tiene mi tío los trajes formales y pueda prestártelo por hoy- dijo mi hermana que aún seguía en un rincón de mi habitación.

-Karol… eres una genio- respondí al acordarme que ese día si llevaba puesto un traje de mi tío ¿¡cómo no lo pensé antes!?

Bajamos a pedirle a mi tía que estaba en la cocina, un traje de mi tío que me pueda prestar, le comenté que me salió una entrevista de trabajo urgente hoy y ella no dudó en subir al cuarto a buscarme uno.

-Este te puede servir- dijo mi tía extendiendo justamente la tenida que yo había llevado ese día, era increíble que todo estaba ocurriendo como debía ser, pero… el tiempo, no está a mi favor, debo apresurarme ya que son las 14:25.

-Gracias tía, es perfecto- dije mientras le di un fuerte abrazo.

Ella y yo aún no habíamos tenido esa conversación, en la que me explica sus miedos y también lo mal que se sentía con ella misma, por no haber sido un apoyo para mí. Cuando todo esto termine, me aseguraré de volver a vivir ese momento, ese día… yo no estaba con mi mejor ánimo, no después de haber sido presente de la muerte de Samuel, esta vez… quiero hacer bien las cosas, aún si tenga que revivir cada suceso una y otra vez, quiero optar a mi mejor futuro.

Corrí a mi cuarto y me cambié lo más rápido posible, mi hermana estaba muchas veces mencionando que tomara un uber o un taxi directamente, pero no, lo que más me importa, es ir al lugar donde yo conocería a Samuel, estoy seguro que yo llegué a ese lugar no por coincidencia, mis sueños me indicaban ese lugar, todo este tiempo me han dado el punto de partida para cambiar mi vida y yo solo le daba la espalda.

-Pues… cerca hay una parada de bus que te deja en ese lugar, no pasa muy seguido… por lo que debes darte prisa- dijo mi tía que nos veía discutiendo sobre el trasporte.

-Voy volando- dije saliendo disparado de la puerta, despedí de un grito a mi tía y a karol mientras corría lo más veloz posible.

Podía ver la parada, el bus ya había llegado por lo que corrí implorando que no se fuese.

-¡Esperé por favor, necesito subir!- gritaba a unos metros del bus, dándole señales al conductor como podía, una abuelita que estaba subiendo de las últimas, me vio y se demoró en subir para darme tiempo a llegar.

Yo apuré el paso y alcancé las puertas del bus impidiéndole cerrar.

El conductor me quedó mirando algo extraño, pero al ver que había pagado el pasaje, volvió a poner su vista al volante.

Mi respiración estaba agitada, mi pulso acelerado, me hacía pensar que me iba a desmayar en algún punto, por lo que me senté rápidamente mientras el bus me llevaba al lugar.

Miré el reloj de mi móvil todo nervioso, ya eran las 14:48 y no sabía cuánto más iba a durar el viaje hasta allí.

La señora que me había ayudado a alcanzar el bus se había sentado cerca de mí y al verme muy ajetreado, sacó algo de su bolso y me lo ofreció.

-Tenga un poco de agua, veo que vas muy apurado, si no te tranquilizas, te puede hacer mal- dijo con voz suave.

-Se lo agradezco- respondí aceptando su botella con agua.

-¿A dónde vas tan agitado?- preguntó una vez me vio más calmado.

-A una entrevista, pero antes… tengo que ver a alguien importante- respondí sin percatarme que solo era una extraña, de cierta forma, ¿Qué importaba? Ella fue amable conmigo y tampoco es que la vaya a ver de nuevo.

-Debe ser muy importante como para correr de esa forma- dijo mientras soltaba unas risillas.

-Lo es- dije algo sonrojado, al decir eso… sentía un extraño calor interior, reconfortante y familiar, esa era la magia que Samuel me trasmitía, las palabras que constantemente mi mente repetía, sus ojos brillantes que fijamente me miraba, no quería verlo nuevamente en esa camilla, tan pálido, tan frio…

Los minutos pasaban y yo impaciente, miraba por las ventanas por si reconocía el lugar, muchas veces me paraba a preguntar al conductor, pero solo me respondía que ya pronto pasaría, era una amarga espera que yo apenas podía tolerar.

15:17, apenas a tres minutos a la hora en donde yo supuestamente debía estar parado, lo bueno, es que ya reconocía el lugar, estaba tan solo a una cuadra de la parada, puedo hacerlo… definitivamente, puedo hacerlo.

Acomodé mis cosas y me arreglé un poco el cabello al ver que aún no estaba muy presentable, el haber estado tan nervioso, me dejó muy sudado y eso no era bueno para el traje formal.

Al mirar un poco por la ventana, pude notar, a un taxi que estaba a la misma distancia que el bus.

Mi cuerpo se quedó inmóvil, mis manos estaban sudando y mi corazón empezó a latir más y más deprisa.

Samuel, no puede ser… es Samuel, pude distinguirlo gracias a que llevaba la ventana del copiloto abajo, estaba serio en el volante, mirando a todas direcciones de la cera por si una persona lo hacía parar.

No, debo ser yo esa persona, pero… ¡aún estoy en el bus! Esto no puede estar pasando, debo de bajarme pronto.

Me acerqué a la puerta del bus sin quitar la vista del taxi, la calle estaba muy concurrida y el transito congestionado.

Podía notar que la parada estaba a unos metros de mí, había tocado para anunciarle al conductor mi bajada, estaba muy impaciente, podía ver que en la fila donde estaba conduciendo Samuel avanzaba, mientras que el bus aún le quedaba por llegar.

Vamos… Vamos… debo bajar…. Debo bajar, Samuel está ahí, es mi deber salvarlo, ¡demonios!

El bus avanzó y llegó a la parada, yo estaba listo para emprender la carrera, estaba casi pegado a las puertas esperando la mínima apertura.

¡Por fin!, abrió y bajé velozmente del bus, caminé a donde estaba la esquina volteando a ver la calle, pero el bus me tapaba la vista, por lo que apuré más mi paso, los autos empezaron a moverse y entré en pánico, porque el bus impedía el paso a los que estaban en la siguiente fila.

El taxi de Samuel había arrancado, había pasado la esquina que yo supuestamente debía estar.

No… no, ¡No! Esto no puede ser ¡joder!, ¡Samuel! ¡No te vayas!

Mis piernas les llegó un impulso ciego, corrí siguiendo el rastro del taxi, iba en dirección a la calle de Alcalá, el lugar del accidente.

-¡Taxi! ¡Taxi por favor!- gritaba a todo pulmón, imploraba que se detuviera y no siguiera su curso, el transito estaba aflojando por lo que se me hacía un poco difícil seguirlo.

Me tropezaba y chocaba con la gente a mi alrededor, me disculpaba simultaneas veces sin parar mi acción de correr, estaba desesperado, veía como el taxi de Samuel, se alejaba de mi alcancé, era estar viviendo una horrible pesadilla, sabía lo que pasaría al final de esa calle, Sabía que esto ya no era otra premonición, era mi realidad, no podré hacer nada más si yo no lo logro alcanzar.

Samuel se había cambiado de pista, la más cercana a la cera para doblar, en esa posición, sería el primer coche en recibir un impacto, más específico, recibiría el choque del otro auto.

-¡¡¡Samueeeel!!!! ¡¡Samuuuueeeeel!!- gritaba como loco, mucha gente se me quedaba mirando, pero no me importaba, estaba a unos segundos de perder a la persona que amo, iba nuevamente a perderlo, pero esta vez definitivamente.

Veía la calle, veía que el semáforo estaba por cambiar, pero Samuel podía perfectamente pasar, estaba perdido, ¡estaba jodidamente perdido!

.

.

.

Corrí por la orilla de la cera a toda velocidad, por esa parte no había gente y se me hacía mucho más fácil pasar.

Estaba alado del taxi, a un metro del semáforo, era tarde para gritar y hacerlo para, por lo que solo me dejé guiar de impulso, donde sin pensar, me tiré a la parte delantera del taxi.

Sentí el impacto del capó, escuché una fuertes frenadas y bocinas esparcirse por el lugar, cerré mis ojos y me tapé el rostro para amortiguar el golpe.

Caí al suelo con un dolor en el estómago, escuché gente gritar y sonidos de puertas de coche abriéndose por mi alrededor.

Mi cuerpo estaba adolorido, me retorcía en el suelo sin siquiera ver lo que ocurría, cuando un agarre fuerte en mis hombros, me hicieron reaccionar.

-¡Oye chico! ¡¿Te encuentras bien?!- esa voz… estoy seguro… esa voz es de…

Abrí mis ojos apenas el chico me habló, era Samuel, estaba frente a mí, su rostro se notaba preocupado y pálido, me agarraba fuertemente ayudándome a ponerme de pie.

-Lo… hice…- dije tembloroso, mis manos se movieron solas a su camisa dejándome caer unas lágrimas de alivio y temor absoluto.

-¡¿Se puede saber que rayos estabas haciendo tío?! Estuviste apun-.

Un gran estruendo a nuestro costado, interrumpió el sermón de Samuel.

Un coche había patinado por la cera estrellándose a unos postes con rejas que había, el coche rodó y la gente que estaba cerca, salió huyendo rápido para esquivarlo.

Me quedé congelado al ver tan intensa y trágica escena, hacía pasado frente de mí, a unos ligeros centímetros, mi cuerpo estaba temblando y sudando frio donde solo, pude mirar a mi izquierda, asegurándome que estaba bien Samuel.

Él había quedado en shock, su fuerza había desaparecido en un segundo de sus manos, estaba inmóvil al igual que yo, frente a ese coche que de apoco se fue inundando de personas que quisieron socorrer al conductor.

-¿Estás bien?- me atreví a preguntar, lo había hecho bajo y tímido, no había tomado conciencia que era la primera vez… que había hablado con él.

Samuel reaccionó y me miró con unos ojos algo asustados, su rostro había cambiado de semblante a uno de extraña certidumbre que no sabía a la cual responder.

-Tú….- dijo apenas, yo traté de esquivar su mirada y me alejé un poco cuando sentí un poco de dolor por la caída.

-Aguarda, no estás bien- dijo tomando mi brazo para impedir que hiciera un movimiento brusco.

-E… Estoy bien, tengo que irme… llegaré tarde a una entrevista de trabajo- dije acordándome que aún me quedaba un asunto pendiente.

-¿Entrevista?- preguntó extrañado.

-S-Sí, AB Mauri Food S.A. allí es donde va a ser... Amm…  disculpa las molestias…- dije alejándome para dar la vuelta cuando siento nuevamente que me detienen.

-Espera, te llevaré- respondió Samuel.

Esto… ¿es real? De verdad… ¿ha ocurrido todo esto? Por fin tenía frente a mí a Samuel, estaba vivo… yo lo salvé, ¡pude cambiar el destino!

La ambulancia llegó rápidamente, ya que los habían llamado mediante mi incidente, pudieron asistir al conductor del coche y Samuel me subió a su taxi para no perder más tiempo y evitar las preguntas de la ambulancia.

-Descuida, llegaremos en 20 minutos, no está muy lejos de aquí- dijo mientras estaba conduciendo.

Samuel se apuró de salir de la calle antes de que la cerraran por el accidente, no habló en todo el trayecto y tampoco había puesto andar el taxímetro.

Se había provocado un silencio peculiar, para mí era como un sueño, había conocido a Samuel y me estaba llevando… como debía ser.

El olor del taxi era agradable, incluso… algo nostálgico, me dio la sensación que esta cálida… y acogedora atmosfera, ya la había sentido antes, unos años antes.

El taxi seguía andando mientras que los dos seguíamos en silencio, no sabía qué decir tras tan extraño encuentro, yo me impacté contra su coche y luego pasó el accidente, ¿qué puedo decir tras eso? Seguro debe pensar que soy un fenómeno… o algo raro, no quiero que me odie.

El sonido de la radio quebró nuestro silencio, Samuel estaba cambiando los canales sin decidirse a establecer alguno.

-Aún… no dicen nada del choque…- dijo finalmente.

Yo tragué un poco de saliva y traté de calmarme, esta sería nuestra primera conversación y no quiero sonar como un tartamudo.

-Más tarde… seguramente saldrá por televisión…- respondí mirando a la parte baja de los asientos.

Estaba tan nervioso, me sentía realmente diferente, mi corazón estaba como loco todo el camino, retenía mis ganas de abrazarlo inmensamente, sentía que aún no asimilaba mi situación.

-Llegamos- dijo haciéndome alzar la vista a las ventanas.

Nos bajamos rápidamente donde un edificio con el nombre de la empresa me atrajo de forma intuitiva.

-¿Vas bien en la hora?- preguntó Samuel.

Me detuve a sacar el móvil y miré el reloj que marcaba las 15:56, había llegado a tiempo… Samuel lo logró…

Nos quedamos mirando algo inquietos, se suponía…. Que tengo que entrar, pero… ¿qué pasará ahora? ¿Se irá? Esto… ¿es todo?

Miraba a Samuel inconforme, me sentía realmente frustrado, quería hacer tantas cosas, pero no era la oportunidad, y si no lo es ahora, ¿habrá otra? Dios… esto es tan incómodo.

-¿Cuánto… te debo?- me atreví a preguntar, no quería irme, no aún.

-No es nada… yo…- otra vez, otro silencio se había producido entre nosotros, me ponía realmente nervioso.

-Gracias…-.

¿Qué? Alcé mi vista y Samuel me estaba mirando fijamente a los ojos.

-Es extraño para mi… agradecer que una persona se haya estrellado contra mi taxi, pero… de alguna forma… si no hubiera pasado… creo que yo hubiese estado en esa ambulancia- dijo con las manos nerviosas, trataba de esconderlas en sus bolsillos, al ver que solo le estorbaban, no sabía cómo plantearse frente a mí.

Yo… me quedé realmente aliviado… sus palabras, no sé… cómo es que él tiene ese don, puede cambiar mi mundo con solo una oración.

-S-Solo no quería llegar tarde, necesitaba un taxi, por lo que solo actué sin pensar- ¿pero qué acabo de decir? Es lo más tonto que pude haber dicho por los nervios.

-jajajaja vaya chaval, que forma tan rara tienes de parar los taxis tú- dijo estallando de risa, nuestra tensión se había quebrado, yo también sonreí por inercia ante su contagiosa sonrisa.

-Anda, que si no llegas tarde antes, lo harás ahora por estar aquí empanado- dijo Samuel apuntando al edificio.

Cierto… mi entrevista, creo… que ya no se puede hacer nada ¿no?... debemos seguir nuestros caminos, supongo…

Me acerqué de apoco a la entrada del edificio, miraba constantemente a Samuel por si se marchaba, pero seguía ahí, esperando en ese taxi.

-Oye- dijo haciéndome dar vuelta enseguida.

-Este es mi número, si estarás trabajando aquí, vas a necesitar de un taxi que te lleve- dijo con una ligera sonrisa.

-Pero… yo… aún no obtengo el empleo…- respondí.

-Lo tendrás, tengo fe en ello- dijo dándome su tarjeta en mi mano.

Ahora... puedo entender muchas cosas, el por qué tenía que conocer a esta persona… y cómo mis sueños… siempre me estuvieron ayudando, en el pasado... En el futuro… y hoy…

Samuel… siempre has estado involucrado ¿verdad? Ya te recuerdo, esa vez… en la lluvia, eres el taxi que me llevó a casa de mis tíos, él que me impulsó a tomar la decisión de vivir solo… no puedo equivocarme… has sido tú, todo este tiempo.

Y tal vez… Qué otras más circunstancias... fueron las que yo te pasé desapercibido, por estar mirando abajo, mendigando, ahogándome en mi alcohol… donde mis problemas me tapaban como si fuesen unas vendas.

Yo… que perdí todo… que creía no tener un futuro, fuiste el que cambió toda esa negra suerte y me llevó a un odisea interna.

Pude, haber destruido esa increíble historia junto a ti, irme por el mal camino y perder a las personas que más quiero, pero… me has hecho ver, que yo era el único que podía cambiar todo eso, que no estaba solo.

Ahora aquí, mirándote a esos ojos, puedo ver esa casa, puedo ver las fotografías llenas de historias y sucesos que pasaremos juntos, puedo ver las charlas y las peleas que tendremos, puedo verte ahí, tomando mi mano, sin importar lo duro que será nuestro destino… y también… veo a victoria, con esos brillantes ojos y esa voz tan dulce que me nombra, papá.

-So…soy Guillermo, Guillermo Díaz, lo siento, no me presenté en todo este tiempo- dije al percatarme que aún estaba mirándolo sin hacer y decir nada todo este tiempo.

Él soltó una risa y se volvió a su lugar en el taxi se dio vuelta y me sonrió apenas nuestras miradas se volvieron a conectar.

<<… nos conocimos hace dos años… tú ibas a una entrevista importante y yo te ayudé a llegar… la verdad… no sé cómo fue que generamos esa clase de química, pero los siguientes días… seguíamos en contacto…>>

Lo sé… puedo entenderte ahora Samuel, en este instante… sin siquiera escucharlo de tu boca incluso, puedo percibir esa química de la que hablas… y estoy seguro que tampoco querré perderla, nunca más…

-Un gusto Guillermo, soy Samuel… Samuel de Luque-.

.

.

.

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Lo sé, lo sé, ¿cómo es que me tomó tanto tiempo actualizar?, bueno con las épocas de fiesta, estuve muy ocupada, me ponía tensa, porque no encontraba el momento adecuado para escribir esta última pieza, quería que tuviese todo lo que tenía en mi mente y el vecino, mi familia, trabajo me impedía concentrarme y sacaba a mi mujer asesina interior xD

Bueno, este es el último capítulo, de verdad… muchas gracias por haber tomado tan bien esta historia, desde un principio, era un mero capricho, estaba todo este tiempo en mi mente esta historia hasta que decidí tomar el riesgo, pensaba que como era diferente, no lo leería nadie, pero yo seguramente lo estaría leyendo, por eso me atreví ;) y no puedo creer que gustó más que caso 777 xD bueno igual al ser policial, aburre más jajaja

De verdad, gracias, por todos los que me han impulsado a escribir, varias que ya no creen más en wigetta, le dan la espalda a este fandom, pero creo que hay que estar agradecido por todo lo que se vivió dentro de él, más allá del shipp, hay personas que compartieron y han impulsado la creatividad de muchas, por eso… yo les doy muchas gracias, a todos, sea hombre o mujer.

¿Tendrá esta historia una segunda temporada? Si, seguramente sí, pero más adelante, cuando genere y tenga en orden los capítulos, lo cual llevará unos meses, igual no será una historia tan larga, pero también me interesa la perspectiva de Samuel en la historia.

Cuídense hermosas personas, ya me estoy alargando mucho xD seguiré los cap del fanfic caso 777 y espero completarlo este año xD, sin más que decir, me despido, por fin… HISTORIA FINALIZADA.

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Time Road fanfic wigetta - CAPÍTULO 12

Jueves 15 de junio del 2017, Madrid, Centro de salud Alameda de Osuna.

Una vez alguien me dijo… que las cosas siempre tenían solución, que si te esfuerzas lo suficiente… podrías superarte y tener éxito en la vida… sigo pensando… quién fue la persona que me había dicho eso… ¿mi padre?... ¿mi madre tal vez?, estoy seguro que esa frase es correcta, que para lograr algo… debes dar todo de ti, pero… por algún motivo… yo sigo sin tener éxito.

Jamás me había sentido tan vacío, ni siquiera cuando había perdido la custodia de mi hermana… es cierto… ese sucedo me afectó bastante, pero… ahora estoy deshecho…

Mi cuerpo sentía el peso de mis emociones abatidas, mi rostro estaba entumecido con tantas gotas saladas que caían de mis pómulos.

Perdí la conciencia de lo que estaba a mí alrededor, no encontraba siluetas o imágenes que me despertarán de mi aflicción, solo un manto blanco que cubría mi cuerpo y mi mente vulnerada.

No sabía cuánto tiempo había permanecido así, solo sé que tras recibir un gran impacto, mi cuerpo se desplomó en el suelo, no recuerdo bien exactamente que había sido, tampoco si el impacto fue físico o producto de mi imaginación, solo sé… que fue suficientemente fuerte… para no querer volver a despertar…

Esperé un poco más a que mis ojos dejaran de sollozar, pero era inútil, era como si una cañería quedó abierta dentro de mí y solo quiere correr.

Me moví ligeramente al sentir incomodidad, mi cuerpo a cada cierto tiempo se entumecía, como si el espacio en el que estaba fuera muy reducido, muy por lo contrario a lo que yo percibía.

-Guille…- otra vez… ese susurro que me llamaba… desde que estoy así… la escucho con frecuencia, antes, apenas era un pequeño resonar del viento, ahora… es una voz clara que está cerca de mí, tan cálida y reconfortante como la de mamá.

Esa voz trataba de apaciguar mi dolor, pero no lograba conseguirlo, algo se había roto… una fuerza que me impulsaba a pensar que mi destino podía ser diferente, una llama que ahora solo se hace humo entre la nada, alejándose de mí, escapando al alcance de mi mano…

¿Qué herida tan profunda has dejado en mí? Te has trasformado en mi enfermedad, solo tu regreso es la cura, que al salir de este blanco lugar… estarás ahí, esperándome, con esa sonrisa tan reluciente que llega a cegar, con esa voz aguda y a la vez tan agradable, con esos ojos tan expresivos como las de un infante, tan evidentes que me ponen en aprietos.

Solo un día fue suficiente para conquistarme, y te llevó un momento para destruir mi corazón… con tu partida... esto… es tan cruel.

Todavía me sentía incómodo, las imágenes tuyas me dejaban doloras pulsaciones en mi pecho, no me dejaban respirar, me hicieron moverme en donde una luz enfocó mi rostro directamente, era tan molesto, tan reluciente, que de apoco empecé a abrir mis ojos.

El espacio blanco se manifestó en una sala iluminada, producto de unas lámparas que estaban en el techo.

Traté de levantarme, pero unas sabanas apretadas hicieron que volviera a caer en una camilla, en la cual estaba tendido.

-¡Guille, te despertaste! Estaba tan asustada…- mi hermana se impulsó en abrazarme al verme tomar conciencia.

-¿Dónde estoy?- dije apenas aclarado mis ojos que aún se encontraban somnolientos.

-Estás en el hospital… te desmayaste… los médicos fueron muy amables de llevarte a una habitación para reposar, hiciste que me preocupara mucho- contestó mi hermana.

-¿Hospital?... ah… ya veo…- dije apagado.

-… Guille… ¿Qué vas hacer ahora?- preguntó después de haber mantenido unos segundos de silencio.

Yo no sabía qué responder, casi apenas y escuchaba sus palabras, todavía tenía mi mente en otra parte, había desaparecido toda mi motivación.

-¿D… Donde… está Samuel?- me atreví a decir.

Mi hermana se quedó muda ante mi pregunta y miró a un costado al sentir nerviosismo y suspiró después de unos minutos.

-Se lo llevaron… hace unas horas… ya no hay nada que hacer… -respondió sin poder mirarme a la cara.

-¿Unas horas?... ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?- pregunté confundido.

-Unas cuatro horas… te desplomaste ante la noticia y no despertaste hasta ahora…- contestó.

Cuatro horas… dejé que se lo llevarán y no pude despedirme de él… no pude despertarlo con mi voz, mis suplicas no sirvieron de nada… esto… es una verdadera pesadilla.

-Será mejor que nos vayamos Guille… ya has hecho suficiente…- lo sabía… sabía que ya aquí nada se podía hacer, que no había ya a nadie a quien esperar, nadie a quien ver… nadie…

Mi hermana hizo un esfuerzo para ayudarme a levantarme, yo no ponía ninguna fuerza para ello, apenas y podía mantenerme en pie, estaba muerto en vida, carecía de motivación, estaba solo dejándome llevar por mi hermana que había traído una silla de ruedas para llevarme hasta las afueras del hospital y llamar un taxi.

Por los pasillos, habían gente enferma, familiares llorando, gente que esperaba su turno, sabía que estaban ahí, pero… pasaban borrosos ante mis ojos.

No me importaba nada, tampoco escuchaba los ruidos que se producían en el hospital, solo quería irme, salir por esa puerta que era lo único que parecía estar atento.

Mi hermana abrió la puerta junto a un señor que la ayudó al verla ocupada conmigo en la silla de ruedas, bajamos por una rampa para discapacitados hasta una parada donde los taxis solían detenerse.

Una pareja de ancianos llamó mi atención, estaban en la puerta del centro médico junto a un pequeño grupo.

Me parecían familiares, se adueñaron de mi vista todo el rato que esperábamos la llegada del taxi.

Los padres de Samuel aparecieron rato después acercándose a esa pareja de ancianos, la madre se entregó a los brazos de esa señora a llorar desconsolada, sus ojos estaban abatidos de tantas lágrimas derramadas como los míos, su padre tampoco podía contener su pena, su mano ocultaba ligeramente su rostro mientras expulsaba tan dolorosa pérdida.

Mi hermana se dio cuenta que los observaba, no tenía palabras para decirme, solo posó su mano en mi hombro fuertemente, haciéndome ver que no estaba solo.

Ahora… recuerdo, esos ancianos… la fotografía de esa vez, la que estaba yo junto a ellos… se debía a Samuel, eran familiares de él, puede que sean sus abuelos… por eso en ese sueño parecía yo conocerlos, porque estaba casado con él.

Bueno… estaría casado… ahora, ya no sé qué pensar sobre ello, me cuesta tener la esperanza de ser dueño de ese maravilloso futuro, junto a Victoria… junto a Samuel…

El taxi llegó y mi hermana me ayudó a subirme al asiento trasero, ella se sentó en la parte del copiloto y le indicó el camino de regreso a casa.

Mi cabeza se había posado en el asiento, miraba la ventada, pero no con profundidad, solo distraía mi mente para tratar de no pensar tanto en lo ocurrido, para que dejara de dolerme.

Apenas y sentí la frenada del taxi, el viaje se me había hecho demasiado corto, puede ser porque apenas y ponía atención a lo que sucedía, mi hermana llamó a mi tío y me ayudaron a salir del taxi para llevarme a mi habitación.

Mi tío hizo todo el esfuerzo de subirme por las escaleras hasta llegar al cuarto, me recosté en la cama y callé ante las preguntas que me hacía.

Quise estar solo… no tenía ganas de ver a nadie ni de entablar una conversación, solo quería perecer en mi cama, ver en mis recuerdos a Samuel, donde parecía ser la única forma de hacerlo.

El tiempo trascurría y yo seguía negándome a recibir gente a mi habitación, mi hermana muchas veces entraba para darme cariño, pero parecía inútil, no reaccionaba ante ningún contacto o estímulo.

Escuchaba ligeramente la conversación de mi tío con mi hermana preguntando lo que había sucedido, la razón de por qué yo estaba en ese estado.

Mi hermana solo podía responder, que estaba triste producto de que me había enterado que murió un gran amigo mío y desde entonces no he podido volver a recuperar el ánimo.

Muchas veces tocaron a mi puerta ofreciéndome algo de comer o beber, estaban muy preocupados, mi estado parecía ser lamentable, pero otra vez volvía a callar, haciendo que se rindieran tras tanto esfuerzo e intentos fallidos.

La habitación se había oscurecido ante la caída de la noche, las sombras se habían expandido hasta ser uno.

Escuchaba el sonido de la ciudad a lo lejos por la ventana, donde autos y alarmas parecían ser los protagonistas principales de tal obra.

Podía sentir el frio traspasando por los barrotes llegando a invadir la habitación, pero no me importaba, estaba tan inerte en mi lecho, era como si ve hubieran arrebatado mi vitalidad, mi luz se había extinguido y yo me perdía entre la oscuridad.

Unos pasos se acercaban con cuidado a mi despacho, podía sentir que abría la puerta ligeramente sin antes llamar, se acercó despacio a mi cama donde yo estaba tendido y se quedó quieto mientras yo de espaldas permanecía inmóvil.

-Guille…- pude reconocer la voz algo sorprendido, volteé mi rostro para cerciorarme de ver a la persona que yo creía que era, y efectivamente estaba ahí, frente a mi cama, envuelta en las sombras donde el rostro apenas y se podía distinguir.

-Tía… ¿Qué quieres?- pregunté por fin, ella jamás había querido hablar conmigo a solas, menos entraba a mi habitación, era sumamente extraño, me hacia complicado no corresponder a su llamado.

-Vine… porque todos están preocupados, no comes, no quieres hablar, tampoco has tenido la fuerza suficiente como… para querer ponerte de pié…- se escuchaba débil, podía ver que aún le dificultaba estar en frente de mí, su voz y manos temblorosas, de verdad no sabía por qué se esforzaba tanto si el estar junto a mi le aterraba, conocía perfectamente el rechazo como para reconocerlo a millas, la indiferencia, el miedo hacia mí, no quería volver a lidiar con eso, no ahora…

-Solo quiero estar solo… no tienes que hacer esto si no quieres hablarme- respondí volviendo a mirar a la pared, ya era necesario que le dijera que estaba bien que ya no me hablara, la incomodidad entre los dos era demasiado grande, ha estado tan alejada de mi vida que no creo que me afecte que salga por completo.

-¿Qué no quiero… hablarte?... no, yo… lo que más he intentado hacer todo este tiempo… es volver a establecer una conversación contigo…- dijo con voz temerosa.

-Sé… que no he sido la mejor tía, que me acobardé cuando pasó…- unos sollozos habían surgido al término de la frase.

Me senté para poder verla directamente, ella había empezado a llorar cuando iba a nombrar a mamá, parecía que aún no lo había superado del todo, jamás la había visto llorar desde el funeral…

Ella se trató de limpiar los ojos que empezaba a correr su maquillaje, respiraba entrecortado y temblaba como un perrito en la lluvia.

-Mi hermana… yo le juré ese día… que los cuidaría, a ti y a tu hermana, pero… yo no pude hacer nada por ti todos estos años, tú…  solo eras un niño, te internaron, creciste solo en esa fría clínica… y volviste tan serio… tan diferente- por primera vez, escuchaba los sentimientos de mi tía, todavía no expresaba sus palabras con confianza, pero no se detuvo como muchas veces suele hacerlo.

-Perdóname Guille… todo este tiempo me he odiado por no haber podido ser tu apoyo, por desmoronarme ante la pérdida de Lisette y dejarte a un lado, como lo siento Guille- ella ya no pudo contener el llanto, me abrazó con sus delgados brazos que me dejaron completamente inmóvil, totalmente anonadado.

-Tía… está bien, de verdad…- solo eso pude responder, no estaba al cien por ciento con mis emociones, en esa tarde mi corazón se fue con Samuel, solo podía dar unas pequeñas palmadas de aliento en su espalda tratando de consolarla.

-No, no está bien, mírate, otra vez no puedo ayudarte… déjame llorar aunque sea por ti- dijo aferrándose más fuerte a mi cuello.

Me impresionaba que ella haya roto esa pared que había entre nosotros, una pared invisible llena de incertidumbre y tensión, de verdad estaba feliz por recuperar a mi tía, sentir que realmente yo no le incomodaba, que de verdad se preocupaba por mí, pero… no era capaz de trasmitirle nada, absolutamente nada.

-Se me pasará, no te preocupes, es… solo cuestión de tiempo, ya… he aceptado mi destino…- dije sin mostrar expresión alguna.

-¿Destino?... ¿de qué hablas mi niño? tu eres el único que puede cambiar su destino… ¿no lo recuerdas? Esa vez… en el teléfono, tú sabías que algo malo iba a pasar… no sé cómo, pero… pediste desesperadamente a tus padres regresar, querías impedirlo ¿no?- dijo echándose para atrás y verme directamente a los ojos.

-Yo…- quedé mudo ante esa pregunta, realmente estaba consciente de que yo no hacía eso por mera casualidad.

-Guille, querías salvarlos… tú siendo un pequeño niño… ¡querías salvar a tus padres! Eres capaz de formar tu propio destino, ya no hay cadenas que te puedan entorpecer, no eres un niño como para limitar tus opciones, si hay algo que aún puedas hacer… hazlo… no te rindas ante los obstáculos que se te pongan en tu camino, tu eres el único que puede cambiar eso, yo creo en ti-.

¿Q-Qué es esto?... ¿Por qué me dice algo como esto? De verdad… ¿puedo ser feliz? Después de todos los problemas, ¿puedo yo hacer algo todavía?, ¿Cómo? Me he esforzado, he hecho todo para salir del agujero, pero mírenme ahora… lloro por la pérdida de la persona que amo, no pude proteger a nadie de nuevo…

-Escúchame Guille, ponme mucha atención- dijo poniendo sus dos manos en mis hombros haciendo un pequeño sacudón para hacerme reaccionar.

-Nadie sabe lo qué pasara si uno no se arriesga, yo.., me arrepiento mucho de no haber tomado acciones antes, ahora… es tarde para remendar mi falta todos estos años contigo, por eso no quiero que no te eches abajo ahora que estas a tiempo, eres un hombre ¿no? Estoy segura que tu padre te dijo que confiaba en ti para cuidar a Karol, entonces, demuestra que si eres capaz de llevar esa responsabilidad… no, mejor demuéstratelo a ti mismo…- dijo mi tía con determinación, su voz había dejado de temblar, sus manos parecían más firmes y cálidas, había cambiado totalmente a como había entrado.

<<…nos conocimos hace dos años… tú ibas a una entrevista importante y yo te ayudé a llegar… la verdad… no sé cómo fue que generamos esa clase de química, pero los siguientes días seguíamos en contacto…>> Samuel…

Pero… ¿Qué es lo que estoy haciendo? Samuel… la entrevista… yo… aún puedo hacer algo… ¡puedo salvar a Samuel!

-Dormir… ¡necesito dormir!- me volteé rápidamente a la cama sumergiéndome en la almohada, tratando de que hiciera su efecto y pudiera dormir para terminar con esta premonición.

-Maldición, duérmete, ¡duérmete! Samuel me necesita, ¡duérmete!- gritaba desesperado entre la almohada, no podía conciliar el sueño, mis ojos estaban secos de tantas lágrimas que habían caído por mis mejillas, además, con las horas inconsciente de la tarde, se me ha quitado las ganas de dormir, jo… macho… esto no puede ser verdad.

Mi tía parecía impactada con aquella brusca acción de mi parte, no sabía si intervenir o decir algo, pero después de verme harto rato desesperado, se paró y llamó a mi hermana de un grito.

Los pasos de mi hermana se oyeron disparados hasta mi habitación, yo también me asusté de tan repentino grito, tal vez no me di cuenta de que la había asustado.

-Karol, en mi recamará, se encuentran esas pastillas que uso para dormir, ¿las recuerdas? Una caja verde que está en el primer cajón de mi cómoda, ve por ellas… ¡rápido!- dijo mi tía apenas Karol se había asomado por la puerta.

-Tía…-.

-Está bien Guille, necesitas dormir ¿no? Espera solo un momento- dijo haciéndome recostar mientras fue al baño por un poco de agua.

Mi hermana llegó de regreso toda apresurada, había encontrado las pastillas que le había indicado mi tía y se las pasó a ella apenas salió del baño con el vaso de agua.

Ella se acercó a mí, inclinándose a la altura de la cama, sacó una de las pastillas del paquete y me la mostró.

-Estas son muy efectivas, las usaba cuando no podía dormir producto de las pesadillas que tenía, te ayudará a dormir en unos minutos, ten – tomé la pastilla y después, un sorbo de agua para dejarla pasar por mi garganta con más facilidad.

Me acomodé en la cama y mi hermana junto a mi tía empezaron a dejar el cuarto.

-Con eso creo que es suficiente, que duermas bien Guille- dijo  mi tía con una ligera sonrisa temerosa y cerró la puerta.

Mi tía me había sorprendido, no pensé que me ayudaría tanto a estas alturas, yo no hace mucho… estaba deshecho en mi cama, sin la voluntad de volver a vivir, pero… solo sus palabras, me hicieron ver que todavía mi misión aún no había acabado, que tenía que vivir el suceso más grande de mi vida, conocer a Samuel, estoy seguro que cuando despierte… será ese día, si me pongo a pensar detenidamente la cronología de mis sueños y la realidad, mañana… sería al fin miércoles.

Esperé unos minutos recostado en la cama, las pastillas ya empezaban a funcionar en mi cuerpo, mis ojos pestañaban seguidamente y mi visión comenzaba a borrarse.

De a poco comencé a sentirme inconsciente, ya no percibía ningún sonido como antes, mi visión estaba completamente ennegrecida, y mi respiración se sentía profunda y aliviada.

Yo no me acuerdo ya que pasó en esos minutos, si alguien más había entrado a la habitación o si la noche había pasado, estaba completamente dormido, sumergido y entregado al efecto de las pastillas que me hicieron caer, solo esperaba lo suficiente para que el día de mañana llegara, que el miércoles por fin se mostrara ante mí, porque ya no huiría, ya no me escondería y escaparía del accidente, no sé que realmente llegará a pasar, pero… si mi impertinencia… puede salvar a Samuel, entonces no debo de temer más.

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xD aquí esta por fin el capítulo, el siguiente... será el último, asi es... EL ÚLTIMO CAP!! de verdad, muchas gracias por haber esperado tanto, por acompañarme durante el suceso de realizar cada parte, de los comentarios, realmente muy agradecida de todos uds n.n

un saludo a todos, espero tengan un agradable día y semana, y... ¡aguante wigetta bitchs!!! xD ok ya me calmo :v ajajajaj

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Time Road fanfic wigetta - CAPÍTULO 11

Jueves 15 de junio del 2017, Madrid.

Un escalofrió recorría mi cuerpo que perecía inmóvil frente a la puerta, apenas y escuchaba la voz de mi hermana y de los padres de Samuel… joder… Samuel… ¿Por qué tú?... todo este tiempo… todo este maldito momento, eras el taxista… la persona a la que debía conocer, era el taxista que yo tenía que parar…

-Hermano- una sacudida fuerte me hizo volver en sí, mi hermana estaba con un semblante preocupado, yo ni siquiera podía encontrar palabras para poder calmarla… es más… mi voz no ponía salir con claridad, me había quedado sin habla ante la noticia, no podía creer aún que tras esa puerta… Samuel estaría en una camilla.

-Las horas de visita acabarán pronto, está bien si no quieres verlo, para mí también fue difícil, si quieres puedes venir otro día con más calma y-.

-N… no, yo quiero entrar… -pude responder finalmente.

Era cierto que estaba mal, no me sentía con la suficiente fuerza para entrar y verlo en tan malas condiciones, pero… ¿irme? ¿Dejarlo así sin siquiera saber qué pasará mañana? No… no puedo… siento que esperé suficiente… tengo que verlo… aún si sea doloroso… tengo que entrar a esa habitación.

-¿Quieres que te acompañé hermano? Estás… muy pálido- preguntó mi hermana agarrándome de un brazo pensando que me podía desmayar.

-Estaré bien… solo… quiero verlo un rato… a solas…- mi hermana asintió con la cabeza y me acompañó hasta que yo pudiera entrar sin problema, los padres de Samuel me dieron espacio y cerré para poder verlo sin ninguna interrupción.

Era una habitación grande, llena de maquinas que conectaban a una cama blanca, el sonido de un pitido inundaba el cuarto haciendo que mi respiración se hiciera cada vez más pesado, mis pasos se volvieron más rígidos y temblaban cuando estaba a unos pocos metros de la persona echada.

-Dios… Samuel…- dije ante ver ese gentil y cálido rostro destrozado, tenía múltiples cortes provocados por el vidrio delantero del taxi, su cabeza estaba totalmente vendada y unos tubos conectados a una máquina, le ayudaban a respirar.

Me acerqué hasta estar frente a su rostro y no pude evitar dejar caer unas lágrimas, podía escuchar esa respiración artificial, el sonido con sus pulso débil, la temperatura tan gélida que su cuerpo emitía, sentía que estaba con otra persona, me parecía demasiado irreal que este chico… tan delicado, lleno de heridas… fuera el hombre de increíble fuerza que me contuvo entre sus brazos para robarme un beso.

-Esto… es una pesadilla… ¿verdad Samuel?... sé que esto no es real… que aún no estás en esa camilla… todo eso… lo sé, pero… entonces… ¿Por qué?... dime ¿porque me afecta tanto verte así? Si solo te he visto una vez… - solté un ligero llanto en la sala, tal silencio me abrumaba, solo podía consolarme ese pitido que aún me confirmaba tu sobrevivencia, que estabas aún ahí, en alguna parte, escuchándome… quería que mis palabras te llegarán.

Miré a un costado de la habitación donde habían un montón de peluches y mensajes de apoyo, algunas decían “recupérate pronto…” “te extrañamos” “siempre estaremos contigo, te amamos” mensajes llenos de sentimientos que me hicieron recordar esa noche recostado en aquella gigantesca cama, junto a la mesa de noche que sostenía la fotografía con el mensaje que ustedes habían escrito para mí, “para nuestro amado Guille, feliz cumpleaños… te quiere, tu familia”.

¿Qué será de ese sueño? ¿Qué será de Victoria ahora? ¿Es acaso cómo debe ser este suceso? Mejorarás ¿cierto?... solo responde… por favor responde… te imploro que me des la respuesta… porque yo ya no sé qué hacer…

Ante mi desesperación tomé ligeramente la mano que tenía en frente, estaba tibia… apenas y podía sentir que había calor…

<<… Deja a papá un rato nena, también tiene que saludar a su marido…>> ¿qué es esto?

<<… Veo que ya estas despierto…>> ¿por qué escucho su voz?

<<… Chiqui…>> ¡para! ¡Por favor detente!…

<<… No pasó mucho tiempo en descubrir nuestros sentimientos, nos enamoramos… >> ¡deja de martirizarme… por favor…

<<… Yo sigo estando enamorado de ti…>>  Sa… Samuel…

Mis Lágrimas no podían controlarse, habían salido casi impulsados, tenía tanta angustia, sentía mi corazón tan apretado, ¿qué es este sentimiento?

Mis manos apretaron con fuerza la mano de Samuel, quería que despertara y volviera a decir esas frases… con esa hermosa sonrisa la cual me deslumbró, con aquellos ojos tiernos llenos de comprensión… donde al volver a tomar tu mano… pueda sentir ese ardor que pasaba más allá de mis dedos.

-Despierta… te lo ruego… no me hagas esto… ¡despierta!… - decía mientras seguía escuchando la voz de Samuel.

<<… Guille… tú tienes una familia, nosotros lo somos… bueno lo seremos… y seguro serás muy feliz, como tú me lo haces a mí, cada vez que te veo sonreír…>>

-Si eso es cierto, ¡¡entonces despierta!! Maldición… - mi grito había provocado que mi hermana entrara corriendo, se había asustado y me dio un fuerte abrazo para tranquilizarme.

-Vamos Guille, esto no te hace bien- dijo mientras soltaba mis manos con la de Samuel.

-Karol no…- imploré.

-Déjalo Guille o acaso ¿quieres que ya no te dejen entrar más? Tienes que calmarte – los padres de Samuel entraron rato después desconcertados, no entendían qué pasaba, solo se acercaron a Samuel por si algo malo había ocurrido.

-Tranquilos, mi hermano le afectó un poco el estado de Samuel, su hijo está bien- las palabras de Karol provocaron alivio en los padres de Samuel, yo por el contrario no podía mantenerme estable, la suave voz de Samuel seguía emitiéndose en mi cabeza como un susurro, hacían que mi compostura se destrozara por completo.

-Ay chico… ven te entiendo… déjame invitarte un café… te hará sentir mejor- dijo la señora amablemente guiándome afuera de la habitación.

La hora de visita había acabado, por lo que no me quedaba otra opción que aceptar esa amable oferta, tenía que despejarme, todo había pasado tan de golpe que tenía que tener un tiempo para asimilar las cosas.

Salimos del centro médico para ir a una cafetería cercana, los padres de Samuel estaban dispuestos a pasar la noche para cuidarlo, me hubiera encantado hacer lo mismo, pero sabía que yo al momento de cerrar mis ojos… mi realidad volvería a ser otra.

-Iré al baño un segundo querida, mientras que vosotros piden lo que van a tomar ¿tú puedes ordenar por mí?- dijo el hombre haciéndole un gesto a su esposa.

- Sí, descuida cariño, nosotros estaremos esperándote, pediré la donas que tanto te gustan- respondió con una ligera sonrisa.

-¡Guay!, no tardo-.

Karol se sentó junto a mí, mientras que la señora se posicionó con su cartera al frente, reservando el asiento de alado para su marido.

-Qué linda pareja hacéis, ¿Cuánto llevan de casado?- preguntó mi hermana para romper el hielo, bueno, es como yo lo tomé.

-Más de 15 años, vivíamos con Samuel en el campo de mis suegros, pero se nos hizo más complicado por temas de salud y nos hicimos un espacio en la ciudad, Samuel quiso independizarse y encontró el trabajo de taxista que le ayuda para pagar el alquiler de un departamento, es muy bonito, pero no me gusta que esté tan solo, por eso me sorprendió que fueseis amigos-  dijo dirigiéndose a mí en la última frase.

-Oh si… somos amigos…- atiné a decir.

Mi hermana parecía incomoda con mi respuesta, la verdad, me sorprende que hayamos llegado tan lejos, todo es debido a ella.

-Y… ¿de dónde se conocen tú y Samu?- preguntó la señora cuando veía la carta del café.

¿De dónde?... ¿cómo es que Samuel y yo nos conocemos?... yo no tenía esa respuesta…

-¿Puedo tomar su orden?- interrumpió el camarero al llegar a nuestra mesa.

-Oh sí, quiero unas donas con chocolate blanco, un café express y un café cortado para mí, ¿ustedes chicos?- dijo la señora terminando su pedido.

Yo no quería nada… por lo que dejé a mi hermana continuar con su orden mientras pensaba en la pregunta.

Conocernos… eso supuestamente iba a pasar ayer… digo… el miércoles, pero… no pasó… aún así no tengo idea de cómo iba a suceder, supuestamente… yo tenía que parar a Samuel ¿no?, pero… ¿Por qué?

El camarero retrocedió a la barra y mi hermana con la señora comenzaron a platicar, yo no quería interrumpir, al contrario, sentía que este era mi mejor momento para aclarar cosas.

El cielo grisáceo se expandía por la ciudad de Madrid, el frio empañaba los ventanales del café como si indicara que pronto la lluvia caería, yo… olvidé traer un paraguas… supongo que Karol tampoco trajo por las prisas… tal vez regresemos a casa en un taxi como lo hicimos para llegar aquí…

Irnos en taxi… las primeras gotas que cayeron por las ventanas despejaron mi mente haciéndome recordad la conversación que tuve con Samuel.

Yo, ya había hablado de esto con él… de cómo nos conocimos…

<< -¿C… cómo es que tú y yo terminamos juntos?-.

-Bueno… nos conocimos hace dos años… tu ibas a una entrevista importante y yo te ayudé a llegar… la verdad… no sé cómo fue que generamos esa clase de química, pero los siguientes días seguíamos en contacto, las cosas se dieron con el tiempo… al principio te dio miedo el que te gustase un chico, sufrimos por eso, me revelaste tu pasado y yo lo acepté… te sentías tan mal con lo de tus padres… que mi corazón me gritaba que no te abandonara… y no me arrepiento de haberle hecho caso…- >>.

Si… eso es lo que Samuel me dijo… él me llevaría a un lugar, a una ¿entrevista? ¿Pero dónde? Más aún, ¿el día miércoles? Estoy seguro que no he establecido esa clase de cita, ni registrado lo tengo en el celular… aunque… no he revisado mi correo… con todo lo sucedido… ¿habrá alguien que me haya solicitado para una entrevista?

-Guille ¿estás bien?- preguntó de repente mi hermana.

-Oh lo siento, me quedé pensando en algunas cosas… perdonen si fui descortés- respondí.

-Ya llegué ¿de qué me perdí?- dijo el padre de Samuel apareciendo detrás de su esposa.

-Querido, ya nos traerán nuestro pedido, mientras tanto le había preguntado a Guillermo cómo conoció a nuestro hijo- dijo alegre mientras el señor se sentaba.

-Que bien, yo tampoco sé mucho de Samuel ahora, desde que se mudó a su departamento- reveló el padre con una sonrisa mirándome a los ojos.

-Pues… Samuel… y yo… - mi voz estaba titubeante, no sabía qué decir exactamente. “hola, me presento, soy el futuro esposo de su hijo, lo conocí por un sueño premonitor y resulta que debía estar con él en el momento del accidente, pero aquí estoy…” joder… suena mal en todos los aspectos… esto es una locura.

Mi hermana me agarró de la mano y me lanzó una sonrisa que decía con claridad “todo va estar bien” provocaba que mi voz dejara de temblar y pudiese expresarme mejor nuevamente.

-Nos conocimos no hace mucho, él… me llevó a una entrevista de trabajo y después de eso nos hicimos grandes amigos, tuvimos… una fuerte química… -respondí después de exhalar.

Karol sonrió orgullosa al haber podido mantener mi compostura, soltó mi mano para sostener el café que el camarero había traído y nos pusimos a conversar un rato.

A pesar que el clima era helado, la sensación cálida que emitía  nuestra mesa era increíble… me recordaba la vez que cené con Samuel y Victoria, era un sentimiento muy similar, pero… aún así no se podían comparar. Aquella gran casa, la imagen de nosotros tres comiendo… era mágica… sus sonrisas las tenía grabadas en mi retina, sus ojos brillantes ante la emoción de su conversación, todo… me hacía querer que ese sucedo volviese a ocurrir, que en el futuro… si pueda vivir junto a ellos… que tal vez… si había una posibilidad de que Samuel y yo…

Una llamada al teléfono del padre de Samuel nos calló a todos en la mesa, por alguna razón el rostro del señor se mostraba tenso y preocupado por lo cual me dejó con un mal sabor de boca.

- ¿Si, diga?... si, si… estamos cerca del hospital, ¿Por qué? ¿Sucedió algo?- ¿Hospital? ¿Están llamando por Samuel?

Mi pecho sentía una gran punzada, el sudor de mi frente se disparó tan solo de saber que eran los del centro médico llamando a los padres.

-Iremos para allá- dijo el padre apresurado impulsándose de la silla mientras agarraba la mano de su esposa.

Yo me paré por inercia y seguí los pasos del señor como si mi cuerpo se controlase por sí solo.

-Querido ¿Qué sucede?- preguntó nerviosa la mujer.

-Tenemos que volver, nuestro hijo volvió a sufrir un colapso, lo llevaran a pabellón- respondió el padre jalando del brazo a su esposa, con dirección a la puerta de entrada del café.

-¡Pero querido… aún no pagamos la cuenta!- respondió al darse cuenta que estaban en un café comiendo.

Mi hermana desde la mesa en que estábamos, lanzó un grito hacia nosotros para llamar la atención.

-No se preocupen, yo me encargo de aquí, vayan a ver a Samuel- gritó Karol.

-Gracias querida- respondió la mujer agradecida por el gesto de mi hermana y apresuró el paso para llegar lo más rápido posible al hospital.

La lluvia estaba cayendo mientras corríamos a toda velocidad, sentía mi corazón latir a mil por hora de la preocupación, sentía que no importa cuantos pasos daba, la puerta del centro médico donde estaba Samuel se alejaba de mi alcance, era como si estuviese a punto de sufrir una ataque de pánico, quería llegar pronto.

Los tres entramos disparados por las puestas, estábamos empapados, fuimos a la dirección de la habitación de Samuel que estaba alado de urgencias, cuando unos brazos fuertes nos impidieron el paso.

-Lo siento, pero no pueden pasar- dijeron unos médicos.

-Es nuestro hijo, recibimos su llamada, queremos verlo- dijo la madre desesperada.

-Estamos haciendo lo que podemos, por eso necesitamos que aguarden hasta que hayan noticias- respondió el doctor que iba en dirección a pabellón.

-Por favor doctor, nuestro Samu está luchando, él es así, ayúdelo, se lo rogamos- dijo el padre con el llanto a flor de piel.

Yo no sabía qué decir, quería gritar al igual que ellos que me dejaran verlo, quería también implorar por su salvación, quería derrumbar esas pareces y puertas que me alejaban de él, Samuel… resiste… ¡resiste!

Los médicos tardaron en controlarnos, estábamos negados a salir del pasillo hasta esperar respuesta, pero no nos quedó de otra.

El tiempo trascurría lento, veíamos a enfermeros, médicos, doctores, caminar de un lado para otro, algunos entraban de pabellón y muy pocas veces salían de allí, era una sensación demasiado estresante, el no tener idea de la persona que más quieres… es… horrible…

Espera… ¿Quieres?... ¿yo quiero a Samuel?...

Me quedé callado unos minutos sonrojado ante entender esas palabras… ¿desde cuándo… surgió este sentimiento?... este extraño e incomprendido sentimiento que algunos llaman amor… sin siquiera ser de diferente sexos, o conocernos bien, algo dentro de mí… me grita a todo pulmón que eres el dueño de aquella emoción.

<<… -Lo… lo siento, pero no puedo creer todavía que esté casado contigo… no me malentiendas… solo que después de las burlas hacia mi persona por ser un fenómeno… ¿resulta que también soy homosexual? No tío… no puedo… de verdad lo siento-…>> ¿cómo es que le pude decir algo tan cruel? No pensé en cómo se sentía…

<<…Lamento… haberte decepcionado con tu futuro chiq… perdón… Guillermo…>> ¡no! ¡Eso no es verdad!, tú eres el mejor futuro que pude haber deseado, ¡no me dejes Samuel! ¡¡¡Samueeel!!!

Los minutos se hicieron horas… las horas… un tormento… todavía estábamos esperando respuestas de Samuel, los padres estaban en un rincón rezando, mientras que yo, estaba alado de mi hermana que ya había pagado todo del café.

mis ojos no se apartaban del pasillo, era como si invocase a que un doctor viniera para darnos una buena noticia, lo deseaba con el alma, más que cualquier otra cosa, si Samuel se salvaba… entonces… ese sueño todavía podría hacerse realidad.

Lo ayudaría con la rehabilitación, buscaría un empleo para pagarme un taxi y venir todos los días… al principio le parecerá raro, pero estoy seguro que con el tiempo Samuel se acostumbrará a mí, incluso… puede que nos terminemos enamorando mucho más pronto de lo planeado… ¿y victoria? No, no solo ella, tendremos muchos más hijos adoptivos, Zeus, Octavio… o tal vez septimus… ajaja para hacerlo más especial… todo eso… todo eso se hará, pero depende de ti Samuel, si quieres conocerme por favor… lucha.

-¿Familia de Luque?- dijo un doctor que había llegado del pasillo, todos nos alertamos al unisonó y nos acercamos a donde él estaba.

-Doctor, doctor, mi Samu ¿cómo está mi Samu?- dijo temblorosa la madre de Samuel mientras apretaba sus manos por la ansiedad.

Yo me quedé en silencio esperando la respuesta del Doctor, cuando sus labios hicieron que una extraña fuerza de gravedad se posara sobre mi cuerpo.

-Lo lamento… todo el equipo… hizo su mayor esfuerzo, el señor Samuel de Luque… falleció-.

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he decidido continuar con este fanfic para terminarlo, como le quedan tan pocos episodios, es para que puedan leerlos algunos desde el princio a fin sin problema, así que habrá un pequeño parón con caso 777, pero es hasta terminar este fic, gracias a los que sigues leyendo.

ahora.... iré a llorar como magdalena. C,:

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estoy en periodo de examenes, despues podré tener un horario para escribir wiiiiiiii :D pienso en hacer otras historias aparte del wigetta, ¿que me recomiendan?

a- historia inventada con imagenes

b- sigue con mi puto wigetta >:v!!!! xD

c- historia más personal

d- oneshot a pedidos :v

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Time Road fanfic wigetta - CAPÍTULO 10

Jueves 15 de junio del 2017, Madrid.

Un rico aroma me incitó a despertarme de mi agradable lecho, se oían las voces de mi tío y mi hermana hablando por el pasillo y mi despertador, sonó apenas pasado un minuto de haberme puesto de pie.

Miraba a mí alrededor y notaba algo diferente en la habitación, era más espaciosa que anoche, ¿será mi imaginación? Bueno, estaba oscuro, tal vez pasé eso por alto.

Fui al tocador para darme un baño y poder empezar el día, tenía pensado en pedirle prestada ropa a mi tío ya que no traje nada anoche, el empezar a hospedarme aquí fue tan repentino e inesperado, que no tenía planeado el volver a necesitar cosas materiales.

Salí de la ducha y me regresé al cuarto, estaba mi antiguo armario despejado por lo que traté de registrar si había algo que usar y efectivamente, había mucha ropa que me quedaba a la perfección.

Me alisté y bajé para acompañar a mis tíos y a mi hermana con el desayuno, el día parecía estar nublado, hacia frio y daba la sensación que más tarde caería lluvia.

Mi tío estaba leyendo el periódico mientras tomaba un café, mi hermana con una sonrisa me saludó y volvió a comer su cereal con avena y un pocillo de frutas que mi tía había traído de la cocina.

Ella me miró todavía temerosa, pero se armó de valor para preguntarme qué quería para desayunar.

-Con un café estaré bien… no se preocupe- ella asintió y miró nuevamente hacia abajo, aún había algo de tensión entre nosotros, parece que nos costará restablecer ese lazo tan cercano que antes teníamos, ella era muy sonriente y me mimaba mucho cuando era un niño, antes… de la muerte de mamá.

-Hermano, debes comer algo más que solo café, por eso estas tan flacucho, ten, aquí hay pan tostado- dijo acercándome una bandeja de pan que estaba recién salido de la tostadora.

Acepté con una sonrisa la bandeja y saqué un par de panes para darle en el gusto de verme comer, cuando mi mirada, es desviada al periódico que mi tío seguía sosteniendo en sus manos.

-¿Pasa algo?- preguntó mi tío al percatarse de que me estaba acercando a leer el periódico.

Yo me espabilé y algo preocupado, le pregunté la fecha de hoy, todo me parecía tan normal… estaba en el mismo lugar que ayer, la relación con mi hermana no cambió para mal tampoco, como si la conversación que tuvimos ayer tampoco había sido una ilusión, quería asegurarme de que ya mis poderes habían desaparecido, que mis problemas… se habían arreglado, que ahora con este cambio, podía seguir teniendo una vida normal.

-Oh, hoy… déjame revisar- dijo mi tío buscando en la parte superior la fecha del periódico, en las mañanas, él suele ser un poco distraído, pero es comprensible, trabaja hasta tarde y frecuentemente usa anteojos.

-Estamos a jueves 15 Guille, ¿tienes un compromiso importante para hoy?- preguntó volviendo a su café.

¿Jueves?, pero… creí que ayer era martes… no, no lo entiendo… podría ser… ¿Qué he vuelto a viajar?, pero… ¿¡por qué!? Ya no hay sentido para hacerlo, ¿por qué sigo viajando? Es cierto que la diferencia es solo de un día, pero… es como si estuviera atrapado en esta semana.

-¿Te sientes bien hermano?- preguntó preocupada Karol.

-No… estoy bien, no te preocupes- dije tratando de calmarme, después de todo… solo era un día, tal vez… el efecto de mis sueños está desapareciendo de a poco… solo tengo que aguantar hasta mañana y todo va a volver a ser como antes… eso espero.

Mi tía llegó con el café y se sentó junto a Karol para que todos pudiésemos desayunar, yo agarré unas cuantas torrejas de queso y lo puse en mi pan para acompañar el café.

Karol comenzó a hablar sobre planes que podíamos realizar, tenía pensado hace mucho tiempo ir a la playa antes de la mudanza, ahora que estoy viviendo nuevamente con ellos… me incluyeron en ella, me mencionaron que no podían seguir viviendo en el mismo barrio y que no podían dejarme de lado ahora que volvimos a reunirnos como familia, solo si yo estaba de acuerdo claro estaba.

Yo acepté, estaba recuperando una parte importante de mi vida, mi hermana, el tener nuevamente lazos de cariño que no pude entregarle durante años, necesitábamos reforzar nuestra unión como hermanos y también, necesitaba devolver todo lo que mi tío ha hecho por mí.

Karol contestó un mensaje a unas amigas por whatsapp y mi tía recogió los platos y tazas sucias que fueron ocupadas para el desayuno.

-Vaya es una lástima- dijo mi tío de pronto.

-¿Qué? ¿Querías seguir comiendo?- dije con una sonrisa.

-No ajaja, resulta que uno de los conductores del accidente de ayer murió esta mañana, es una pena, no tenía la culpa que sus frenos dejaran de funcionar, ya nadie está a salvo hoy en día- respondió señalando el periódico.

-¿Ac…accidente?- pregunté entrecortado.

-Sí, el que dieron ayer por tarde en la televisión, estabas conmigo cuando lo pasaron y parecía haberte importado mucho la notica, ¿se te olvidó tan fácil? Creo que alguien debe descansar más jajaja- dijo mientras me pasó el periódico por si me interesaba leer el artículo.

Lo recibí y le di una hojeada, efectivamente… era el accidente que me imaginaba, el conductor del taxi seguía en estado crítico y sus familiares no han querido responder nada a la prensa debido a que no era muy prudente, el conductor del coche que había fallado, murió a las 6:15 a.m. de esta mañana, en la Clínica Jaca.

Entonces… aún si estaba o no en ese lugar, el accidente era irremediable, pero aún así… una sensación de intranquilidad, seguía estando dentro de mí, ¿por qué yo quería tomar ese taxi? ¿Estaba destinado también a tener ese accidente? ¿Sobreviviría a algo así? Aún, hay muchas dudas sin resolver respecto a mis premoniciones.

Sentía la mirada de mi hermana clavada en mí, la sentía muy preocupada, pero traté de disimular.

Se levantó de la mesa, se dirigió a donde yo estaba y me levantó con una sonrisa en sus labios.

-Gracias tía por el desayuno, iré con Guille al centro comercial- dijo mientras jalaba de mi brazo hasta la salida.

-Tengan mucho cuidado y diviértanse- dijo mi tío con una sonrisa agarrando nuevamente el periódico que había dejado caer en la mesa.

Mi hermana seguía forcejeando hasta arrastrarme al parque que habíamos estado antes, se detuvo en la banca y me empujó hasta quedar sentado.

-Dime la verdad, ¿Qué pasa con ese accidente? Ayer, mencionaste que habías estado en él gracias a tus premoniciones, te preocupa todavía ¿verdad?- dijo mi hermana con un semblante serio arrinconándome en la banca.

-Espera… ¿te hablé de esto… ayer?- pregunté confuso.

-Claro que sí, el martes me hablaste sobre este poder que tenías y cuando ayer salió en las noticias ese accidente, te pregunté qué pasaba, porque al igual que hoy, mostrabas una cara realmente pálida- respondió ella.

Ayer… entonces, ¡volvió a cambiar la historia!, ahora… mi hermana sabe sobre mi relación con el accidente, pero eso no lo recuerdo ya que aún no vivo ese día… ese día…

-¿Qué?- preguntó mi hermana al ver que mi rostro cambió de expresión.

-Creo… estar entendiendo algo… todas mis premoniciones… cambian la historia según lo que esta semana yo haga, pero… es debido a lo que va a pasar en un día en especifico… el miércoles… todos mis sueños… están conectados al día del accidente, pero… ¿Qué tiene que ver el haber soñado dos años después? Eso aún no logro entenderlo- dije casi ignorando la presencia de Karol.

-Hermano, no te estoy entendiendo nada, ¿Cómo es eso de que tus sueños están conectados al día de ayer? Ya pasó ¿no?- dijo confundida.

-No… habrá pasado para ti Karol, pero para mi desgracia, esto… forma parte de una de mis premoniciones- respondí dejando a mi hermana con una cara totalmente descolocada.

-¿Cómo? ¿Qué esto… es una premonición tuya? ¿Cómo puede ser eso? ¿Qué pasa conmigo? todo lo que he paso, recuerdo o haya vivido ¿no existe?-.

Mi hermana parecía entrar en una encrucijada, le parecía bastante absurdo lo que le estaba diciendo, pero tenía que entender lo que yo vivía, solo si todavía tenía la intención de apoyarme.

-Sé que suena totalmente descabellado, yo tampoco lo asimilo aún, pero… para mi, esta realidad… no me pertenece, estás hablando con un yo del pasado que aún no vive lo que tú, es como si remplazase mi yo actual por un día, es… la única lógica que puedo sacar de esto- mi hermana trataba de volver a retomar su compostura al ver que al igual que ella, el tema me afectaba, era comprensible que ella no me creyese del todo… o de tan solo imaginarse que su hermano viajaba por el tiempo en sus sueños y reemplazaba sus vidas por un día.

-Entonces… ¿no recuerdas nada de ayer?- preguntó.

-No Karol, yo aún no sé lo que pasará el miércoles ahora, he vivido esta semana tantas realidades diferentes que de solo pensarlo, me aterra, solo agradezco que la relación que llevo en este minuto contigo, no haya sido un sueño…- mi hermana me abrazó fuerte, aún con rostro de preocupación, era complejo aceptar tantas cosas irreales de mí, pero creo que el amor de hermana era más grande.

-¿Qué planeas hacer entonces?- preguntó después de permanecer ambos un rato de silencio.

- No lo sé… antes, pensaba en alejarme de lo que debía pasarme y lo arruiné, estuve en un manicomio en el futuro y perdía a personas importantes que conocería…- dije agarrándome mi cabeza.

-¿Personas importantes? ¿De quienes se tratan?- preguntó mi hermana curiosa mientras se sentaba a mi lado en la banca.

Así que todavía no le cuento toda la verdad, bueno… no sé cómo contarle respecto a ellos… después de todo, no tengo la certeza de que realmente los vaya a conocer… además, ¿Qué pensará de mí si le digo que estuve casado con un hombre? Todavía peor ¿Qué hasta era padre? Sonará más ridículo mi historia, sería como admitir que más encima soy gay.

-Yo… no sé si contártelo, solo lo soñé una vez, tampoco creo que en realidad llegue a algo así…-contesté tratando de convencerla que era solo una tontería sin importancia decírselo.

-Bueno, si no es algo que vaya a pasar, no veo el problema de que me lo cuentes, yo estoy muy interesada en todo lo que te está pasando hermano, eso me lo debes- dijo con una sonrisa.

Me puse nervioso de tan solo encontrar las palabras para explicarlo, era embarazoso decir cómo era en esa realidad, siendo que aquí, no comparto esos gustos.

-Está bien, pero… no te burles ¿de acuerdo?- dije tratando de no mirarla a los ojos de la vergüenza.

-Te lo prometo- respondió aún más curiosa.

Exhalé pesado ya aceptando el hecho que mi hermana era una persona terca y tomé mi tiempo para saberme explicar.

-El primer sueño que tuve… el que hizo que iniciara mi tormento esta semana… fue en un futuro de dos años más adelante, por esta misma fecha aproximadamente… desperté en una realidad que parecía de ensueño, tenía una casa enorme, con gran jardín, un barrio tranquilo y parecía que mi relación contigo ya había mejorado, por lo que contemplaba en las fotos que habían allí- dije comenzando mi narración.

-¿El futuro? ¡Qué increíble! Aunque dos años no es mucho, pero que te pasé eso, es fantástico, ¿Cuál es el problema entonces?- dijo interrumpiendo.

-A eso voy… al principio no parecía haber problema, porque pensaba que solo era un sueño… hasta que… aparecieron unas personas que han hecho de mi mente un caos-.

-¿Quiénes eran?- preguntó mi hermana acercándose más a mí.

-Ellos… se decían ser… mi hija y…- respondí cortando la última palabra.

-¿Tu esposa? ¡Wow! ¿Te vas a casar y tendrás una hija ya en tan poco tiempo?, pero que impaciente eres hermano- dijo burlesca.

-Hablo enserio Karol… además… no era precisamente mi esposa…- dije algo cabreado.

-¿A no? ¿Entonces quién era?- preguntó de nuevo mostrando intriga.

-Mi… esposo…- dije en voz baja, casi como un balbuceo.

¿Tú qué?- preguntó acercándose más a mí al no escuchar mis palabras.

Yo respiré un poco y todo sonrojado lancé de una vez lo que era para mí Samuel -¡mi esposo! Joder…-.

Mi hermana, quedó sorprendida, me miraba detenidamente sin decirme una palabra después de haber dicho de quien se trataba, trataba de esconder mi rostro avergonzado de ella al no imaginar lo que estaría pensando de mí en este minuto.

-Hermano… ¿eres gay?- preguntó después de haber estado junto a mí en silencio.

-¡Claro que no! Yo también me sorprendí al ver ese futuro, es demasiado absurdo que tenga un esposo y una hija adoptiva, tal vez fue la droga que tomé-.

-¿¡Droga!?- mierda… no tenía pensado soltar eso, solo lo dije sin pensar.

-Escucha Karol, fue un error, pero te prometo que jamás había recurrido antes a eso y tampoco me gustó, te lo prometo- dije implorando que me creyera, no quería que todo lo que le había dicho resultasen ahora ser unas alucinaciones de un drogadicto, todo era real, mi hermana ya no podía desconfiar de mí otra vez.

-Hermano, tal vez… todo te lo hayas imaginado a causa de…-

-¡No! Sabía que pensarías así, pero no lo es, esto ya lo vivía de niño Karol ¿crees que estuve drogándome en ese tiempo también? Después del shock de la muerte de mis padres y los tratamientos psiquiátricos, mis premoniciones de bloquearon, solo una pequeña dosis sin pensar, pudo reactivar mis poderes ahora, solo lo hice porque me sentía en la mierda Karol, acudí a él porque me dijeron que podría olvidar mis problemas por un momento, nada más, por favor… créeme- dije interrumpiendo lo malo que pudiese pensar de mi persona.

-Está bien Guille, no te pongas así, pero hubiera sido la respuesta lógica a lo que te sucede esta semana, para mi es raro imaginar que tal vez… todo lo que me estás diciendo ahora, ya no sirva de nada, por si vuelve a cambiar la historia y este suceso nunca sucedió- mencionó mi hermana desanimándose.

-Escucha… puede que esto tal vez desaparezca, pero créeme, ahora más que nunca te diré la verdad de todo, cuando todo se soluciones serás la primera en saberlo- Karol quedó más tranquila con mis palabras, me tomó la mano fuerte y me impulsó a levantarme de la banca junto con ella.

-Ven creo que ya sé lo que podemos hacer hoy- dijo arrastrándome nuevamente.

-¿Ir al centro comercial?- dije pensando en lo que le había dicho a mis tíos.

-No tonto, eso lo dije para que no nos hicieran preguntas, a donde iremos realmente ¡es al hospital!- dijo llevándome a un taxi que hizo parar.

-¿Al hospital? ¿Para qué? Te digo que los médicos no pueden entender mi condición, solo sería una pérdida de tiempo- dije sentándome en la parte trasera del taxi ya viendo que ella estaba dispuesta a ir.

-¿Adonde señorita?- preguntó el taxista poniendo en 0 el taxímetro.

-Al Centro de Salud Alameda de Osuna por favor- respondió mientras se colocaba el cinturón de seguridad.

-No entiendo hermana ¿Por qué iremos?- pregunté aún sin entender lo que tenía pensado hacer Karol, daba igual qué hospital yo fuera, nadie puede resolver mi problema, solo me recomendarían atención psicológica como mucho y pastillas como las que he estado tomando.

-Iremos a ver a los involucrados del accidente- respondió después de haber avanzado una buena parte del camino.

-¿Qué?, pero… uno está muerto Karol… además… no creo que me dejen ver a alguien en estado crítico, no importa si vamos a verlos… no creo que resuelva algo- dije al encontrar algo absurdo ir a solo ir a ver a los que estarían envueltos en el accidente.

-No pienso que eso sea una solución de todo o si encontraremos respuestas allí Guille, pero… ¿tienes una idea mejor? Ya has ido al lugar del incidente, has tratado de alejarte del momento en que ocurre. Dices no conocer a los sujetos, pero si realmente es cierto que tus sueños se conectan con ese suceso… ¿por qué no echar un vistazo? No pierdes nada-.

Tenía razón, ya he hecho lo que mejor he podido hacer sin haber una respuesta… tal vez, en el hospital pueda hallar una pista de lo qué está ocurriendo.

Pasó un buen tiempo hasta que llegamos al Centro de Salud, mi hermana le pagó al taxi y nos dirigimos a la recepción para preguntar por el que había resultado herido en el choque.

-Está en la salas de alto riesgo, hace poco estuvo en urgencias porque había sufrido un colapso, las horas de visitas son cortas, pero creo que pueden verlo unos minutos, al final del pasillo, a mano derecha, verán las habitaciones cercana a la sala de urgencias, deben estar sus familiares todavía por los pasillos, espero les haya podido ayudar- dijo la recepcionista indicándonos el camino a seguir.

-Muchas gracias, vamos Guille-.

Seguimos las instrucciones al pie de la letra y pudimos ver a una pareja un tanto mayor conversando tristemente frente a una habitación.

-Querida… todo estará bien… nuestro hijo es una persona fuerte, los doctores pudieron estabilizarlo, solo queda confiar- dijo el hombre abrazando a su mujer mientras nos acercábamos.

-Emm… disculpen…- dijo mi hermana llamando la atención de la pareja.

-Venimos a ver al taxista, mi hermano es una amigo de él y está preocupado de su condición- mintió Karol para que pueda entrar.

-Oh… ¿eres amigo de nuestro Samu? Agradezco que hayan venido, si quieres puedes entrar ahora, acabamos de estar un rato con él, pero el pobre aún no recupera la conciencia-.

-Sa… ¿Samu?- dije paralizado…

-Si… Samuel ha estado inconsciente desde que llegó al hospital, tuvo una hemorragia interna que han estado estabilizando hasta ahora, nos han dicho muchas veces ya… que… no tengamos esperanzas… -respondió la madre con dificultad.

Podía notar como mi hermana me miraba atónita, sentía cómo sus manos se apoyaban en mi hombro, era una forma de estarme brindando fuerzas… porque se dio cuenta de quién era… y que en el instante que escuché el nombre del taxista… algo… se quebró dentro de mi corazón.

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El tan esperado encuentro, en un lugar inesperado… se revela la identidad del taxista… Samuel, ¿Cómo reaccionará Guille al ver al que iba a ser su futuro esposo postrado en la camilla? ¿Samuel podrá despertar y ver a Guillermo? Eso y más en el próximo capítulo.

Dos meses muy agotadores… bueno ya he podido hacer algo al respecto :) solo espero poder seguir manteniendo la escritura sin prolongar la espera. Espero tengan un lindo día.

Fuerza Shipper!!! Aguante Wigetta xD me da igual con quien este quien, eso no tiene por qué influir si a ti te gusta shippearlos, como Rubelangel o cualquier otro Shipp, si sientes que hacen bonita pareja o se complementan bien, no cambies por lo que otras personas digas o te demuestren lo contrario, nadie debe obligarte o hacerte ver que tus gustos están mal o equivocados, es tu vida, son tus gustos, es tu hobby y eso se debe respetar, si cambia porque tu ya no sientes lo mismo, está bien, pero no lo recuerdes como una pérdida de tiempo, al contrario, recuérdalo como una linda experiencia :) estuviste en un fandom creativo con momentos increíbles, quédate con eso en vez de llorar por algo que no sabíamos si pudiese ser real, tal vez si lo fue, tal vez no, pero esa es la magia  n.n cuídense

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Caso N°777 fanfic wigetta – Capítulo 11

Narra Samuel:

Los disparos ahora eran más frecuentes y venían en diferentes direcciones, yo sentía pasos de gente correr, por lo que me escondí en una esquina con mi arma levantada por si se presentaba cualquier inconveniente.

Ciertamente debo estar loco para haberme metido en la boca del lobo yo solo, pero ¿Qué otra opción había? Uno de los dos tenía que pedir refuerzos y no podíamos arriesgar que alguien resultase herido… no otra vez.

Frank mencionó que el amigo del chico desaparecido se encontraba por aquí, ¿Por qué? ¿Qué escondía ese chico para venir a estos lugares tan alejados de su barrio? Después de que apenas apareció, los disparos empezaron a presentarse, no hay duda que la desaparición de ese tal Alex y este tiroteo, tenían una relación.

Los pasos se empezaron a acercar a donde yo me encontraba, por lo que me agaché cauteloso, había un grupo disparando a una persona que corría a una velocidad impresionante, las balas apenas alcanzaban el rastro del chico y este no parecía detenerse.

Una vez pasaron todos, me apresuré a seguirlos sin perder mi estado de alerta, los disparos sonaban por las bodegas y debía evitar la mayor confrontación, me superaban en número y no tengo balas suficiente para poder defenderme, después de todo, este arma no es para uso diario, solo en casos de emergencia estamos obligados a disponer de ella, pero… todo pasó tan rápido que ni tiempo de dio de cargarla con suficientes balas, solo me queda confiar en mis habilidades.

Me fui por un costado y subí velozmente a un andamio, recorrí despacio alrededor de la bodega viendo por los ventanales hasta llegar a una zona que parecía despejada.

Abrí sin hacer mucho ruido una de las ventadas y me introduje hasta poner mi espalda en una pared al escuchar un fuerte estruendo.

Alcé mi vista a la planta de abajo y veía al grupo de hombres de hace un rato caer impactados contra el suelo. Fue la oportunidad para moverme al otro lado de la pared y bajar las escaleras para acercarme.

Más ruidos de golpes, fierros y cosas rompiéndose, se escuchaban al otro lado de la puerta, me acerqué a unos de los hombres que estaba tirado en el suelo para quitarle el arma y revisarlo. Para mi sorpresa, usaba un arma muy peculiar, una magnum 44 que ya había ocupado tres balas, generalmente son muy difíciles de controlar por su retroceso, pero tiene muy buena potencia, estos tipos son expertos por lo que debo andarme con cuidado.

Aproveché de que los sujetos estaban en el suelo, para sujetarlos por si trataban de despertar y me sorprendían con la guardia baja, en eso, se escucha una conversación que provenía al otro lado de la habitación seguido por una serie de golpes.

-Dalton solo necesita de Alex para llegar al diamante, tu solo eres un estorbo-.

¿Alex? ¿El chico desaparecido? y… ¿de qué diamante hablan? Rápidamente me levanté para asomarme a una ranura de la entrada de la habitación, podía presenciar a un hombre de negro apuntando a la cabeza de un chico que estaba ya ensangrentado.

Era la misma persona que había visto correr a gran velocidad… podría ser que… ¿Este chico sea Guillermo?

El sujeto de negro pateó con gran fuerza su estómago haciéndolo estremecer de dolor, estaba siendo demasiado cruel aún teniendo la oportunidad de haberlo matado de un solo tiro.

Saqué el arma mientras el hombre de negro se reía, me acerqué hasta quedar a sus espaldas y apunté su cabeza antes de que pudiera hacer su siguiente movimiento.

-¡Policía, manos arriba!- grité apresurado para poder detener el dedo que se encontraba ya apenas rozando el gatillo.

El sujeto quedó paralizado al saber de mi presencia, quiso voltear, pero puse el cañón en su nuca para que entendiera que no era un juego.

-Quieto, deja el arma suavemente en el piso y pone las manos sobre la pared- dije sin dejar de apartar el arma.

No podía ver con claridad al chico que estaba en el suelo, él estaba al frente del sujeto y lo que más me importaba era que no intentase hacer una acción, no sabía sí al próximo que pudiera atacar sería al chico o a mí, por lo que tenía que aguardar hasta verificar que tenía el control de la situación.

-Tranquilo policía, no queremos problemas con ustedes, sería mejor que se apartase de este sitio y hiciera como si nada ha pasado- dijo de pronto el hombre de negro aún disponiendo del arma.

-¿Crees que soy esa clase de policía? Afuera está mi escuadrón listos para arrestarlos si se los ordeno, por lo que las condiciones las pongo yo, suelta el arma ahora- es cierto, no tenía a tal escuadrón afuera, pero debía poner al sujeto acorralado para que el chico pudiera salir ileso, no sé qué tan herido esté y si hay más personas implicadas como él.

- ¿Sabes con quién te estás metiendo a acaso?- dijo después de soltar una pequeña risilla.

-Con un delincuente que no temeré disparar si no hace caso- dije empujando más el cañón de la pistola a su nuca para que empezara a desistir.

-De acuerdo, de acuerdo… dejaré mi arma…- dijo mientras dejaba de apuntar al chico.

Su movimiento era lento, formaba una tensión en el ambiente que no me dejaba tranquilo, no solo me preocupaba este tío, sino, que también había escuchado y visto más gente como él, debía prestar mucha atención a mi alrededor, ahora mismo podría ser un blanco fácil y sería yo el que acabaría con la nuca llena de plomo.

-¡Ten cuidado!- dijo con gran potencia el chico ensangrentado alertándome al movimiento repentino del hombre de negro.

Había dejado la pistola en el suelo para sacar una daga escondida, el hombre se abalanzó contra mí y me hizo botar el arma con el que le estaba apuntando.

Caí hacia atrás como acción al sorpresivo ataque y volví a poner mi vista al frente, el hombre se volvió agachar para recoger el arma que había tirado y yo me dispuse a dar un salto intuitivo a uno de mis costado para esquivar sus disparos.

-jajaja ¿Quién es el sometido ahora? Vamos policía, no te escondas- dijo mientras seguía disparando por donde yo me encontraba, me movía por el rededor agachado intentando que ninguna de las balas me diera.

Llegué a unos estantes metálicos y pude observar mejor al chico que estaba contra la pared mal herido,  tenía que alejarlo de él para que pudiera escapar, por lo que debo de seguir haciendo de señuelo hasta llegar a la otra habitación y conseguir un arma de los otros tipos que habían caído inconscientes.

Los disparos y gritos burlescos del sujeto, seguían mi paso más y más cerca, trataba de arrojar cosas para distraerlo y así moverme a otro sitio que pudiese cubrirme más.

-Estás jugando con fuego policía, este sitio es nuestro territorio, aún si vienen tus colegas a ayudarte, no saldrás con vida- gritaba a carcajadas mientras volvía a cargar su arma.

Aproveché la situación para correr deprisa a las afuera de la habitación donde había caído el arma y rodé al escuchar un disparo detrás de mí.

-Veo que te las ingeniaste para dejar de estar en desventaja, pero no será suficiente contra mí- dijo mientras volvió a apuntar a donde estaba y disparar.

El chico herido, se levantó con dificultad, y le dio un fuerte golpe en la cabeza, haciendo que el sujeto perdiera el control del arma y la botara, pero no cayó al suelo como hubiera querido el chico.

-¡Pequeño mocoso!…- dijo quejumbroso por el dolor. Se las arregló para estabilizarse y le dio al chico un derechazo en todo el estómago haciéndolo toser sangre.

El sujeto iba a volver a atacar cuando lo detuve con una bala impactándole en el brazo.

-¡¡AAhhh!!!- gritó el sujeto mientras corrí hacia donde estaba el chico para levantarlo y arrastrarlo lejos de él.

El chico seguía tosiendo mientras huíamos y no parecía poder correr después de ese golpe, lo llevé a una habitación cercana y me apegué rápidamente a una pared, hice que el chico se agachara y con una mano tapé su boca, para que no hiciera ruido.

Podía sentir los pasos acercándose al lugar donde estábamos, por lo que tensé mi mano con el que tapaba su boca y con la otra recargaba el arma.

Estaba sudando como loco, la tensión me mantenía tan nervioso que podía escuchar casi todo mí alrededor, los pasos, las balas, mi respiración… hasta el ritmo acelerado de mi corazón...

Terminé de cargar la pistola y apunté sin demora a donde se encontraba la puerta, los pasos ya parecían estar al frente, la voz de rabia que producía el sujeto se oía a través de la pared de la cual nos estábamos escondiendo.

El cuerpo tembloroso del chico hizo presión en el mío, traté de ponerme más adelante para protegerlo de cualquier bala que pudiese entrar, y el chico, solo pudo cerrar sus ojos.

La voz de pronto dejó de oírse, las pisadas parecían alejarse por los pasillos y sentía que podía volver a respirar.

No estaba bien seguro que tan lejos se encontraba, por lo que aún agachado, miré al chico para hacerle reaccionar, pero aún seguía manteniéndole callado para que escuchara atentamente mis instrucciones.

-Escucha… soy policía, investigo el caso de tu amigo y estoy dispuesto a ayudarte, necesito que no hagas ruidos fuertes si no quieres que ese sujeto u otros vengan a liquidarnos, ¿entiendes?- susurré mirándole a los ojos.

Él asintió después de quedarme mirando fijamente y se tocó el estomagó con una mueca de dolor. Yo me dispuse a soltarlo y le pregunté sobre su condición.

-¿Estás bien? ¿Crees que podrás moverte hasta la salida?- dije aún susurrando. Él chico movió la cabeza con negación y con pequeños gemidos se apoyó en la pared.

-Yo… aún no puedo irme…- dijo del chico con voz gastada.

-¿Qué dices? Un chico como tú no tiene porqué seguir estando en este tipo de lugar, en la salida te espera Frank quién fue el que me habló de ti, te llevará a un lugar seguro y hará que tengas una atención medica de inmediata- dije acelerado al escuchar tan necias palabras.

-No… Alex,  él… él está…- dijo antes de ahogarse en tos.

-¿Tu amigo? ¿Estás tratando de decirme que él se encuentra aquí?-.

El chico, trató de reponerse y soltó una pequeña expresión de enojo –ese idiota… gracias a su estúpida imprudencia pudimos escapar, pero… esos sujetos no se detendrán hasta atraparlo, debes… ayudar a Alex… si de verdad te haces llamar policía…- el chico se giró para quedar frente a mí y me agarró fuertemente los hombros.

-Por favor… ¡no dejes que Alex caiga en las manos de esos mafiosos!- sus palabras retumbaron por mis oídos, era una sensación extraña… sentía… que esa voz de auxilio no era solamente del chico, mi pasado, la imagen de Lucía volvía aparecer en mi cabeza.

Lo ojos del chico reflejaban mi dolor, me hacía revivir aquella angustia de no poder hacer nada cuando la persona que más quería, estaba en peligro… eso me molestaba… ¿otra vez no podré ser capaz de hacer algo? ¿También este chico sufrirá a causa de mi incompetencia?

Tomé la mano del chico que sujetaba mi hombro y la agarré fuerte para darle un mensaje que pareciera estárselo dando a mí mismo.

-Yo no dejaré que eso pase, te prometo que lo rescataré, si aún mi vida depende de ello- el chico quedó completamente congelado ante mis palabras. Yo me levanté del sitio y avancé a donde estaba la puerta para echar un vistazo de que no hubiera nadie y poder salir.

-Iré a buscarlo, por eso tu ve a donde se encuentra Frank, haré que estos sujetos presten su atención en mí para que te puedas escabullir- después de eso, salí corriendo de la habitación con la pistola en mano y me dirigí a la parte alta de la bodega.

Podía escuchar más personas por el lugar y me detuve hasta ver mis posibilidades de escape, una vez cubierta y analizaba la zona, respiré profundo y disparé intencionalmente a la rodilla de uno de los sujetos.

-¿¡Quién anda ahí!?- gritó uno de los que presenció a su compañero caer de dolor tras el disparo.

-¡Es un policía!- mencionó otro al verme apenas llegó tras escuchar el sonido del disparo.

Una vez llamado la atención, corrí apresurado esquivando las balas que empezaron a ser lanzadas hacia mí. – ¡atrápenlo, que no escape!-.

De repente me convertí en el objetivo de la persecución, podía aproximar que había quince personas tratando de embaucarme, había cometido tanto escándalo que no me extrañaría si su líder se apareciese frente a mis narices.

Le había entregado la oportunidad perfecta al chico para que escapara, con la gravedad de sus heridas, necesitaba que los hombres estuviesen lo bastante alejados para que no siguieran su paso lento.

Pero… no fue solamente por esa razón la que dejé que estas personas me siguieran, hice una promesa, debía rescatar al amigo desaparecido, por lo que tenía que recorrer el lugar hasta encontrar un rastro de él.

Me arrinconé a unas estructuras y comencé a disparar devuelta para defenderme, no podía correr para siempre, tenía que ver la situación con calma, habiendo tantas personas, era cosa de segundos para que me cansara y me atraparan.

Miré por el costado y había un lugar con dos bodegas enormes, pareciera donde se guardan los trasportes o maquinaria pesada, me dirigí ahí con la intensión de perderlos y encontrar a Alex, pero debía tener cuidado, como bien dijo antes ese sujeto, no era mi territorio, estos tipos… son asesinos profesionales, sus armas y su resistencia física eran dignos de admirar.

Me adentré al sitio y una sombra me impactó contra el suelo, era un sujeto de negro con un cuchillo en la mano dispuesto a enterrarlo en mi cuello. Yo rápidamente forcejeé con mis brazos impidiendo que el cuchillo se clavara.

Traté de inclinarme un poco y le di un cabezazo que me ayudó a liberarme de su dominio, otros dos pasos más se escuchaban aproximarse y yo me apresuré para agarrar nuevamente la pistola.

El hombre se percató de lo que iba hacer y lanzó el cuchillo que tenía cercado a mi cadera, el rocé me lastimó, pero no podía detenerme, debía encontrar al chico, tenía que volver con Frank, debía alertar a mi jefe sobre lo que está pasando, como estos tipos hacen estas cosas bajo nuestra vigilancia, es cierto, desde que pasó lo de las joyas, hemos invertido más de nuestro personal a su búsqueda, pero… esto ya pasaba.

Los secuestros, el contrabando, la mafia seguía haciendo de las suyas en las sombras, recorrían España como si nada y nadie de nosotros, podía dar con sus respectivas localizaciones. ¿Estábamos tan ciegos?

Dos hombres se acercaron y me golpearon a mis espaldas, yo me giré con algo de dolor y me enfrenté a ambos esquivando y dando una serie de golpes, pero nada de eso sirvió cuando los otros hombres llegaron y me acorralaron.

Uno de ellos se acercó y tomó mi arma para que no pudiera volver a defenderme, los otros se reían de tan patética había resultado ser mi intromisión, yo sabía que desde el principio las cosas podían resultar de esa manera, pero… por lo menos… ese chico, Guillermo… ¿está a salvo no?

Un hombre de negro que salió detrás de sus compañeros, con una sonrisa burlona y gastada, apuntó su arma contra mi cabeza y empezó a decir.

-Te dije que no tenías oportunidad policía, este es el territorio de los Sicases, el hacerte el héroe no te ayudará de nada- era el hombre de las bodegas, al que habíamos perdido junto con el chico.

Ciertamente me desconcertaba la situación en la que me encontraba, pero… un nombre en especial hizo que mi cuerpo perdiera casi toda las fuerzas… los Sicases… entonces, estos tipos… otra vez habían vuelto a aparecer, después de años… después de ese maldito tormento, otra vez tenía que enfrentarlos… y yo… ya estaba perdiendo.

El hombre mostró una pequeña mueca de dolor a causa del disparo que le había hecho en su brazo y no tardó en nada para mostrar un rostro con sed de venganza hacía mi.

-Lo hiciste bien allá atrás, pero como dicen las buenas lenguas… ojo por ojo ¿no?- apenas mencionadas esas palabras disparó el gatillo bajando hacia mi brazo, donde el impacto hizo que me retorciera de dolor al estar tan cerca.

Los sujetos parecían disfrutar de la escena, les alegraba sentirse más poderosos acabando con un policía, como si sus deseos internos salieran para tomar venganza de todo lo que la justicia había hecho contra ellos, solo que yo era su representante, el que debía pagar aquellas cuentas pendientes que estos sujetos anhelaban fulminar.

-Es suficiente Dave, ya te has divertido con él- retumbó una voz de gran profundidad, una que mis memorias apenas reconocían, pero provocaban un gran impacto en mí.

Saliendo de la multitud, la silueta de un hombre se presentaba a hacerme frente, con unos ojos parecidos a los de un halcón arrinconando a su presa, enormes patillas y con un puro en la boca, despertaba el odio que aún seguía cautivo en mi interior.

-Así que estabas tú envuelto en todo esto… Dalton…- dije al no dudar de su identidad.

-Veo que no eres tan tonto después de todo, muy pocos policías saben mi verdadero rostro, me sorprende que alguien como tu haya podido reconocerme tan fácil, nadie vive para contarlo- respondió con aire irónico.

-Jamás olvidaría a una sabandija como tú… eres la razón de que muchas vidas inocentes se hayan perdido… aún si pasaran décadas… seguiría recordando el maldito rostro del que me arrebató a Lucía-.

El sujeto me quedó mirando sin pronunciar una palabra, disfrutaba de su puro naturalmente como si apenas mis palabras fueran más que brisas que no llegaban a afectarle.

-¿Lucía?... lo lamento, no recuerdo los patéticos nombres de los que no hayan podido ser un reto para mí, ¿era tu noviecita? Ajajaja si quieres podemos arreglar eso ayudándote a volver a juntarte con ella… en el otro mundo- dijo después de partirse de risa.

Mi ira incontenible no podía seguir aguantando tanta basura saliendo de su boca, mató a Lucia y tiene las agallas para burlarse de ello, no podía permitir que el recuerdo de ella fuera pisoteado de tal forma.

-Quieto policía- dijo después de dispararme en la parte donde mis costillas se encontraban.

Mi cuerpo se entumecía de dolor, sudaba frio por tener que lidiar con dos disparos, estaba seguro que el siguiente sería el definitivo.

-No dudaría ningún instante en acabar con tu patética existencia, pero… hay algo que todavía no me para de molestar- dijo acercándose a paso lento y agachándose hasta quedar a mi altura.

-¿Qué haces tú en este sitio? ¿La policía está al tanto de nuestros movimientos?- dijo con un semblante serio.

Yo jadeaba exhausto mientras trataba de encontrar la mejor respuesta, Dalton estaba envuelto en algo más grande y tenía que averiguarlo, me daba igual si después todo fuera en vano, tenía que calmar mi curiosidad, no podía irme tranquilo sin saber de las canalladas que estaba realizando.

-No somos tontos Dalton, sabemos de su presencia, yo solo me encargaba de espiar su escondite hasta que vi movimientos sospechosos, ya he advertido a mi escuadrón del tiroteo, no tardaran en llegar con refuerzos… así que… aunque yo muera… se te hará imposible escapar- dije sin vacilar, realmente no sabía nada, pero quería hacerle pasar estos minutos intranquilo, tal vez pueda soltar algo de su plan, incluso me llegue a contar la razón por la que estos chicos estaban envueltos.

Unos hombres aparecieron a un costado con heridas, estaban algo exhaustos, pero parecían haber controlado el problema.

-Jefe, ya hemos capturado a Alex, lo estamos escoltando en el coche mientras está inconsciente, lamentablemente no dimos con el otro mocoso-.

¿Capturaron a Alex? ¡Maldición!... ya había perdido la oportunidad de poder rescatarlo, la verdad… hasta dudo de si puedo hacer algo más… ya estaba perdiendo sangre y con suerte podía mantenerme consiente.

Pude ver una ligera sonrisa en su rostro y pararse hasta retroceder con sus hombres.

-Bien, lo que menos me interesa es el otro chico… ya tengo lo que necesitaba, pero si realmente es cierto lo que me dices policía… no me queda más remedio que destruirte a ti y toda evidencia… ¡quemen todo!- dijo fuerte como última voluntad antes de marcharse.

Me dejaron en el suelo al ver que ya no podía moverme y sacaron unos líquidos que empezaron a esparcir por todo el lugar.

El olor a bencina no me dejaba respirar con claridad, apenas veía las siluetas de los hombres que salían y recorrían las bodegas mientras que también se llevaban unos cuantos cargamentos.

Yo trataba de arrastrarme a una salida, pero me era inútil, las fuerzas ya se me habían agotado, mis heridas se abrían a acusa de mis bruscos movimientos, por lo que solo… me quedó aceptar mi destino.

Los hombres ya se estaban marchando, un ligero sonido fue lo que incitó a que una ola enorme de calor empezara a expandirse por el suelo.

La bodega estaba comenzando a arder, yo me puse en el lugar más apartado que pude, pero ya no podía hacer más, estaba cansado, el fuego, los disparos y mi enfrentamiento con los Sicases… me habían superado, al parecer ya no iba al volver al cuartel, no volvería a reunirme con Frank para resolver otro caso… y también… no podré cumplir mi promesa.

El fuego se expandía a mi alrededor, mis ojos ya no podían seguir manteniéndose despiertos, el sonido de unas sirenas apenas empezaron a presenciarse, pero mi cuerpo ya había dejado de reaccionar.

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Nop… no es una ilusión xD después de 4 meses… wow… ¡4 meses sin poder continuar! Se ha subido el capitulo ajajaj lo lamento, ya sé me ha escapado de las manos el arreglarme con mi horario, he estado muy mal, incluso iré a un especialista que me ayude porque tengo una gran depresión u.u bueno, pero no quería seguir incumpliendo con lo me gusta hacer, siempre he tenido presente que debo continuar, pero ,as circunstancias no me ayudan, solo espero poder mejorar, que la universidad deje de consumir tanto mi tiempo y también mi trabajo, apenas y duermo 3 horas y para más rematé tengo que superar esta maldita enfermedad de la depresión, que me está destruyendo.

Gracias a todos por esperar tanto, de verdad lamento todo, cuando comencé a escribir… yo estaba mal, no comía, quería morir, pero gracias a su apoyo me dieron ganas de poder continuar mis historias, así hasta que me di otra oportunidad, es difícil, porque no tengo mucho apoyo aquí en mi vida, pero bueno… tenía que sacarlo, este dolor me comía viva y ya no quería seguir callando…

Si alguno de ustedes pasa por lo mismo, de verdad no se aíslen, aún si la gente piense es una molestia escuchar sus problemas, habrá alguien que sí les importa y te ayudará, háganlo por ustedes, ya que esta vida se volvió más agresiva, menos tolerante y más crítica, sean como quieren ser, vivan por ustedes y esfuércense mucho :)

Bueno, dejaré estas palabra, tal vez nadie las lea, pero eso no me importa, necesitaba decirles las razones de tanta ausencia, espero disfruten el capitulo que hice más largo.

Cuídense hermosas personitas.

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Anonymous asked:

Yo sigo esperando capituló.

Q.Q ayy anon haré lo posible por escribir, hasta publicaré doble capítulo para compensar la espera si es posible u.u gracias por leer y ser tan paciente, un abrazo 💜💜💜🐻

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Hace rato no me metía por aquí, extraño subir capítulos u.u, pero mi tiempo me impide darle la dedicación que merecen, aún me gusta wigetta, a pesar de como han llegado hacer las cosas, pero eso no es motivo suficiente para creer que la relación de Samuel con Willy es muy linda, ya sea como pareja, amigos, compañeros o cómplices de secretos que nosotros desconocemos.

Espero volver a escribir y terminar lo que dejé inconcluso, pero para ello, necesito que esa motivación e inspiración vuelva a restaurarse, cuando las cosas en mi vida se calmen y tenga tiempo hasta para dormir.

Tal vez ya no haya gente que lea mis fic, pero no importa, estarán ahí :) y estaré muy orgullosa de poderlos terminar, historias que mis dos YT favoritos me han hecho imaginar.

Cuídense hermosas personas, cuando menos de los esperan habrá una nueva publicación n.n 💜💚

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Time Road fanfic wigetta - CAPÍTULO 9

Martes 13 de junio del 2017, Madrid.

El sonido de llanto y los fuertes brazos que me sujetaban me habían dejado paralizado, hace apenas unos segundos, mi cuerpo se dirigía a un oscuro final impactado por metros de altura, pero… no resultó así, seguía vivo, seguía teniendo mis problemas, mis miedos y mis peores pesadillas seguían aún corriendo ante el reloj, todavía estaba envuelto en este horrible circulo de desgracias, donde por más que tratase de hacer algo, resultaba mal.

-Por favor… no lo hagas… Guille…- al percatarme de la dulce voz que salía entre las lágrimas, me volteé rápidamente al reconocerla.

-… ¿karol? ¿Qué estás haciendo aquí?- dije al verla temblando mientras me sujetaba con fuerza, sus lágrimas no paraban de brotar, su respiración se veía agitada por la fuerza que usó al impedir que cayese del puente.

-Eso… ¡eso yo debo preguntártelo a ti! ¿Qué estabas a punto de hacer? ¿¡Estás loco!? Después de todos estos años negándome estar a tu lado… ¿simplemente me abandonarás? ¡Contesta Guille!- su voz se mostraba alterada, en ningún momento apartó sus manos de mi camiseta por si se me ocurría volver a intentar tirarme.

-Esto… es algo que debo hacer, todo lo que hago está mal, no importa cuánto me esfuerce… yo arruinaré la vida de todos- respondía ante ver mi rostro miserable reflejados en los ojos de mi hermana.

Ella no entendía la razón de mis palabras, guardó silencio mientras seguía sujetándome con fuerza, me abrazaba fuertemente, como si quisiera romper con sus delgados brazos esa barrera que por años nos mantenía alejados, una barrera que construí tratando de protegerla, de mí.

-Ya basta… por favor… deja de verme así… siempre… siempre me muestras esos ojos de culpa, ¿Por qué? No me gusta… me hace sentir… que he crecido siendo una molestia para ti…- dijo de pronto con voz quebrada.

¿Molestia? ¡No! Eso es lo que menos es para mí, pero… ¿cómo decirle? Sé que tan ridícula puede parecer mi realidad, hasta he visto la reacción de ella después de contarle la verdad.

-Eso nunca lo pienses… saca eso de tu mente, tu eres la que más quiero, eres mi hermana… de verdad lamento haberte hecho tanto daño, pero… todo lo que hice… es por tu bien- dije abrazándola fuertemente mientras seguíamos en ese puente, más gente empezaba a transitar y se nos quedaba observando al llamar mucho la atención.

-¿Por mi bien? ¿Qué es lo que piensas que está bien para mí? Jamás me has preguntado lo que yo quiero, siempre me evitas, desde…- dejó de hablar al percatarse de lo que estaba a punto de nombrar, su mirada lo decía todo, Karol era una chica fácil de descifrar, su rostro reflejaba todas las emociones como si fuese un libro abierto, por eso se me hacía difícil mantenerme cerca sin sentirme mal, porque ella me haría recordar que todo lo que estábamos viviendo era por mi culpa.

-Está bien… no tienes que decirlo, no hace falta que los nombres para entender tu punto- dije tratando de que cambiara esa triste expresión, pero no lo lograba, ella seguía con ojos vidriosos llenos de lágrimas e inquietudes.

-¿Por qué? jamás hablamos del tema… ya son 16 años desde la muerte de nuestros padres, apenas los recuerdo, era solo un bebé  cuando ellos estaban con vida, la única familia que me une a ellos eres tú, nuestros tíos, han sido muy amables tratando de darme lo más parecido a un hogar, pero… no era lo mismo… siempre me hiciste falta Guille-.

La gente empezaba a rumorear y hablar a espaldas de nosotros mientras estábamos haciendo tal espectáculo, mi hermana no dejaba de llorar mientras expulsabas sus reprimidos sentimientos.

¿Qué debía hacer ahora? ¿Cómo poder decirle todo sin que me odie? Sin sonar como un loco,  ella no merecía tal sufrimiento, menos cargar con los míos, era mi deber como hermano mayor, pero a pesar de hacer todo a mi alcance… estamos los dos aquí, llorando, tratando de no ser una molestia para el otro, sin poder decirnos tantas cosas por miedo, por destruir nuestra relación de hermanos que era lo único que nos mantenía atados.

Me levanté limpiándome la suciedad del suelo, extendí mi mano hacía karol y la ayudé a que se pusiera de pie mientras limpiaba sus lágrimas.

-Ven… este no es el mejor lugar para conversar- dije en voz baja mientras ella se percataba que muchas personas nos observaban.

Ella asintió y me tomó de la mano cabizbaja mientras nos alejábamos de aquél lugar.

Nuestros pasos eran lentos y silenciosos, miraba de vez en cuando a Karol para saber cómo estaba, pero jamás pudo mirarme a los ojos sin soltar una lágrima, era mi culpa, no quería que ella se sintiera de esa manera, pensaba que al estar lejos ella podría ser feliz, pero… la hice sentir como si no me importara.

Caminamos muchas cuadras hasta dar con un parque no muy lejos de la casa de mis tíos, los ojos de karol todavía estaban rojos e hinchados por lo que preferimos instalarnos en unas de las bancas de aquel parque para poder tranquilizarnos.

Ella sacó unos minutos después, unos pañuelos de su cartera y empezó a limpiarse, no decía nada todavía, era como si me estuviera esperando, pero aún me faltaba valor… a pesar de haber dicho que hablaríamos, estaba aterrado.

-Tu… ¿Por qué estabas en un lugar como ese?- dije primero, estaba nervioso y pregunté lo primero que se me vino a la mente.

Ella decepcionada con mi pregunta, dejó sus pañuelos a un lado arrugándolos para después botarlo en algún contenedor de basura.

-Me quedé a dormir en casa de una amiga, tomé un taxi para irme sola, cuando el chofer me dijo que un chico raro estaba encima de un puente, por curiosidad miré, pero no me imaginé que pudieses ser tú... si no lo hubiera hecho… si tan solo hubiera llegado unos segundos tarde…- decía mientras sollozaba.

Así que bajó apresurada del taxi para poder impedir que me tirase… eso sonaba a algo que ella sin duda haría, Karol siempre fue muy valiente, desde que era una niña siempre mostraba mucha energía y coraje que era algo que yo carecía, para mí era como una clase de heroína.

-Puedo preguntarte… ¿por qué querías suicidarte?- dijo una vez guardados unos minutos de silencio.

Su mirada mostraba miedo e intriga a la vez, era la primera vez que nosotros establecíamos una conversación normal, muchas veces yo me quedaba callado y trataba de no pasar tanto tiempo con ella por temor a que fuera a invadir mis pensamientos, quería que no preguntara sobre el pasado.

-Puede que no lo entiendas bien Karol, hay muchas cosas que no sabes de mí, cosas que te aterrarían y seguramente te terminarían alejando de mi lado- respondí con dificultad.

Ella no parecía entender, su rostro reflejaba más preocupación al decirle esas palabras y no parecía querer decir algo para no interrumpirme.

-Yo… todo este tiempo…- ¿Qué debía hacer?... ¿Decirle? O ¿no decirle? No importa el resultado que hubiera, siempre parecía que después algo malo saldría, yo estaría en un manicomio o seguro estaría sumergido en el alcohol, lo único que me sacaría de mis problemas era la oportunidad de lanzarme por ese puente, pero no ha podido ser, tampoco se me ha concedido esa alternativa, era como si la vida hubiera hecho un complot para jamás verme feliz, mi destino era sufrir.

Karol se me quedó viendo después de que yo dejase de continuar, estaba muy espantado, no quería que me odiara, pero ella quería saber y si no le cuento las razones de las decisiones que tomé, puede que ella siga pensando que no es importante para mí.

-Guille, puedes decírmelo, te prometo no contarle a mis tíos, será nuestro secreto- dijo después de que me perdiera en mis pensamientos.

Yo la volteé a ver y notaba su rostro atento al mío, inocente y decidida con apoyarme y escucharme, de verdad daban ganas de contarle todo, pero… es inútil, ella no sabe la gravedad de mi situación, acabaría huyendo y lamentando el haberme insistido en hablar, la decepcionaría y mi pesadilla se volvería realidad.

-No puedo Karol… lo lamento-.

Ella quedó en silencio después de mi contestación, no quería ver su rostro, sentía que si lo hacía volvería ver en sus ojos el reflejo de mi fracaso, como hermano y como persona, no lograba nada en la vida y lo único que hacía era hacer sufrir a mi hermana, que desastre macho…

Dentro de un rato, Karol se paró de su asiento y se puso en frente de mí, se agachó suavemente y me tomó las manos con mucha delicadeza.

Me negaba a levantar la vista, pero ella se agachaba buscando la oportunidad de hablarme de frente.

-Guille, si no quieres contármelo… lo entenderé, pero… lo que pasó hoy es lo que me asusta… temo que cuando esta conversación termine y me dejes en casa… ya no te pueda ver más, me dejarías sola y con muchas preguntas que me comerán por dentro porque tal vez. Yo tenía la oportunidad de salvarte…- dijo Karol con voz suave y pausada.

-Cuando saliste del hospital, estaba tan emocionada… pensé, ¡por fin! Recuperé a mi hermano, pero… me equivoqué… tú sigues atrapado en la oscuridad y yo por más que me esforzaba… no he podido llegar a ti- unas tibias gotas empaparon mis manos después de esas palabras.

Karol inclinada, sin apartar sus manos de las mías, lloraba devastada, pero esta vez… sentía que lloraba por los dos.

-Yo… estoy seguro que si te cuento la verdad… no llorarías así por mí- solté despacio.

-Lloraría aún si lo supiera, porque… todos estos años has estado sufriendo solo en silencio…-.

Alcé mi rostro y me topé con los ojos vidriosos de Karol, me sujetó con más fuerza y de la nada, sacó una sonrisa temblorosa de sus labios.

-al fin me miras directamente…-.

Yo, ¿Qué más podía hacer? Tarde o temprano, la verdad se iba a revelar, mi voluntad se vio afectada por la dulzura de mi hermana, me era imposible seguir ignorando sus lágrimas, seguir ignorando mi dolor, ella sabía perfectamente que estaba sufriendo, si el día de mañana llegara nuevamente intentar suicidarme, por lo menos… quería pedirle perdón adecuadamente.

-Desde… que nací… yo no pude tener una vida normal como la tienes tu u otros chicos… siempre estaba solo, mirando por la ventana como los demás se divertían- comenzaba relatando ya resignado, mientras que Karol se quedó en silencio dándome absoluta atención.

-La gente del barrio… y nuestros padres, sabían que yo era diferente, pero jamás lo quisimos revelar a toda la familia, pensaban que tal vez con la edad… mi problema se solucionaría-.

-¿Qué quieres decir con eso? ¿Diferente? No estoy entendiendo…- dijo interrumpiendo mi explicación.

Yo sabía que estas preguntas serían frecuentes, pero esta vez decidí respirar profundo y continuar mi versión, sentía que la presión de mi pecho se aligeraba de apoco, a pesar del daño que pueda ocurrir, yo jamás he podido descargar todas mis angustias en alguien, siempre he tenido que comerme todo este dolor, todos estos años.

-Cuando apenas tenía conciencia de mi alrededor, yo descubrí que podía ver cosas que la gente no, algo más allá del presente, podía saber cosas que pasarían con el tiempo… no sabía cómo tomarlo, tenía miedo y se lo conté a mis padres, ellos al principio no me creyeron, pero… cuando pasaba los años, se dieron cuenta que lo mío era algo más que los delirios de un infante-.

Karol, había hecho una expresión extraña en su rostro, pero no me interrumpió, por más absurda que sonaba la historia, ella me escuchaba hasta terminar la última palabra.

-Mi madre fue aceptando mi condición de apoco, hasta el punto de preguntarme siempre lo que había soñado, querían darme confianza para no tener problemas a futuro, porque no era muy querido en mi escuela o en el barrio, no los culpaba, era demasiado extraño que un chico supiera cosas que los demás no, me decían que era un brujo y eso hizo complicadas las cosas para mi padre, me tuvo que sacar un tiempo del colegio y para no atrasarme, contrataron un profesor particular-.

-Los tíos… ¿lo sabían?- preguntó de pronto en voz baja.

Yo agaché un poco la cabeza y contesté rascándome el cuello de forma nerviosa –no… jamás tuvieron la oportunidad de enterarse de mi problema, solo sabían que yo era algo especial, pero no entendían muy bien el por qué-.

Mi hermana miró para los lados aun teniendo esa rara expresión, se veían ocupada en sus pensamientos, tratando de analizar las cosas.

-¿Me estás diciendo la verdad? Porque me enfadaré mucho si piensas que soy tan ingenua para tragarme eso y dejarte ir- dijo algo molesta.

Lo sabía… esa reacción era la que esperaba, mi hermana por más buenas intenciones que tenga… jamás aceptaría una verdad como esta, tan surrealista. Después de todas las cosas que hice para mantenerla al margen, ella creería que esto es otra escusa más para que me dejara tranquilo.

Yo me quedé callado mirando el suelo, mientras que Karol estaba todavía en frente esperando una respuesta.

La gente empezó a pasar más a menudo por el pequeño parque, Karol se paró despacio y volvió a sentarse a mi costado derecho para continuar la charla.

-Está bien, te escucharé… solo te pido… que sean sincero conmigo… aunque sea solo una vez- balbuceó Karol algo cabreada por mi silencio.

Después de eso me quedé algo indeciso si seguir contándole la verdad, ya las cosas estaban poniéndose mal y quien sabe hasta dónde podría llegar… a claro, el manicomio…

-No me vas a creer si sigo- le dije una vez soltado un suspiro de agobio.

Ella me volvió a mirar poniendo las cejas rígidas y cruzada de brazos, se acomodó en el respaldo del banco donde estábamos sentados.

-Si lo haré… si eres serio con lo que dices…- respondió ella.

Ambos quedamos mirándonos de reojo, yo froté mis manos nerviosas y decidí seguir con mi explicación.

karol esta vez no habló para interrumpirme o para hacer preguntas ocupacionales, estaba sentada escuchando seriamente toda mi historia, yo en algunos momentos callaba al no saber expresarme adecuadamente en algunos puntos, pero ella aguardó hasta que volviera a recuperar el aliento.

Sentía que había hablado por horas, veía que la gente iba y venía por muchos caminos diferentes, pero nosotros seguíamos estando ahí, en aquel banco, jamás pensé que me desahogaría por completo con mi hermana, que me estaría escuchando de la forma en que lo hacía, pero aun así seguía teniendo miedo, cuando termine ella tal vez se lo tome a mal, me odie por haberle inventado tal barbaridad, pero ya había revelado mi secreto, debía asumir mis miedos, enfrentar la verdad algún día, yo… estaba dispuesto a dar por terminado mi sufrir,  ya lo que vaya a pasar ahora… era sumamente irrelevante para mí.

Sentí que un estornudo de parte de mi hermana rompió el tenso ambiente que se había creado, cuando ya mi conciencia estaba situada en el mundo real, se había hecho tarde, el frio estaba cayendo y Karol estaba con solo una camisa y short.

-Lo siento, por mi culpa vas a pescar un resfriado- dije parándome rápidamente. Ella alzó su vista y una risa salió disparada de su pálido rostro.

-jajajaja acabas de sonar como todo un hermano mayor- dijo entre risitas sueltas.

-Es porque lo soy…- respondí mientras rascaba mi nuca.

-… oye… sobre lo de nuestros padres… - expresó de pronto Karol bajando la intensidad de la voz.

-No tienes que preocuparte por eso, entiendo que diste lo mejor para tratar de salvarlos, lo del accidente era algo inevitable-.

-¡No!, eso sí se pudo haber evitado, yo fui el causante de que ellos murieran, el sueño que tuve… solo era la premonición de lo que yo les iba a causar, estaba destinado a que yo acabase con su vida- refuté.

Ella me quedó mirando triste y se paró hasta quedar a unos pocos centímetros de mí –no guille… tu… fuiste el causante de darles los mejores días antes de que eso ocurriera, el accidente… iba a llegar tarde o temprano, te quedaste callado soportando ese dolor y quisiste estar cerca de ellos todo el tiempo, eres alguien increíble hermano-.

Con un ligero movimiento, ella me abrazó fuertemente tratando de consolarme.

Nunca antes me habían dicho que era una persona increíble, siempre… viví con la imagen de ser un fenómeno que debía desaparecer, lleno de defectos… unos de los cuales jamás podría mejorar, porque estaba destinado al fracaso… ¿por qué? ¿Por qué entonces ella piensa lo contrario? A caso… ¿no me odia? Después de todo lo que le dije… de todas las veces que la he hecho sufrir… ¿puede darme este abrazo tan dulce?

-Somos hermanos Guille, tu siempre puedes apoyarte en mí, no están nuestros padres… por eso… debemos estar más unidos que nunca y contar nuestros problemas, imagínate si no hubiera llegado a tiempo… ¿Qué sería de mí hermano? ¿Estarías feliz de que yo tuviese que perder a toda mi familia?- dijo sin soltarme.

Yo… ¿Qué estaba haciendo?... todo este tiempo, me he estado cegando de lo que me era importante, las personas que me querían estaban en frente de mis narices, pero mi miedo… mis traumas, fueros capaces de apoderarse de mi mente débil, me hicieron ver que yo era el que hacía daño si estaba cerca, pero no… lo que los lastimaba… era mi indiferencia, mi lejanía… mi soledad.

Mis manos temblorosas ya no se veían petrificadas, tenía ganas de corresponderle el abrazo adecuadamente a Karol, ese abrazo que yo debía entregarle cada noche antes de que nos fuéramos a dormir, ese el que no podía darle cuando se lastimaba por jugar cuando éramos niños o simplemente cuando quería consuelo al pelearse con una amiga.

-Lo siento Karol… de verdad no sabes cuánto lamento haberte dejado sola, también el no haber sido capaz de ayudar a nuestros padres, lamento haber llegado tarde al juicio, lamento tantas cosas… que posiblemente me tarde una eternidad en poder remendarlo, pero… lo que jamás podré perdonarme… es haber sido tan tonto como para perderme lo mejor de ti-.

Esa tarde la pasé por completo con mi hermana, estuvimos un buen rato en aquel parque, hablando de mis sueños, de los problemas monetarios que tenía, sobre cómo le estaba yendo en la elección de universidad y también… hablamos un buen rato de nuestros padres.

Eran horas preciosas que me hicieron olvidar completamente de la angustia que tenía en mi pecho, me hacía pensar… que lo del manicomio solo sería un horrible sueño, que todo lo que había vivido en ese lugar… podía cambiar… si es así… entonces… ¿Qué es lo que en verdad me va a ocurrir?

Nos paramos y paseamos hasta una tienda de abarrotes para comprar unos helados que a KArol se le habían atojado, me invitó con el dinero de su mesada, pero le juré que se lo devolvería cuando encontrara un trabajo… lo cual hizo que se pusiera muy feliz.

-Me alegra de que estés pensando en el futuro- dijo después de darle una lamida a su helado.

¿El futuro? Yo… ¿pensar en mi futuro? Qué no acaso todo este tiempo… ¿he estado huyendo de él? Mis sueños, el accidente, el qué dirán de las personas que más me importaban… todo eso hacían que me negara a velar por un buen futuro, no importaba el que yo viera lo que estaba por venir, lo que no tenía… era el coraje para poder enfrentarlo.

¿Sueño? ¿Realidad? ¿Futuro? Todos esos conceptos se mezclaban en mi cabeza alejándome del camino correcto, esta semana… fui consumido por la desesperación y la tristeza, me hicieron despertar nuevamente aquel don que por muchos años traté de detener, había perdido el control.

-Guille, se está oscureciendo, vámonos a casa- dijo mi hermana agarrándome del brazo para arrastrarme.

-Karol… yo ya no vivo con mis tíos… además… puede que ellos no piensen como tú- dije algo temeroso.

-Todo estará bien, mi tío lo único que quiere es que regreses, nunca estuvo de acuerdo cuando te mudaste a ese barrio, estaba realmente preocupado por ti, también mi tía- dijo mientras seguía arrestándome.

-Eso… creo que no es del todo cierto…-dije apenas como un susurro, seguramente ni mi hermana se hubiera dado cuenta de que lo dije.

En mi cabeza todavía tenía la imagen de aquella cena que pasaría en el futuro, donde mi tía aún evitaba estar cerca de mí, me era imposible imaginarme que ella se preocupara al mismo nivel que mi tío, después de todo… yo le arrebaté a su hermana.

Llegamos a la puerta y mi hermana llamó al timbre con una amplia sonrisa.

-¿Por qué tocas? ¿Que acaso no tienes llaves?- pregunté extrañado.

-Claro que las tengo, solo quiero que alguien nos reciba- respondió sin alejar la brillante sonrisa de su rostro, de cierta forma… me alegraba verla así.

Unos minutos más, nos abrió la puerta mi tío que ya había llegado de su trabajo, mi hermana le explicó mi situación y él feliz me aceptó devuelta.

Pasamos un buen rato conversando hasta la hora de la cena, mi tía aún no parecía cambiar, no me extrañaba, pero… debo admitir que ya no me es tan incómodo como antes, tal vez… ¿es porque mi hermana me está apoyando?

Ahora ya no sentía una pared invisible que me mantenía alejado de mi familia, era como si por primera vez, veía con claridad…

-Por cierto hermano, lo de tus sueños-.

-shhh…- me apresuré a interrumpir.

Mis tíos se miraron extrañados por lo que acababa de suceder, yo estoy feliz de que mi hermana sepa sobre mi problema, pero… no quería molestar más a mis tíos, algún día podré aceptar mi condición y saldré adelante por mí mismo, el decirle de mis sueños podría llevarme de nuevo a sesiones de terapia a petición de mi tío y lo mejor sería que esto solo lo supiéramos mi hermana y yo.

-¿Sueño?- preguntó de pronto mi tío con una ceja arqueada.

-Es que… no nada, últimamente no he estado durmiendo muy bien, se lo comenté a mi hermana, pero de verdad no debería preocuparse por eso- respondí nervioso.

-Oh... deberías descansar entonces, tu apartamento nunca me pareció del todo cómodo, pasas frio a menudo ¿cierto? Tu habitación la ocupábamos para los invitados, por lo que tratamos de mover la menor cantidad de cosas posibles- dijo mi tío.

-¡Ah! ¡Yo le arreglo la habitación!- dijo mi hermana después de correr a toda velocidad a las escaleras.

-Las sabanas limpias están en closet de al medio- gritó mi tía para que mi hermana pudiera oírla.

Yo me apresuré de comer hasta el último bocado de mi plato y agradecí la cena, mi tío se paró junto conmigo y me escoltó hasta mi cuarto mientras me contaba lo que le había sucedido en el trabajo, era como si los años que yo había estado fuera se hubieras esfumado, parecía todo tan normal… que me preocupaba si no era más que un sueño más… que todo lo que había pasado era una más de mis predicciones a futuro y cuando despertara… estaría nuevamente sumergido en la basura, tirado en el suelo de mi apartamento con una botella de alcohol en mano, era casi imposible imaginarme que algo bueno por fin estaba ocurriendo.

Llegamos al cuarto y mi hermana había terminado de alistar mi cama, despejó lo que más pudo para que yo pudiera tener espacio para sentarme y ocupar el escritorio, mañana me ayudaría a reacomodar las cosas a sótano para que pareciese nuevamente una habitación decente.

Karol y mi tío al darse cuenta de la hora, se despidieron y me dieron las buenas noches, se les veía a los dos muy contentos de tenerme en casa como antes, era como si hubiera retrocedido en el tiempo… todo me parecía tan nostálgico…

Me dirigí al baño y aproveché de tomarme una ducha antes de dormir, en todo el día no había tenido la oportunidad de hacerlo y debía sacarme el olor a cerveza y cigarros que mi ropa impregnaba.

Después de eso… me fui directamente a la cama, era como si la imagen del día que había estado en la cena… se me hubiera presentado en ese mismo momento, pero… eso ocurriría el miércoles y hoy…

Inquieto, me enderecé para agarrar el móvil de la cómoda y le eché un vistazo al calendario. Martes 13 de junio del 2017… era un día antes… pero… ¿Qué es lo que sucederá ahora? ¿No acabo yo… de cambiar el futuro?

Todo lo que había hecho hasta el momento, había sido en la realidad donde mi hermana y yo aún no habíamos conversado… donde yo todavía frecuentaba a los amigos de Josué, pero todo eso ahora cambió, estaba tan decidido de suicidarme en ese puente que quise desconectarme de todo esos lazos… no estuvo en mis planes que mi hermana me interrumpiera… y eso hizo que ahora las cosas fueran de esta manera… yo… realmente no sé qué pensar ahora…

Miraba detenidamente aquel calendario, como si quisiera que me diera la respuesta de todo, la razón de porqué estos días eran tan importantes, ¿por qué me mostró dos realidades completamente opuestas?… ¿Cuál era mi verdadero futuro?

-¡Guille, mañana te levantaré temprano!- gritó mi hermana desde el pasillo.

Eso hizo que mi mente espabilara y dejara de lado el celular, apagué las luces y traté de cerrar mis ojos para poder dormir… o por lo menos tratar.

El día transcurrió tan rápido… hubieron tantas revelaciones que aún seguían dando vueltas en mi cabeza. Me era imposible todavía asimilar que contaba con el apoyo de mi hermana, que nuevamente estaba durmiendo en casa de mis tíos… después de años… yo simplemente me negaba a creerlo.

El viento frio de la noche comenzaba a notarse, me arropaba hasta el cuello acurrucándome de manera fetal, mis ojos lagrimeaban de sueño al sentir el suave tacto de la almohada, todo era tan cómodo… muy diferente a mi apartamento… donde apenas y dormía en un chonchón usado.

Sin duda… el sentimiento reconfortante era increíble, pero había algo que todavía me incomodaba… y eso era Samuel, ¿Por qué habré soñado con él? Yo… jamás lo he visto en mi vida… y ahora me cuesta creer que en realidad llegaré a conocerlo…

En el otro futuro, Samuel no estaba…. Tampoco Victoria, era como si todo hubiera sido parte de mi imaginación… una realidad que me creé en base a mis penas, puede ser que… cuando vi a esa niña con su padre en la calle… ¿me motivó a querer experimentar lo mismo? un cálido hogar.

Pero… ¿con un hombre? ¿Por qué? Todavía no le encontraba lógica… aunque debía admitirlo… cuando estuve en aquel hospital psiquiátrico… lo único que tenía en mi mente era su imagen… como… si fuera una clase de cobijo el cual debía tener, como si por derecho fuera mío…

¿¡Que estoy pensando!? Es absurdo… soy un chico ¿no? Cómo es que alguien tan ajeno a mí… puede hacerme contradecir sin siquiera tenerlo en frente… es… realmente problemático…

Samuel… ¿eres realmente mi futuro?... entonces… ¿Por qué dejé de soñar contigo?... ¿seré capaz… de volverte a ver?... esta vez… me gustaría pedirte perdón…

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como cuando entras al tag wigetta...

xD ¡He vuelto babys! La universidad, el trabajo y cuidar un niño (que no es mío) no es fácil xD tengo que hacerme un tiempo para escribir, pero termino muerta jajaja bueno… quería recompensar haciendo este cap mucho más largo que otros, tiene como cinco hojas más creo xD espero les guste…. Ya que está llegando a su fin! Chan! Solo quedan alrededor de 4 capítulos más u.u

Por cierto, pequeño inciso… *enserio… ¿cuál es el problema con el tema de willytina? o como sea el shipp o la relación, WIGETTA ES WIGETTA Y PUNTO, de verdad que no me interesa encontrar cosas que no son del tag…por algo se llama así xD* soy lo suficientemente madura como para saber que es real y no, si me gusta el Shipp ¿Cuál es el problema? Dejen vivir en paz por favor, <3 todos tenemos derecho a que nos gusten diferentes cosas y no porque ahora se presenten novias… tengan que obligarlas a “abrir los ojos” por dios… ¿creen que eso es maduro de su parte? Así como existe el azul, el rojo, el rosa, etc… ¿está mal que me guste el verde y el morado juntos? Yo sigo en el fandom wigetta y me da igual si Willy se casa o tenga hijos ajaja

Bueno, cosas aparte xD espero tengan todos una linda semana, hagan el amor y no la guerra que la vida es una sola y para amargarse… puff… de verdad que no vale la pena y su tiempo :) cuídense y disfruten.

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reblogged

In a Heartbeat - Animated Short Film (2017)

A closeted boy runs the risk of being outed by his own heart after it pops out of his chest to chase down the boy of his dreams.

© Beth David and Esteban Bravo 2017

It’s here! After a year and a half of hard work, we are both so excited to finally share our film with you. Thank you all for your support and encouragement - this film means the world to us, and your kindness and enthusiasm has made this journey all the more meaningful. It is our great pleasure to share with you this labor of love, and we hope with all our hearts that you enjoy watching it as much as we did making it.

<3

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bethdavid

Here it is! I’m SO EXCITED to finally share the film that I made with my friend/clone/partner in spline, Esteban Bravo, during our last year and a half at Ringling.

Thank you everyone for all your support throughout the making of this film! I’ve expressed time and time again how much this project means to me and how personal it is for both of us. We are so happy to know that we have the support of friends, family, and perfect strangers alike. 

ENJOY!

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trotupandyz4

It's... Amazing 😍😍😍💕💕💕😭😭 really, great job! 👏👏👏👏

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problemas técnicos- fanfics

este es un pequeño aviso para las persona que han estado leyendo mis fanfic, últimamente he tenido muchs problemas para continuarlos, pero aún sea una vez al mes, me hago un tiempo para seguir escribiendo, este último mes no hubo, ¿por qué fue? el computador que uso para hacer mis manuscritos no lo pude ocupar, mi hermana se le dañó el suyo y tenía que llevarse uno para su trabajo u.u así, cuando llegaba lo hacía tarde y con lo cansada que estaba apenas y podía escribir sin quedarme dormida, ahora, he podido solucionar su pc, llamé a un primo mio porque me era imposible seguir así, su pc vuelve a funcionar y aproveché de sacar todos mis datos y manuscritos que tenia en ese notebook por si volvia a ocurrir algo así.

ahora podré continuar las historias!!! wiiii, pero igual será casi dos cap por mes xD aunque trataré de hacer más.

eso, solo era un aviso u,u perdon si les quité algo de su tiempo, y gracias <3 tengan un lindo día n.n

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reblogged

¿Qué es el amor? Parte 37// fanfic Wigetta

Guillermo y Samuel se encontraban en uno de los pasillos de la casa de la familia “De Luque”, ambos estaban alagándose y ruborizándose ante los comentarios que soltaba su pareja, y a pesar de que se decían cosas dulces a diario nunca dejaban de sentir mariposas revoloteando en sus estómagos. La abuela de Samuel escucho las voces de aquellos jóvenes y sonrío de inmediato, desde el primer momento que supo las preferencias de su nieto lo acepto, el amor es amor ¿no? Y a ella le hacía ilusión que su pequeño tuviera pareja.

-¿crees que podrías encargarte de apagar el horno cuando suene el reloj querida? Me parece haber escuchado a Guillermo y quisiera saludar a nuestro invitado.

-no hay problema mamá, ya lo apago yo.

La mujer mayor se guió por las voces y no tardó en encontrar a la pareja, soltó una risita silenciosa al observar la escena: su nieto acariciaba los mofletes de Guillermo mientras que el le susurraba algo que ella no logró escuchar.

-¡hola Guille!-exclamó la mujer, haciendo que ambos se sobresaltasen-oh, lamento interrumpir pero quería saludar.

-no hay problema abu, ya íbamos camino al comedor.

-oh claro, ya lo veo-comentó con una sonrisa-os esperare allá, con tu madre samuelito, se supone que tu padre llega en unos minutos, será mejor que no os pille aquí solos.

Pilar; la abuela de Samuel, se marchó a la cocina de nuevo, dejando a los dos mejores muriendo de vergüenza, ¿los había visto besarse? ¿O solo los vio muy cerca el uno del otro? No importaba, les daba pena a ambos, sobretodo a Guillermo que no podía dejar de temblar.

-sigo sin entender porque te has puesto así, ya conozco a toda tu familia y no estaba tan nervioso como tú, estoy apunto de llamar a los de los récords mundiales y mostrarles al vibrador humano.

-ja ja ja, eres un cómico nato-murmuró Guillermo-discúlpame por no haber nacido con tu don.

-¿cuál don? Pero que dices tío.

-el de caerle bien a todo el mundo, no es broma que puedes estar parado ahí sin hacer nada y te van a amar, yo en cambio uf, soy la persona más tímida del mundo y no me aman con solo verme.

-yo creo que estás exagerando cariño, y además mi abuela te adora, ¿no lo notas?

-se qué le agradó pero no puedo evitar tener miedo.

-¿miedo? ¿A qué?

-a cagarla y dejar de agradarle, yo apenas y conozco a algún familiar tuyo y no sé si les agrade.

-claro que les agradaste guille, quieren que vayas a las comidas familiares y aunque tengas miedo ahí estaré yo, además, me importaría muy poco si mi familia te odiara pues eso no cambiará lo mucho que te amo.

El menor de la pareja se ruborizó y beso la mejilla del mayor, seguidamente tomó su mano y comenzó a avanzar destino a la cocina, el padre de Samuel no tardaría en llegar y comenzaba a oler a comida, eso significaba que la cena estaba lista. En el comedor la mesa ya estaba puesta; con manteles, cubiertos, vasos, y platos, al ser rectangular alguien tendría que sentarse en la cabecera de la mesa, esa fue la abuela de Samuel que decidió sentarse ahí para poder observar a su hija y a su yerno, y a la vez observar a su nieto y al novio de este, no recuerda haber visto una sonrisa así en su pequeño Samuel, ¿desde cuando apareció ese chico en la vida de su nieto? ¿Cómo logró cambiarlo tanto? No lo sabía pero le gustaría averiguarlo en esta cena.

-es un gusto tenerte aquí Guillermo-comentó la madre de Samuel cuando finalmente se sentó en la mesa-siempre serás bienvenido aquí.

-lo mismo digo Guillermo-comentó el padre de su pareja al servirse un poco de pasta-se respira un aire alegre cuando estás aquí.

-muchas gracias a ambos por recibirme.

Las cinco personas que estaban en esa mesa comenzaron a servirse comida, esta vez las dos mujeres que estaban en la casa prepararon: fusilli con queso parmesano, filete de cerdo, tortilla de patatas, y un poco de cocido madrileño; esto sin contar el postre, de algo no cabía duda, en esta casa nunca falta la comida. Al principio de la cena poco hablaron la pareja de jóvenes, los que más entablaban conversación fueron los adultos, hablaban sobre temas típicos: familia, política, y algún comentario sobre deportes, claro está que tanto Guillermo como Samuel aportaban algunos comentarios pero se limitaban a escuchar y a de vez en cuando tomarse de la mano debajo de la mesa, finalmente cuando todos estaban por terminar sus platos, Pilar; la mujer más mayor de la casa, se dispuso a preguntar sobre la repentina relación de Samuel y Guillermo.

-¿podría preguntaros algo?-dijo dirigiéndose a los jóvenes-si no hay problema claro.

Ambos se miraron confundidos pero asintieron, ¿que era lo que podría inquietar a aquella mujer mayor?

-claro abuela, puedes preguntarnos lo que sea.

Guillermo busco por debajo de la mesa la mano de su novio, no tardó en encontrarla y la tomo con fuerza, estaba nervioso, aún seguía sin entender porque lo estaba si los pocos integrantes de la familia de Samuel que lo conocen lo adoran, y nunca tuvo problemas con la familia de Alonso tampoco, ¿tiene miedo a arruinar todo? Sí, y demasiado.

-¿como os habéis conocido? Que cuando mi marido murió ya te había visto con Samuel en el pasillo de hospital pero creía que erais amigos.

-soy nuevo en la ciudad de hecho, soy de un pueblo no muy lejos de aquí, por ciertos problemas nos mudamos a Madrid y entre en el mismo instituto que Samuel.

-al principio no le agradaba nada, es más, creo que me odiabas pequeño.

-¡no seas exagerado!-exclama Guillermo ruborizado, jamás le había llamado por apodos frente a su familia-simplemente no me agradabas y ya, pero como por obra del destino nos tocó en un proyecto de clase juntos.

-y comenzamos a pasar día y noche juntos, comencé a caerle bien pero lo que él no sabía es que me enamore desde el primer instante en que lo vi y el tema del proyecto fue la mejor noticia que me pudieron dar, así que termine enamorándolo con mis encantos y le pedí que fuéramos pareja.

-si es que te encanta echarte flores Samu-comentó Guillermo entre risas-la verdad es que me pareció guapo cuando lo vi y bueno conocerlo mejor me hizo darme cuenta que pensé mal de él, además karol lo amaba entonces no tuve más remedio que soportarlo.

-¿pero que dices chaval? Si te agradaba tenerme ahí en tu casa.

Pilar observa sonriente a los jóvenes, se ven tan bien juntos, y se nota a distancia que se quieren.

-¿y cuánto lleváis juntos?

-ocho meses, en una semana cumpliremos nueve.

-¿tan rápido?-comentó la madre de Samuel sorprendida-oh lamentó mi comentario pero no lo sabía, se me ha pasado el tiempo volando.

-a mí también se me ha pasado rápido-murmuró Guillermo-tenía miedo de que no durarán las cosas con Samuel, todo es muy bello para ser verdad pero él me ayudó a no tener miedo.

Eso dejo sin palabras a todos, pero no en el mal sentido, a todos les parecía dulce la manera en la que Guillermo se expresaba de uno de los integrantes de la familia De Luque.

-hacéis muy buena pareja, ¿lo saben no?-comentó pilar-se nota que se quieren y cuentan con todo mi apoyo, es difícil encontrar jóvenes que se amen de esa manera y más en estos tiempos donde parece que olvidaron lo que es querer de verdad, espero que duréis juntos toda la vida.

Ambos jóvenes se miraron y sonrieron, ninguno de los dos se imaginaba una vida sin estar juntos, eran felices así, y esperaban que la abuela de Samuel tuviera razón y estuvieran juntos para todo la vida.

-¿creo que es hora del postre no?-comentó la madre de Samuel-hemos preparado unos buñuelos que están para chuparse los dedos.

-tienes razón querida, hace falta algo de dulce en esta mesa, ¿Samu querido? Puedes ayudarme a recoger los platos y traer unos más pequeños para el postre.

-claro que si abuela.

-¿te ayudo Samu?

-no no guille, tú eres el invitado, quédate aquí con mi padre.

Durante unos minutos Guillermo y el padre de su pareja se quedaron a solas en el comedor.

-quisiera darles las gracias Guillermo.

-¿a mi? ¿Por qué?

-Samuel nunca hubiera aceptado cenar en familia tan seguido, no le agradaba salir de su habitación y pasaba poco tiempo en casa, la verdad es que yo tampoco era el mejor padre del mundo pero ha decir verdad nuestra relación ha mejorado y sé que parte de ello es gracias a ti.

-oh, no sé qué decir señor, me alegra bastante saber que he ayudado en eso.

-no tienes que decir nada Guillermo, solo quería decírtelo, y llámame Carlos, señor es para los que no son mis amigos ni les tengo cariño y a ti si te aprecio.

Continuaron hablando un poco sobre las actitudes que tenía Samuel hace un año y las que tenía ahora, Guillermo se daba cuenta cuanto había cambiado su pareja y el casi no se había dado cuenta.

-¿de que tanto habláis?-preguntó el joven que había sido tema de conversación segundos antes-¿no será de mi?

-¿pero que dices? Hablamos de deportes-respondió su padre con una sonrisa.

-si sois unos mentirosos, que Guille prefiere ver la pintura secar antes que ver un partido de fútbol.

-que no, que he comenzado a ver fútbol con mi padre y con Karol.

-¿ah si? ¿Y de que equipo habéis hablado?

-del Madrid-respondieron Guillermo y su padre al unísono.

-ya claro, ¿atlético o real?

-real.

-atlético.

Ambos se miraron y comenzaron a reír, era obvio que hablaban de él pero no lo querían admitir.

-vale que si, pero no decíamos nada malo de ti.

-ya os conozco, ya averiguaré sus secretillos-comentó Samuel divertido mientras acomodaba los platos-ya vienen mamá y la abuela, ya sabéis lo perfeccionistas que son.

Ambas mujeres entraron al comedor unos minutos después, una enorme bandeja llena con buñuelos apareció en la mesa.

-¡se ven deliciosos!

Y vaya que lo estaban, Samuel rompió su pequeña dieta por comer más buñuelos de la cuenta, Guillermo pidió llevarse un par a casa para darle a Karol y a sus padres aunque él se comería uno también. Esta vez Guillermo y Samuel participaron más en la conversación, el joven Díaz parecía menos nervioso que al principio, y lo estaba.

Al terminar el postre continuaron hablando, riendo, y bebiendo café que preparó el padre de Samuel, el reloj avanzaba, hasta que sin darse cuenta ya eran las 10 p.m.

-creo que tengo que volver a casa, mañana tenemos clase y seguro que mi madre estará preocupada.

-vete con cuidado Guillermo, avísale a Samuel cuando llegues para que él nos avise.

-claro, gracias por la cena y por recibirme, los veo luego.

El joven de cabello oscuro se despidió de la familia De Luque, su pareja lo acompaña hasta la puerta de su auto y lo besa, despacio y con delicadeza.

-estuve aguantándome esto toda la tarde, te ves tan bien con esa camisa cariño.

-tú te ves bien siempre amor-algo se removió en el interior de Samuel, siempre que le llamaba así se sentía mejor-mañana es viernes, ¿te aparece ir al cine?

-solo si yo escojo la película, las que te gustan a ti son muy malas.

-acepto, te veo mañana en clase.

Y un beso de despedida, con las manos de Guillermo enredándose en el cabello de Samuel y las manos de este en la cintura del menor, sus lenguas cruzaban y sus labios no se separaban de un centímetro, la abuela del mayor los observo por la ventana y sonrío, no cabía duda, su nieto estaba enamorado.

-te amo, no lo olvides.

-yo te amo más cariño, sueña conmigo.

-siempre lo hago-murmuró acercándose a sus labios de nuevo-y esos son mis mejores sueños.

El mayor volvió a su casa, no le sorprendió que su abuela estuviera esperándolo, ya estaba preparado mentalmente para las preguntas.

-¿por qué no me lo contaste antes?

-¿qué cosa? Que salía con Guillermo o que me gustaban los chicos.

-ambas cosas, aunque a decir verdad lo de los chicos no me sorprendió tanto.

-¿y eso por qué?

-eres un joven apuesto Samuel, y no lo digo porque seas mi nieto, y ya me parecía un poco extraño que no tuvieras novia.

-¿entonces no te molesta que no sea como mis demás primos?

-¡para nada! Me gusta más como eres tú, a ellos les he conocido pocas novias y no duran mucho con ellas, además en ellos no veo el brillo que veo en ti, pero no se los digas que enfadan conmigo.

-¿y si te agrada guille? No le digas que te dije pero estaba muy nervioso, no quería caerte mal.

-¿caerme mal? Pero si ese jovencito es un amor de persona, y me resistí toda la noche para no estrujar sus adorables mofletes.

-¿a que es mono? A él no le gustan tanto pero no me canso de decirle que es guapo tal cual es.

Mientras que esa conversación transcurre Guillermo está llegando a su casa, aparca el coche frente a su jardín y atraviesa el camino que guía a la puerta de su casa, la abre y se topa con alguien que creyó que jamás volvería a ver.

-¡Guillermo! Que gusto me da verte, la pequeña Karol me ha dicho que habías salido y decidí esperarte, espero no te moleste.

-Eh… ¿qué? ¿Que haces aquí?

-tenía que hablar contigo, se que ha pasado un año ya pero era urgente…

• • • • • • Seguro que no tienen ni idea quien ha llegado a casa de Guillermo, mientras público este, ya empece a escribir el siguiente capítulo, espero les haya gustado, ¡Buen Día!

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trotupandyz4

:o quien será? Estoy ansiosa por seguir leyendo, me gusta como está quedando la historia, saludos

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Heyyyyy! ¿Cómo está todo? Espero que bien, me pasaba solamente para saludar, y preguntar cuando subirás más de tus historias (las dos me fascinan) Que tengas un increíble día bella!

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Oh gracias por el saludo linda 💕 tanto tiempo.Bueno, he estado muy complicada este tiempo y los ánimos tampoco me han ayudado, trataré de hoy escribir un cap, todo depende si puedo terminarlo el mismo día. muchas gracias por tu apoyo, también me encanta cómo escribes, espero que también tengas un buen día, el mío partió con una despedida de alguien que quería mucho, pero sé que estará mejor ahora y eso es lo que debo tener en mente. Cuidate, un abrazo enorme 💕😘

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Como puedo ver todos los capítulos seguidos?¿

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Por Wattpad :3 los he subido todos ahí https://www.wattpad.com/user/OisaVoice 💜n.n un abrazo enorme 💕💕

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