A veces lucho contra mis propias definiciones, contra los mensajes que dejo de lado, con los sentimientos que guardo en el pecho porque si los dejara salir sería un histérico incompetente, porque me emociona sentir y estoy desgastado de recibir simples entes sin voz, que no viven.
Corro desesperado en mis sueños, perseguido por las sombras de ideas que quedaron medio olvidadas, que buscan en el invierno de interminables años regresar a mi como un eureka mal detallado, pero no entiendo el porqué.
El porqué esto viene como un caudal del río de mi corazón, desbordado intensamente hasta que llega el momento donde la corriente se disuelve, para dejar de estar, cuantos pensamientos e ideas se habrán quedado perdidos en lo que pudieron ser, en las páginas de una nota digital en medio de todo el olvido, en búsqueda de ser ese todo maravillosamente hermoso pero quedando en ese tal vez que nunca fue pero se intentó.
-Dragon de colores