agency-saihara:
springroll-harumaki:
○ Previamente…○
⊰☆⊱──“¿Hm?” ── común el ser azotado por la inquietud cuando lo asaltan con semejante cuestión. Bien que supo advertir las inquietudes puramente féminas que cargaba Harukawa Maki, así como velozmente fue a vincular estas a la figura en alza del hombre estelar, pero oír aquello lo colmó en desconcierto. ¿Acaso había acontecido algo con el astronauta que la hacía desconfiar tanto de la propia beldad como de la atracción que podía generar? Ah, cada vez le urgía más la necesidad de conocer las causas exactas y hacerse con la historia detrás de ese tormento, y sin embargo sabía por prudencia que imponerse con una investigación no era ni educado ni bueno. Más tarde –en el silencio y la soledad– podría llevar adelante las averiguaciones que el capricho le instigara. Ahora su función consistía en otra tarea. Maki necesitaba de su amigo, no de un detective.
Resuelto en ello, se llamó a callar por unos breves instantes en lo que acomodó las ideas y las organizó para emitir algún discurso con sustancia. ──“…” ── pero que difícil tarea resumirlo todo en pocas palabras. Las vacilaciones de ella no eran las suyas, estaba convencido de la calidad de aquella mano en los votos. ── “…Harukawa-san, eres una mujer especial. Nunca dejas de inspirar fortaleza y aun así puedes ser gentil. Cuando te miró creo que puedo ser mejor cada día y eso me lleva a querer esforzarme aunque duela un poco. Hay algo en ti que reconforta a la vez que te hace sentir estimado, no sé qué es exactamente, pero creo que cualquier hombre se sentiría el más afortunado de tenerte a su lado”.
Existía una diferencia que quizás el detective no alcanzaría a comprender. Cuando ella preguntó aquello, ¿lo hizo solamente por una inseguridad personal o era el anhelo de querer confirmar algo más? Si es cierto que se lo preguntaba, ¿realmente ese motivo extra estaba implícito en la conversación? Llena de un sentimiento confuso, los rojizos rubíes despidieron unas centellas particulares con esa nueva información adquirida. No fueron solamente palabras bonitas sino que venían cargadas de una sinceridad que la conmovía al darse cuenta de los sentimientos puros que su persona (sí, ella, la asesina) podía despertar en un muchacho de noble corazón como su amigo detective.
Interesada en esta repentina muestra de afecto se acercó a sentarse a un lado de Saihara sin ya apartar su mirada de la figura masculina. Como una niña que se hizo con un hallazgo dulce, quería saber más, descubrir más de lo que se albergaba en esa mente con respecto a ella.
❤ } – “ Saihara…”– dijo con un tono muy suave de susurro. Más dulce de lo normal, solo podía observar con suspenso y esperar mientras su boca se transformaba en un conducto para que su alma hablara. – “¿ En serio tú sientes eso?”– cuando la mira. – “¿Es verdad que crees todo eso de mí…?” –necesitaba confirmarlo. Que ella no era solo un recordatorio de la muerte y la sangre y que como mujer podía ser amada y deseada.
Se quedó en silencio. Una proximidad salida de la nada que instauró un punto y aparte entre los párrafos de aquella conversación apesadumbrada por las incertidumbres. Más de una vez ella se acercó a su lado sin sembrar con ello alteración alguna, preservando así una familiaridad que creyó sería eternamente igual. Sin embargo, algo no fue como siempre.
¿Por qué reaccionaba así? ¿adónde quería llegar con lanzarse al vacío de un salto? Lo confunde, no lo comprende, Maki ha sido directa e incisiva pero ese mirar deslumbrante y esas mejillas en color jamás le fueron ofrecidas como ahora. Hay un pensamiento latiendo, una teoría; ¿y si fuera la verdad pretendida ‘su’ verdad, la de Saihara, lo que ella pretende y no otra?
No. No puede ser ‘esa clase’ de mensaje. Ella solo quiere saber qué pensaría aquel otro hombre en el lugar de Saihara. Maki es inocente; es una chica que está aprendiendo a valorarse como mujer y , por ende, solo levantó la pregunta no consciente de lo qué él estime. Maki está aprendiendo, solo eso. Maki siente curiosidad, no es por nada más. Esto es sobre Momota, el adorado Momota, el fuerte y varonil, el arrojado e intrépido.
Con un vaivén ligero, viró la faz en un ángulo lejano para demarcar distancia y poner cada cosa en el sitio donde debían de estar.
⊰☆⊱──“ Es lo mismo para Momota” ──soltó, un tanto más frío. ── “Harukawa-san, eres muy importante para él, por lo cual que te tenga en un pedestal sería lo mínimo de esperarse, ¿no lo crees?”.