“Todos quieren ser la musa, pero nadie quiere involucrarse a fondo en las penas del poeta.”
Me he enamorado cuatro veces en mi vida, un fotógrafo, un actor, un poeta y un músico.
El primero contemplaba cada pequeño detalle a su alrededor, podía encontrarle la belleza a cualquier cosa; Después de un tiempo logré entender que él jamás me había visto.
El segundo podía adaptarse a cualquier escenario que se le pusiera enfrente, capaz de controlar todo tipo de situación; terminé aprendiendo todos sus diálogos de memoria, después de la toma número sesenta y nueve se marchó.
El tercero susurraba a mi oído versos que lograban estremecer todo mi cuerpo, jugaba con las tildes, las comas y los puntos, terminé sin saber quien era la musa de la que hablaba, además mentía jodidamente bonito.
El cuarto me tocaba una y otra vez, deslizaba sus dedos sobre mi piel, sin pausa, me hacía sentir si, la, sol y re. Semanas después decidió comenzar a dominar otros instrumentos.
Tú fuiste todos
Me duelen los ojos, me duelen la dientes, me duele la mandíbula y la nuca también. Me mata la espalda, mi barriga se siente pesada, mis brazos están llenos de heridas y mis piernas no quieren funcionar.
Estoy agotada, cansada.
Estoy inquieta, nerviosa.
Ya no sé si el estrés me provocó la ansiedad o la ansiedad me provocó el estrés,
solo sé que quiero descansar pero descansar me agota aún más.