A pesar de las sinceras palabras del otro, Minho todavía no podía frenar las lagrimas que salían de sus ojos. En parte se debía a la acumulación de sentimientos, aquellos que buscó reprimir por unos largos dos años y que ahora finalmente volvían a resurgir tras haber visto a su dueño, porque aunque quisiera negarlo y seguir adelante, lo obvio era que aun estaba perdidamente enamorado de Jaehyun.
Apenas escuchó los pasos de su ex-novio alejarse, se sentó al borde de su cama con esfuerzo y de manera automática (aunque un poco torpe por su estado) empezó a quitarse el pantalón junto a las zapatillas que traía puestas, quedando con la camisa holgada que traía puesta y los shorts, regresó a la cama y estiró el brazo tanteando la superficie de su cama hasta que finalmente atrapó uno de sus peluches con forma de gato y lo atrajo contra su pecho en un abrazo. A decir verdad, tenía ese amiguito desde que era un adolescente, había trasladado casi todos sus peluches de su antigua casa a su departamento.
Sus ojos se entrecerraron y el sueño casi lo venció, hasta que escuchó nuevamente los pasos y su vista se topó una vez más con el causante de su salida de fiesta. Sonrió casi con dulzura, pese a tener los ojos ligeramente hinchados por llorar.
❝ J–Jaehyun…❞ — estiró una de sus manos cuando el susodicho se acercó al borde de la cama, alcanzó el borde de su ropa y tironeo sin mucha fuerza. ❝ Quédate.❞ — aun estaba bajo los efectos del alcohol, en sus cinco sentidos probablemente nunca hubiese pedido algo semejante a eso. ❝ Si te va–hip, voy a… llorar de nuevo.❞ — lo peor es que lo decía totalmente en serio.
El trayecto de la habitación de Minho hacia la cocina le brindó los segundos a solas necesarios para recomponerse. Escuchar esas palabras y verlo llorar de esa forma por su culpa era más que suficiente para quebrar su espíritu y volver a sumirlo en un estado de profunda tristeza. Pasó una mano por su rostro una vez más antes de llenar el vaso con agua, inspirar hondo como si intentara tragar su pena y regresar a la habitación.
Sin poder evitarlo su mirada se paseó con curiosidad por el lugar. Había escuchado que Minho era un estudiante de artes y finalmente pudo confirmarlo a partir de los objetos y trabajos que vislumbró. Era interesante como hasta en lo profesional sus vidas habían tomado rumbos completamente distintos: su ex-novio se dedicaba al arte mientras él pretendía ganarse la vida rodeándose de códigos y computadores.
Al llegar al cuarto sintió como su corazón dio un pequeño salto tan pronto vio a Minho abrazado a un peluche. De repente todo entre esas cuatro paredes lo hicieron sentir como si el tiempo hubiera vuelto atrás y el chico recostado en la cama fuera su novio esperando por él para dormir juntos.
Jaehyun tragó saliva y avanzó. Sería una larga noche.
-- ...No te preocupes. Me quedaré. -- Susurró, dejando el vaso sobre la pequeña mesa junto a él. Hasta aquel tirón en su ropa le decía que en realidad nada había cambiado...Pero Jaehyun sabía que aquello no era más que una ilusión.
Se permitió sentarse en el borde de la cama, intentando que su mirada se concentrara en cualquier otra cosa que no fuera el cuerpo de su ex-novio. -- Vas a necesitar mucha agua. Y algo para el dolor de cabeza. Recuerda tomar eso en cuanto despiertes. -- Si había algo en lo que era experto, era en resacas. -- Uh, quizás debería anotar eso para ti, no vas a recordar nada mañana...Y supongo que es mejor así. -- Agregó. Guardó silencio por un momento, preguntándose si acaso aquel encuentro dejaría a Minho en peor estado a la mañana siguiente. No podía saberlo con seguridad, su única certeza era que abandonarlo no era una opción. -- Ahora trata de dormir, ¿si?