⚪ (de Arturia para su reina etiope)
⚪ My muse joining yours in bathing
Sus ojos voltearon a ver, en busca de aquella persona que entró en los baños, no le importaba para nada bañarse con otras mujeres, en Etiopia, incluso siendo Ortodoxos, las mujeres tomaban duchas juntas, cortas y concisas porque el agua siempre escaseó. Muy diferente a ese lugar, que casi tenían lagos enteros para bañarse y de agua caliente agregando.
Pero nada le hizo esperar que la rubia rey de los caballeros fuera aquella. Y que estuvieran las dos solas, desnudas, en un baño caliente.
- — H-Hola… — -
Habló mientras le veía a la cara, y desviaba la mirada, y le veía a la cara, rezando en su cabeza todas las oraciones que conocía para evitar la tentación de mirar ese cuerpo musculoso que ella tenía.
La Saber sonrió y mirando a la reina con apreciación se terminó de quitar la toalla antes de entrar al agua caliente del lago- Hola, ¿Pasa algo, Miss Lalibela? -preguntó con ligera preocupación mientras se soltaba el cabello y se relajaba en el agua.
Estaba ya acostumbrada a bañarse con otras chicas, la mayoría amables (aunque siempre que podía evitaba a todas las Alters), pero esperaba no incomodar a la reina con su presencia.
- — N-no… no pasa nada… — -
Comentó suavemente mientras se refugiaba un poco más a fondo en el agua, dejando que su vista se perdiera, inconscientemente, en la sonrisa ajena. Cuando notó que no la dejaba de mirar a los ojos y a los labios, habló nerviosa.
- — Hoy es un día frió ¿No? — -
- — No hay nada mejor que un baño caliente … — -
Había hablado con elocuencia toda su vida siendo rey, predicado la palabra de su dios y su mesías sin complicaciones ¿Por qué ahora se ponía tan torpe solo porque la contraria estaba su lado?
- — No tienes que usar el “miss” Basta con Lalibela… Somos iguales… — -
Miró por unos segundos a la mujer y sintió una vez más la curiosidad que siempre tenía al verla. Era tan hermosa y tan diferente de ella que su mente siempre vagaba demasiado cada vez que se encontraban y más de una vez miró sus labios preguntándose si eran tan suaves como parecían. Toda ella parecía suave y cálida, y Arturia no lograba sacarse esa idea de la cabeza... menos cuando se la encontraba de forma tan incidental en semejante situación y Lalibela también parecía tener mucha atención en su persona.
-Eso parece, aunque aquí no parecen haber estaciones como tal hay días más fríos que otros -admitió sumergiéndose en el agua y suspirando de gusto- ciertamente, no hay nada mejor. A veces me gustaría estar aquí para siempre -murmuró en un pequeño arranque de honestidad. Era fácil ser sincera con ella- ¿A ti no? -preguntó de pronto con interés antes de negar mientras se peinaba el cabello suelto con los dedos- Somos iguales pero me gusta ser respetuosa, Miss Lalibela. A menos que le incomode que le llame así, ¿Es ese el caso? ¿Prefiere que le llame Lady? -inquirió una vez más, ésta vez con algo de preocupación de estarla molestando.