❝ Screw writing “strong” women. Write interesting women. Write well-rounded women. Write complicated women. Write a woman who kicks ass, write a woman who cowers in a corner. Write a woman who’s desperate for a husband. Write a woman who doesn’t need a man. Write women who cry, women who rant, women who are shy, women who don’t take no shit, women who need validation and women who don’t care what anybody thinks. THEY ARE ALL OKAY, and all those things could exist in THE SAME WOMAN. Women shouldn’t be valued because we are strong, or kick-ass, but because we are people. So don’t focus on writing characters who are strong. Write characters who are people. ❞ ( x )

Seguía aferrada a Elise, presa más de la desesperación por el miedo que porque temiera regresar al suelo dado la inestabilidad. Se sentía mal… La tos no dejaba de acontecer tras las respiraciones más profundas cuando notaba que el aire escaseaba. Su cabeza, que siempre solía mantenerse optimista, empezaba a pensar en lo peor. La sangre era demasiado escandalosa. -G… Gracias… Agradeció porque en mitad de todo ese remolino de emociones, Ellie estaba a su lado y era su compañía la que hacía que no desesperara del todo.

Cerró los ojos, consciente de que su mano temblorosa seguía presionando con fuerza la contraria… Con toda la fuerza que ahora era capaz de emplear, la cual no era demasiada. La respuesta de Ellie era insuficiente… Estarán no era lo mismo que estar. -No… No… Necesito… Necesito saber si ahora están… están bien… Allí había demasiada gente que le preocupaba, que quería. ¿Cómo iba a marcharse sin estar segura de que ellos si estaban a salvo…?

Entendía perfectamente su discurso… En sus condiciones no estaba para hacerse mucho, ni siquiera podía mirar a su alrededor sin marearse. Pero aún así… Era testaruda, y no iba a cambiar fácilmente de opinión. -Por favor… Por favor, Ellie.

En ese momento, Jessica se encontraba fuera de la realidad, el sitio en donde estaba se había vuelto oscuro, solo podía ver a aquel hombre a quien le había temido por años, y quien ella sabía que estaba muerto. Y que ademas era el padre de su hijo. ¿qué quería? ¿Por qué volvía? Su corazón latía muy rápido, el mareo seguía allí, así como esa figura tan real, no podía escuchar a su alrededor, solo la voz distorsionada del masculino quien se acercaba a ella. Continuaba retrocediendo hasta quedar en una parte aislada, negaba con su cabeza, continuaba diciendo que se alejara, que la dejara tranquila, pero parecía no funcionar. La estaba llevando a la locura. “¡No eres real, no eres real, tú estas muerto, estas muerto!” Repetía una y otra vez llevando sus manos a su cabeza, negando ahogada en la desesperación. “No me hagas daño, vete, déjame tranquila” Repetía, quien viera a la castaña podría decir que perdió la cordura y que había salido de un manicomio, su rostro estaba invadido por el pánico de volver a verle. “¡DÉJAME TRANQUILA, LÁRGATE! ¡NO ERES REAL, NO ERES REAL, NO LO ERES!” Expresaba a gritos, su cuerpo comenzaba a temblar como si fueran a darle convulsiones. Se sentía tan desprotegida y tan impotente de no poder hacer nada. El llanto estaba presente en sus palabras, sus manos aferradas a su cabeza hasta que su cuerpo no resistió más y volvió a desplomarse. 

Le dedicó una mirada llena de complicidad, y es que Ren sabía que estaba en lo cierto. “No lo admitas, pero lo sabes” Respondió con respecto a comentario que había dicho sobre ser lo mejor. La personalidad de la italiana no le permitía guardarse esos comentarios. Ademas tenía que admitir que Ellie también era parte importante en su vida.

Dio otro trago a su copa deleitándose con el rico sabor que el vino dejaba en su lengua. Adoraba ese sabor, podía disfrutarlos las 24/7 sin duda. Dirigió sus orbes hacia la rubia después de rolarlos con diversión. ”No solo uno, mil y andan volando por la ciudad buscando a sus victimas” Respondió sin importancia como si fuera cierto. 

Hablar de su gato la hacía feliz, Dave era su familia, ese gato era parecido a ella en el carácter, cosa que le encantaba.”Ja” Soltó en respuesta. “Dave tiene lo que a muchas personas les falta” Le guiño el ojo. 

Un ruedo de ojos y una sonrisa pedante fue la única respuesta que otorgó Elise, porque sabía que si abría la boca y decía algo más, quizá revelaría demasiado. En su lugar, decidió bajar el contenido restante de su copa de un sorbo, deteniendo una rebelde gota que escapó por la comisura de sus labios con el dorso de su mano.  ❝ Un día vamos a terminar en una invasión de nanobots. O con algún villano utilizándolos como ese profesor cabrón de Big Hero 6. ❞  el comentario fue acompañado de un asentimiento sabiondo por parte de la rubia.  ❝ Y todo será tu culpa. ❞  Con la expresión burlona de vuelta en su gesto, Ellie alcanzó la botella y llenó su copa de manera generosa, dándole un nuevo sorbo de inmediato (aunque este más moderado que el anterior).

                                                            + Clan Komorebi.

Lejos de toda la gente que sonreía y tenía una copa de vino en las manos, en un intento por controlar los espasmos involuntarios de su cuerpo como reacción al sudor frío que la bañaba por completo, había decidido refugiarse en un rincón cercano a las escaleras de emergencia. No podía moverse a ningún otro lado si su cabeza seguía dándole vueltas de esa manera, ya lo había intentado y había terminado las dos veces besando el suelo.

Cierra los ojos esperando recuperarse un poco, pero todo empeora. Ya no se siente en Shanghái, la poca calidez que podía sentir en sus brazos proveniente del hotel es reemplazada por el frío de una noche alemana a mitad de otoño. Los policías rodeando la escena del crimen y algunas voces que murmuran cosas en una lengua que no es capaz de entender. Su cuerpo avanza por inercia, logra distinguir algunas cosas y le resulta un tanto familiar el lugar, pero es hasta que encuentra aquél cuerpo tendido en el suelo es que entiende todo. Su hermana menor, sin vida.

Señales de maltrato eran distinguibles en su cuerpo y la culpa nuevamente cayendo sobre sus hombros. Ella era la causante de que Whispers se la hubiese llevado, ella había muerto por su culpa y todo se sentía tan real como aquella noche de octubre en Berlín.

Un grito de lo más desgarrador se escapa de los labios, al mismo tiempo que abre los ojos y se encuentra de nueva cuenta en el hotel. Las lágrimas caen y la presión en el pecho se vuelve a instalar, pero ahora todo es peor porque a conjunto están los malestares que le ha dejado el vino.

“La caza es un deporte, muy relajante debo admitir” Respondió a las palabras de su compañera. “No tienes que ser carnívora para ello, los trofeos son lindos” La observó con esa sonrisa burlona en sus labios. Le gustaba mucho hacerla desatinar, llevarla al limite y saber que no hacía nada al respecto. Por que en cierta forma, Ren sabía que Ellie le daba la razón.

Ladeó su rostro observándola, no se cansaba de hacerlo sus gestos y reacciones eran divertidas. “Lo sé” Respondió encogiéndose de hombros. “Así que deja se verte como un perrito asustado y disfruta” Añadió. La de ojos intensos recorrió el salón mirando a las personas bebiendo de sus copas de vino, algunas presentando síntomas y otras más riéndose a carcajadas. Al escuchar sus palabras sus orbes se dirigieron con rapidez hacia su compañera. “¿Hacer qué, Ellie? No estas haciendo nada y es justo lo que debes hacer NADA” Hizo énfasis en esa ultima palabra, pues no tenían que intervenir en los planes de su padre, al menos no para ayudar a salvarlos. “¿Por qué me preguntas algo de lo que ya tienes respuesta? ¿uh? Estamos protegiendo nuestra vida, ¿o es que prefieres ser uno de los que caen?” enarcó sus cejas mirándola con seriedad.

Jessica bebía su segunda copa de vino, algunas personas la reconocían de alguna serie o película y se acercaban a ella a tomarse una que otra foto, o pedir un autógrafo, por suerte, Jessica ya se había acostumbrado a ello a pesar de que su carrera se había venido abajo durante un tiempo. Había pasado momentos muy oscuros antes de los treinta, pero también había tenido un rayo de luz, su hijo, quien había tenido a los 21 años, de aquel hombre mayor que ella, Zoltan.

Iba bebiendo de la copa cuando sintió un mareo repentino que la hizo perder un poco el equilibrio, apenas logró sentir cuando su espalda chocó contra el suelo y todo se volvió negro por algunos segundos, la cabeza no paraba de darle vueltas, cuando abrió los ojos, lo vio, era él. Su rostro cambió a uno de pánico a medida que se levantaba muy lentamente. “¿Zoltan? No…” Negó con la cabeza sin poder creer lo que sus ojos miraban. Ese hombre estaba muerto, ella lo había mirado sin vida. “ Aléjate de mi…” Comenzó a dar torpes pasos hacia atrás chocando con algunas personas y tirando algunas copas de las mesas, el miedo la había inundado. Aquel hombre, aquel terrible hombre estaba de vuelta, en ese momento Jessica no podía ver a nadie más que a él. “¡No te me acerques, no!” Se alejaba sin saber que aquello no era más que una alucinación debido a la sustancia que había estado bebiendo.

El agarre firme de Ellie se cerró sobre su brazo… Y notó como tiraba de ella, tratando de que se mantuviera en pie. Intentó poner de su parte, el esfuerzo por alzarse pero un nuevo ataque de tos la hacía encogerse sobre sí misma violentamente, expectorando más sangre en el proceso. Llenando la palma de su mano de un color carmesí. Sintió un escalofrío, pero no sabía si producto de su propio miedo o bien del frío que consumía sus huesos… Que la helaba desde el interior. -Ellie… Susurró, consciente de su presencia, sabiendo quién era.

Salir de allí le parecía todo un esfuerzo… Peor que correr la maratón más larga del mundo. Podía hacerse ese camino eterno si mantenerse alzada ya resultaba toda una hazaña. Además... ¿Cómo iba a irse… Irse a dónde? ¿Y si le pasaba algo más a alguien? Como si estuviera en posición de ayudar y ser útil. -N… No… No… Suplicó queriendo detenerla, buscando su mirada por si las palabras no eran suficientes para comunicar. -No puedo… Tosió de nuevo y agradeció el agarre en ese momento en su brazo, de lo contrario hubiera cedido de nuevo por pérdida de fuerza. Cogió aire, un aire que resultaba doloroso de inspirar y exhalar… -¿Están… Están todos bien…?

Era divertido para Ren observar a su compañera de clan, parecía que no lo estaba disfrutando como la de cabellos oscuros y eso lo hacía aun más cómico. Ellie, siempre dudando sobre su fidelidad a los suyos. Al menos la italiana no tenía ese problema, estaba segura de lado de quien estaba y no dudaría en ponerlo a prueba.

Una sonrisa apareció en sus labios tras las palabras de Ellie. “Vamos Ell, ¿no es divertido salir de casería de vez en cuando?” Enarcó una de sus cejas sin borrar aquella sonrisa maliciosa de sus carmines. “tú podrías ser uno de esos pájaros, y tienes la dicha de estar parar justo aquí, sana y salva.”

*:･ﾟ✧ ┊ @ellievierzig ✧ ┊

Por ser del clan que era estaba enterada de aquella sustancia que estaba en todo aquel vino gratis, Whispers se había encargado de decírselo, así como las consecuencias que tendría si intentaba traicionarlo de alguna forma, para Ren no era problema, estaba allí para observar las reacciones de todos los sensates que probaran el vino. Lo que no sabía era cuanto tiempo tenían aquellos que tuvieran aquella sustancia en su organismo antes de quedar helados como paletas de hielo sobre el suelo. 

La de cabellos oscuros caminaba entre las personas comiendo algunas botanas que había tomado hasta visualizar aquella figura familiar; Ellie. Camino con elegancia y despreocupación alguna ante las personas bebiendo de las copas de vino, o pidiendo más. “¿Disfrutando del espectáculo?“ Expresó una vez se posicionó a un lado de la integrante de su clan.

And this blood, this blood, this blood. Oh, it drains from my skin, it does.

+ Clan Ubuntu. 

Algo extraño sentía en su pecho, era angustia y temor por lo que estaba sucediendo con Cassandra. Con parte de su familia. Detestaba sentir que no podía hacer nada para ayudar. Era una mierda, una real mierda. 

No veía a nadie más de esa manera, creía que quizás era un caso aislado, pero la preocupación no la dejaba estar tranquila y aunque no quería preocupar a nadie más, necesitaba información o al menos necesitaba escuchar que todo estaba bien. 

El impulso la llevo hasta la primera persona que encontró y tratando de no parecer una loca se posicionó a su lado. “¿Está todo bien por aquí?” consultó tratando de mantener una sonrisa en su rostro. Lo intentó al menos. 

Con inspiraciones y espiraciones lentas y bien pensadas, Elise se mantenía impávida en un costado de la habitación. Una copa de agua mineral descansaba entre los dedos de su mano derecha y sus ojos, vacíos y fríos como el ártico, vigilaban con falsa tranquilidad sus alrededores. La sola idea de que algo sucediera le tenía el estómago atado en nudos marineros.

Había decidido alejarse un momento de la fiesta al empezar a encontrarse un tanto mareada, creyendo que un poco de aire le vendría bien para despejarse… Aunque apenas se había alejado de la sala principal del hotel cuando se vio obligada a recostarse contra la pared, sentándose en el suelo mientras la cabeza le seguía dando vueltas. ¿Sería cosa del alcohol? No había llegado a tomar más de dos copas de vino… Pero podía ser una opción (a pesar de que no podía llegar a imaginar hasta que punto podría afectarle). 

Tracy resopló y cerró los ojos maldiciéndose para sus adentros, sin percatarse siquiera del sudor frío que su cuerpo estaba empezando a desprender. Lo único que deseaba en ese instante era que aquel horrible dolor de cabeza desapareciera… Por lo que ni siquiera alzó la mirada al notar una presencia cerca de ella, limitándose a abrazarse a ella misma.- Por favor, déjame quedarme aquí… Solamente un rato. -murmuró al creer que se trataría de algún encargado del hotel.

Retocando con delicadeza el costado de su cabello que se encontraba tomado, Elise se devolvía del baño a la sala del evento a paso apresurado. No quería ausentarse por demasiado tiempo, temerosa de lo que pudiera suceder en su ausencia. ¿De qué tienes miedo? Susurraba su consciencia ante los pensamientos. ¿Es que te has olvidado que todo esto no estaría pasando si hubieras dicho algo? Ellie sabía que, si su consciencia tuviera un rostro, una sonrisa burlona estaría pintada en él sin vacilación. 

+ ( Clan Ubuntu )

Seguía teniendo frío… Incluso a pesar de que había abandonado el paraje helado de Islandia, de repente, cortando aquel recuerdo de manera drástica (¿Y estaba conectada con alguien en ese momento? No lo recordaba bien). Fregó las manos para entrar en calor, aunque le temblaban… Y tuvo que detenerse al cubrirse para toser notando que se humedecía la palma, al retirarla observó el color carmesí que en un principio asoció al vino que había estado bebiendo (porque ya que era gratis… y pensó era un momento para relajarse y divertirse) pero incluso aturdida supo que se trataba de sangre.

Gimoteó, mareada, y en inercia quiso avanzar, alejarse de la barra, iría a la recepción del hotel para pedir si podían atenderla (lo último que quería era preocupar o molestar a alguien en la fiesta)…

Pero al dar un paso las piernas le fallaron y cayó al suelo, hincando las rodillas en un nuevo ataque de tos en el que expectoró más sangre. -No me… No me encuentro muy bien… Murmuró sin saber si alguien la escuchaba o si su voz había sonado lo suficiente alta para llamar la atención.

Nada borraría de su cabeza la reacción de Ellie al recibir sus bragas sobre su rostro, nada lo superaría, su reacción había divertido más de lo que pensó a la italiana y podía notarse en su sonrisa amplia que mantenía en los labios. “Vas a ensuciarlas, Ellie” Le dijo solo para molestarla, pues poco le importaba ahora esa prenda. Finalmente soltó una leve carcajada por su comentario, cosa no tan común en Ren, pero con la rubia era un poco más común el sonreír y reír de aquella manera. Al escuchar lo siguiente dirigió sus orbes aun regocijándose por la reacción de su amiga. “Por qué soy lo mejor que puedes tener” Soltó con el ego elevado.

La comodidad del sofá hizo que el cuerpo cansado de Ren se relajara, le hacia falta algo así, aunque hubiera preferido su cama, no se quejaba. “Si, debes decirle” Asintió acomodando mejor su cabeza en el respaldo. “Apenas llegaba de trabajar, ya sabes un día pesado” Respondió a la pregunta ajena.

Una nueva sonrisa apareció en sus labios al escuchar el nombre de su gato, era su adoración y Ellie lo sabía. “Enorme, y arrogante como siempre” Respondió sin borrar la sonrisa. “De hecho antes de conectarnos, le había dado de comer, parece que lo mato de hambre”

Un sonido de incredulidad se escuchó salir desde el fondo de su garganta, el fantasma de una sonrisa cálida y divertida dibujándose en sus labios. ❝ Ay, cariño. Te das demasiado crédito ❞.  Elise jamás aceptaría algo semejante (no en voz alta, al menos), pero si tenía que ser sincera consigo misma, en el silencio y la privacidad de su mente, probablemente reconocería que sí, de hecho, Ren era de lo mejor que podía tener en su vida.